Torturando al profesor
Vigilar un examen final puede ser excitante
Un exámen diferente
Hoy es el día del examen final, espero que mis alumnos lo hayan preparado a conciencia. Dos horas de supremo aburrimiento mientras ellos responden la prueba final colgada en el Classrom online de la intranet de la facultad. Poco me importa que puedan utilizar chuletas, las preguntas están pensadas para valorar su opinión crítica y no datos ni números. Así que todos están con sus ordenadores encendidos y yo puedo adelantar mi tesis doctoral. Mañana tranquila. Tengo el móvil en modo silencio y el wassapp web abierto para cualquier emergencia. No queda muy profesional mirar el móvil en clase aunque seas el profesor. En media hora que llevo de examen no se me ocurre nada para mi tesis y el wassapp no da ningún aviso. Aburrimiento máximo. Empiezo a intentar concéntrame en mi tesis, volver a focalizarme en el tema… Llega un wassap, es de mi mujer, “Compra pan cuando vuelvas, te amo”, “ok, amor” La conversación diaria, vamos….
Vuelve a parpadear la pestaña del wassap, así no hay manera de concentrarse… Quizás también deba comprar leche. Abro la pestaña del wassapp y es un mensaje nuevo de un número que no tengo en mi agenda que dice “Estás muy guapo hoy con esa corbata gris” Diablos, efectivamente llevo una corbata gris, no reconozco el número. Puede ser una compañera que me haya visto a primera hora o una alumna de las 20 que tengo ahora delante de mí haciendo el examen. O quizás un alumno. En todo caso, una broma inocente que ignoro. Me paso la mano por el pelo y suspiro levemente. Nuevo mensaje “¿y ese suspiro? ¿Qué te estás imaginando?” Vale, localizad@, puedo tomar las riendas de la situación.
Le escribo “Cierra el wassap y termina tu examen, Sabes de sobra que no está permitido abrir otras pestañas”
Respuesta casi inmediata “Ya he finalizado el examen pero no pienso abandonar el aula. Me encantaría hablar con usted”
Yo: Para eso tienes la hora de tutoría, podemos hablar en mi despacho de cualquier duda que tengas.
X:¿ Preguntarle si lleva calzoncillos o bóxers entra en la categoría de duda académica? Yo solo llevo un tanga minúsculo y me siento algo húmeda de pensar en usted.
Genial, ya he perdido las riendas, los caballos, el carruaje y todo…. Me quedo mudo pero mi pene traidor (debajo de un bóxer, por cierto) tiene voz propia y habla por sí mismo ejerciendo presión en mis pantalones.
X: Si fuera a su despacho, como sugiere, desde luego sería mucho más cómodo. Usted estaría sentado en su silla y yo me acercaría. Me gustaría que me cogiera por la cintura para poder sentarme encima suyo y asi ver sus ojos marrones de cerca. Sentir sus fuertes manos acariciando mi cintura y poco a poco subir hasta mis pechos, acariciarlos lentamente hasta desvelar mis pezones debajo de mi ropa. Mis pechos piden sus caricias y nuestras bocas se funden en un beso húmedo y profundo. Usted me quitará la ropa con pericia y quedaré totalmente expuesta para usted. Su boca va a envolver mis grandes pechos y mis pezones ya se desvelan orgullosos para ser mordidos y chupados con avidez por usted. Me sienta en su escritorio y me abro descaradamente de piernas. Puede ver mi coño expuesto. Lo observa unos segundos, admira sus labios realmente húmedos y mi clítoris demandante de atención. Lentamente, con la punta de sus dedos acaricia mis labios, me hace gemir, ansiando que atienda mi necesidad más básica y elemental. Mis flujos vaginales acompañan sus movimientos exploratorios aparentemente torpes pero conoce muy bien el terreno que acaricia. Sin previo aviso su lengua se clava en mi clítoris y empieza a moverla como las alas de un colibrí sorbiendo todo mi néctar que emana por el orgasmo que me produce su lengua. Sabe muy bien como llevarme al clímax, mi vagina se contrae deseando algo mas. Al estar sentada en su mesa le resulta muy fácil liberar su pene y enfocarlo en mi coño. Fácilmente va entrando y me va follando lentamente dándome gran placer…. En líneas generales, eso es lo que yo haría en su despacho”
Puta chiquilla, tengo la polla a punto de reventar detrás de la mesa de profesor (afortunadamente tiene un panel inferior que cubre mi delito). Queda poco para que termine el examen y yo no podré levantarme de la mesa. Depende de lo que conteste, me juego el puesto.
Yo: Le pido, por favor, que cuando finalice el exámen se quede un momento para hablar.
(¿He sido lo suficientemente correcto? ¿Ya me puedo dar por despedido? ¡Mierda!)
X: OK ;)
Finaliza el examen y todos salen disparados dejando su trabajo en mi mesa. Todas salen sin mirarme si quiera. Estoy confuso. La última en salir, como casi siempre, es la única alumna que va en silla de ruedas de mi clase. Está claro que mi acosadora me ha tomado el pelo desde otro lugar. Pero mi alumna rodante no sale por la puerta, si no que la cierra y se queda dentro. Sin mirarme, de espaldas a mí, me pregunta “¿Vamos a su despacho o no puede levantarse de su silla? ¡Es ella! Realmente es una chica guapa, atractiva, incluso pero nunca me habría imaginado… En ese momento, me doy cuenta de mis prejuicios… Con voz ronca, casi en un susurro, le digo: “tendrá que ser aquí”. Se acerca a mí. Nos miramos intensamente, ambos sentados, a la misma altura…. Le acaricio el cuello y la beso intensamente como en su relato. Poco a poco revivimos su fantasía aunque sin subirla a la mesa. Es muy fácil sacarle su mini tanga y darle placer. Ya no puedo aguantar mas, saco mi polla de mi pantalón e inmediatamente le coge su mano, su lengua rodea la punta y hace que se endurezca como nunca. La mete en su boca y la succiona con experiencia. Me muevo para follarle la boca, primero lentamente y después más rápido. Aguanta el ritmo, me encantaría darle mas placer pero después de una hora de tortura no puedo aguantar mas y me corro en su boca. No parece molestarse por ello, creo que ya lo tenía planificado. De repente, sospecho que ya lo tenía todo planificado. Quizás otro día le dedique una tutoría en mi despacho.