Tormenta de fuego 2

La historia sigue

Tormenta de fuego 2

HÉCTOR

Fue un momento mágico para mí, después de la tensión y porque no decirlo y miedo, que una mujer como Miriam te bese con esa intensidad y sentimiento, cuando nos separamos sonreímos los dos y nos fuimos donde los demás, mi hermana y Sandra también habían respirado bastante humo y estaba preocupado, nos acercamos cogidos de la cintura hecho que a Roberto no le hizo ninguna gracia.

Mire su rostro y era el rostro de alguien que no podía consentir que una mujer como Miriam, una mujer de bandera y banda de música no estuviera babeando por él, entonces se acercó y con una mala educación increíble se metió entre los dos empujándome y tuvo el descaro de decirme.

Roberto- Novato recoge el material, que yo me ocupo de llevar a esta preciosidad a su casa.

Yo- ¡El novato eres tú, menuda memoria tienes, a Miriam le llevaré yo a casa te enteras muñeco!

Roberto- ¿Cómo me has llamado?

Yo- Te he llamado muñeco, eres igualito al Ken que se compraba mi hermana de pequeña para hacer pareja con Barbie (no pude evitar reírme, mientras él echaba humo por las orejas).

Mire a Anselmo y tenía una mirada extraña, cuando me acerque a él me separo de Miriam, que aprovecho para ir donde mi hermana y Sandra, cuando estábamos lo suficientemente lejos me dijo.

Anselmo- Ten cuidado con Roberto, es sobrino de uno de los mandamases y según su contrato el novato eres tú, él ha entrado con el rango de Sargento.

Yo- ¿Cómo?, ¡llevo más de un año tragando humo y solo tengo el rango de bombero y este que llega más tarde que yo, ya es Sargento!

Anselmo- Así están las cosas Héctor, yo no pongo lar reglas las acato y esto viene de muy por encima del jefe.

Yo- ¡Anselmo, ya lo has visto se ha bloqueado, este no ha visto un incendio en su vida como mucho en la televisión, es un peligro para él y sobre todo para los demás!

Anselmo- Lo sé, pero yo no puedo hacer nada, tú ten cuidado y no dejes que te provoque, tu puesto de trabajo peligra más que el suyo.

Yo- ¡Joder Anselmo, me estás diciendo que tengo que acatar sus órdenes, estoy jodido pero que muy jodido ostias!

Anselmo me dio una palmadita en el hombro y me dijo que tuviera paciencia, el sumun de la desgracia llego cuando Roberto vino y me dijo.

Roberto- Por tu cara veo que Anselmo ya te ha dicho que el novato eres tú y que yo estoy muy por encima, si no quieres un expediente por insubordinación ya sabes a recoger todo y calladito (mientras reía).

Roberto- ¿Te llamas Miriam verdad?, el novato no puede llevarte a casa yo te llevaré.

Miriam- ¡No te molestes, esperaré a que acabe de recoger y me iré con el Noe y Sandra!

Roberto me miro con un odio grandísimo, me veía limpiando todo el parque de bomberos con un cepillo de dientes, o peor el cuarto de baño (mucho repelús).

Mi hermana, Sandra y Miriam me ayudaron a recoger todo, Anselmo también quería ayudar, pero le dije que se fuera a casa que Tere estaría preocupada, no la había llamado, Roberto se pavoneaba de lo valiente que había sido dentro del edificio y lo mucho que me quedaba por aprender, yo me descojone en su cara, todos y cada uno de los bomberos de ese parque había tragado humo conmigo y conocían de sobra como trabajaba.

Que me quedaba mucho para aprender, pues claro, pero no sería el quien fuera a enseñarme, sino todos los demás que llevaban años y a dos de ellos les costó cinco años llegar a ser sargentos y este entro con ese rango por la geta, no caía bien, pero la mayoría sabia de quien era sobrino, yo me entere esa noche y me toco los huevos de una manera increíble, me acerque a las chicas y le di un suave beso a Miriam para agradecerle que se hubiese quedado para ayudarme, entonces Sandra y Noe protestaron.

Noelia- ¿Qué pasa hermanito que para nosotros no hay beso?

Sandra- eso, eso.

Yo me reí y les besé en la mejilla todo un señor beso para mi hermana y Sandra, se merecían una ristra de besos, por quererme tanto y por haberme presentado a Miriam, termine de recoger todo y lo metí en la camioneta pequeña, Miriam se me acerco a decirme.

Miriam- ¿Podrías acercarme a casa Héctor?

Yo- Claro, dejo la camioneta en el parque de bomberos y cojo mi coche para llevarte a casa, ¿te parece buen plan?

Miriam- Si (con una sonrisa que me derritió).

Noelia y Sandra se reían a mandíbula partida, pero su jefa creo que se meó encima y todo, vaya tres cabronas estaban hechas, cuando llegamos al parque de bomberos aparque la camioneta y me dirigí a mi coche donde me esperaban Noe, Sandra y Miriam.

Nos montamos en el coche y me dio la dirección, la empecé a notar nerviosa, hablamos de cosas intrascendentes durante todo el camino hasta llegar a la calle que enfilaba a su casa, en ese momento vi en Miriam un rostro de total decisión.

Miriam- Me gustaría que subieras a mi casa, yo no suelo ser tan directa, pero me gustas mucho Héctor (roja como un tomate).

Yo sonreí y asentí con la cabeza, aparque cerca de su portal y cociéndome de la mano su sonrisa era lo más bonito que había visto en mi vida, vivía en un primer piso así que subimos andando y según subíamos se estaba quitando la chaqueta y tenía media camisa abierta, se dio la vuelta con una cara de hambre de la ostia y me cogió la polla con mucha decisión.

Era el doble que ella y si algo tenía claro es que la presa era yo, esa noche me iba a comer vivo y yo pensaba dejarme, según entramos a su casa me fui quitando la ropa, para cuando me di cuenta ella estaba en sujetador y un diminuto tanga, tenía el coño peludo más bonito que hubiera visto en mi vida, nunca había visto uno pelirrojo y ese color cobrizo lo hacía apetecible de verdad, me agache y ella abrió las piernas para dejarme paso, le baje el tanga que estaba todo encharcado y metí mi lengua entre sus labios mayores, su sabor era el mejor manjar que había probado jamás, pero escuchar los gemidos de semejante diosa me la pusieron como el asta de una vela.

Le metí la lengua en la vagina todo lo que pude mientras trasteaba con su clítoris hasta que note como todo su cuerpo se convulsionaba, se estaba corriendo, se sujetó a mí y se sentó en el sofá a recuperar el aliento, mientras lo hacía se fijó en mi cuerpo, no solo en los músculos, sino en mis cicatrices, tenía unas cuantas.

Se levantó y empezó a pasarme los dedos por encima de todas ellas mientras iba bajando poco a poco, las cosquillas sumado a su cercanía me tenía en un constante éxtasis, cuando llego a mi polla totalmente congestionada, la estuvo pajeando un poco hasta que se la metió en la boca, me estaba haciendo la mejor mamada que me habían hecho en la vida y no aguante mucho, me corrí previo aviso Miriam se la metió hasta el fondo y se tragó todo lo que solté, no dejo ni gota.

Yo tengo una cosa buena y es que después de mi primera corrida me recupero rápido y aguanto mucho hasta correrme por segunda vez, se fue a la habitación y me entrego un condón, se sentó en el sofá y se abrió de piernas, tenía la polla tan caliente que pensé que fundiría el condón, una vez puesto el capuchón, enfile hacia su coño entrando poco a poco centras ella emitía gemidos junto con gestos de extremo placer, en esa misma postura empecé a bombear, primero despacito con penetraciones pausadas, pero después le empecé a penetrar más duramente como ella misma me lo había pedido, estuvimos así un buen rato no sabría decir cuanto, pero para cuando yo me corrí ella se había corrido tres veces.

Después de eso nos fuimos a la ducha donde volvimos a hacer el amor porque lo que había entre los dos era eso amor de verdad, mientras tenía su espalda pegada a la pared de baldosas de la ducha y estaba agarrada a mí, puso su cabecita en mi hombro y soltó que me quería, eso me hizo muy feliz y yo como respuesta la bese demostrándole toda mi pasión y cariño, al final me invito a quedarme a dormir, bueno eso de dormir, eran las cinco de la mañana y yo me despertaba a las seis, que me quiten lo bailado había merecido la pena.

Pasadas esa hora me despedí de Miriam para ir al parque de bomberos con un beso, ella todavía le quedaba una hora y media más de sueño, yo me fui como un zombi jodido, pero contento, al llegar al parque me encontré con el tontaina de Roberto que me dijo que tenía tareas para mí mientras se reía entonces apareció Anselmo para reclamarme.

Roberto- Tengo unos trabajos para el teniente (Mientras se reía).

Anselmo estaba muy serio y en ese estado las bromitas las justas, la contestación estuvo a la altura de lo que me esperaba.

Anselmo- Esos trabajos los puedes hacer tú, si tú eres su superior yo soy el superior de los dos y ahora le necesito, ¿te queda claro?

Al final fue Roberto quien termino limpiando los baños, yo entre en el despacho de Anselmo que además de ser bombero también era investigador de incendios y tenía unas cuantas carpetas sobre la mesa.

Yo- ¿Qué ocurre Anselmo?, te veo muy preocupado.

Anselmo- Échale un vistazo a estas carpetas, se han producido seis incendios en las últimas dos semanas y todos ellos provocados.

Yo- No es la primera vez que nos encontramos con incendios provocados y nunca te había visto tan preocupado.

Anselmo- El que ha provocado estos incendios es un profesional, conoce muy bien el fuego.

Yo- Conocemos más de un pirómano que puede realizar estos fuegos provocados y lo sabes.

Anselmo- Los pirómanos disfrutan con el fuego, el sujeto que ha provocado estos incendios porque si algo tengo claro es que es la misma persona, no disfruta su intención es hacerse el héroe, intenta llamar la atención.

Yo- ¿Sospechas de alguien?

Anselmo- Tengo la sospecha de que el pirómano está en este parque de bomberos, necesito tu ayuda para desenmascararlo.

Yo- ¿No sospechas de mí?, siempre dices que soy un temerario.

Anselmo- Tú eres un bombero nato, salvas vidas jamás las pondrías en peligro para hacerte notar, pero en este parque ahí más de uno que le gusta salir en primera plana.

Yo- Muy bien, cuenta conmigo.

Anselmo- ¿De momento no digas nada a las chicas vale?

Yo- Muy bien.

Salí de su despacho muy preocupado, si Anselmo tenía razón que normalmente la solía tener, teníamos que encontrarlo lo antes posible, antes de que alguno de los fuegos se descontrolara y terminara creando una tormenta de fuego como la que mato a papa y a mama.

El día fue tranquilo, tuvimos que atender a un accidente de tráfico, el hombre del coche siniestrado había salido con vida, todo un milagro viendo en el estado en que había terminado su coche, se me pusieron los pelos de punta.

Esa noche quede con Miriam para terminar la cena que nos interrumpieron la noche anterior, la cena fue estupenda, me costó el ojo de una cara, pero la comida de diez y el servicio de once así que salí satisfecho y por la cara de Miriam salió tan contenta como yo, entonces me dijo que quería mover el esqueleto y me llevo a un local que ponían música variada.

Según entramos en el local Miriam fue el centro de atención de la mayoría de hombres y algunas mujeres, estábamos bailando y me comento que tenía sed, me moví hacia la barra y de repente tenía una jauría de hienas rodeándola, me sirvieron rápido y me presente delante de todos los caballeros allí presentes, le pase él basó a Miriam y esta me beso para dejar claro a todo el mundo con quien estaba, después de eso vi muchas caras de decepción y otras caras de querer asesinarme.

Miriam- A la tarde he hablado con tu hermana y con Sandra, me han dicho que ellas saldrían y que si queríamos podíamos quedarnos en su cuarto de invitados, Héctor estoy muy caliente, no aguantaré a llegar a casa y la casa de Sandra y Noelia esta a un par de calles de aquí.

Yo- ¿Tú estás segura de que no estarán?

Miriam- ¿A qué tienes miedo Héctor?

Yo- A que mi hermana me pille en pleno combate amoroso contigo, menudo corte seria.

Ella sonrió y me dijo que no fuera tonto, según le contó Noelia hoy tenían una noche de esas que no apareces en toda la noche y que para cuando llegaran a casa nosotros estaríamos durmiendo, me deje convencer, pero como decirle que no, me ponía ojitos y mi única respuesta siempre era un sí.

Me fui a la barra a pagar la consumación y otra vez estaban los mismos de antes echando fichas, me sonreí pensando el morro que le echaban algunos a la vida, les desee suerte, estaba seguro de que esos hoy no dormirían solos, pero lo que tenía claro era que una de las afortunadas no seria Miriam.

Nos dirigimos a mi coche, Miriam se iba riendo porque uno de ellos se había quedado totalmente hecho polvo, pensando que al final ella se lo pensaría mejor y le elegiría a él sobre mí para pasar la noche, lo que digo menudo morro le echan, cuando llegamos al edificio donde vivía mi hermana me costo encontrar, sitio para aparcar, pero con insistencia tuve suerte y encontré hueco, entramos en el portal y le dimos al ascensor, según sé cerro la puerta de este Miriam me empezó a besar, salimos del ascensor y según nos besábamos conseguí meter la llave en la cerradura.

Si no hubiera estado tan entretenido me hubiera dado cuenta de que no estábamos solos, en el sofá grande se encontraban Noelia y Sandra haciendo un 69, Miriam tuvo que taparse la boca para no reírse, pero para mí fue un shock, no solo ver a mi querida hermana como dios la trajo al mundo, sino escuchar de su propia boca la frase.

Noelia- Cariño cómele bien el chichi a tu perrita.

En esos momentos estaba presenciando lo que no me hubiera haber presenciado en mi vida, a mi hermana o mis padres copulando, la libido se fue de paseo, Miriam ya no se cortó y estas dos se enteraron de nuestra presencia, Noelia intento taparse como pudo y termino cayéndose del sofá quedando con las dos piernas bien abiertas, se le veía el coño en todo su esplendor, ella también se quedó paralizada, Sandra no, esta empezó a reírse a estéreo con Miriam, yo cogí rumbo a la habitación y me encerré en ella.

Miriam entro y al final ni follar ni nada, decidí que ya había tenido suficiente sexo por toda la noche, a la mañana siguiente estaba en la cocina con unos cuantos utensilios encima de la mesa mirando cuál sería el adecuado para sacarme los ojos.

Sandra- ¿Qué haces con todo eso encima de la mesa?

Yo- ¡Estoy decidiendo cuál será el más adecuado para sacarme los ojos!

Sandra se empezó a descojonar la muy cabrona entonces mi hermana hizo acto de presencia estaba tan avergonzada como yo, se sentó delante de mí en la mesa y cuando nuestras miradas se cruzaron nos empezamos a reír, toda la tensión se esfumó en una risotada que despertó a mi amor, la tensión entre Noelia y yo desapareció y desayunamos los cuatro como si nada hubiera pasado, a mí esa frase de mi hermana no se me iba a borrar del cerebro en la vida.

Sandra- ¿Hoy a la noche te toca guardia no Héctor?

Yo- Si, ¿Por qué?

Noelia- ¿Si nos podrías hacer el favor de colocarnos las medicinas que nos las han traído esta tarde a última hora?

Yo- Si no tengo mucho lío lo are, ¿esta noche os lo digo de acuerdo?

Noelia/Sandra- Sí.

Deje a Miriam en su casa y yo me fui a casa de mis padres a ducharme, esa misma mañana Noelia y Sandra me dijeron que estaban pensando en alquilar la habitación de invitados para aligerar la carga del alquiler y habían pensado en mí, me dijeron que me lo pensara con calma, eso haría.

Cuando llegue al parque prácticamente no había nada de trabajo, me dirigí al cuartucho y me fije que había unas cuantas cajas, llame a mi hermana para saber cuáles tenía que colocar, cuando termine la llamada me fije que tenía poca batería, lo puse a cargar en el despacho de Anselmo, de esa manera si sonaba no tendría problemas para escucharlo.

Mientras colocaba las medicinas vendas y demás, apareció en el cuarto Julia.

Julia- ¿Puedo ayudarte a colocar todo esto?, me siento muy mal por lo del otro día.

Yo no le dije nada, pero su ayuda me vendría bien, según pasaba el rato fuimos empezando a conversar, al final terminamos hablando como siempre, me encontraba de espaldas colocando unas cajas de vendas en unas baldas cuando Julia me agarro, me empujo contra la camilla y se me echo encima, intentando besarme cosa que yo le impedí y cuando estábamos en ese forcejeo, se abrió la puerta y apareció Miriam, cuando escuche la puerta me asuste y me despiste un segundo que julia aprovecho para besarme.

Miriam vio ese beso y salió corriendo del cuartucho, julia no me dejaba salir, cuando pude quitármela de encima y salir corriendo detrás de ella, al salir fuera del parque vi como Miriam entraba en su coche y salía a toda velocidad, al entrar otra vez en el parque de bomberos para coger mi móvil e intentar llamar a Miriam me di cuenta de que alguien le había mandado un mensaje a Miriam desde mi móvil.

En la sala de descanso se encontraba Roberto, lo tenía claro esto lo montaron entre los dos para Joderme a mí, primero fui a por Julia.

Yo- Julia a partir de ahora mismo no quiero que te vuelvas a dirigir a mí, si tienes algo que comentarme por el trabajo lo haces por vía email.

Julia- Héctor yo.

Yo- Julia esto te lo ha pedido Roberto verdad, para separarme de Miriam y crearse una oportunidad como el bueno de la película, eres tan tonta que no te das cuenta de que de salirle bien será a ti la primera en darte la patada.

La deje allí pensativa, salí en busca de Roberto le iba a hacer una cara nueva al muñeco, pero cuando llegue a la sala de descanso ya no se encontraba allí, de hecho no se encontraba en ningún sitio del parque de bomberos, cogí mi móvil y empecé a llamar a Miriam, pero su móvil me daba apagado o fuera de cobertura.

No podía dejar mi puesto, si había alguna emergencia y yo no estaba allí se me caería el pelo, Roberto lo sabía y se aprovechó de eso, tire el móvil contra la pared y empecé a llorar de la inmensa rabia que tenía.

Continuará.