Torturas mortales (IV)
Esta vez el principe Enrique experimentará con la vagina de una esclava, llenandolas de cosas inimaginables.
Torturas Mortales
CAPITULO IV: Invasión Vaginal
La próxima victima seria una joven y apuesta esclava, esta fue encadenada sobre una mesa dejando todo su vagina merced de el, como la victima gritaba mucho, el príncipe decidió taparle la boca con unos trapos para poder callarla, el ya estaba bastante cansado y quería terminar rápido con esta tortura nueva.
Untando en aceite sus manos comenzó a introducir los dedos muy lentamente en la virgen vagina, rozando el clítoris, masturbándola, para que naturalmente la vagina se lubrique y se dilate sin mayor esfuerzo, los dedos uno por uno se perdían en ese dulce y deseado agujero el comenzaba a disfrutar y soñaba con tener un miembro viril que funcione adecuadamente para poder disfrutar de ese preciado manjar. Sin embargo se conformaba con seguir atormentado a su victima diciéndole que iba desear que la siguiera tocando de esa forma ya que pronto seria penetrada por cosas que nunca se hubiera imaginado.
La cara de la esclava se ponía morada mezcla de dolor, miedo y por lo dificultoso que se le hacia respirar. El príncipe Enrique una vez que penetro ambas manos, ensancho con las misma la vagina de la victima, lo suficiente como para introducirle un tubo que era corto pero ancho como un puño. Luego ordeno a uno de los soldados que trajera unas pequeñas lauchas de su laboratorio, y una serpiente. La cara de la esclava era de sorpresa que tenia pensado hacer ese maniático con ella.
El soldado volvió con dos cajas donde se encontraban en una los roedores y en la otra la serpiente , nadie se imaginaba la locura que iba a hacer ahora el príncipe. Tomo una especie de sebo y la introdujo dentro en el tubo, luego soplo bien fuerte para que se esparciera dentro del útero de la victima. Luego mostrándole primero a la esclava las lauchas, las fue introduciendo una por una en el tubo, no fue necesaria empujarlas con nada , porque el olor del cebo las atraía.
Las otras esclavas miraban perplejas y espantadas lo que el hacia, ya no gritaban solo lloraban, tenían tanto miedo a ser castigadas que se tapaban la boca entre ellas mismas para no enfurecer al maniaco del príncipe.
La esclava tendida en la mesa de tortura e inmóvil por las pesadas y apretadas cadenas sentía como los roedores buscaban el sebo dentro de su cuerpo, era una locura sentir esa sensación. Luego de introducirle mas de cinco roedores, podía verse como el vientre de la esclava se hinchaba y se movía, marcando los movimientos de los mismos. La victima se sacudía desesperada, por las mordidas internas que sufría por los roedores, que poco a poco la estaban comiendo internamente, como tratando de saciar su hambre y buscando una salida del útero de la victima.
El príncipe retiro el tubo dejando que los roedores quedasen atrapados dentro, luego tomo con mucho cuidado la serpiente que era bastante grande, y la se la mostraba a su victima diciéndole ves esto va entrar dentro tuyo y mas vale que tengas lugar porque sino ella lo va a tener que hacer.
Ordeno a uno de los guardias que con sus manos abriera la vagina de la esclava y el sin perder tiempo encamino la serpiente hacia esa cueva tan deseada. La serpiente al sentir el olor de los roedores introdujo su cabeza sin dificultad y su cuero seguía el mismo destino, enrique solto la serpiente y retiro al soldado dejando el campo libre para que todos vean como la cola de la serpiente se movía desesperada intentado introducirse toda adentro. La esclava contorsionaba todo su cuerpo tratando de impedir algo imposible, sentía como las ratas mordían todo su interior tratando de escapar de esa cueva mortal, y sentía a la serpiente cada vez mas dentro de ella y moviéndose desesperadamente para calmar su hambre.
Se podía notar increíblemente la panza cada vez mas inflamada como si la esclava estuviera embarazada de un minuto a otro, a diferencia que la panza parecía tener vida propia de cómo se marcaban bultos que provenían de adentro.
Enrique se sentó a observar la imagen que el siempre soñó , la de una mujer siendo penetrada por un reptil, lo excitaba mucho ver la vagina de la esclava que parecía tener un miembro colgando que en realidad era la serpiente que aún dejaba asomar la cola. Como si eso fuera su propio miembro con sus manos comenzó a introducir lo que quedaba fuera hasta que no quedase nada.
Para que la serpiente no se escapara, el príncipe tomo una especie de broche y lo puso sobre los labios vaginales de la esclava cerrando así la única salida que tenían los animales, pero dejando salir de adentro una pequeña sonda que permitía el ingreso de aire. El experimento era espantoso e incierto ya que no se sabia que podía llegar a suceder.
Dejando a la esclava atada el príncipe decidió retirarse a descansar. Cerrando bien las celdas y dejando a sus esclavas completamente solas, con un guardia de seguridad que las cuidaba afuera. Antes de retirarse ordeno que tiren el cadáver Etelvina a una fosa que tenia ahí mismo destinada para las victimas que no soportaban las torturas. Luego observo a cada una de las victimas sus caras de espanto, dolor y sufrimiento, eso lo hizo sentirse bien y poder soñar con nuevas torturas.
Continua...
By: ALEXXX