Trabajando con mi Tia Laura 12
Disfrutando del fin de semana y aclarando muchas cosas que permanecian ocultas.
Unos minutos después el catering por fin aparecía y yo me caí de culo cuando vi quien los acompañaba. Espectacular como no podía ser de otra manera mi prima Gemma aparecía detrás de los dos trabajadores del catering que nos traían la comida para poder pasar todo el dia fuera.
Nada mas verme aquella hermosa diosa de carita cálida se fundió en un cariñoso abrazo conmigo mientras ella hundía su cara en mi cuello yo me perdía en el olor de su pelo. Los pipas que nos habían traído el catering bajaron del barco y soltando amarras mi tía saco el barco del puerto. Mientras todo esto sucedía mi prima Gemma y yo no nos habíamos separado ni nos habíamos movido.
- Vamos tortolitos reaccionar – nos dijo mi tía a nuestra espalda. Juro que no podía ni decir palabra.
(*) Nota para el lector si no ha leído capítulos anteriores:
Aquella mujer que ahora estaba delante de mi era la chica a la que veinte años mayor que yo había entregado mi virginidad, con catorce años de edad, durante un verano, no cumplía los quince hasta octubre y durante todo aquel verano me había enseñado cada tarde, durante la siesta como debía satisfacer a una mujer, contando yo ahora diecinueve años para cumplir veinte. Ahora por causas de la vida su marido que era un alto cargo militar había desaparecido de su vida para casarse con otra y la había abandonado después de haber dado en cinco años a luz a tres niños.
Mi prima para mi era Mi Todo, era mi primera mujer a la que me había entregado y que durante ese verano me había invitado a disfrutar tanto de su cuerpo como el de alguna de las chicas que servían en nuestra casa como el de alguna de sus mas intimas amigas.
Por un segundo mas y siguiendo sin palabras no pude mas que perderme en el verde de los ojos de mi prima mientras la miraba aun anonadado con la sorpresa de su visita. – Ahora mi trabajo está destinado en Rota y la Tía Laura me dijo que veníais el fin de semana y quise escaparme para verte – me susurro mi prima. – Vaya como has cambiado primo – me dijo ella mientras empezaba a recuperarse del shock inicial de verme y alejándose un par de pasos de mi veía como aquel niño de catorce años se había convertido en todo un hombre de diecinueve. – Vaya cambio has dado en estos cinco años – me dijo mientras de nuevo se volvía a fundir en un hermoso abrazo conmigo.
- Guaaaau prima no sé qué decir – le dije mientras era incapaz de hacer otra cosa que mirarla. – Primo no sabes como me he acorado de ti todos estos años – me susurro. – Mandaron a mi padre a la Base Aérea de Ramstein en Alemania y allí conocí al que ha sido mi marido durante cuatro años – me confeso. – ¿Ha sido? – le pregunte. Si, primo, me acabo de divorciar y me he venido con mis padres a la base militar de Rota mientras busco casa por la zona – me confeso. – Ahora soy madre de tres niños como sabrás, pero quiero volver a retomar mi vida – me confeso. – Y cuando Laura me dijo que veníais a Marbella decidimos montarte entre tus mujeres y yo esta sorpresa – me confeso ella. - ¿Entonces lo sabes todo? – le pregunte necesitando sentarme. – Si – me confeso ella. – En un primer momento pensé que con aquel verano a lo mejor te había hecho daño, pero luego Laura y tus otras tres mujeres me han contado con pelos y señales el generoso amante en el que te has convertido – me susurro mientras se sentaba a mi lado.
– Gemma para mi aquel verano fue el mas feliz de mi vida – le confesé. – Te entregue mi virginidad y desde entonces he aplicado todo lo que aprendí contigo en aquellas siestas – le dije. En ese momento Gemma me miro y poniéndose de pie delante de mi dejo que el vestido de gasa blanca con estampado floreado que llevaba acariciase su cuerpo al dejar caer sus tirantes y arrugarse grácilmente a sus pies desnudos mientras mi prima se mostraba ante mí con un precioso bikini negro .
Gemma en ese momento quedo de pie delante de mí. – Espero que aun te siga gustando el cuerpo de esta recién estrenada cuarentona – me dijo mientras me quedaba con la boca abierta viendo como su blanco cuerpo se mostraba ante mí.
Ni me había percatado de que mi tía había extendido el velamen del barco, ni de que navegábamos paralelos a la costa hacia ya rato ni de nada. En ese momento solo tenia ojos para mi prima. – Mira ni se ha dado cuenta de que yo estoy desnuda – oí que decía mi tía apareciendo detrás de mí desnuda. Entre las dos me ayudaron a levantarme y me desnudaron mientras las manos de ambas extendían la protección solar por mi cuerpo.
De nuevo mi tía hablando con mi prima le dijo – Si quieres te ayudo a ponerte crema para que no te quemes –. – Me parece una idea perfecta – le sonrió con esa sonrisa maravillosa Gemma. Mi tía se posiciono detrás de ella y Gemma de pie delante de mi se dejo untar con el protector solar por mi tía.
Ésta empezó por los hombros y la espalda en la que deshaciendo el nudo del sujetador del bikini dejo que este cayese al suelo dejando a mi vista aquellos maravillosos pechos coronados con un precioso pezón rosa enmarcando unos pechos pequeños de una talla ochenta. Mi prima mientras miraba como el sujetador caía a sus pies echando su cuello hacia atrás invito a mi tía a besarla mientras veía como los labios de mi tía empezaban a recorrer el hombro de mi prima y sus manos se apoderaban de sus pechos. Sentí la necesidad de levantarme y unirme a ellas, pero mi prima me detuvo. – Deja que me prepare para ti – me susurro mientras su mano empujaba mi hombro hasta volver a sentarme y a la vez la mirada de mi tía se cruzaba con la mía mientras tomaba de nuevo asiento y veía como sus bocas se empezaban a devorar con auténtica pasión.
Mi tía permanecía detrás de mi prima mientras veía como las manos de mi tía recorrían el abdomen de mi prima delante de mí. Poco a poco las manos de mi tía fueron bajando hasta colarse por dentro de la braguita del bikini de mi prima. Mi prima sintió los primeros latigazos de placer que le provocaban las caricias de mi tía y mientras esta se volvía a llenar las manos de crema protectora, mi prima con sus manos sin dejar de besar a mi tía deslizaba suavemente los laterales de su bikini por su cadera para hacerlos resbalar por sus preciosas piernas. Las manos de mi tía conocedoras del placer, tardaron poco en hacer que mi prima se corriese entre las manos de mi tía que empleando sus dedos al mismo tiempo castigaba su clítoris y la penetraba con tres dedos. – Como se nota que has dado a luz tres veces – le susurro mi tía. – Si eso y ver aquí la enorme polla de mi primo me hacen dilatarme muy fácilmente sin olvidar el trabajo que están haciendo tus deditos en mi coño – susurro mi prima mientras se recuperaba del orgasmo que le acaba de provocar mi tía y veía como el flujo de esta le corría pierna abajo por el interior de sus muslos. – ¿Lo has visto? – le dijo mi tía mientras hacía que la mirada de mi prima Gemma se posase en mi de nuevo. – Esta como una fiera enjaulada deseando que le des luz verde para clavarse dentro de ti – le susurro mi tía que ahora se corría en la mano de Gemma que sutilmente se había estado follando el coño de mi tía. – No sabes la de dedos que me voy a hacer mientras os veo amaros – le gimió mi tía mientras de igual manera su flujo también corría pierna abajo.
Poniéndose en cuclillas mi tía empezó a extender la crema protectora desde los pies de mi prima para empezar a subir por sus pantorrillas hasta sus rodillas. De aquí mi tía se volvió a echar crema en las manos y continúo extendiéndola desde las rodillas de mi prima en dirección a sus caderas recreándose en sus muslos. – No sabes lo cachonda que estoy ahora mismo primo – me dijo Gemma. – Pues mira como estoy yo – le dije meneando mi polla. – Menuda salvajada voy a hacer en breveeeeeeeeeee – gimió mi prima mientras sentía como los dedos lubricados de mi tía horadaban su ano. – Sigue, sigue que lo necesito – gimió Gemma mientras sentía como tres dedos de mi tía perforaban su ano. Mi prima en ese momento doblo su cuerpo en un perfecto ángulo de noventa grados y quedando su cara justo en frente de mis sus labios y los míos se juntaron mientras mi tía habiéndose incorporado seguía profanando sin piedad el ano de mi prima. – No sabes lo que me gusta que me follen el culo desde que tu me lo hiciste primo, ¿Te acuerdas? – me pregunto. – Yo recuerdo como te entregue la virginidad de mi culo y saber que hoy de nuevo vas a volver a follarmelo, no sabes, no sabes, nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo – berreo mi prima mientras explosionaba en un maravilloso orgasmo y en ese momento habiendo puesto solo la yema de sus dedos en mi polla yo había reventado con ella y mi corrida estaba impactando con la zona baja de mi mentón, el mentón de mi prima y esta al darse cuenta de que me estaba corriendo había apuntado mi polla a sus tetas donde otros tres chorretones habían ido a regarla.
Mi tía nos miraba alucinada ya que la corrida mía había sido espectacular. Por un segundo Gemma se quedó besándome mientras mi corrida se extendía entre su cara y la mía. – Espectacular como aquel verano primo – me dijo mientras dejaba de besarme y su lengua recogía los restos de corrida que se habían depositado en mi mentón. – Sigues siendo delicioso primo – me dijo mientras sin apartar la mirada me hacia estirar el cuello y recogía todos los restos de semen que habían ido a parar a mi cuerpo.
Luego girándose hacia mi tía y echando su pelo por detrás de sus hombros se sentó a mi lado para dejarme ver como mi tía lamia los restos de mi corrida que se habían depositado en los pechos de Gemma. Mi tía con el mayor de los cuidados usando la punta de su lengua recogió los restos de mi corrida y los compartió con mi prima mientras a mi lado se besaban lujuriosamente.
Después de estar un rato enrollándose yo a su lado observaba encantado como tía y sobrina se amaban. – Mira – dijo mi tía atrayendo la atención de Gemma. – No se le ha bajado la empalmada nada – susurro mi tía mientras cogiendo la mano de Gemma la ayudaba a pasar por encima de mi y quedando entre sus piernas mi prima mirándome tímidamente de aquella manera que me derretía ayudada por la mano de mi tía que había colocado mi polla en línea recta ayudaba a mi prima para que de nuevo después de cinco años me volviese a clavar dentro de ella.
Lo que sucedió a continuación fue lo mas maravilloso que he visto en mi vida y que nunca más he vuelto a ver ni a oír que a nadie le haya pasado. Mientras mi prima colocaba su vagina entorno a mi glande y sus labios se abrían para recibirme mi prima se volvió a correr sobre mi polla llenándola de flujos mientras veía como mi tía empezaba a grabarnos.
Gemma espero a que su orgasmo arreciase y bajando suavemente su cadera unos tres centímetros de mi polla entraron dentro de ella. En ese momento sentí como de nuevo la vagina de mi prima se empezaba a contraer y a estirar mientras me daba a conocer que de nuevo se estaba corriendo. Mi prima coloco sus manos en mis hombros para ayudarse en la comenzada de la follada. En una nueva sentada mi prima se introdujo otros seis centímetros mas de polla y sentí como todo su cuerpo vibraba y de nuevo mi prima regaba toda mi polla con otra maravillosa corrida. Mi prima mientras temblaba sobre mi se recuperaba de su orgasmo y bajando suavemente introducía otros dos centímetros mas de mi polla mientras directamente esta vez se orinaba de gusto sobre mi y ahora yo debajo de ella me moría de placer al sentir tantas veces vibrar su coño rodeando mi polla. – Solo el tiempo que llevo esperando volver a sentirte puede explicar esto – me susurro ella.
Mi prima estaba agotada sobre mí. – Solo llevo la mitad de tu polla, ni siquiera he llegado a clavármela por primera vez por completo y ya me he corrido cuatro veces primo – me susurro mientras colmada de placer su frente se apoyaba en la mía y me dejaba oír su respiración desbocada. En un nuevo movimiento hizo que otros cuatro centímetros de mi polla entrasen dentro de mi prima y esta vez reventase en un maravilloso squirt. – Primo ya no puedo más – me gimió agotada mientras notaba como su vagina ya completamente relajada con sus músculos cedidos lo máximo posible solo con el peso de mi prima sobre mi polla hacia que esta por completo se hundiese dentro de ella mientras mi prima dejaba su cadera resbalar hacia abajo. – Esto no me ha pasado en la vida – dijo mi prima derrotada sobre mi hombro. – Solo en la primera estocada, correrme cinco veces, jamás me ha pasado – gimió mientras apoyada en mi hombro miraba directamente a la cámara que sostenía mi tía y dejando que ella se acercase de nuevo se besasen mientras sentía en mis piernas y en mi cadera todo el grácil peso de mi prima derrotada sobre mí.
– Clávamela tu primo, yo no puedo ni moverme – me confeso mi prima mientras me seguía diciendo – pero me muero de ganas de rememorar como te mueves dentro de mi – susurro. Cogí a mi prima en volandas y cruzando sus piernas por detrás de mi cadera la levante para tumbarla sobre el colchón que había delante de nosotros.
Tumbe a mi prima boca arriba mientras mi tía nos cubría del sol con el toldo que había debajo de la botavara. Mi prima flexiono sus piernas y colocándome sobre ella empecé a penetrarla mientras sentía el placer que me daba. – Joder que bueno – gemía entre dientes mientras yo encima de ella entraba y salía. Sigue así que me corro por el culo – me susurro dándome a entender que con los nervios no me había dado cuenta y estaba follándome el culo de mi prima y no su vagina. – Pensaba que estaba entrando en tu vagina – le gemí en su oído mientras apoyándome en mis rodillas y en mi codo derecho me clavaba dentro de ella con más ímpetu y hacía que todo mi cuerpo rozase el suyo. – Lo estoy disfrutando y mi coño así descansa – me susurro mi prima mientras su mano izquierda acariciaba mi espalda y bajando hasta mi nalga derecha me empujaba para clavarme en ella lo mas profundo posible. – No sabes lo que me alegra volver a sentirte entrando por donde me desvirgaste primo – susurro Gemma de nuevo mientras mi tía no paraba de grabarnos.
Mi prima apenas mecía su cuerpo debajo de mí, pero me encantaba sentirla. Por un momento mas mi prima me dejo clavarme dentro de ella y de repente note como los talones de mi prima se clavaban en mis nalgas y por defecto me clavaba dentro del culo de mi prima mientras sentía como esta se corría de nuevo. Las piernas de mi prima mantuvieron la tensión hasta que su orgasmo empezó a desaparecer. – No sabes lo feliz que me estas haciendo ahora mismo – me susurro mi prima mientras de nuevo me volvía a mirar con aquella sonrisa que me derretía. – Ahora quiero que hagas el juego de la follada que hacíamos, ¿te acuerdas? – me pregunto. El juego que hacíamos ese verano básicamente era que la penetraba haciendo entrar mi polla dentro de ella agarrando mi polla por la base, penetrándola unos cinco centímetros me agarraba la polla por la base y empujando hacia abajo hacia que mi glande rozase su punto “g” y así me la follaba hasta que yo me corría dentro de ella después de dejarla muerta a corridas suyas por castigar su punto “g”.
Mi tía miraba curiosa a la vez que grababa y farfullaba – A mi me has follado así varias veces – me susurro. – Ella fue la que me lo enseño – le respondí. Comencé a clavarme a una velocidad endiablada dentro de mi prima mientras mi glande no paraba de rozar su punto “g” y mi prima una tras otra vez se corría sobre mi y hacia que toda mi cadera se llenase de sus fluidos y mi prima empezaba a convulsionar mientras tras doce corridas encadenadas así, mi prima se quedaba completamente desfallecida al haberla follado hasta sobre pasar todos sus límites.
En ese momento al ver que mi prima no respondía ni se movía con mis embates me levanté y fui en busca de mi tía mientras aplicándole el mismo método mientras me clavaba dentro de mi tía ella disfrutaba de los orgasmos que le estaba dando. Joder, joder, joder, gemía mi tía mientras justo antes de perder el conocimiento sentía como me iba a correr dentro de ella.
- Nooooooooooooo, yo te ayudo, pero debes correrte dentro de Gemma – me gimió mi tía mientras me ayudaba separando las piernas de Gemma que empezaba a recuperar el conocimiento y clavándome dentro de su coño me corría dentro de su itero llenándola de semen. Cuando me salí del coño de mi prima mi tía poseída se lanzo a comerme la polla que tras la corrida había dejado apoyada sobre el abdomen de mi prima donde mi tía me la estuvo chupando hasta dejarla limpia. – Que gusto volver a sentir como me llenas de ti primo – susurro Gemma mientras tapaba su vagina para evitar que mi corrida saliese de ella.
No pude hacer más en ese momento que besar a mi tía y recorrer con mi mirada la suya. – Te quiero tía – le dije. – A ti siempre te he amado y siempre te amaré – dije mientras la mirada de Gemma y mía se cruzaban y acercándome a ella también la besaba. – Mi corazón siempre será tuyo primo – me susurro mi prima. En ese momento me puse de pie y por la borda del barco me lancé al agua de cabeza para refrescarme.
A continuación, me siguió mi tía y detrás de nosotros mi prima. Nos estuvimos bañando y refrescándonos durante un rato y de nuevo subimos a cubierta a disfrutar de la comida que habíamos traído.
Mi prima Gemma me confeso que realmente nunca se había olvidado de mí. A través de mi prima Raquel había seguido teniendo noticias de mi y luego contando también con mi tía Laura entre las tres habían decidido intentar atraer de nuevo mi atención. Por supuesto el resto de mujeres habían sido regalo del mero azar y del devenir de los acontecimientos. Mi prima me conto que desde aquel verano ningún hombre o mujer con los que había estado le había hecho ni la millonésima parte de feliz que la acababa de hacer aquella mañana yo. – Nunca he podido ser fiel a ninguna persona primo – me confeso ella. – A mí también me pasa – le confesé. – Si, así has acabado con cuatro mujeres – dijo empezando a reírse mi tía Laura. – Todos nos reímos, pero no me quedo mas que darle la razón.
Gemma nos dijo que en breve empezaba a trabajar para una consultora militar y que por lo menos una vez al mes tendría que ir a Madrid a mantener reuniones en el Ministerio de Defensa y que si yo quería para ella seria un placer poder vernos. – Eso no lo dudes – le respondí sin dudarlo un momento. – La verdad es que ahora entiendo por que se te da tan bien satisfacer a cualquier mujer – me dijo mi tía. – He tenido una buena maestra – le respondí yo mientras comiendo no podía evitar acariciar la mano de mi prima.
Mientras comíamos era incapaz de apartar la mirada de mi prima. – Que te la comes con los ojos – me dijo mi tía mientras me miraba risueña. – Esta es la mujer que me enseño la sexualidad, y mírala, es preciosa, ¿Cómo quieres que aparte mi mirada de ella? – le dije a mi tía mientras me lanzaba a besarla.
En ese momento mi prima me dejo que tomase completa posesión de ella mientras boca arriba desnuda como estaba se dejo caer por completo sobre la cubierta del barco mientras yo sobre ella me colocaba entre sus piernas y con mi polla dura como un misil empezaba a puntear mi glande sobre su clítoris. – Sigue así es mil veces mejor que cualquier comida de coño – gemía ella debajo de mí. Mi tía al lado de nosotros solo miraba y de nuevo empezaba a grabar mientras se masturbaba a nuestro lado y mi prima y yo nos besábamos sin parar rodando por el colchón de goma espuma. – Vamos a follarnos, ¿te parece? – me dijo mi prima cuando rodando quedo sobre mi y note como colocando su cadera se introducía mi glande por completo dentro de su vagina. – No sabes lo feliz que soy de volver a sentir tu miembro dentro de mi – me dijo mientras de nuevo sentía como mi prima se corría sobre mí. – Mira lo feliz que me haces que con solo tocarme consigues que me corra primo – gemía ella mientras oscilando su cadera sentía como en anillo de su vagina estimulaba mi glande. – Prima no juegues así que me corro enseguida – le dije mientras me clavaba hasta el fondo dentro de ella. – Dios de mi vidaaaaa – gimió mi prima cuando sintió como me acoplaba en su interior y lo llenaba por completo profanando todo su útero. – ¿Sabes que en estos años has crecido primo? – me dijo mientras girábamos y ahora era yo el que le daba polla a ella. – Es lo que pasa desde los catorce a los diecinueve años – le respondí. – Pues me encanta, has crecido muy bien – me respondió mientras sentía como perforaba como un martillo pilón su interior.
Tras varias vueltas y rodar por el colchón de goma espuma Gemma se puso boca abajo justo delante de mi tía y acercándose a ella reptando grácilmente flexiono sus piernas frente a ella mientras elevaba sus caderas para dejarme entrar dentro de ella a la vez que acercando su cara entre las piernas de mi tía empezó a comerle el coño. Mi tía se retorcía de placer con la lengua de mi prima jugando en su interior. – Desde luego sabes perfectamente donde dar tu lengua sobrinaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gemía mi tía mientras inconscientemente intentaba apartarse de la lengua de mi prima que le hacia encadenar orgasmo con orgasmo.
Mi tía se acabo desmayando de tanto placer y quedo tendida a nuestro lado mientras respiraba pausadamente. Mi prima a la que yo mientras había estado follando por el culo sin piedad me invito a que me corriese sobre ella y sacando mi polla de su culo me diese las ultimas sacudidas con la mano y mi polla derramase mi semen desde el hombro izquierdo de mi prima a su nalga derecha. – Dámelo como tú sabes – me susurro mi prima. – Aun te acuerdas – me pregunto. – Prima durante todos estos años te puedo asegurar que no he olvidado ni un solo segundo de aquellas siestas que pasábamos juntos – le confesé.
Mi prima me sonrió. – Me encanta que así sea me dijo mientras había adoptado la posición de esfinge y mientras yo recogía con mi polla mi simiente de su espalda me acercaba a ella que abriendo la boca la degustaba golosamente.
Una vez que terminamos nos sentamos de nuevo en los sofás de cubierta. Durante un largo rato permanecimos allí los dos sin decir palabra simplemente sintiendo el cuerpo del otro a nuestro lado mientras mi tía yacía tumbada a nuestro lado.
- ¿Sigues en el ejercito entonces no? – le pregunte a mi prima ahora que la sangre me llegaba al cerebro. Mi prima había sido dentro de la cadena de mando un alto cargo y había estado a lo largo de su vida en bastantes conflictos bélicos desde que ingreso en el ejercito con dieciocho años hasta el dia de hoy en el que como me había confesado acaba de cumplir los cuarenta años.
– No – dijo negando con la cabeza. – Ya lo he dejado – me confeso. – Desde el divorcio hace seis meses no he querido ir a ningún conflicto, mi marido se fue de la noche a la mañana a Estados Unidos con su secretaria y desde allí me mando los papeles del divorcio diciéndome que sentía que nunca se había sentido amado y hace tres meses pase a trabajar para una consultora que trabaja para la OTAN. Ahora hago más trabajo de teoría, que de campo y así me mantengo cerca de mis hijos – me confeso. – Pero te mentiría si te dijese que en toda esta oportunidad no he soñado mil veces con tener la oportunidad de volver a verte – me confeso.
Si después de hoy apareces en mi vida necesito que sea para que te quedes – le dije. – Después de aquel verano no fui capaz de volver a amar a ninguna mujer hasta que empecé con Raquel y aquello fue lo que me abrió las puertas para amar también a la tía Laura y la Prima Isa además de a Maina – le dije. – Si ahora apareces para volver a desaparecer dentro de unos meses sé que eso me dejara destrozado y dejare de igual manera de amarlas a ellas – le confesé mientras ella me besaba.
Ya cometí ese error una vez y no volveré a repetirlo – me confeso ella. – Esta vez como te he dicho nos veremos mientras quieras una vez al mes – me prometió ella. – Ahora ya no tienes catorce años, ya tienes casi tu vida hecha y la manera en la que la llevas me encanta primo, esta vez no me entrara el miedo, ni las dudas, puedes estar tranquilo – me susurro mientras se acurrucaba contra mí y sentía como todo su cuerpo me envolvía.
Si tu quieres en dos semanas subo a Madrid te paso un WhatsApp con mi numero y tu decides si quieres invitarme a que duerma en tu casa o prefieres que me quede en un hotel – me dijo dejándome ver la seguridad que ya me había demostrado tener años atrás.
Mi prima no espero respuesta por mi parte y se quedo abrazada a mi hasta que mi tía despertó al cabo de una media hora. Al recuperar la conciencia ella dijo – Así que esto fue lo que le paso a Magda – susurro. – Menuda pasada – dijo mientras se acercaba a nosotros y besaba a Gemma. – Me ha encantado que te hayas unido a nuestra excursión – le susurro mi tía. El sol se empezaba a poner ya y decidimos que era hora de volver a puerto.
Poniéndose ya el sol atracamos en el puerto y Gemma se despidió de nosotros. Nos dijo que le hubiese encantado quedarse a pasar la noche con nosotros, pero la canguro a las diez de la noche se tenia que ir.
Vi como aquella hermosa mujer se alejaba por el muelle justo después de decirme – Bueno ya sabes si quieres en dos semanas nos vemos – me susurro mientras oía en la mochila en la que llevaba el móvil este sonaba. – Yo siempre te amare, como todas ellas te aman a ti, nunca fui capaz de amar a ningún otro hombre que no fueses tu – me dijo mientras había sentido como sus labios se habían unido a los míos en una despedida que esperaba que solo fuese un hasta luego.
Mi tía se dio cuenta de que algo pasaba, pero no me dijo nada. Una vez nos subimos en el coche nos dirigimos de nuevo al hotel. – No sabes el mazazo que fue para mi cuando al acabar el verano Gemma desapareció y nunca respondió ni a mis cartas, ni a mis mails ni a mis sms – le confesé a mi tía mientras me dejaba caer en el sofá del salón de la habitación. – En aquella época me acosté con todas las amigas de tu hija, de todas las primas y de las de mi hermana además de amigas de mi madre y amigas tuyas, profesoras particulares, del instituto, de la universidad, canguros, amas de llaves limpiadoras – le confesé a mi tía. – Ninguna mujer, en el momento que veía mi polla se resistía a mí y ninguna despertó en mí el menor signo de afecto mientras las conseguía arrastrar a folladas increíbles, o las hacia montar tríos con sus hermanas, con sus madres, con sus tías o con sus amigas en una vorágine de sexo cada vez mayor, ninguna me lleno. Hasta que en mi vida aparecisteis tu hija y tu tía – le confesé a mi tía mientras me dejaba caer en el sofá. – Para mi y para mi hija amarte a ti ha sido lo más bonito que nos ha pasado sobrino – me dijo mi tía en ese momento apoyando sus rodillas en el suelo y mientras yo permanecía sentado en el sofá ella me abrazo de una manera tan maternal que nunca había sentido. – Sobrino nosotras te queremos, te amamos y no queremos verte sufrir por nada en este mundo, sabemos que eres una persona muy especial y que de igual manera eres tan único como afectuoso – me susurro mi tia. – Creo que Gemma se arrepiente de haberte perdido hace años y ahora solo busca la manera de recuperarte – me confeso mi tía.
Mi tía me dejo hundir mi cara en su pecho y comenzó a hablar – Fue hablando con Gemma como nos enteramos de tu historia con ella hace unos meses y fue con ella por lo que tu prima y yo decidimos habiendo tenido también sentimientos por ti entregarnos por completo a ti como ya lo hizo ella. Fue con ella con la que empezamos a planear como debía seguir toda una vez que aparecieron Maina, tu prima Isa o Paqui, pero nosotras, tus mujeres, puedes estar segura que nunca te abandonaremos – me dijo mi tía mientras no había parado de acariciar mi pelo.
Esa noche mi tía y yo salimos como una pareja a cenar estuvimos en una terraza sentados a pie de playa y disfrutamos de una maravillosa cena en la que hablamos de miles de cosa. Mi tía en un pequeño inciso si que me conto que Gemma se sentía muy culpable por haberme dejado como me dejo pero que ahora parecía que después de algunos años había recapacitado y parecía que estaba mucho mas centrada y con las ideas mas claras que antes. – Todos nos equivocamos – me dijo mi tía – eso es algo que debes tener en cuenta – me susurro mi tía justo antes de cambiar completamente el tercio de la conversación. Y así fue como hasta las tres de la mañana mi tía y yo estuvimos disfrutando de la costa malagueña. Mi tía y yo llegamos al hotel como he dicho cerca de las tres de la mañana nos fuimos a la habitación.
Nada mas entrar por la puerta de la habitación en el salón mi tía se arrodillo delante de mi. – Sobrino necesito amarte ahora mismo y que tu me ames a mi – me susurro mientras sus manos habían desabrochado mis pantalones y junto con mis gayumbos las manos de mi tía los hacían bajar por mis caderas hasta sacarlos por mis pies. Mi tía me hizo levantar cada pie y liberarme de los pantalones. La mano derecha de mi tía se apodero de mi miembro y levantándolo comenzó a comerse mis huevos mientras mi polla empezaba a endurecerse.
Mi tía de rodillas delante de mí comenzó sensualmente a chupar mi polla mientras aun estaba solo morcillona. Ver como su preciosa cara se estampaba grácilmente contra mi me estaba terminando de hacer que me empalmase del todo. – Sabes Tía con Gemma el sexo siempre era salvaje, duro, impulsivo hasta lograr el orgasmo – le confesé. – Pero esta noche contigo no quiero que sea así, quiero hacerte el amor no follarte – le dije a mi tía mientras me sentaba en el sofá después de deshacerme de la camisa que llevaba puesta. – Estaré encantada de que hagas lo que me hagas se que disfrutare contigo – me dijo ella.
Mi tía por un momento mas me miro y me pidió – Desnúdame sobrino – en ese momento sentí como un escalofrió recorría mi cuerpo. Me puse de pie y besando cariñosamente a mi tía me empecé a enrollar con ella mientras nuestros labios s e juntaban. En ese momento oí como la puerta de la habitación se abría. Mi tía me abrazo para que no parase. – Sigue por favor – oí como susurraba mi tía en mi oído mientras mis manos eran cogidas por las suyas y llevadas de nuevo a su cintura mientras veía como Gemma entraba en la habitación y se sentaba silenciosamente en el sofá que había en frente de nosotros.
Tras ver como Gemma se sentaba en el sofá seguí como me había pedido, besando a mi tía y suavemente llegué a la cremallera que por debajo de su axila llegaba hasta su cadera. Sentí como cada diente de la cremallera era desabrochado por el pasador y como al llegar a su cadera el vestido acariciando todo su cuerpo se deslizaba hasta sus pies. Mi tía quedo delante de mi con un precioso conjunto de ropa interior. – Eres preciosa – le dije mientras la llevaba a la cama de su habitación y como un leopardo, silenciosa Gemma nos seguía para sentarse en el butacón que había al lado de la mesa.
Llegue con mi tía a la parte superior de la cama mientras los dos de pie delante de la misma nos besábamos. Pasando mi mano derecha desde la cintura de mi tía a sus hombros deje que la yema de mis dedos acariciase su piel y en una de las pasadas mis dedos hábilmente desabrocharon el cierre del sujetador dejando a la visto los hermosos pechos de mi tía y la disposición de mi boca. Me entretuve durante el tiempo necesario en probar los pechos de mi tía desde el contorno de los mismos hasta su pezón llegando a dar el mayor de los placeres a mi tía. A continuación, ahora fui yo el que me puse de rodillas delante de ella y poco a poco fui haciendo bajar las braguitas que llevaba puestas mi tía. Y de igual manera que ella hizo la invite a levantar cada pie para poder sacarlas por completo.
En ese momento se las lancé a Gemma y seguí dedicándome a mi tía. La invité suavemente a sentarse en la cama y separando sus piernas me sumergí en darle placer oral mientras de reojo veía como Gemma lamia mirándonos la entrepierna de la tela mientras con la otra mano levantando su falda se empezaba a masturbar mientras nos miraba a ambos.
Sentí como la mano de mi tía se apoyo en mi coronilla y como mi tía ejercía presión haciéndome entrar dentro de ella. Minutos después sentí como mi tía entre gemidos y espasmos se corría en mi boca. Pase de atacar su clítoris a acompañarla en el orgasmo y ayudarla a extenderlo lo máximo posible.
Una vez mi tía hubo terminado su orgasmo me acompaño a sentarme a su lado mientras nos volvíamos a besar de nuevo. Mi tía me hizo separar las piernas y colocándose entre ella agarro con su mano mi miembro y comenzó una dulce mamada mientras su mirada se clavaba en la mía al tiempo que me la chupaba poco a poco y sin forzar su garganta me daba placer. En la habitación solo se oía el chapoteo de la saliva de la boca de mi tía y los gemidos de Gemma y los míos propios.
Cuando mi polla goteaba ya la saliva de mi tía que había cubierto por completo mi polla mi tía gateo sobre mí y empujándome con su cadera a meterme algo mas dentro de la cama y a girarme a para apoyar mi cabeza sobre la almohada mi tía se sentó a horcajadas sobre mi y comenzando a follarse mi polla dejo que esta la profanase una vez por completo. – Que gustazo de polla tienes sobrinoooooooooo – gimió mi tía cuando sintió como mi polla llenaba por completo todo su coño. En ese momento mi tía comenzó a follarme suavemente. Veía como delante de mi el cuerpo de mi tía subía y bajaba mientras me deleitaba viendo como sus pechos se movían sobre mí. – Comételas lo estoy deseando – me gimió mi tía mientras clavándome dentro de ella sentía como mi tía se corría para mi por segunda vez. Sentía como el cuerpo de mi tía se contraía mientras yo devoraba sus preciosos pezones. – Me encanta sentir tu lenga en mis tetas – me susurro mientras de nuevo empezaba a moverse mi tía.
Yo la veía subir y bajar mientras mi tía me besaba sin parar. - ¿Quieres follarla a ella como tú quieres follarla? – me pregunto mi tía. – A mi me has dejado satisfecha para una semana por lo menos después de hoy – me confeso mi tía. – Si así lo quieres lo hare – le dije a mi tía mientras quedándome boca arriba mi tía se desacoplaba de mi y yendo hasta Gemma la invitaba a levantarse. – Si le vuelves a hacer daño tendrás que vértelas con nosotras – le susurro mi tía mientras la ayudaba a quitarse el vestido que llevaba. – Te juro por lo que más quiero que jamás volveré a hacerle daño – le contesto Gemma bajando la mirada.
Mi prima se acerco a mi gateando por el colchón y llevando su mano a mi polla comenzó a masturbarme suavemente. – Primo siento haberte hecho el daño que te hice, lamento ser la razón por la que no has podido amar a ninguna mujer después de estar conmigo, a mi me paso lo mismo después de estar contigo y ese precisamente era mi miedo y lo que provoco que me alejase de ti, pero ahora se lo que quiero y lo que quiero es que dispongas de mi como tu quieras, quiero entregarme a ti y que me quieras como yo nunca he dejado de quererte. Ahora se que una mujer de cuarenta años puede amar a su primo al igual que ama a sus primas de veinte tantos años y a su tía de cuarenta y tantos años – sentencio mi prima mientras posicionando su cadera con la mía al igual que había hecho mi tía se profanase su coño con mi polla. – Por ti estoy dispuesta a hacer lo que quieras – me dijo Gemma mientras de nuevo volvía a estar dentro de ella.
Sentir el interior de mi prima me hizo recordar aquel verano en el que tenia catorce años de nuevo y en el que mi prima en la cámara (es el piso superior de cualquier casa de campo que se usaba de bodega) de la casa de Cádiz me enseño a amarla y a satisfacerla. Recuerdo como mi prima condón tras condón me enfundaba y durante tres horas cada dia me montaba y la montaba sin piedad. Ahora sin embargo mi prima como toda su actitud estaba siendo delicada conmigo. Y de igual manera que aquellos primeros días de aquel verano me enseñaba lo que era amar a una mujer, llegar a fusionar en movimientos pélvicos la fusión del deseo y de los sentimientos.
Era un tremendo placer sentir y ver a mi prima sobre mi como se movía y como sentía como mi miembro dentro de ella la colmaba de placer. – Que placer volver a sentirte – me decía mientras sus manos se apoyaban en mi pecho y mi prima en cada sentada llegaba a desalojar casi todo mi miembro de su interior para volver a clavárselo por completo hasta que nuestras caderas chocaban suavemente.
Hice girar a mi prima sobre el colchón y ahora fui yo el que empezó a clavarse sobre ella. – Me encanta volver a estar dentro de ti y espero que la diferencia te guste tanto como a mí – le dije a mi prima mientras me clavaba lo mas profundo dentro de ella. – Me encantaaaaaaaaaaaaa – gimió mi prima mientras sentía como se corría apretando mi polla. Seguí bombeando dentro de ella y esperé a que los últimos extractores del orgasmo los disfrutase ella sola con mi polla clavada en lo mas profundo de su ser. – Me encanta ser tuya de la manera que sea – me confeso mi prima. – Lo que me gusta de ti, eres tú, primo – me confeso Gemma. – La manera en la que nos follamos solo depende del estado de animo de cada uno en ese momento – me dijo mi prima mientras su mano acariciaba el dorso de mi cara. – Siempre estaré dispuesta para ti como tú quieras – me confeso mi prima.
En ese momento mi prima me hizo girar en el colchón y de nuevo poniéndose sobre mi me empezó de nuevo a follar lentamente hasta que después de dos orgasmos para ella me dijo – Te prometo que a partir de hoy serás mi único hombre, por que siempre lo has sido. Te prometo que a partir de hoy seré tu amante por que Maina nos ha dicho que solo puedes tener cinco mujeres que son las que viven contigo y como yo no puedo vivir en Madrid yo seré tu primera amante oficial. Te prometo que de igual manera que me encanta darte placer a ti de igual manera se lo daré a todas tus mujeres y de igual manera te prometo que tampoco habrá para mí, más mujeres que las tuyas. Te prometo que jamás volveré a hacerte daño y te prometo que jamás me negare a hacer nada de lo que me pidas – me dijo ella que y había hablado con Maina y habían acordado que si yo la aceptaba como deberíamos follar a partir de ahora.
Mientras me clavaba en mi prima mi tía vino a sentarse a nuestro lado. – Maina se ha convertido en la dueña de Gemma y ella si tú la volvías a aceptar a pautado ciertas normas – me dijo mi tía mientras Gemma encima de mi se movía sin parar. – Por el momento el coño de Gemma no puede volver a recibir tu corrida – me dijo mi tía. – Debe de desearlo Maina para que te corras dentro de ella o pedírselo tu a ella – me dijo mi tía. – Puedes profanar todos sus orificios, pero por el momento no tiene derecho a sentir el placer de que tu eyacules dentro de ella – me dijo mi tía. – Primo estoy dispuesta a hacer todo lo que tu quieras con tal de volver a estar a tu lado – me confeso Gemma mientras no paraba de moverse sobre mí. – De igual manera nunca puedes estar por el momento a solas con ella – me dijo mi tía enumerando las normas que había pautado Maina. – y para provocar tu eyaculación siempre una de nosotras, de tus mujeres, debe estar con vosotros – me susurro mi tía. – De igual manera esa corrida no puede caer en su cuerpo y ella debe dormir contigo sobre tu corrida una vez que se produzca – me dijo mi tía.
Mi prima sobre mí me miraba y solo me decía – Hare lo que me pidas – mientras se seguía moviendo sobre mí. – Esta bien quiero correrme entonces – le comunique a ambas. En ese momento me puse de rodillas sobre el colchón y quedando en la misma posición Gemma y Laura se colocaron una a mi derecha y otra a mi izquierda creando un triangulo perfecto. Mi tía llevo su mano a mi polla mientras Gemma hacia lo mismo y entre las dos empezaron a hacerme una gloriosa paja mientras cada una de mis manos iba a penetrar la vagina de cada una de ellas mientras los tres nos juntábamos en un glorioso beso. Todo aquello que me pareció super morboso me hizo que por fin cerca ya de las cinco de la mañana me corriese sobre una toalla que mi tía había colocado justo en frente de mi y que se extendía entre el hueco que quedaba entre Gemma y Laura. Esta vez ya debido al dia que llevaba apenas lance cuatro potentes chorros de semen que fueron a parar a la toalla y Gemma inclinándose sobre mi cuando me acabe de correr me limpio la polla con la mano y llevando sus dedos manchados de mi corrida a la boca de mi tía esta se encargo de limpiarlos y hacerlos desaparecer. Ahora ya si con apenas ningún rastro de semen Gemma se inclinó y preguntando sumisamente – ¿Ya puedo limpiarla? – mientras miraba detrás de mi vi apoyado el móvil de mi tía sobre la mesita donde en la pantalla veía a Maina que desnuda y abierta de piernas era masturbada por Raquel e Isa. – Si puedes – dijo Maina dándome yo cuenta en ese momento que por video llamada ella lo había visto todo. En ese momento Gemma diciendo – Gracias – continúo acercándose a mi y clavándose mi polla en la boca ya relajada la dejo limpia.
Pegada a ese lado de la cama Gemma se acostó sobre la toalla y en ese momento Maina me dijo. – Cariño si quieres esta noche puedes follarla, pero solo te pido que al correrte lo hagas sobre la toalla nunca dentro de ella. Esta mujer debe entender el daño que te hizo y debe pagar por ello antes de tener los privilegios que tenemos tus mujeres – me dijo Maina mientras veía como sus ojos se llenaban de lágrimas. – Nadie tiene derecho a hacerte sufrir – dijo ella antes de cortar la video llamada.
En ese momento antes de acostarse Gemma me pidió perdón mil veces mas por haberme hecho sufrir. – Me hiciste conocer el cielo estar dos meses completos disfrutando de ti cada dia y luego desapareciste y nunca respondiste a mis mensajes – le dije. – Solo tenia catorce años y estaba enamorado de ti hasta las trancas – le confesé a ella. – Entiendo que necesites muchos gestos para volver a confiar en mi – me confeso ella. – Y estoy dispuesta a hacer lo que haga falta – me confirmo ella. – Nada me hará ahora apartarme de ti – suspiro. – Puedes estar tranquilo, lo tengo todo muy claro – me dijo ella mientras se tumbaba de espaldas a mí. – Si quieres disfrutar de mi estaré dispuesta a que me tomes por donde quieras – me dijo.
- Desde luego que voy a disponer de ti – le susurre mientras sentía como el cuerpo de m tía se pegaba al mío después de volver del baño de asearse. Me quede dormido sintiendo como a mi espalda el cuerpo de mi tía se relajaba por completo sobre mí. Sentía como aquellas dos mujeres destilaban amor hacia mi mientras la que estaba detrás de mi solo me daba amor cariño y protección sentía como la que estaba delante de mí permanecía despierta y solo deseaba darme de igual manera amor, protección y cariño mientras estaba arrepentida de la decisión que había tomado.
Caí en los brazos de Morfeo hasta que cerca de las once de la mañana desperté. Cuando desperté estaba abrazado a mi tía y poco a poco fui tomando conciencia de todo lo que había pasado. Girándome hasta quedar completamente boca arriba con cada una de ellas a mi lado decidí que era hora de tomar el comienzo del dia.
Me ensalivé con mi mano mi glande y empecé a clavarme en la vagina de mi tía. Esta me indico que estaba dolorida de toda la caña de ayer y me dijo que si quería me la chupaba pero que su cuerpo estaba molido. – No te preocupes – le dije mientras girándome hacia Gemma empezaba a clavarme sobre ella. Mi prima por el contrario me recibió completamente abierta y sin apenas resistencia me clave dentro de ella. - Si quieres mi culo esta igual de abierto para ti – me susurro ella mientras sentía como regaba mi polla con el primer orgasmo de la mañana. – Ahora voy – le dije mientras dejaba que disfrutase de su corrida. – Guíame – le susurre mientras sentía como su mano agarraba el tronco de mi polla y moviendo su cadera guiaba mi glande para que se encajase en aquella hermosa mujer. – Clávate en mi – gimió cuando ya había posicionado mi glande en su ano. Mientras me clavaba en ella sentía como mi prima encadenaba un orgasmo con otro tal y como había hecho el dia anterior mientras ahora s cadera empujaba hacia atrás haciendo que mi polla entrase dentro de ella. Disfruté del culo de mi prima hasta que notando que estaba cerca de vaciarme justo en el momento antes me salí de ella y girándome me corrí sobre la espalda de mi tía que a nuestro lado yacía aun dormida.
En ese momento me prepare y después de ducharme les susurre a ambas las esperaba abajo desayunando.
Me apetecía estar solo y poner en orden todas las ideas que pasaban por mi cabeza. De igual manera llame a Maina también y ella me conto que durante todo el fin de semana mi tía hacia video llamadas con ellas y veían en la pantalla de cine de casa como estábamos nosotros. De igual manera me conto que mi tía le había contado la historia con Gemma y lo que yo le había confesado por la noche al llegar. – Oséa que estáis haciendo una videoteca de todos mis polvos – le pregunte a Maina. Ella me respondió que sí y además que su único afán conmigo era el de cuidarme y protegerme además de amarme. Me dijo que entendía el vínculo que unía el comienzo de mi sexualidad con Gemma y que a pesar de que tenia claro que ella quería estar conmigo debía valorar lo que ello implicaba si yo lo veía bien. – Desde luego eres única – le respondí cuando vi todas las medidas que habían tomado por mi y que a pesar de que toda esta historia había empezado por Gemma junto con mi Tía y con Raquel para engancharme a ellas Maina había tomado las riendas de todo. Maina me había demostrado que desde luego yo para ella era la primera prioridad igual que ella se había convertido para mi en mi primera prioridad.
El resto de la mañana paso sin mayores incidentes. El tren de vuelta a Madrid no salía hasta las seis de la tarde por lo que hasta las cinco no teníamos que abandonar la habitación.
Gemma y mi tía bajaron a desayunar conmigo y esta al poco rato antes de tener que marcharse me dijo que contaba con ella para lo que quisiese. Le dije que en dos semanas nos veríamos en Madrid y aquella mujer feliz como nunca me hizo ver como su rostro empezaba a brillar.
Mi tía y yo comimos en la piscina del hotel y poco después nos subimos a la habitación. Nada mas llegar a la habitación me tumbe en la cama. Mi tía se acerco a mi a gatas y desabrochando mi bañador me susurro –“sobri”, ¿quieres que la tita te bañe? – mientras veía su mirada encendida. Yo la mire y asentí teníamos aun un par de horas antes de tener que marcharnos y mientras la bañera se lleno desnude a mi tía frente al espejo del lavabo mientras detrás de ella mi tía veía como a la altura de su codo mi cuerpo desnudo mostraba toda mi erección. – Buuuuuf – resoplo mi tía mientras la veía reflejada en el espejo y su mirada se clavaba en la mía. – Bendito incesto sobrino – me dijo mientras me apoyaba en ella.
Mi tía llevo su mano a mi cadera y me apretó a ella. Mi tía sintió toda mi erección apoyada desde su culo hasta la mitad de su espalda. – Me encanta sentirte – suspiro mientras tenia los ojos cerrados. Guie mi polla hasta su vagina y ella negó con la cabeza. Hice que mi glande resbalase hasta llegar a la altura de su ano y en ese momento vi como mi tía cogiendo de los amenities del baño me pasaba cuatro botes de crema hidratante. – Úsalos por favor – me dijo mientras me los daba. Usé dos para lubricar no solo la entrada de su culo si no todo lo que mis dedos podían entrar dentro de ella y de igual manera cubrí mi polla para empezar a clavarme dentro de ella mientras al follarla me agarraba a sus pechos. – Me encanta sentirte sobrinooooooooooooooooooooo – gimió ella mientras sentía como mi tía tenía un orgasmo anal a la vez que yo me corría dentro de ella inundando todo su interior con mi corrida.