Trabajando para mi abuelo

Aprendi que la etica, el esfuerzo y la moral no conducen a nada .. es mas facil con placer.

TRABAJANDO PARA MI ABUELO

Mucho esfuerzo, horas de estudios, trasnoches y al fin conseguí un titulo profesional, sin embargo el mercado de trabajo, no tenia un puesto para mi y terminé siendo una simple secretaría dentro de una gran empresa.

Mas de alguna vez mi jefe me invitó a salir, sin embargo nunca acepté su invitación, ya que el era muchísimo mayor que yo. Me mantuve en ese trabajo, siendo responsable, aprendiendo mas allá de mi trabajo, ¿y para que?, al momento de presentarse una vacante, mi compañera que llevaba mucho menos tiempo que yo obtuvo el ascenso, dándonos cuenta que los rumores que habían que se acostaba con el jefe, eran ciertos.

Me sentí muy mal nuevamente, encontrándome tonta por no haber aceptado esas invitaciones. Me hervía la sangre al ver como a los pocos meses, mi compañera de oficina, ahora jefe mió, cambio su auto, mientras yo seguía tomando la micro.

Me vino una depresión y ya cuando colapsaba, me prometí a mi misma, que ya no sería mas tonta en la vida y que a base de lo que fuera, tendría que surgir.

Esa misma semana, me arregle mucho mas que antes, y me comportaba coqueta ante mis jefes. No falto el que me invitó a salir y terminé follando con el en algún motel. Al poco tiempo, mis ingresos mejoraron y me di cuenta lo mucho que podía hacer con mi buen físico. Tenía que aprender a explotarlo, pero sin caer de puta en la oficina. Lamentablemente no elegí bien, ya que este jefe no tenía tantas atribuciones dentro de la empresa.

Un día, me encontraba en mi trabajo, y me llama mi madre pidiéndome un gran favor. Mi abuelo había enfermado hacia unos meses y se estaban turnando con las hermanas para ir a cuidarlo. Más que nada, era una enfermedad mental donde a veces se salía de la casa en la noche pensando en que tenía que ir a trabajar etc.

El favor en si consistía que esa semana, era mi madre la encargada de ir a cuidarlo por las noches, y por un fuerte resfrió no podía hacerlo, por lo que yo, soltera y sin hijos, era la indicada para reemplazarla.

En un principio me molesto la idea, pero viendo que si no iba, mi madre, aun estando en cama tendría que ir, tuve que aceptar.

Mi abuelo era un hombre muy adinerado, agricultor, con varias tierras y gente trabajando a sus servicios. Mi abuela había muerto hace muchos años y se había vuelto a casar, también falleciendo esta nueva señora. Era ahí donde estaban todos interesados más que en la salud de mi abuelo, en su dinero.

Esa noche me dirigí a la casa de mi abuelo, llevando conmigo las llaves que mi madre me había entregado. Lo encontré viendo televisión, y me saludo muy amablemente, aunque noté que sabía que era una de sus nietas, pero que no sabía cual.

Estuve con el viendo televisión, le serví la cena y lo mande a acostar, alojándome en el cuarto del lado. Prendí el televisor y me sorprendió que tuviera contratado el canal porno. Bueno, no tanto, ya que era conocido que mi abuelo toda la vida fue un hombre fresco, amante de muchas mujeres.

Me puse a ver el canal, y sin darme cuenta, me comencé a excitar. Mis bragas se humedecieron y me acariciaba suavemente mis pechos. Me imaginaba tener a un hombre a mi lado, que me sacara esas ganas. Pero después de un rato, fijándome bien, la película trataba de una mujer que seducía a un hombre mayor, justamente por su dinero. Era exactamente la mentalidad que tenía yo, solo que me faltaba un objetivo. De repente algo me alumbro. Mi abuelo. Era poco el contacto que tenía con el , de hecho hacia como 2 meses que no lo veía, y a veces , ya ahora que soy grande, vi una cierta mirada de su parte hacia mi físico. Estuve un rato pensando y excitándome con ambas ideas. Una la de tener un hombre en ese momento que me sacara las ganas y otra la de poder aprovechar de la fortuna de mi abuelo, antes que los buitres de su hijo se pelearan por ella.

Me desvestí completamente y solo me dejé puesto el suéter largo que traía. Salí de mi cuarto y vi que la luz del cuarto de mi abuelo, aun estaba prendida la luz. Golpee suavemente y escuche la voz de mi abuelo que me invitaba a pasar. Le pregunté si necesitaba algo y vi como su mirada se fijó en mis piernas y en mi escote, diciéndome que no, que estaba bien. Me acerque al su lado y le dije que necesitaba pedirle un favor. Que en mi trabajo no me había ido muy bien y que necesitaba cubrir unos cheques dentro de la semana, y que como a mi madre ya la había molestado bastante, no me atrevía a pedirle dinero nuevamente. EL mirándome por cualquier parte, menos mis ojos, me dijo que no tenía problema en prestarme lo que necesitara. Me acerque a el y le agradecí con un beso, muy cerca de la comisura de los labios, diciendole que se lo pagaría sin falta a fin de mes. Mientras lo hacia, tuve especial cuidado de que al agacharme, mi escote se abriera mas y besándole su cabeza, casi le coloque las tetas en la cara.

No me salí de esa posición y sentí la respiración agitada de mi abuelo, hasta que no aguantó mas y me comenzó a besar los pechos. Yo no dije nada, solo me abrí la bata para dejar al anciano saciarse con mis pechos.

Me picaba su barba gruesa en mis tetas, pero deje que el siguiera besándomelos, diciéndole suavemente que me gustaba mucho lo que me estaba haciendo Me saqué la bata y quedé completamente desnuda a su lado, mientras mi abuelo, en un segundos e sacó los pantalones de pijama. Deje que besara por largo rato los pechos de su nieta, hasta que me fijé que su arrugado pene comenzaba a levantarse. Me anime a bajar mi mano y acariciarlo, mientras el susurraba que hacia mucho tiempo que no sentía una mano de una mujer ahí.

Ya cunado su pene tomo algo de dureza, me acerque a este y me lo lleve a mi boca. No era tan duro como los que acostumbraba a comerme, pero no me importo y lo chupé como si fuera un delicioso manjar, pasando mis piernas por sobre su cabeza, dejándole mi conchita a su merced

MI abuelo no dudó en saborear la almejita de su nieta, y a pesar que sus movimiento de lengua no eran como los que a mi me gustan , sentir su gruesa barba rozándome mis genitales, me comenzó a excitar. Le pregunté si le gustaba y me dijo que le encantaba comerle la concha a la mujer, a si que me puse en la mejor posición para que el viejo se hartara de la mía.

Entregada a ese viejo hombre, esclava de sus peticiones, me dijo que me quería follar, a si que muy sensualmente, haciendo un trabajo de lujo, me puse en cuatro patas ofreciéndole todo mi culo a mi abuelo. EL no demoró nada en colocarse detrás de mi, y enterrarme su vieja verga lo mas que pudo, A veces me daba miedo que le fuese a dar un ataque o algo parecido, pero con unas pocas embestidas terminó echándome sus mocos dentro mió, mientras yo, gimiendo , actuaba como si me estuviese follando un toro.

Me quedé desnuda a su lado , diciéndole lo mucho que había disfrutado de estar con el, y que si el quería, estaría encantada de volver a cuidarlo

No pasó mucho tiempo cuando vi los frutos de mi actuación. Con unas cuantas folladas, a veces a la hora de almuerzo, cuando el me llamaba, me escapaba y follaba con mi abuelo, consiguiendo en menos de un mes , un automóvil que causo algunas dudas entre mis tías, pero que al fin y al cabo, fue producto de mi trabajo.

Lamentablemente mi abuelo falleció de un ataque al corazón en forma repentina a los 8 meses de nuestros encuentros, afortunadamente sin tenerme desnuda a su lado.

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