Tour sexual

Le muestro a mi marido los lugares en que tuve sexo con otros hombres, antes de casarnos. Una noche que termina intensamente.

Estamos de visita en mi ciudad natal.  En una de nuestras  noches de pasión, mi marido me hizo prometer que  yo le mostraría los lugares  donde había culeado con los novios que tuve antes que nos casáramos. El me ha dicho que le calienta la idea. Y bueno, a mí también. Es de noche. Conduzco el automóvil  hasta cierto sector de la ciudad, y nos detenemos  en una pequeña plaza. Nos bajamos  y  le muestro un edificio  de 4 pisos, frente a cuya ventana principal hay  una palmera. Le digo que cuando visitaba ese departamento,  y me acercaba a la ventana, Sergio siempre se ponía por detrás, me tomaba las tetas y me hacía sentir en las nalgas el tamaño de su pico erecto. Así comenzaban siempre  nuestros encuentros.  Mientras le cuento a Jorge  una parte de la historia, revivo para mí los detalles de una noche…

(El me llamó esa tarde, y me dijo que quería pasar la noche conmigo. Yo Había ido a su departamento hacía unos días, y habíamos tenido sexo rápido  e intenso. Le dije que iría, pero que llegaría  un poco tarde, porque tenía un compromiso con una amiga.  La verdad es que  en esa época, yo tenía a Jorge,  mi novio, que es  mi actual marido. El también me había invitado para esa noche. Pero Sergio me atraía mucho sexualmente.

Salí por la tarde, me reuní con mi novio y le expliqué que no podría quedarme con él, pues tenía un compromiso de última hora. El no tuvo inconvenientes, y entramos a un  café. Estaba inquieta, recordando las escenas que había vivido unos días atrás. En un momento, mi novio se puso al lado mío y me besó… No pude evitar recordar la lengua de mi amante, y su pico en mi boca, descargándose en un chorro  interminable…. Mientras Jorge  hablaba, yo repasaba mentalmente esa escena, me calentaba pensando que la viviría de nuevo esa misma noche. Uf. …Me había mojado pensando en ello. Apuré la conversación, y casi me “arranqué” de mi novio, pues sentía unos deseos tremendos de  ir a prepararme para culear con Sergio.  Fui a  mi casa, me metí a la ducha  y bajo el agua, acaricié mi cuerpo pensando en las manos de él. En ese tiempo, no acostumbraba masturbarme, pero lo hubiese hecho…

Salí de la ducha,  busqué una bonita ropa interior y me la fui poniendo frente al espejo de mi dormitorio. Mirándonos en este espejo,  Jorge  me había dado duro por detrás muchas veces, mientras yo me apoyaba en el respaldo de una silla. Este recuerdo, me calentó  todavía más, sin que hubiera sentimiento alguno de culpa por estar engañándolo…

Llego al departamento de Sergio, y, en esa ventana, él  me toma por atrás y me desviste, dejándome solo en ropa interior.  Luego, me dice a la oreja:

-         ¿quieres acostarte conmigo…?

-         Sí…

-         Tenías ganas de acostarte conmigo?

-         Sí….

-         ¿Y viniste a eso?

-         Sí….

-         Dímelo.

-         … Vine a acostarme contigo… Quiero acostarme contigo,

-         Dime qué quieres hacer.

-         Quiero que me lo metas…Quiero chupártelo.

El me conduce a su dormitorio.  Frente a la cama, le ayudo a quitarse la camisa y los pantalones. Estamos frente a frente, en penumbra. Me  apoya en la pared y me besa con fuerza, metiendo su lengua… Siento entonces como si Jorge me besara o yo  se lo estuviese chupando.

Así, ambos en  ropa interior no metemos en la cama. De costado, abrazados, nos besamos largamente y no puedo reprimir mi mano que va a su tremendo pico, a su inolvidable pico, y comienzo a acariciarlo. El me quita el sostén y los calzones…..No daré muchos detalles, porque eso lo conté en un relato anterior, sólo que esa noche fui culeada de una manera que no olvidaré nunca y en todas las posiciones imaginables:  bajo las sábanas, sobre la cama, en un sillón, en el piso, debajo de él, montada en él, de lado, por delante y atrás, chupé el pico hasta cansarme, y cuando me cansé, él me obligó a  hacerlo de nuevo. Me pasó  su enorme  pico por la cara, el cuello, las orejas. En cuatro patas, me lo metió  una y otra vez, sentí que me destrozaba a cada  embestida  y gocé  hasta el agotamiento. Me fui a mi casa a media mañana, casi sin haber dormido, cansada, adolorida…y feliz…)

Cuando muchos años después, ya casada,  le conté a Jorge que había tenido  una aventura sexual con Sergio, él lo tomó bien y me confesó que había tenido las suyas y me las contó. De ellas hablaré en otro relato. Pero me pidió, a partir de entonces, fantasear con esas parejas cuando estamos en la cama. También ha insistido mucho en que probemos con un trío, pero, aunque parezca raro, yo me he opuesto a ello en forma tenaz. Jorge mira el lugar que yo le indico. Sabe la historia, pero no sabe los detalles, aquéllos que sólo puede mencionar una mujer… Ambos miramos la luz del departamento y luego caminamos unas cuadras, hasta la casa de  Bernardo. Le muestro la casa…

(Bernardo había sido  mi pareja por unos meses, antes de Jorge y de  Sergio. No habíamos tenido tranquilidad para acostarnos  y tener sexo plenamente, sólo un par de encuentros furtivos. Una noche  que volvíamos de una fiesta, entró a mi casa y  contra la pared cercana a la escalera (mi padre dormía en el segundo piso)  me inmovilizó. Luego, me bajó los calzones y se arrodilló para chuparme. En un principio, yo no quería, pero al sentir su lengua deseé alcanzar  el orgasmo. No pude, perturbada por  los ruidos que  creí escuchar en una habitación de arriba.

En otra ocasión, estábamos en el parque, era ya de noche. Ambos estábamos muy excitados. El metió la mano  por debajo de mis calzones y comprobó que yo estaba mojada. Me condujo por entre los árboles del parque y, apoyada en  un árbol, con el peligro de que había mucha gente transitando, me masturbó hasta que acabé, apretando mi boca contra la suya, para que no se escucharan los gemidos de placer.

Luego, en esta casa, en cuya vereda estamos parados con Jorge, ocurrió una de las escenas que más recuerdo. Habíamos paseado por la calle a oscuras y llegamos  hasta aquí. Estaba toda su familia en la casa, por lo que entramos a una pequeña salita de estar. Conversamos  de cualquier cosa. En un momento me paré y fui al baño.  Cuando regresé, estaba encendida sólo una pequeña   lámpara, él estaba  de pie al medio de la salita, se había bajado el cierre y mostraba su pene  completamente erecto. Me puse muy nerviosa, porque no estábamos solos en la casa y, además,  no habíamos estado hablando de nada sexual.

Sin embargo, verlo allí,  con el pico erecto, fue perturbador. Me acerqué a él  y me besó  metiéndome toda su lengua, me tomó la mano y me la puso en su pene, obligándome a apretarlo.  El,  mientras tanto, me  recorría entera por debajo de la falda…  Pasado un  rato,  se tendió en la alfombra, bajándose los pantalones. Yo ya estaba muy caliente,  excitada, pero preocupada por el peligro de que alguien  pudiese entrar a la salita. … Aún así, sin desprenderme de la falda, me saqué los calzones, y me senté en su pico, que entró hasta el fondo, sin dificultad. Nos movíamos  despacio, en círculos, sin hacer ruido para no ser descubiertos, hasta que él aceleró los movimientos, me tomó firme de las caderas y  sentí su chorro llenándome y luego   escurriendo por mis piernas…)

Jorge me mira y yo sé que esto le calienta. Ahora viene el tercer punto de nuestro recorrido: el hotel donde me acosté con Bernardo.  Vamos hasta el auto y yo  conduzco varios minutos, hasta  una playa de estacionamiento. Estaciono  frente a una calle corta, donde un farol indica la ubicación del hotel.

(Bernardo me condujo de la mano hasta el interior de la habitación. No me dio tiempo a nada. Me desvistió muy rápido, se desvistió él, me metió la lengua y luego me masturbó  con sus dedos. Cuando yo estaba en pleno orgasmo, me metió el pico con movimientos rápidos y cortos, hasta que acabó… Luego, lo hicimos una y otra vez, hasta quedar agotados…. En la madrugada, sentí de nuevo sus dedos en mi chucha, y yo apreté con mi mano su pico de nuevo erecto. Los dos estábamos listos…  Abrí las piernas y, encima mío, me dio duro durante un tiempo largo, me hizo gemir, me hizo gritar, me hizo culear como  hasta entonces no  había culeado,  hasta que acabó y me hizo acabar con los dedos… )

Recuerdo ese momento, recuerdo la habitación, hasta el número. Estamos al frente. De pronto, para mi sorpresa, Jorge con una sonrisa, me dice: “¿Entramos?” Muy excitada, digo que sí. Cuando salen a atendernos,  yo pregunto por el número de la habitación, y está desocupada.

Ya dentro,  Jorge me dice que quiere que fantasee, que diga y haga lo que me venga a la mente, que eso a él le gusta. Le digo que sí, aunque me inhibe su cámara fotográfica y una grabadora..

Y ahora, después de haber hecho este pequeño “recorrido” por los sitios en que  tuve los encuentros sexuales  más intensos, estoy caliente porque  estoy en el mismo hotel y en la misma pieza donde  culié  una noche entera con Bernardo, a algunas cuadras de donde culié con Sergio y siento que Jorge me saca fotos mientras me desvisto. Luego, me pasa un  vibrador y él se tiende desnudo en la cama, masturbándose también…

Durante esa larga noche, mi voz quedó grabada y posteriormente rescaté los momentos  más intensos de esa experiencia. Mientras busco el orgasmo, masturbándome, Jorge me pregunta en quién pienso.

“¡En Bernardo, que me culeó aquí mismo, en esta cama! ¡Que me metió el pico! Sí,  me pajeó en la calle,  me metió los dedos en la chucha, tuve un orgasmo en la calle…ahhhh… Me acuerdo de Bernardo….. Cuando se tendió en  el piso, y yo me saqué los calzones y me senté en su pico, ay, sí, en su pico… y en la casa de mi papá, cuando me metió la lengua en la chucha.”

Jorge me pregunta:

“-¿Te culeó en esta cama?

-Sí!

-¿Te gustaba culear con él?

-Sí, y que me pajeara!

- Eres una calentona, una puta culeadora!

-Sí, me gusta culear…Ay, Bernardo….”

Tengo un orgasmo muy intenso. Pero Jorge sabe muy bien que soy multiorgásmica, y que puedo acabar muchas veces, una tras otra. Por eso, no permite que me recueste, y me pide que me siga masturbando con el vibrador, imaginando que estoy en el departamento de Sergio…

“ Estoy en el departamento con Sergio…tú nunca supiste que yo iba allá… Tú no sabías, no sabías cuando yo estaba culeando con él. …No tenías idea cuando yo me  juntaba a culear con él, Nunca supiste… siempre  me preocupé de que no supieras cuando yo esta culeando con él…Mírame, Jorge, yo movía así las caderas así…  ¡así culeaba con él...!…Y tú no sabías. ¡Me gustó culear con él!¡ Sí! ¡Y se lo chupé! ¡Se lo chupé!  ¡Ah, ah, ah. …!”

Tengo un orgasmo intensísimo. Hundo y saco el vibrador de mi chucha,  Jorge también se masturba.  Luego, me acuesto al lado de él y me pide que le hable de esa aventura.

“Yo estaba caliente con Sergio… Nadie sabía  que yo estaba con él…. No le conté a nadie, nunca. Te engañé con Sergio, ¡Culié con él cuando estaba contigo! Me arrancaba e iba a su departamento para que él me metiera el pico!  El miraba cuando yo se lo chupaba… me miraba. Sí, yo  se lo estaba chupando a otro, Jorge. Chupaba el  pico grande de Sergio,  le pasaba la lengua por el pico. Sí, otro me  estaba culeando  y tú no sabías,¡ Sergio me culeó,  me lo metió!…¡Te engañé,  te engañé con Sergio!..  Culié mucho con él y tú nunca supiste…

…Recuerdo que yo, en el colmo de la calentura,   le decía, “¡adentro, adentro, adentro!”,  para que él entrara más. Me sentaba en su pico. Su pico era grande, largo, grueso y duro y me encantaba chupárselo…., ,¡ Sergio, Sergio,  Sergio! ¡Te lo chupo, te lo chupo, ay, huy, huy…!”

Acabo de nuevo. Jorge me lo mete a ratos, pero interrumpe  la penetración, se sale, me tiene vuelta loca. Le cuento cosas que él ya sabe, pero con más detalles,  le cuento que con mi primer novio culié en un auto y en la cocina de su casa; le cuento que una vez estaba en una fiesta y me calenté con un tipo  que apenas conocía, y me llevó a su pieza, y tuvimos sexo rápido en su cama y luego volvimos a la fiesta. Jorge me estimula y me hace acabar  diciendo los nombres de ellos: Iván, Rodrigo, Bernardo, Sergio… Acabo con todos ellos, pero falta la posición en que me vuelvo loca…. Jorge me pone en cuatro patas y me lo mete, mientras pregunta:

-  ¿Qué hiciste en esta cama?

  • ¡Me acosté con Bernardo!

  • ¿Y te culeó mucho?

  • Mucho…¡La noche entera!

  • ¿Y cómo te culeó?

-¡Encima mío, le gustaba encima mío!

  • ¿Se lo chupaste?

  • Sí, se lo chupé..

  • ¿Aquí?

  • Sí, en esta cama, él estaba tendido… y yo me tragué entero su pico!

-¿Te gustó culear con Bernardo?

-¡Sí, me gustó!

  • Y  en esta posición te  lo metía Sergio?

-¡Sí!

Y ya no necesita pedirme nada, porque mi calentura me hace decir las cosas más increíbles….

“¡Así, tómame de las caderas como lo hacía Sergio!  Así, así…así me tomaba,  ¡fuerte!  ¡Así me tomaba fuerte Sergio!  ¡ahí….sí, así…ay, oh, así! Sí, tú no sabías que yo estaba en el departamento… …¡Así, así me lo metía,  y tú no sabías que él me estaba culeando! ¡Me lo metía así…! ¡Así, así, el pico hasta adentro!  Ahí, ¡tómame, tómame de las caderas, tómamelas!  Así, ay,¡ tómamelas! ¡Así,  así  me las tomaba él!  Oh…así… ahí. ¡Eso Sergio,  Sergio!  Eso, uuhh… Cuando él me sacaba los calzones, me calentaba saber que tú no tenías idea que otro hombre  me iba a culear, ¡me iba a culear!  ¡Me culeaba  con su pico grande!... era grande, rico, yo pensaba  “es más grande que el de jorge” y me calentaba verlo".

- ¿Te gustaba ese pico en tu chucha?

- Sí, adentro!

- Lo pasaste bien engañándome?

- Sí! ¡Lo pasé muy bien…!

- Sergio te dio   mucho placer?

- ¡Casi me mata de placer!¡ Uy,  fue muy rico!¡Me partía con su pico!

- ¿Era el más grande que habías visto?

- ¡El más grande! ¡Más grande que el de Iván, más grande que el de Rodrigo… más grande que el de Bernardo, más grande que tu pico!

- ¿Más grande que el mío? ¡Dímelo!

- ¡Jorge, Sergio tenía el pico más grande que el tuyo…!

- ¿Cuándo yo te lo meto así, piensas en ese pico?

- Sí….!

- ¿Te gustaría culear con él de nuevo?

- ¡Sí, me gustaría, me calienta pensarlo!

- ¿Te has pajeado pensando en Sergio?

- ¡Muchas veces!

- ¡Eres una puta calentona, culeadora!

- ¡Ay, sí, me gusta que me culeen, me gusta chupar el pico!

- ¿Estas caliente…?

- ¡Voy a explotar…!

- ¿Por qué?

- ¡Porque me estás culeando en la cama que me culió Bernardo, y pienso que así me culeaba Sergio, como me estás culeando tú…!¡ Así, hazlo, fuerte! ¡A veces,  cuando él me culeaba yo pensaba en ti, en ti! ¡Así, fuerte!¡En esta cama me culeó Bernardo! ¡Culéame tú como Sergio… Sergio, Sergio!”

La grabación que escucho, reproduce nuestro orgasmo simultáneo, Jorge  y yo acabamos con gritos y la imagen que tengo de ese momento, es la de Bernardo pajéandome en la vía publica, es la imagen mía sentándome en el pico de Bernardo en su casa, es la imagen de Bernardo y yo culeando en esa cama y, sobre todo, a Sergio tomándome de las caderas mientras me embiste sin piedad y yo acabando hasta casi morir, estimulada por  ese “tour” sexual que hemos planeado y ejecutado y la voz de Jorge, mi marido, que es quien provoca que la fantasía se libere y nos haga plenos…

Comentarios y correspondencia a:

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