Totalmente inesperado
Mi madre y yo. Ella divorciada y necesitada. Yo salido. Una fiesta familiar que seguimos en casa los dos solos.
TOTALMENTE INESPERADO.-
Mi primera experiencia en el mundo del sexo fue con la persona que más quiero del mundo, mi madre.
Bueno, vamos por partes. Lo primero y por educación es presentarme: me llamo Pablo, tengo 18 años recién cumplidos y soy un tipo que se podría catalogar como normal, metro setenta y dos cm., moreno, ojos marrones, ni guapo ni feo Ahora he terminado el bachillerato y voy a comenzar la carrera universitaria de derecho. Como en una relación hay al menos dos personas como he dicho la otra es mi madre, Eva. En la actualidad mi madre tiene 42 años, ya que me tuvo con 24 años. Ella es maestra en primaria, según dice le encanta su trabajo y creo que debe ser verdad porque muchos de sus alumnos quieren seguir con ella cuando pasan de curso. La verdad es que es muy guapa, y no lo digo por estar perdidamente enamorado de ella, sino también por los comentarios que me hacen mis amigos, y algunos que oigo por ahí, como " joder tío, que buena está la madre de Pablo, a esa si que me la follaba yo..." y cosas por ese estilo.
Mi madre tiene el pelo claro, por la mechas que se da, buen cuerpo, culito respingón y un buen par de tetas, sin ser exageradas ni mucho menos.
Por razones que no vienen al caso mi madre y yo vivimos solos, ya que soy hijo único, puesto que mi padre no quiso tener más hijos, a pesar que mi madre si lo deseaba. Luego, mis padres se separaron primero y luego se divorciaron. Nos quedamos en la casa y en general se puede decir que nuestra vida era buena, sin lujos, pero sin que nos faltase lo básico.
Mis padres se separaron cuando yo tenía 13 años. Aunque esté mal decirlo no echo a mi padre de menos, ya que es un cerdo, y como tal se portó con mi madre y conmigo.
El caso es que al principio en casa todo estaba un poco revuelto, mi madre muy triste y yo sin saber si acaso algo de aquello era por culpa mía.
Durante un tiempo las cosas fueron difíciles, pero poco a poco se fueron normalizando.
Para no alargarme tanto ya me voy a remitir al verano de hace dos años, o sea, cuando yo tenía 16 y mi madre 40. Como punto aclaratorio quiero decir que en mi casa las cosas eran más bien de corte clásico, y no recuerdo haber visto a mi madre nunca ni siquiera en bragas o sujetador.
Como iba diciendo hace dos veranos nos fuimos al apartamento que tenemos en la playa (otra de las cosas del divorcio que le tocaron a mi madre). Es un apartamento de dos dormitorios en la última planta de un bloque de apartamentos en la costa almeriense (nosotros vivimos en Sevilla, pero nuestra familia es Almería), por lo que los veranos, aparte de disfrutar de la playa, visitábamos a la familia.
El caso es que ese año se iba a casar una de mis primas, la hija mayor de un hermano de mi madre, y claro, teníamos que ir, ya que nuestra familia está muy bien avenida y somos muy pocos.
El día de la boda era un sábado, completamente despejado, y la hora tardía de la boda suavizó un poco el calor que hacía. Para ese día me puse el consabido traje para las bodas y mi madre se compró uno, espectacular, ya que era la primera sobrina que se casaba. El vestido le dejaba gran parte de la espalda al aire, y la verdad es que se la veía preciosa. La boda fue como todas las bodas, si bien la gente dice que fue muy bonita (la verdad es que lo dicen de todas, y si que es verdad que es muy raro que un novia esté fea). Luego fuimos a la celebración en un hotel. Nos sentaron a mi madre y a mi juntos con la otra hija de mi tío (Laurita), un año más joven que yo, y la otra hermana de mi madre (Beatriz) con su marido (Paco) y el gilipollas de mi primo Alberto, de 14 años. La cena estuvo bastante bien, y luego el baile. A mi la verdad es que no me apetecía, pero ante la insistencia de mi prima no me quedó más remedio que bailar con ella un rato. Luego nos sentamos y comenzaron los bailes de vals y mi madre me pidió que bailase con ella. Le dije que no sabía (ni me apetecía lo más mínimo), pero de nuevo insistió y me vi obligado. Nos sentamos y veo que mi madre empieza a fumarse uno de los puros que habían repartido, junto a su hermana y el marido de ésta. Me sorprendió mucho ya que ni fuma, y es una defensora de una sociedad sin humos. Se lo dije y me dijo que un día era un día, y la boda de mi prima merecía ese hecho excepcional. Entonces le dije que si era un hecho especial si yo también podía fumarme uno. Se sorprendió un poco, pero a mi me sorprendió más cunado dijo que me sentara junto a ellos a fumar el habano. El caso es que la boda terminó y cogimos el coche para volver a la playa.
Al llegarme quité la ropa y me puse cómodo. Mi madre me llamó
-Pablo, ¿puedes venir un momento?
-Voy.
- Se me ha atascado la cremallera y no me puedo quitar el vestido. Mira a ver si puedes bajarla.
Sin mucho problema conseguí bajar la cremallera y en eso se le cae a mi madre el vestido y pude ver, eso sí, de lado una de las tetas de mi madre. Me quedé sorprendido, ya que las tenía muy bien puestas.
Se vistió y nos vimos en la salita del apartamento.
-La verdad es que me lo he pasado muy bien. Me hubiese quedado un rato más.
-Si. La boda ha estado muy bien y he visto a los primos.
-Si no llego a tener que conducir me hubiese tomado algunas copitas
-Pues nos la tomamos aquí.
-Vale, pon algo de música, pero no de esa machacona y yo preparo algo de tomar
-A ver que pones
-Un cubata. Si has sido lo bastante hombre para fumarte un puro con nosotros, lo serás para tomarte un cubata.
Mi madre preparó los cubatas y nos sentamos a hablar.
-Las cosas no han sido fáciles, pero poco a poco van normalizándose.
-Sí. Sabes que al principio llegué a pensar que era el culpable de vuestra un separación.
-Oh, sabes que no, ¿verdad?
-Ahora creo que sí.
-Tu padre se portó como un cerdo. Tenía una amante en su oficina y me enteré. Sabes que a pesar de enseñarle las fotos del detective seguía negándolo.
-Ahora entiendo que para ti si que fue duro.
-La verdad es que si. Pero ahora eso se ha superado salud
Brindamos y bebimos los cubatas, luego fui yo el que preparé otro
-Tenemos que tener cuidado o podemos acabar pirirpis.
-Y cual es el problema? Ya no tienes que conducir.
-Tienes razón. Un día es un día. Ven vamos a bailar.
Me cogió de la mano y me sacó a bailar, pero luego fui yo el que marcaba el ritmo.
-Entonces ya no echas de menos a papá.
-Hombre, a él nada. Otras cosas que no entiendes si.
No se si por lo que había bebido o por el clima de confianza me atreví a decirle algo
-Te refieres al sexo, claro.
-¡¡Pablo!!...perdona, hijo, pero a veces se me olvida que ya no eres un niño, y si a eso me refiero sabes que no he tenido otra pareja desde que tu padre y yo nos separamos.
-¿Y como aguantas?
-Supongo que como todo el mundo, mas bueno, ya me entiendes
-Quieres decir que las mujeres también os masturbáis.
-¡¡Pablo!!
Se sonrojó un poco, y luego se rió
-Pues claro que nos masturbamos, o que te crees que solo lo hacen los hombres.
-No pero es que no se como lo hacen las mujeres
-Pues es fácil de adivinar, no crees. Si tenemos un orificio pues por ahí nos tocamos.
-Y has aguantado todos estos años sin "hacer el amor"
Casi se me escapó "follar", y mi madre se dio cuenta.
-Ibas a decir follar ¿verdad?
-Si, lo siento.
-No, no lo sientas, no pasa nada. Es una palabra como otra cualquiera. Te aseguro que a veces es peor oír palabras teóricamente normales a una persona que las utiliza de forma torticera que a ti decir follar para referirte a eso. Y respecto a tu pregunta, si que he aguantado.
La música se iba calentando a medida que pasaba la noche, y empezaron a poner ritmos caribeños, muy calentitos. La cosa tenía un desarrollo normal hasta que en una de las canciones, mi madre se puso delante de mí, es decir, me puso el culo delante de la polla y comenzó a moverse como si fuera una brasileña. Me rozaba el paquete con el culo y eso me puso a mil por hora. La polla se me puso dura y creo que mi madre se dio cuenta. Pero lejos de parar o decirme algo, se apretó más a mí. Por mi parte lo que hice fue pasarle el brazo por delante, tomándola de su barriguita. Entonces ella tiró uno de sus brazos hacia atrás y me cogió del culo, apretándonos todavía más. Estaba a punto de reventar. Me armé de valor y la mano que tenía libre la pasé alrededor de su pecho. Esperaba algún tipo de respuesta por parte de mi madre, ya fuese de palabra (estate quieto o algo así) o con un gesto. Pero no hizo nada de esto, sino que siguió bailando sin más. Cuando no te riñen por algo, te envalentonas, y eso fue lo que hice. Subí la otra mano y comencé a tocarle las tetas de forma descarada a mi madre. Ella seguía con su frenético ritmo de baile. La verdad es que las tetas estaban duritas para su edad y era una delicia tocarlas.
Como la situación iba cada vez a más y yo estaba como una moto, le metí las manos por debajo de la camiseta que llevaba mi madre. Ella se dejaba hacer. Estaba como poseída. Le toqué las tetas todo lo que quise. Yo también estaba como poseído. Le fui sacando la camiseta. Ella se giró y me besó. La cogí del culo. La besé. Nos fuimos quitando la ropa poco a poco
-Pablo. Esto no está bien no se si debemos
La verdad es que sus actos contradecían esas palabras. Porque la verdad es que no se si su intención era parar, pero no lo hizo. Llegamos a la cama de mi madre. Nos acostamos. Ya estábamos completamente desnudos. La besé y luego me fui a besar las tetas objeto de mi adoración.
Otra cosa que tengo que comentar es que ese día el felpudo de mi madre no estaba arreglado. Tenía los pelos muy largos y poco cuidados. Eso hoy ha cambiado. Nos fuimos colocando de forma que mamá fue abriendo las piernas preparándose para ser penetrada. Fui acercando a mi hermano menor hasta la cueva de mi madre.
-Despacio, cariño. Hace tiempo que no me follan.
-Así, te gusta.
-Oh, si, me encanta mi amor. Me matas de gusto cariño, sigue así, si, si
-Mamá, te quiero
-Y yo a ti, mi amor
Esa noche nos la pasamos follando como animales. Desde ese día las cosas cambiaron entre mi madre y yo. Ahora somos amantes y nos encanta follar. Por supuesto mi madre ya no guarda pudor conmigo, e incluso en el apartamento toma el sol completamente desnuda. Nada que ver con la época puritana de antaño. Ahora es una hembra totalmente caliente, que quiere tener su almejita llena de jugo. Por cierto la primera vez que lo hicimos tuvimos suerte porque mi madre ahora toma la píldora, pero hasta ese día no usaba medios anticonceptivos y yo no me puse condón. La verdad es que disfrutamos como locos.