Tormenta de verano
Una tormenta de verano en la que nos encontramos a cubierto. No hacía falta palabras entre nosotros dos, seguíamos nuestros instintos. Tan solo dejarnos llevar mientras el ambiente se llenaba del olor a tierra mojada y sexo.
Me espabilé y allí estaba ella, cerca, apoyada sobre el escritorio mirando a través de la ventana apartando la cortina. Era una pequeña tormenta de verano. Estaba preciosa, sólo llevaba una blusa y las braguitas q se adivinaban por encima de sus muslos.
Me acerqué a ella por detrás, me encanta abrazarla así. Le aparté el pelo de su oreja derecha a la que le susurré lo maravillosa que es a lo que me respondió con una sonrisa coqueta. La abracé contra mí y ella dejó caer su cabeza hacia atrás. Dejé una mano aún rodeándola por el vientre y la otra sujete su cara mientras la besaba; un largo y pausado beso. Al separar los labios intentó girarse para abrazarme ella a mí también, por supuesto no la dejé, la empujé ligeramente con mi abdomen contra el escritorio a lo que respondió con un ronroneo.
Empecé a besar su cuello, a morderlo, pasear mis labios arriba y abajo de ese cuello, subiendo hasta su oreja para susurrarle algo más, y volviendo a bajar, apartando un poco la blusa para besar su hombro. Mientras con la mano izquierda sujetaba su cadera y recorría su muslo, suave y terso. Intentaba girarse a lo q respondía con otro ligero empujón con algo que ya debía notar q era algo más que el abdomen, se sonrió pícara. La besé, con la mano derecha empecé a recorrer la piel que dejaba libre la blusa por el escote, muy suave, cada vez insinuando más abajo lo que hacía que su respiración se fuera acelerando. Con la izquierda comencé a subir por su vientre, solo llevaba abrochado un botón a media altura, sabía que me gusta así, insinuando sin enseñar. Llegando cada vez más arriba hasta casi sus pechos que apuntaban ya hacia arriba y no hacía frió precisamente. Cuando "tocaba" ya llegar a acariciar sus senos empecé a bajar. El cálido sur me llama.
Bordeando las braguitas mientras seguía acariciando su escote con la otra mano y besándola, empecé a explorar un poco mas el interior de esa prenda íntima, aun lado, a otro, bajando cada vez un poco más. Llegue por fin al preciado monte, cubierto por aquel conocido bosque negro, se estremeció ahora y echó la cabeza hacia abajo, inclinándose sobre la mesa. Era hora de dejar de estar de pie.
Hizo que me quitase los pantalones, no llevaba camiseta, antes de echarnos. Jejeje, pensaba que le tocaba llevar la iniciativa... pobre. Le dije que su "castigo" debía continuar. Así que la hice tumbar bocarriba y empecé a besar sus muslos, empezando desde casi las inglés hacia los pies mientras agarraba su duro trasero. A la altura de las rodillas empecé a subir concentrándome ahora más en la cara interior, con algún mordisco en el frente para calmarla un poco. Llegué a la zona tapada por tela, introduje la lengua debajo de ella; estaba deseando desprenderse de esa prenda porque daba un calor tremendo así que le dejé.
Pero al hacerlo tenía que darse la vuelta, culo arriba! Quería morderlo, estuve mordiéndolo un poco mientras apretaba sus muslos con mis manos. Le pedí la almohada, ella ya sabía donde yo la quería así que simplemente la puso ahí, bajo su vientre quedando así mas al descubierto lo labios que ahora iba a trabajar... Aplique ahí mi boca, lamiendo, besando, introduciendo mi lengua allí, cada vez estaba más loca, más gemidos, más movimientos involuntarios, cada vez más cerca del sitio al que deseaba llegar pero al que aún no le iba a dejar llegar. Subí por su espalda, para decirle algo al oído y asegurarme de que me oyera y obedeciera, mi miembro casi se salía ya de los slips y lo dejé rozando su sexo mientras le decía como quería que se pusiera ahora si quería después probarlo más profundamente. La hice sentarse de rodillas, un poco erguida y con las rodillas separadas, de manera que pudiera meterme allí debajo y seguir con su castigo. Ya estaba besando su sexo de nuevo, jugando con su clítoris, ya muy muy excitada, cada vez se movía más y más y más gemidos hasta que ya no pudo más y empezó a orgasmar sobre mi boca.
Cayó rendida, con su cabeza sobre mi pecho, recuperando algo de aire. Poco duró la pausa, quería corresponderme, lo necesitaba. Sin miramientos me quitó la ropa interior y empezó a besar y chupar mi sexo mientras acariciaba mis huevos a los que dio un repaso que me hizo arquear la espalda. No estaba yo para "soportar" mucho más, se colocó sobre mí con cara pícara y sonriendo, despacito le dije... claro que si... cuando se aseguró de que estaba "en las puertas" bajó rápidamente, ambos ahogamos un grito. La miré a lo que se rió.
Comenzó a moverse despacio, suave, amplios círculos; ambos estábamos ya muy excitados así que fue acelerando el ritmo, se acercó a besarme y se incorporó a seguir cabalgándome, más y más, ya solo se escuchaban gemidos en la habitación, respiración acelerada, jadeos.... exploté dentro de ella y a la siguiente acometida llegó ella... indescriptible. Ella y yo solos en el universo una vez más.