Trabajando horas extra

Un proyecto hace que nos reunamos un director y yo en casa del gerente y...bueno, cometí un error.

Trabajando horas extra en casa de mi jefe…muy extras.

Hace unas semanas tuvimos mucha carga de trabajo en la oficina y no alcanzamos a terminar el viernes todo lo necesario para la entrega del lunes, así que mi jefe me pidió que fuera el sábado a su casa para terminar el trabajo y poder entregar a tiempo. Ni hablar en el trabajo así pasa, cuando el jefe llama hay que acudir. Había un jugueteo entre mi  jefe y yo –ambos nos coqueteábamos- pero nunca había pasado nada por varias razones; una de ellas, que me llevo bien con su esposa y otra, que he evitado enredarme con gente de la oficina. Pero esto último, acabaría ese día.

Me puse un pantalón de mezclilla a la cadera, una tanga blanca, un pequeño brassiere negro y una blusa blanca de botones. Llegué a su casa como a las 11 de la mañana y enseguida nos pusimos a trabajar; su esposa muy amable me ofrecía jugo, café, en fin, nos atendió de maravilla, ambos son muy buenos anfitriones. Luego de un rato, su esposa se despidió porque se iba con sus hijos a no sé dónde, así que mi jefe –Carlos- y yo, nos quedamos solos en la casa. Mi jefe fue a despedir a su familia y yo mientras me preparaba un café.

  • Ahora sí, Teresita, solitos al fin –me dijo mi jefe mientras se me embarraba por atrás y me acariciaba los hombros.

  • Licenciado…tenemos que trabajar. –la verdad me prendió enseguida, hacía tiempo que le traía ganas a Carlos, pero me había aguantado.

  • Podemos tomarnos unos minutos, ya hemos adelantado bastante…-me besaba el cuello.

  • No…¿y si regresa su esposa? –yo sentía cómo se endurecía y crecía su paquete en mis nalgas y me calentaba cada vez más.

  • No regresa, no te preocupes. Me encanta ver debajo de tu blusa, se te ven deliciosas…mmmm…a ver déjame abrirte un botoncito más, ay, qué ricas están. Así me las imaginaba.

  • No, licenciado

  • Cómo no, si bien que tienes ganas, Tere…hace tiempo que me coqueteas –comencé a responderle con caricias y arqueando mi espalda para que viera mejor mis tetas.

  • ¿Te coqueteo? –le pegunté mimosa- ¿cómo?

  • Te abres la blusa cuando vas a mi oficina para enseñarme un poco tus tetas, cómo te mueves cuando sales, cómo paras tus nalguita…crees que no me doy cuenta y los jugueteos, las insinuaciones…los dos nos traemos ganas, preciosa. –acerqué mi boca a la suya y me besó mientras seguía desabotonándome la blusa; cuando acabó de hacerlo, me desabrochó el pantalón, metió su mano y me acarició sobre mi panty; yo estaba empapada y quería me cogiera ahí mismo.

  • Qué rica panochita, Tere, bien mojadita.

  • ¡Ay, qué rico! Así me tiene, licenciado, empapada. –tomé su mano y la metí en la panty para sentir sus dedos hurgando en mi conchita.

  • Qué delicia…quieres que te dedeé, eh. –me desabroché el bra (por enfrente)-. Tienes los pezones bien duritos, Teresita. –me agarró las tetas mientras me dedeaba y yo le agarraba el paquete-. ¿Así? ¿Te gusta?

  • Ay sí…así, así, Carlos.

  • No sabes cómo tenía ganas de dedearte, de lamerte…quiero saborear tu panochita, meterte la lengua, lamerte el culo, las tetas

  • Hazlo, soy tuya

  • Las pajas que me he hecho pensando en ti

  • ¿De veras?

  • Por supuesto, preciosa, me fascinas, Tere. -Me volteó y me besó apasionadamente. Me quitó la blusa lentamente, me bajó el pantalón y me olió la panochita; me sentó en la mesa, él se sentó en una silla frente a mí, me abrió las piernas y comenzó a oler mi conchita-

  • Huele delicioso…mmmmmmmmmmm…-entonces empezó a lamérmela, suave…-mmmmmmmmmm…qué rico sabe…-.

  • ¡Qué rica lengua, papito! –me recosté en la mesa para facilitarle las cosas y yo estaría más cómoda también-. Síguele, síguele…ay, qué delicia

  • Mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm

  • Síí…síí…-estaba tan empapada que escurría hasta mi culo y él lo humedeció con los fluidos acariciándolo- Síguele, por favor, no pares, papito…vas a hacer que me venga.

  • Quiero saborearla…mmmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm

  • Ay…-yo movía la cadera y me pellizcaba los pezones mientras él seguía dándome una deliciosa mamada-

  • Vente, chiquita…mmmmmmmm…vente en mi boca, quiero saborear tus jugos…mmmmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm –me devoraba riquísimo la conchita, entonces me metió un dedo y siguió comiéndome la concha.

  • Ay, me tienes ardiendo…y a-a-a-a-a-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, sí, sí, así, así, papito…-la combinación de su lengua y su dedo en mi conchita y los pellizcos en mis pezones, hicieron que tuviera un largo y delicioso orgasmo- me voy a venir…aaaaaaaaaaaaaaaaa

  • Mmmmmmmmmmmmm…sí, mamita…mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm –apreté su cabeza hacia mi concha-

  • Ay, síííííííííiíí…mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

  • Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm

  • Quiero sentirte adentro…métemela, Carlos…cógeme…-se bajó los pantalones, se puso un condón, me agarró las piernas, las detuvo en sus brazos y me la metió de un solo empujón. Yo seguía acostada en la mesa recibiendo las embestidas de mi jefe.

  • Qué rica estás, Teresita…de haber sabido te la hubiera metido hace mucho tiempo

  • Ay, qué rico coges…la tienes bien sabrosa…m-m-m-m-m-m-m-m-m-m-m-m-m-m-m

  • Con lo serie que te ves, me late que eres bien cabroncita…-le apreté la verga con la concha- ay, qué rico, aprieta más…apriétamela…apriétame el palo, Teresita…mmmm, así, así

  • M-m-m-m-m-m-m…¿te gusta cómo te la aprieto? ¿así? Ay, sí, cógeme, cógeme…-él aceleró sus embestidas y así estuvimos unos minutos, después sin sacarme su rica verga me cargó y me llevó al sillón, sentándome sobre él, con mis tetas en su cara; me lamía las tetas y me besaba mientras yo lo cabalgaba moviéndome en círculos, hacia atrás y hacia delante y hacia arriba y hacia abajo…era delicioso-

  • Qué bien te atascas mi palo, Tere…¿te gusta?

  • Sí, papito, me encanta tu reata…me encanta cómo me la metes

  • Voltéate…-me levanté y me senté en su tronco dándole la espalda, él me inclinó hacia delante…- uy, mami, qué rico culo tienes…-me dio unas nalgadas y después de algunos ricos sentones en su verga, me incliné hacia atrás moviéndome en círculos, mientras él me agarraba las tetas y me besaba, me lamía el cuello y me masturbaba-

  • Así, así…me tienes ardiendo…mmmm…ahí, ahí, así, papito, así…mmmmmmmmmm

  • Quiero que te vengas en mi palo, preciosa

  • Ojalá te quitaras el condón, sería mucho más rico

  • Vente, Tere, vente en mi palo…quiero sentir cómo me aprietas cuando te vengas

  • Ahí, ahí…así, síguele…m-mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm…así, así…ay, qué rico…chúpame las tetas…así, así, así, así…a-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

  • Así, chiquita, así, mami, vente, vente, vente…ay, qué rico aprietas la panochita…mmm

  • Ay…qué rico…¿ahora cómo me la quieres meter?

  • Te la quiero meter por atrás…ponte de perrito…-me puse de perrito en frente de él, enseñándole el culo- qué culo, Tere, no me voy a cansar de esas nalguitas…mmmmmm –no tardó en colocarse detrás de mí; me dio unos golpecitos con su verga en mi conchita, me metía la cabeza y un poco más y luego la sacaba-

  • Métemela…quiero sentirte

  • Golosa…no te desesperes…- en efecto estaba desesperada por que me la metiera por atrás, me fascina esa posición-

  • Métemela, Carlos…cógeme…quiero tu palo dentro de mí –por fin me la metió- m-m…así, papito, hasta adentro…así, así

  • Tienes un culo maravilloso, Teresita…qué ricas nalgas tienes

  • ¿Te gustan?

  • Me encantan, y con esa cinturita…¡qué culo!

  • Dame más fuerte…cógeme, cógeme

  • ¿Te gusta duro, eh? –me dio unas nalgadas- se me hace que eres bien puta, Teresita.

  • Así, así…mmmmm, qué rico…-me dio un par de nalgadas más- quítate el condón, por favor, tomo pastillas no te preocupes.

  • Ok…ahí te va a capela, chiquita.

  • Ay, así, qué ricoooooooo, a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a –así estuvo bombeándome unos minutos, entonces sentí cómo su verga se hinchó, estaba cerca de venirse- qué rico me coges, papito, así…qué rica verga tienes

  • Me quiero venir en tus nalgas

  • Sí, papito, lléname las nalgas de tu lechita…-entonces me metió la puntita de su dedo gordo en el culo-…más, mételo más…poco a poco…así

  • Eres una güila, Teresita…una putita…y no me voy a cansar de emputecerte más, chiquita.

  • Sí, sí, hazlo…soy tu puta…dame verga…m-m-m-m-m-m-m-m-m-m

  • ¿Eres mi puta?

  • Síííííííííííí…soy tu-ya-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a…dame tu lechita, papito…vente, vente

  • ¿Quieres mi lechita?

  • Sí, papito, dámela…dame tu lechita…pero no me saques el dedo

  • Ya me voy a venir…aaaaaaaaaaaaa

  • Vente…vente…-me la sacó y sin sacarme el dedo del culo, se pajeó hasta venirse y llenarme las nalgas con su ardiente lechita-

  • Toma mis mecos en tus nalgas, Teresita…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…mmmm –en cuanto los sentí me vine por tercera vez…su semen en mis nalgas y su dedo en mi culo me excitaron de inmediato, fue delicioso.

  • Mmmmmm…qué rico

  • Estás riquísima, Tere…qué rico me vine…-me embarró su lechita en mis nalgas con su verga y me la metió un par de veces más, mientras poco a poco perdía su erección.

  • Ay, qué rico

  • Qué lástima que tengamos que trabajar; aunque si acabamos rápido…tal vez nos echemos otro.

  • Mmm, no suena mal. Voy al baño –lo besé y me fui a limpiar y a vestirme.

Nos pusimos a trabajar y un par de horas después llegó uno de los directores (Mario) –yo también lo soy- para ayudarnos a completar la entrega. Estuvimos trabajando durísimo y afortunadamente acabamos, aunque algo tarde y para relajarnos un poco Carlos destapó una botella de champaña; que por cierto, me encanta. Luego de la primera botella –que se fue como agua- la plática fue tornándose algo cachonda e indiscreta y estuvieron contando algunas de sus travesuras e infidelidades. Algunas bastante interesantes y me…inquietaron un poco; de por sí el alcohol me prende bastante.

  • Y tu has sido infiel, Tere?

  • No, claro que no.

  • ¿Nunca? No te creo.

  • ¡¿Oye, que te crees, Mario?! ¿Pues cara de crees que me viste?

  • Pues de alguien que disfruta la vida. De una mujer decidida. Sin miedo al qué dirán…y presiento que tras esa apariencia de fría y calculadora directora, hay una mujer muy ardiente. Me equivoco? La verdad.

  • De acuerdo con Mario.

  • ¿Lo que se diga aquí, se queda aquí?

  • Lo que pasa en mi casa, se queda en mi casa.

  • Bueno…sí, he sido infiel un par de veces.

  • Cuéntanos alguna.

  • Hace algunos años fuimos a una fiesta mi hermana, su novio y yo; mi novio estaba de viaje o algo así. Saliendo de la fiesta, llevamos a mi hermana a su casa y luego su novio me llevó a mi. Durante toda la fiesta el novio de mi hermana me había estado comiendo con los ojos.

  • ¿Cómo ibas vestida?

  • Creo que llevaba…una falda corta, no mini pero sí corta, y una blusa de tirantes con escote… En el camino a mi casa no dejaba de verme las piernas y el escote, incluso me agarraba las piernas por equivocación, según él.

  • Jajaja

  • Típico.

  • Cuando llegamos me pidió pasar al baño, pero en cuanto entramos a mi depa se me echó encima, comenzó a besarme y me prendió enseguida…me resistí poco, la verdad ya andaba con ganas. Caímos en el sofá y sin quitarme la falda…después me arrancó la blusa…mmmm…fue muy rico. Cuando estábamos en el asunto, mi novio llamó por teléfono y nada más oía el recado mientras…ay qué bárbaro, no sé cómo les conté eso.

  • Traviesa la licenciada, eh.

  • Infiel y con el cuñado, ¡qué bárbara!

  • ¿Qué posición te gusta más?

  • Mm…ya se pusieron pesados…mmmmm…varias, de perrito es de mis favoritas –con otro más enfrente, mamándosela, pensé-

  • A mi me encanta esa…ver las nalgas y cómo se las meto…mmmmmmmmm

  • ¿Has hecho tríos?

  • No –otra mentira, gran mentira-

  • Ya se puso interesante, ahorita vengo…voy al baño. –en cuanto Mario salió, Carlos se me acercó y me habló al oído-

  • Podríamos remediar eso, no crees? –me besaba y lamía la oreja-

  • ¿Qué?

  • Lo del trío, te va a gustar…¿no se te antoja?

  • No, cómo crees, Carlos.

  • ¿En serio? Dos hombres para ti solita…te vamos a atender bien, Teresita.

  • No…ya va a salir Mario…-me besó y comenzó a acariciarme las piernas-

  • Te va a gustar, preciosa…dos para ti…-subía su mano y acariciaba mi entrepierna, mi abdomen, las tetas-…te va a gustar, enserio

  • ¿Será? Me dan nervios…nunca lo he hecho –si supiera-

  • Te va a encantar, Teresita. –yo estaba muy dispuesta, de repente sentí cómo Mario se sentó de mi lado izquierdo y empezó a desabotonarme la blusa-

  • ¡Qué ricas tetas tienes, Teresita! –me bajó el tirante del bra descubriendo una de mis tetas y bajó la copa de la otra, después empezó a besarlas, lamerlas y mordisquearlas. Bajó su mano, me desabotonó el pantalón y empezó a masturbarme sobre el pantalón, luego metió la mano, me acarició sobre la panty unos minutos y finalmente metió la mano en mi panty y poco a poco la acercó a mi panochita.

  • Estás bien mojada, Tere…te va a entrar bien fácil mi reata. –siguió masturbándome unos y lamiéndome las tetas, mientras Carlos me besaba y me llevaba mi mano su paquete…mmmmmmmm…estaba durísimo.

  • ¿Te gusta, eh? ¿Te gusta agarrármela?

  • Está bien rica…mmmm…así, así –le dije a Mario.

  • Vente, Teresita, vente en mis dedos, luego me los vas a chupar. –me excitó lo que me dijo.

  • Así, así, ay, qué rico…mmmmmmmmmm…me voy a venir…-en eso ambos me lamieron las tetas, eso fue delicioso- síganle…-yo veía cómo me lamían las tetas y eso me calentó aún más.

  • ¡Qué ricas tetas! ¡Qué duros pezones, mamita!

  • Quiero que me cojan…los quiero adentro…métenmela

  • Mmmmmmmmmmmmm…te vamos a coger como nunca, chiquita…mmmmmmmm

  • Me voy a venir en tus nalgas…como he tenido ganas de metértela, Tere, estás bien buena, cabrona. Te encanta andar de calienta poyas, eh. Ahorita vas a ver

-Aaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyy…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…qué ricoooooo

  • Chúpalos…-me dijo al oído Mario, poniéndome sus dedos en los labios, los mismo con los que me había masturbado- saboréalos…a ver qué tal chupas –le obedecí y empecé mamarle los dedos, los metía a mi boca como si fuera una rica verga.

  • Uy, qué rico.

  • Desvístete –me dijo Carlos, así que me puse de pie me quité lentamente la blusa, que ya estaba desabotonada, luego les di la espalda y me bajé el pantalón poco a poco poniéndoles mis nalgas casi en sus caras.

  • ¡Qué culo! Te ves mucho mejor sin ropa…más rica. Te caes de buena, Tere.

  • ¿Y qué me dices del calzoncito que trae? Se ve que es cabroncita, la licenciada –me quité el pantalón, me acerqué a ellos, me hinqué, me desabroché el bra, me bajé los tirantes uno por uno, y dejé mis tetas libres. Entonces comencé a acariciarles el paquete, uno con cada mano; les desabotoné el pantalón, bajé sus braguetas y les acaricié el paquete sobre su ropa interior. Estaban durísimos.

  • Traviesa, la licenciada.

  • Mámamela…-me dijo Carlos; eso hice.

  • Mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmmm…qué rica…-entonces se acostó en el sillón, así que me subí al sofá me puso en cuatro patas y empecé a lamerle la verga a todo lo largo, bajaba hasta los huevos y se los lamía también; se la lamía, se la mamaba y la chupaba. Se ve que su esposa no era muy buena en eso o no lo hacía en lo absoluto. Mientras

  • ¡Pero qué culo tienes, mamita! –Mario me lamió las nalgas y me dio un par de nalgadas- Cómo se me antojaba metértela de perrito, Teresita. Nomás de ver cómo las mueves, me imagino cómo cojes…-me movió la panty- ahí te va…aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh

  • Aa…así, papito, cógeme…mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…-Mario seguía el bombeo mientras yo seguía saboreando a Carlos.

  • ¡Qué rico la mamas, Tere! Lámeme los  huevos…aaaaahhhhh…así nena.

  • Mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm

  • ¿Te gusta, mami? ¿Te gusta cómo te cojo? ¿eh? –me dio otro par de nalgadas.

  • Mmmmmmmmm…sí…mmmmmmmmmmm…me encanta cómo me coges, cabrón.

  • Me late que eres bien güila, Teresita y te encanta la verga…ay, chiquita qué culo!!!! –así estuvimos algunos minutos.

  • Mmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm

  • Ahora yo te la quiero meter. Siéntate en mi, no dame la espalda y mámasela como sabes a Mario. –se sentó en el sofa, yo me senté dándole la espalda y se la mamé a Mario que se paró frente a mi. Carlos me agarraba de las nalgas y me hacía el sube y baja.

  • De veras que la mama bien rico…uyuyuy…qué boquita, Tere; eres toda una puta.

  • Mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmm

  • Apriétame la verga…aaaaaay, así, mamita…que buena panocha tienes.

  • Vas a hacer que me venga, Tere. ¿Quieres mi lechita? ¿Eh? ¿Me vengo en tu boca?

  • Mmmmmmmmmmmm…¿tan pronto?...mmmmmmmmmmmmm

  • Eres re puta, ¿quién lo dijera? –luego de unos minutos

  • Siéntate aquí Mario, ahorita vengo –él se sentó y lo monté mientras Carlos iba quién sabe a dónde, pero pronto sabría por qué había ido-

  • A ver Mario acuéstate, quiero verle bien el culo a Teresita. –así lo hicimos, pero en el piso para tener más espacio- Eso, así. Qué buen culo, chiquita. –sentí cómo me untaba una especie de aceite en las nalgas-

  • ¿Qué haces?

  • Tranquila, tranquila…tienes unas nalgas deliciosas, Tere, y te encanta pasearlas en la oficina. Todos quieren encamarte, chiquita. Si supieran qué cogidota te estamos dando

  • ¿Tanto así? ¿Todos quieren encamarme? ¿De veras?

  • Bien sabes que sí, cabroncita. Apriétame la reata…mmmmmm, qué rico.

  • ¿Qué haces?

  • Este culito está un poco abierto, Teresita, me late que te gusta una buena verga en el culito, ¿verdad?

  • No, licenciado…-mentí, por supuesto, mientras Carlos me aflojaba el culo con sus dedos y el lubricante que me había puesto-

  • ¡Qué “no, licenciado” ni qué la chingada! ¡Tienes el culo abierto porque te gusta que te la ensarten; y te la voy a meter por el culo, Teresita! Vas a tener dos vergas al mismo tiempo, chiquita.

  • No, me duele…-comenzó la penetración-

  • Síguele, Charlie, está apretando más la panocha esta vieja.

  • Ay…despacio…ayayayaaaaa…así, así

  • Sabía que te gustaba por el culo; lo tienes bien rico…lista, te voy a bombear.

  • Ay, sí…qué rico, cójanme…ay, qué ricas vergas, así, así…mmmmmmmmmmmmm…quiero que te vengas en mi boca…-Mario se salió y se sentó frente a mi para que pudiera mamársela- mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm

  • Eres bien puta, Teresita Agárrate las tetas, pellízcatelas…así…ay, me voy a venir

  • Mmmmmmmmmmmmmmmm…vente, vente…mmmmmmmmmmmmmmmm –Carlos sacó su tronco de mi culo y lo metió en loa conchita- mmmmmmmmmmmmm

  • Ya voy a acabar…Tere…ya voy a acabar

  • Vente adentro…-apreté su verga con mi panochita- mmmmmmmmmmmmm

  • Tómate mi lechita…aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh

  • Mmmmmmmmmmmmmmm…-casi al mismo tiempo acabó Carlos en mis nalgas; sentí delicioso su caliente esperma en mis nalgas; la mezcla de todo me provocó otro orgasmo. Fue delicioso. Seguí mamándosela a Mario hasta perdió su erección.

  • Coges delicioso, Tere. ¡Guau!

  • Espero que no sea la última.

  • ¿Tanto les gustó? ¿De veras?

  • Pero cómo no, preciosa, si estás riquísima y sabes cómo usar todo lo que tienes. Este culo –me lo acarició Carlos- es delicioso. Hay que hacer más reuniones de trabajo como estas. Tu y yo vamos a tener reuniones muy seguido.

  • No se vaya a poner celosa tu esposa de tanto…trabajo.

  • Algo se me ocurrirá. Pero seguro habrá más tardes de trabajo, ¿o no, Mario?

  • Seguro que sí.

Y así fue.