Trabajándome el pan de cada día

Ahora debía de ser yo quien marcara la penetración… uuuffff!!, moviéndome encima de él, mientras que este me tomaba de mis caderas o le daba por tirar de mis tetillas… uuummm!!.

Trabajándome el pan de cada día

Yo soy de esos que opinan que, si no encontramos nada, debemos de buscar situaciones nuevas, demostrando nuestra sexualidad de forma natural. Pues el placer no tiene medida, no se trata solo de fantasear o morbosear, sino de hacerlas realidad en la manera de lo posible. Debiendo de disfrutarlo al máximo, disfrutando el proceso del placer, alargándolo si nos gusta. En esta nueva confesión, os hare saber de mis andanzas y pinitos en mi mundo laboral, donde últimamente he dejado de buscar, pues precisamente tengo a veces donde escoger. Bueno comenzare, vale…

Mirad, cuando comencé era el novato, no valía para nada el curso que hice, menos aún las tres pólizas que aporté en esos meses de prueba, pólizas que me sirvieron para ser agente, pues según algunos aún era un principiante. Quedando precisamente en esos primeros meses, bajo la tutela de uno de ellos, uno que me utilizaba para sus menesteres. Usándome para hacer sus recados, como llevar la documentación a algunos de sus asegurados, asegurados que esté no deseaban ni oír por teléfono.

Precisamente a uno de estos me encomendaron llevar la documentación, documentación que no era otra que facturas impagadas, facturas que habían sido devueltas.  Juan que era mi supervisor, me encomendó llevarlas a este asegurado, persona con la cual había hablado con anterioridad y habían apalabrado su forma de pago. Juan me encomendó llevarlas a su domicilio, domicilio que se encontraba en el municipio de Olivares, municipio que se encuentra a las afueras de Sevilla, no mucho más que a cuarenta y cinco minutos sino cogemos tráfico.

Os puedo asegurar que aquello que me encomendarían no me supo reto alguno a pesar de la hora escogida, pues esta persona deseaba que fuera a eso de las cuatro de la tarde, cosa que puntualmente aparecí. Tras pulsar el timbre de la cancela de la parcela, accedí dejando mi coche fuera de esta, caminando hacia su casa. Volví a pulsar el timbre y tras abrirse la puerta, apareció ante mí un caballero de unos cincuenta y tantos años, caballero que de aspecto jovial que para nada se cortó, presentarse con tan solo una bata de estar por casa, bata que debo decir que estaba abierta y que este sin pudor alguno, ¡me mostraba su desnudez… uuummm!!.

Este me pidió la documentación y en la misma puerta comenzó a revisarla, no pudiendo evitar mirar su miembro de forma furtiva, no deseando que me cogiera… pero ocurrió. En una de esas veces, cuando subí la mirada, este me miraba sonriente, soltándome eso de…

  • “Te gusta lo que vez”.

Quise negarlo, pero este sonriente no dejaba de quitarle hierro, no dejando de decirme…

  • “No pasa nada, no te preocupes, es normal que mires lo que te gusta”.

Acabando por hacerme pasar dentro de su casa, justificándose con eso de…

  • “Bueno mejor pasemos dentro, creo que tú también opinaras que las cosas importantes hay que resolverlas cómodo”.

Tras cerrar la puerta, me hizo pasar al salón o eso entendí por el tipo de muebles, salón que este se dejó caer sobre el sofá, soltándome…

  • “Bueno… mira, entiendo que tú no tienes culpa de nada, pero he visto unas erratas en la documentación”.

Calla… sonríe y sin dejar de mírame, continúa…

  • “Además que me he dado cuenta de una cosa, estando pensando que podemos sacar ambos tajada, todo dependiendo de ti claro esta”.

Veo como deja la documentación sobre la mesa, separa los flecos de la bata, mostrándome su desnudes, no dejándome de mirar, separa sus muslos al tiempo que se coge su miembro… mmm!!, comenzando a pajearse delante mía… uuuffff!!. No haría falta que me explicara sus pretensiones, pero lo hizo y daba la sensación que disfrutaba con ello, soltándome…

  • “Mira, vamos a hacer una cosa, yo te firmo la parte de tu supervisor, viendo él que has hecho lo que te han encomendado”.

Calla unos segundos, no dejándome de mirar sin dejar de deslizar su mano a lo largo de su tronco, donde puede verse ya como de su glande, emana algunas gotas de precum… uuummm!!. Continuando con su exposición…

  • “Pero si te hincas de rodillas y me demuestras que te puedas llevar algo más que unos papeles, dependiendo de lo satisfecho que me dejes, te podrías llevar al menos un seguro muy jugoso para ti solito”.

No hubo contestación por mi parte, simplemente me hinque de rodillas, colocándome entre sus piernas al tiempo que alargue mi mano hasta coger su polla… uuummm!!. Lanzándome a devorar esa polla, degustándola con ansias, chupando su glande al tiempo que magreaba sus genitales… ooohhh!!. Deslizando mi mano a lo largo de su tronco impregnado que precum, precum que yo mismo me encargue claro está de retirar… aaahhh!!. Soltando este, alguna sugerencia, como…

  • “Chúpame las tetillas… uuummm!!”.

Cosa que hice, chupé, lamí y absorbí, ¡mientras este gemía y suspiraba… aaahhh!!. Hombre de cincuenta y tantos años, cuyos cabellos solo tenían los grisáceos que contorneaban su cabeza, cuerpo normal, ni gordo ni delgado, cuerpo velludo de un metro setenta y pocos centímetros. Hombre que me pidió…

  • “Quítate la camisa”.

Cosa que hice con gusto, pues no deseaba arrugarla y menos mancharla, no aparecí con traje como suelo ir a veces, pues tanto el calor para un mes de julio, como para llevar solo documentación, no lo exigía, apareciendo de forma informal. Tras quitarme la camisa, continúe con mi labor, no siendo otro que esa manera de ganarme esa póliza. Polla que no siendo muy grande… si era cabezota, costándome la verdad un poco metérmela dentro de la boca, lamiendo y chupando hasta que poco a poco me fue entrando… ooohhh!!. Llegando este nuevamente a sugerirme…

  • “Quiero que te quites los pantalones, mejor… quítate todo”.

Tras quitarme las prendas que me faltaba, quedándome con tan solo los calcetines, antes de volver a mi rutina, este me indico que me sentara en el sofá junto a él. Siendo él, quien acabo por inclinarse hasta introducirse mi miembro flácido en su boca, ¡mordiendo mi glande y chupándomelo… aaahhh!!. Aprovechando por dedear mi orificio… ooohhh!!, ayudándose ya sea mediante saliva o jugos de mi propia excitación… uuummm!!. Observando este como me entraba sin dificultad alguna su dedo corazón, dedo que tras probar un par de veces, pues iba despacio, acabo por metérmelo hasta los nudillos… ooohhh!!. Dando por hecho ante mis faltos gestos de dolor o quejas, hechos que le dieron a entender que aquella practica no debía de ser nueva para mí, quizás más antes mis gemidos y sollozos… uuuffff!!.

Hombre que en sus labores, me hicieron girarme, no dejando de jugar con mi orificio y mi miembro, no dejo de hacerlo, llegado a sustituir ese dedo por su miembro… uuummm!!. Sintiendo su glande deslizarse entre mis glúteos… uuummm!!, sintiendo tras colocarlo en mi orificio, dio un pequeño embiste y me la introdujo, soltando yo gesto de placer… aaahhh!!. Colocando sus manos… ambas en mis caderas, comenzando a moverse, ¡mientras su polla entraba y salía de mi interior… aaahhh!!... aaahhh!!, penetrándome con gran placer… ooohhh!!.

Llegue a coger mi miembro para masturbarme, acción que este tras verme, llego a golpear hasta en dos ocasiones mis nalgas, haciéndome entender que debía de cesar. Volviendo a embestirme con fuerza durante unos minutos, aminorando las embestidas al verme como me hacía retroceder, tirando de mí hasta dejarse caer sobre el sofá con cierto dolor para ambos… ooohhh!!. Dolor digo, pues él por sentir mi peso y claro está, yo por sentir como su glande golpeaba en lo más hondo de mi próstata… aaahhh!!.

Continuo penetrándome, pero ahora debía de ser yo quien marcara la penetración… uuuffff!!, moviéndome encima de él… aaahhh!!, mientras que este me tomaba de mis caderas o tomaba mis tetillas… uuummm!!. Tetillas que tiraba de ellas, ¡produciéndome tanto dolor como placer… ooohhh!!, acabando por hacerme saber que no duraría mucho más entre gemidos, obscenidades y suspiros… aaahhh!!.

Acabando por levantarme, inclinarme sobre la mesa y tras colocármela en la entrada de mi orificio, ¡introducírmela de una sola estocada… aaahhh!!. No durando mucho más que un par de embestidas… ooohhh!!, sacándola con fuerza y violencia... aaahhh!!, descargando parte de su corrida en mi espalda… uuuffff!!.

Cayendo precisamente en ese momento, cayendo al darme cuenta de que este no se había puesto preservativo alguno… ooohhh!!. Pues no solo se había corrido dentro de mí en parte, sino que descargo el resto sobre mi espalda… uuummm!!, descarga que este mismo se encargó de esparcirla por mi espalda y rostro… uuuffff!!.

Sonriente y satisfecho por la tremenda follada que me había dado, no dejaba de hacerme saber lo bien merecida que me iba a llevar la póliza, mientras yo pegajoso por el baño de semen estaba. Este no dejaba de alabar mi labor no solo en la mamada, sino en cómo me movía a la hora de follar… uuummm!!. Acabando por sugerirme ducharnos juntos, ducha que tras acabar, ultimamos la documentación de mi póliza y que este me prometía futuros asegurados, dependiendo de cómo me portara, pues debía de portarme también como con él… uuummm!!.

Antes de finalizar, debo confesaros que dos semanas, llegué a realizar al menos ocho pólizas más… uuummm!!. Aunque ahora que caigo, creo que las que más me costó convencer al cliente, fue aquella en que a mi cita aparecieron dos… uuuffff!. Debo decir que me vi luchando como un jabato por llevármelas, imaginaros dos de una tacada, pues, aunque suene mal la verdad es la verdad. Pues hoy día de cómo está el mundo laboral, no hay que achicarse, debiendo de luchar cómo y con las armas que poseamos por continuar, pues es un mundo de hienas. Encontrando a veces un filón que puedo explotar, aunque en verdad son otros los que me explotan, no negándome si puedo a ello.

Ayer martes mismo, tenía una nueva cita con un posible asegurador, personal con la cual quede a las cinco y media de la tarde, persona que venía en recomendación de uno de mis tantos follamigos. Persona que fui con la mentalidad que quizás acabara por como suele acabar otras, pues cuando comienza la explicación, detallar el producto, explicar las ventajas, el coste y las ventajas. Hay gestos que te hace entender si están interesados o no, mientras estuve con esta persona, me di cuenta que mi amigo, no le había contado nada, cosa que me alegraba al menos en parte. Pues en otra ocasión, fui a casa de uno de sus conocidos, persona a la cual le estaba sacando un buen seguro. Persona que, tras detener mi explicación, acabo por decirme…

  • “Mira, me parece todo bien, pero mejor pasemos a mi despacho donde estaremos más cómodos, pudiendo usted trabajar abiertamente”.

Cuando me dijo eso, me extraño, pues pensé que en ese salón estábamos bien, pero más me extraño con la expresión que me soltó, no tanto como ese “despacho”. Pues tras recorrer su vivienda, acabamos en ese supuesto “despacho”, no siendo otro que su dormitorio.

Pero bueno el de ayer tarde no salió así finalmente, tras salir de su casa, viendo lo cerca que estaba del Sex Shop, acabe por acercarme, donde tras dar hasta dos mamazos… uuummm!!. Tuve que marcharme con la pena de no haber sido follado, pena pues debido a la hora, tuve que rechazar la propuesta de uno, propuesta que no era otra que la de ir a su casa a follar. El tío era enorme, llegando a pensar que por su acento debía de ser rumano, ruso o por esos países, persona que parecía por su físico un “armario empotrado”, rondando los cincuenta años al menos. Cuya polla me saco a modo de hacerme retractarme, polla que no era normalita, perro cuyo grosor son de esos que te duelen durante al menos una semana… uuuffff!!. Este no dejaba de decirme…

  • “Vamos a mi casa, no te preocupes vivo cerca”.

  • “Vamos a follar en una cama, pues como se folla ahí no se hace en ningún lugar”.

  • “Venga vamos… no te lo pienses tanto, venga vamos a disfrutar, te voy a follar ese culito durante toda la noche, venga…”.

Perro el rechazarlo, no fue por otro motivo que por la hora, pues si me hubiera cogido un viernes o sábado, esto hubiera cambiado, pero un día entre semana con todo lo que hay que hacer… uuuffff!!. Como me costó decir que no, además el cabrón, mientras me intentaba convencer, no dejaba de penetrarme con dos de sus grandes dedos, mientras me magreaba… aaahhh!!. No dejaba de comerme el cuello, pues minutos previos había notado como me gustaba, no dejaba de engatusarme.

Quizás porque se vio envalentonado cuando le deje entrar en la cabina, o quizás porque no le deje que me desvistiera, dejándome en pelotas, ¡o quizás porque no deje de pajearle… ooohhh!!. Pero bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com