Torturas mortales (VII - Final)
....El Príncipe Enrique les planteo lo siguiente: ellas dos solas tendrían que cojerse a todo el ejercito del reino, un ejercito de hombres fuertes y hambrientos de sexo...
Torturas Mortales
CAPITULO VII: Final
El Príncipe se olvido completamente de las otras esclavas y enfoco su futuro en estas dos chicas, ellas le dijeron que querían ser sus compañeras de el , que querían ayudarle a hacer las torturas mas terribles, y si el lo deseaba torturarlas a ellas hasta la muerte. Tal estado de sumisión hacia a el lo dejo estupefacto y sintió una llama increíble de amor hacia ellas, debido a su impotencia sexual y su diminuto miembro, el nunca había pensado en casarse, pero hoy se había dado cuenta que si lo hiciera tendría que ser con una mujer como ellas. Claro que las palabras son fáciles de decir y aún que ellas le demostraron ser muy perversas tendrían que probarles a el si es verdad lo que estaban dispuestas ha hacer por el.
El Príncipe Enrique les planteo lo siguiente: ellas dos solas tendrían que cojerse a todo el ejercito del reino, un ejercito de hombres fuertes y hambrientos de sexo. La que lograse sobrevivir a tan terrible maratón seria la esposa de el y compartirían con el su futuro reino y las locuras mas increíbles que aún ni el mismo imaginaba.
Las chicas asintieron sin pensarlo, la propuesta era tentadora, además morir haciéndolo no era una mala idea. El les aclaro que estarían con la cara tapada para que la sobreviviente no fuera reconocida por los soldados en el futuro. El sabría con quien se iba a casar pero al padre y al reino entero les diría que es una chica refinada de un Reino lejano, el padre ni se molestaría en corroborar su historia puesto que seria una gran sorpresa para él, el hecho de que su hijo se casara.
Las esclavas esa misma noche fueron bien alimentadas para poder tener energías, y por la madrugada fueron encapuchadas y llevadas campo adentro donde estaban el ejercito.
Se monto una carpa especial, donde estarían los días que fuera necesario las dos mujeres y el príncipe. El tendría una ubicación privilegiada para asistir al tremendo acontecimiento.
Por la noche comenzaron a desfilar uno por uno los soldados , que realmente eran miles, las chicas solo podían parar unos segundos para orinar o defecar en un tacho que tenían pegada a la cama, luego seguirían con su acto.
Los soldados pasaban de a dos los cuales se despachaban uno con cada muchacha y ni bien terminaban entraba otros dos, ellas trataban de complacer los deseos de los guerreros, tanto vaginal como anal, esto ultimo era lo mas pedido debido a la practica de sexo homosexual que tenian los hambrientos guerreros debido a la falta de mujeres en el campo de batalla. Así paso la primer noche, las chicas estaban llenas de semen por todos lados , menos sus rostros que seguían encapuchados, pero si sus bocas que se asomaban por una ranura en la capucha, lo suficiente grande como para permitir la introducción de los penes de los muchachos. Los soldados las trataban como mas les placia, algunos las acariciaban tiernamente y otro las golpeaba y humillaba verbalmente y si tenían mas de una erección inmediatamente la podían volver a coger.
Para cuando amaneció, recién habían pasado unos 200 soldados, y la cama de las esclavas era una mar de semen ni hablar de su vajinas rojas por el trabajo y el ano roto y sangrando, chorreando semen como si fuese una fuente.
Las muchachas eran unas putas consentidas y el príncipe charlando con ellas se entero que en el pueblo de donde eran se dedicaban a la prostitucion , pero con mucha cautelo, puesto que era castigado con la muerte. Ellas no lo hacían por dinero mas allá que si lo necesitaban, sino por placer. Ese aunque pareciera increíble era uno de sus sueños , poder cojerse sin ningún problema a una cantidad considerable de hombres , aunque la cantidad que el príncipe les proporciono fue mas allá de la que hubieran podido imaginar.
Las chicas cada ves que orinaban se metían la mano en la vagina con mucha facilidad, luego las sacaban y sacudiéndolas dejaban caer una gran cantidad de esperma que tenían en su interior, la arrojaban al piso como si se tratase de algo normal. Su ano totalmente dilatado y lleno de semen les provocaba incontinencia, así que la cama además de tener la leche de sus amantes tenia restos de excremento.
Así estuvieron 4 días de sexo salvaje, solo podían tomar algo de agua y comer alguna fruta al pasar, y ni podían dormir por que eran fornicadas las 24 hs del día. Irremediablemente y como era de esperar, debido al agotamiento extremo una de las dos chicas se desmayo, igualmente los soldados que seguían entrando la seguían cojiendo sin impórtales demasiado hasta que uno de ellos le dijo al príncipe que la chica desmayada estaba muy pálida y fría. Al revisarla el príncipe se dio cuenta que hace largo rato que estaba muerta, no había soportado tal maratón. La otra chica estaba aún despierta pero estaba muy débil aun quedaban soldados por coger y ella le dijo al Príncipe con lagrimas en los ojos por lo sucedido, que no lo defraudaría y terminaría su labor. Sacaron el cuerpo desnudo de la pobre chica y lo arrojaron sobre una montaña de pasto seco, puesto que mas tarde la cremarian. Los soldados hambrientos de sexo que no podían esperar mas, decidieron cojersela igual, se la montaban entre varios a la ves como si estuviera viva. Era tal la calentura de estos tipos que ni les importo que el cuerpo se estuviera poniendo tieso.
La otra chica fue cojida de mil maneras y saco fuerzas para respirar de donde no tenia, y logro en un día mas terminar su labor completa.
El príncipe la abrazo fuertemente como queriéndole dar fuerzas y así le prometió amor eterno, diciéndole que ni bien se recuperase se casarían y ella por haberle demostrado tanto valor seria una princesa única, con poderes para hacer lo que quisiese.
Paso un mes y el príncipe se caso, la nueva princesa llevaba un mes de embarazo, el Príncipe lo sabia y estaba contento por tener un hijo ya que el nunca se lo hubiera podido dar, ni le importaba que el chico era de uno de los miles soldados que ella se cojio.
Así siguieron viviendo, juntos y la princesa embarazada se juntaba todas las noches con su marido a torturar hasta la muerte a alguna esclava o esclavo nuevo.
Final