Torturandome hasta no poder más 1
Edging y Auto presentación. Primer relato de una paja en la que me llevo al límite una y otra vez hasta explotar
Menos mi nombre os voy a contar todo lo que pueda de mi intimidad. Todo lo que piense que, si lo leyera yo me pondría tan caliente como para que, poco a poco, mis pantalones se fueran mojando hasta dejar una gran mancha. Llevo años disfrutando de relatos eróticos escritos por otrxs y a parte de lo que me pone pensarlo, creo que es injusto no aportar nada de mi parte.
Tengo 27 años y mido 1'80 . Tengo un cuerpo atlético pero no muy tonificado. Mi amigo mide 18 cm y es bastante grueso. Soy heterosexual aunque lo que más me gusta es el edging y dar placer, por lo tanto tengo la fantasía de dar una mamada a un hombre, ya que creo que se me daría de maravilla, solo por el hecho de darle el mayor gusto de su vida a alguien.
Como veréis en mis relatos, me encanta torturarme y que me torturen, llevarme al límite, retarme a mi mismo, calentarme hasta no poder más, mojar mis boxers y mis pantalones con mí preseminal durante horas a veces hasta explotar... Abriré mi serie de relatos de la forma más simple: explicando como fue mi última masturbación.
Era tarde de noche y estaba en el salón mirando la televisión. Mi novia ya estaba en la cama de hacia un rato porque tenia mucho sueño y yo estaba desvelado pensando en mis cosas. Nos habíamos estado todo el día calentando el uno al otro, nos discutimos, se fue a dormir sin decir nada y eso me tenia en ascuas así que pensé en masturbarme. Entré en internet y busqué un libro erótico de los que me ponen a 1000. Con las primeras frases calientes ya notaba como mi erección empezaba a crecer en mí pantalón, y a los pocos minutos ya noté la humedad creciendo en mis boxers, y con el rato traspasando la tela, se empezó a entrever también como la mancha aparecia en el pantalón a causa de la gran cantidad que estaba segregando por como estaba a mil .Empecé tocándome por encima de este, recorriendo toda la erección suavemente con la punta de los dedos y con los dedos corazón y índice, concentrándome en el glande y sintiendo el placer augmentar más y más acompañado de cada pequeña descarga de preseminal cada rato, torturándome hasta no poder más, y así en bucle. Cuando ya no pude aguantarlo lo saqué y presionando de abajo a arriba unas 3 veces saqué una gran cantidad del liquidito transparente que me empapó la mano derecha y chorró como un rio por la parte izquierda.
Empecé entonces a masturbarme muy lentamente, todo esto mientras leía el libro en mí móvil. Cuando notaba que volvía a salir un poco más de líquido, paraba unos segundos para torturarme un poco más haciendo pequeños círculos en la punta del glande con el dedo indice con lo mojado, alternando el ritmo y acariciando también el frenillo, forzándome a no mover en absoluto la pelvis y la cadera aunque me moría de ganas de retorcerme de placer, aumentando así mucho más mi impotencia, dejando la mano izquierda libre, buscando el limite del orgasmo y entonces parando. Así lo repetí unas 3 veces, sintiéndolo cada vez con más intensidad, con unas ganas increíble de correrme (La primera siempre es dura porque ya estoy a punto de correrme y se que no va a ser ni mucho menos la última, la segunda se hace difícil y la tercera imaginaros, ya derritiendome en el sofá con mi pene muy hinchado, el glande rojo y morado brillando por la humedad que lo cubría). El siguiente paso (sacando una gran fuerza de voluntad) fue guardarlo una vez más en el boxer para, después de calentarme aún más si era posible siguiendo la lectura sin tocarme. Después de 2 descargas grandes más de preseminal en mis boxers que ya hicieron muy visible y palpable la mancha en mi pantalón del pijama, decidí sacarlo y repetir el anterior proceso una vez más, pero esta vez realizando los círculos con el índice en la punta mucho más lentos viendo hasta donde podía llegar con ese tormento, proponiéndome repetir las 3 veces que ya me había llevado al límite en el anterior ciclo y así lo hice. Cada vez era más difícil aguantarme de no llegar al orgasmo incluso solo con las suaves caricias en el frenillo, parando de vez en cuando para presionar con dos dedos de abajo a arriba y sacar grandes gotas de preseminal que hacían que me volviera loco. Ya notaba que se acercaba la 3ra vez en el abismo del orgasmo y ya hacía un poco que me temblaban las piernas y mis esfuerzos por no mover la cadera eran inútiles así que me preparé para un gran orgasmo que bien sabia que haría que toda esa tortura valdría la pena. Noté que estaba ya en el límite mientras me masturbaba a un ritmo medio y al parar realice una última vez unos círculos esta vez más rápidos con el dedo corazón en la mojadísima punta de mi pene, y al volver a notar la sensación de que me corría, contrayéndose desde los músculos de las piernas hasta el glúteo me masturbé con un ritmo elevado para acabar con un gran orgasmo digno de cualquier polvo en mi mano izquierda, el pantalón y parte del suelo, con una gran corrida que me dejó exhausto.
Espero que os haya gustado y que os hayáis mojado igual que me ha pasado a mí escribiendo este relato y que me digáis si queréis más historias como esta con mi pareja, exs y también explorando mis límites.