Topless entre gente conocida. (1)

Lo que ahora sigue es la corrección, re-elaboración y recomposición a mi total gusto y antojo de una conversación real que tuvo lugar (y creo que aún sigue teniendo) en Internet, en un foro sobre Sexo de sobras conocido por todos. Lógicamente, entre todas las cosas que cambié están los nombres. Así que... ¡ahí lo lleváis!, que os aproveche:

1. Sr. Rojo-fuego. 19 del 9 de 2007.

Me encanta cuando en la playa las tías hacen topless (o nudismo) delante de amigos, cuñados o conocidos en general. Veo que aquí y allá en otros hilos alguno habéis contado experiencias morbosas al respecto. Pero creo que este tema bien merece un hilo propio.

Me gustaría que contarais en este hilo cómo fue vuestra experiencia:

-¿A quién habéis visto las tetas?, ¿una amiga?, ¿a la mujer de vuestro colega?, ¿a una cuñada?.

-¿Y cómo os sentisteis?, ¿fue excitante?, ¿fue violento?

-¿O acaso fue vuestra chica o esposa la que hizo topless delante de tu amigo?. ¿Fue morboso?, ¿vuestro colega la miraba por el rabillo del ojo, o se fijaba descaradamente en ella?, ¿se lo esperaba?. ¿Y tú?, ¿Qué sensación te produjo aquello?, ¿te dieron celos, o te pudo más el morbo?.

Y vosotras chicas:

-¿Os da morbo que os vean las tetas el novio de tu amiga o tu cuñado?.

-¿Cuando lo hacéis os molesta que miremos disimuladamente?.

Prometo contestar y dar mi opinión a las experiencias que sean creíbles. Me gustaría que contaseis aquí casos reales, yo contare alguno que me ha pasado.

2. Sr. Morado.

La primera vez que mi chica hizo topless delante de amigos fue en una playa de Tarragona. Habíamos ido con otra pareja, un amigo nuestro y su novia. Ellos ya sabían que nosotros practicábamos nudismo de vez en cuando, y mi chica topless cuando se sentía cómoda en las playas normales. Nosotros sólo sabíamos de él. No se desnudaba en una playa por mero sentido del ridículo. Le daba palo eso de ver y que te vean por no poder evitar empalmarse allí en medio..., como un tonto o un paleto más salido que el morro del Concord. De ella no sabíamos nada.

Llegamos el primer día a la playa. Yo había comentado con mi pareja (Moradita) el tema del topless... y ella dijo que lo haría o no dependiendo de la otra chica (Albiceleste). A mí, tengo que decir, me seducía la idea de que mi Moradita hiciese...

Bueno, pues llegamos a la playa y todo fue en plan normal. Había algunas mujeres de distintas edades tomando el sol “a pecho descubierto” a nuestro alrededor..., algunas de ellas estaban realmente buenas. Mi amigo y yo nos mirábamos y sonreíamos al señalar (discretamente) a una y otra especialmente “potente”. Nuestras chicas tomaban el sol y conversaban... aparentemente ajenas a nuestras miradas furtivas.

Como pasó un buen rato y estaba ya algo aburrido de lo mismo, animé al otro chico a darnos un baño. ¿Quién sabe...? (pensé) lo mismo cuando volviésemos ellas ya se habrían puesto en topless..., ¿por qué no? Esa sería la ocasión perfecta, sin pensar... hacerlo y ya está. Mucho más fácil que delante de nosotros, mirándonos, venciendo el pudor de tener que arrancar, de dar el paso de hacerlo por primera vez con nosotros delante, así, de buenas a primeras...

Cuando volvimos, ellas (decepción) sólo se habían soltado el bikini del cuello, pero se lo habían puesto por encima de los pechos tapándoselos (no sé si me entendéis bien). Como las señoras cincuentonas... y eso nos hizo gracia a los dos.

Total, que sonriendo nos secamos y nos tumbamos para tomar el sol con ellas. Pero al cabo de un rato, el otro chico se levanta y dice: "oye, que podéis hacer topless si queréis, por mí no os cortéis... que (rió) así os queda el bikini un poco hortera...”

Nos lo quedamos mirando sorprendidos. Aquello nos cogió a los otros tres por sorpresa.

Total, que sea porque las hirió en su orgullo, o porque ellas realmente lo deseaban pero no se decidían, al final, las dos estuvieron de acuerdo en hacerlo. La primera fue Moradita, mi novia, que estaba más habituada. Miró a nuestra amiga, se levantó, y con una cara cómo diciendo: “os vais a enterar”, se quitó la pieza de arriba del bikini, desafiante, allí en medio de todos. La otra chica sólo tardó un segundo en reaccionar. Sonrió, y siguió los pasos de mi novia con descaro...

Mi amigo y yo nos miramos alucinados. Era la primera vez que un amigo veía las tetas de mi novia mientras yo veía las tetas de su pareja... Os aseguro que fue un momento... morboso, muy excitante...

Si os gusta, os contare más...

3. Sra. Roja-pasión.

Yo soy así. Varios amigos, maridos, novios de mis amigas han estado en esa situación que tanto morbo os da. Una de las últimas precisamente este verano.

Había quedado con una amiga para ir a la playa. Me encontraba boca abajo en topless, cuando apareció su novio por sorpresa. Cuando me lo presentó, tuve que girarme y levantarme..., así que, a las primeras de cambio... ¡me pilló en tetas!

Y que conste que la pillada aquella no me resultó embarazosa por mí, que a esas alturas de la película ya me las habían visto tantas veces que una más daba igual, sino por mi amiga, que es más recatada para estas cosas y la mirada de su chico sobre mis pechos pensé que probablemente le sentara a ella mal.

4. Sr. Morado.

Voy a contar la siguiente que me pasó otro día con una pareja distinta de amigos.

Estuvimos de vacaciones por Santander durante ese fin de semana. Más concretamente en Isla, donde el domingo quedamos con unos amigos para tomar algo. Se trataba de una compañera de mi mujer y su marido. Así que el domingo fuimos a Castrourdiales, que es donde habíamos quedado. Allí pasamos la mañana tomando algo y haciendo algo de turismo, y al medio día fuimos a picar algo a un bar.

Luego, mi mujer y la otra chica estuvieron hasta la tarde tomando el sol normal, con todo el bikini puesto. La otra chica, la compañera, estaba bastante “bien equipada”. Era guapa, pero lo que destacaba por encima de todo eran el buen par de tetas y el culo. Tremenda, habría sido realmente estupendo verla en topless. Pero yo sabía que esta vez no iba a poder ser. A Moradita parecía darle corte hacer topless delante de esta amiga en particular. En aquellos momentos me pareció que esto podría deberse un poco a sentimiento de inferioridad ante ella o algo así..., no sé, era mi impresión... nunca me lo llegó a confesar. Pero si era por eso, hubiera sido una tontería. Moradita también tiene muy buena figura. Bueno, el caso es que el tema del topless ni se comentó.

Como se retransmitía la carrera de Fórmula 1, las dos mujeres se volvieron después de comer a la playa y nosotros nos quedamos viendo la tele en el bar hasta que terminó. Luego de eso volvimos a la playa. Mi mujer no estaba, la otra chica sí y, además... ¡en topless! Tanto el otro chico como yo nos quedamos un poco cortados, pero sin poder evitar mirar sus encantos. Le pregunté dónde estaba mi mujer, y me dijo "mira, por ahí viene". Venía de bañarse y, también con sus pechos maravillosamente al aire. Preciosa todo mojadita...

Imaginaos..., el otro chico y yo ni nos lo creíamos.

Entonces va la otra chica y le dice a mi mujer "parece que los hemos dejado con la boca abierta...". A ver sí así nos miran a nosotras y no a todas esas que se han comido con la vista esta mañana en la playa... Y se echaron a reír las dos...

La otra chica tenía las tetas más grandes que mi mujer, eran realmente bonitas de tamaño, forma, color y pezones... Era una sensación bastante extraña el sentir la excitación que al otro chico le provocaba ver detenidamente las de Moradita, y yo igual con su mujer. Siempre he sentido cierto orgullo por los pechos de mi chica, aun siendo un poco más pequeños están muy bien puestos y causan admiración.  No había más que ver a este tipo, que se la comía con los ojos y no estaba acostumbrado a cualquier cosa, sino al magnífico par de su mujer. Bueno, aquello estuvo bien, pero cuando el tipo ganó confianza en lo de mirar..., un poco molesto al cabo de un rato sí que empecé a estar, no os voy a engañar...

Cuando por la noche nos fuimos, le pregunté a Moradita por cómo fue que al final se habían decidido a lucir sus encantos. Me dijo que lo propuso la otra chica. Que estaba harta de sorprender a su marido mirando descaradamente todos los culos y tetas de la playa... Bueno, a mí me pareció que todo aquello era bastante exagerado, la verdad. Aunque es innegable que al tipo le gustaba mucho mirar. Mi mujer me preguntó si me habían gustado las tetas de su amiga..., y no le mentí. Me confesó que ella se había sentido un poco incómoda al principio porque el otro chico no paraba de mirárselas a ella. Aunque bueno, luego se acostumbró, y al final hasta le llegó a poner caliente todo aquello. Su amiga incluso se las había estado mirando y haciendo comentarios antes de que llegásemos nosotros.

5. Sra. Verde-brillante. 11 del 10 de 2007.

Yo os voy a contar mi primera experiencia en una playa nudista de Levante, más concretamente de Valencia.

Corría el verano de 1990 ó 1991, no me acuerdo bien. Fui con mi novio y otra pareja a una playa mixta, es decir, había textiles y nudistas todos mezclados. Al principio todos permanecimos vestidos, ellos con el bañador y nosotras con bikini. Así normal durante mucho tiempo.

Después de unas cervecitas el amigo nuestro fue y se despelotó. A mí me dio un vuelco el corazón, porque tenia una polla bastante grande y gorda (el es muy alto). Al poco mi novio también se anima y se despelotó. Y de verlos así a los dos... pues me entró a mí también el gusanillo y el morbo en el cuerpo. Pero, aunque había ya alguna gente desnuda y yo ya estaba deseando, aún me hice durante un rato la dura. Hasta que la insistencia de los chicos fue en aumento y decidí por fin hacerlo. Me quité la parte de arriba con mucho corte... ya que estaba delante de unos amigos.

La otra chica (que conocía menos), permaneció con todo su bikini.

Luego de un rato, mi chico y yo nos fuimos al agua, y ya dentro me quite la parte de abajo. Llevábamos ya un rato en el agua jugueteando mi novio y yo con el morbo añadido de estar completamente desnudos, cuando veo que nuestro amigo se decide a acercarse al agua. Me puse toda nerviosa pensando en que se acercaba y me iba a ver desnuda, así que intenté ponerme las bragas del bikini. Con el oleaje y el nerviosismo no acertaba a ponérmelas...  y cada vez estaba mas cerca. Mi chico, a todo esto, ni se enteraba porque estaba nadando a su aire... como si estuviera en una competición.

Al final no me dio tiempo, y para no hacer el ridículo decidí permanecer desnuda aparentando toda la naturalidad posible delante de nuestro amigo.

Total, que llegó a mi altura y con una sonrisa pícara dijo: "vaya, veo que te has decidido." Noté claramente que me miraba el coño y me puse colorada como un tomate. Al fin llegó mi novio y me sentí mas protegida. Por lo que me olvide de la braga y permanecí ya todo el rato desnuda. “Total”, me dije, "ya me ha visto, qué mas da." Pero la verdad es que me dio mucha vergüenza, sobre todo al principio. Aunque luego casi lo agradecí...,  porque, de verdad, es una auténtica gozada eso de bañarse y tomar el sol desnuda. Además, está el morbo que se produce con el juego de las miradas, en especial con nuestro amigo que no me quitaba ojo. El cabrón se recreó bien con mi culo y con mis tetas.

6. Sr. Blanco-sucio a Sra. Verde-brillante.

Oye, tengo una duda. Si ese amigo de tu novio te hubiese sobado bien dentro del agua. ¿Lo habrías consentido...? ¿Tú hubieses seguido el rollito...?

Contestación de Sra. Verde-brillante

:

Creo que no. Bueno, lo más seguro es que en esas circunstancias: no.  Si se hubiera tratado de un desconocido, entonces, no lo sé. ¡Vaya!, que aunque no lo descarto de entrada, lo veo bastante difícil. Tendría que estar allí, viéndome desde fuera. La magia del momento, un instante de locura, no sé.  Pero lo que sí te puedo asegurar es que aquí y ahora, en frío, con conocidos: nada de nada. Es muy peligroso. Poco que ganar y mucho que perder.

Te diré, no obstante, que en días posteriores a lo que os conté y con el corte del principio ya superado, jugábamos dentro del agua con un balón al voley todos juntos, y desnudos, y había roces, caídas de unos encima de otros al disputar un balón, etc. Pero vaya, creo que sin intención ni nada. Recuerdo que en una de esas me cayó encima éste chico en cuestión, y note toda su polla por mis muslos y mi trasero, pero ya te digo que por el mero contacto propio del juego, sin intención aparente alguna.

Eso si, luego en la intimidad, comentando con mi novio, rememorando los detalles más suculentos..., pues que queréis que os diga..., pues sí, había morbo con esas bobadas, y mucho..., jajaja.

7. Sr. Rojo-fuego.

Los más impactantes desnudos fortuitos playeros que me han sucedido con gente conocida, han sido: mi cuñada en topless, y la mujer de mi primo desnuda completamente.

Y os tengo que decir que aunque fue muy morboso, también me dieron bastante corte en el preciso momento. Tras el shock inicial ante lo inesperado, viene el corte de no saber para dónde mirar, y a continuación todo el mundo se hace el supermoderno y le quita importancia al asunto, y aunque secretamente lo empiezas a disfrutar poco a poco, tampoco lo puedes exteriorizar por no quedar ante todos como un salido o un anticuado.

En cambio, cuando han sido otros los que han visto desnuda a mi novia, os confieso que lo he disfrutado mucho más y desde el principio. No sé..., yo soy así. Y antes que penséis que estoy loco o algo así, considerad esto:

Te sientes más seguro, porque los cortados y los que no quieren ofender son los otros. Llamadme provocador, exhibicionista de mi pareja, o cosas así, pero sabed que  como yo, podéis disfrutar muchísimo viendo como el amigo de turno sufre. Sí, por estar constantemente observándola, pero de manera furtiva, con una especie de placer culpable. Porque a la vez de regalarse la vista tiene que disimular para que no te mosquees.

Y ahí, justamente en ese momento, te sientes..., no sé, un poco como por encima (sin pretenderlo, claro.) A fin de cuentas, tú eres el afortunado que disfruta todo eso que tus amigos contemplan con ojos de deseo. Jajaja, ¡qué cabroncete soy...!

8. Sr. Naranja. 18 del 10 de 2007.

Hola, yo también aporto mi mejor experiencia morbosilla. Fue en la playa, y se trata de un encuentro nudista con un ex-pretendiente de mi mujer. ¡Ahí es nada!, jajaja...

Pues íbamos paseando por la orilla, mi mujer (por aquel entonces novia) y yo, completamente desnudos. Y en eso, vemos a otra pareja, igualmente paseando, que venía de frente hacia nosotros.

Mi mujer, como un tomate al reconocerlo a él. Nos saludamos cortésmente, y nos presenta a su novia. ¡Joder!, ¡qué morbo besar a una tía despelotada! (aunque sólo sea en las mejillas). Y qué morbo el que bese a tu novia desnuda un ex suyo (aunque no llegaron a salir mucho). Y, por supuesto, ver a dos tías desnudas dándose los dos besitos de rigor. Estaban los tres más tensos que un alambre. Y yo, allí intentando entablar una conversación que se antojaba imposible.

Bueno, pues despedida y yo, claro, me giro a ver el culo de la susodicha mientras camina. Luego los típicos comentarios entre mi chica y yo. Que si el antiguo novio estaba más delgado y en forma que yo. Y que tenía la polla también más grande. Mi mujer decía que una noche se enrollaron, pero que no pasaron de darse besos con lengua y de tocarse sin quitarse la ropa.

Le pregunté si siempre había sabido que la herramienta del otro era más grande que la mía, y me contestó que se lo imaginaba. Pero que no me preocupara porque también recordaba que besaba fatal. Buena chica, supo hacerme feliz..., jajaja. Le correspondí alabando sus tetas, que eran más grandes que las de la otra chica.

Aunque a continuación me sinceré con que sí que me gustó, en cambio, el rasurado de coñito que llevaba. Y lo mejor que quedó de todo aquello fue eso. Mi chica entendió que me gustó mucho, y al poco, me sorprendió depilándoselo a la brasileña.

9. Empezado por Sr. Amarillo-plátano y contestado por Sr. Verde-viejo.

Sr. Amarillo-plátano:

Amigo, aquí en Canarias la mayoría de las mujeres van en topless, y la parte de abajo con tanga. Es la moda desde hace unos años, y como tal, todas la quieren seguir.

Sr. Verde-viejo

: Sí, ya, ya lo he visto. Pero por mi experiencia cuando estuvimos allá, por vuestra tierra, yo tenía la idea de que los tangas eran para chicas..., ya sabes, entre ciertas edades, y no para niñas y mujeres más maduritas.

¡Joder!. Recuerdo que la primera vez que vi una quinceañera en tanguita de hilo..., como dicen los jóvenes: ¡flipé en colores! Vaya, nada en contra, ni muchísimo menos, que buen recuerdo visual me dejó la cría aquella. Por mi cabeza no paraba de pasar: qué pensarían de todo aquello sus padres. Pero, bueno, ahora allí resulta que van TODAS. Y el número a la larga termina justificando. En fin, esperemos que en la península se imponga también el tanga de una vez, por lo menos entre las “tías buenas”..., jaja_ja.

10. Sr. y Sra. Crema-tostada.

Hola. Ahora os escribo yo: la Sra. Crema-tostada. Y la primera vez que me sorprendieron desnuda fue hace unos cuantos años en una playa.

Precisamente en una de las primeras veces que hacía nudismo (en concreto la segunda). Recuerdo que estaba ahí, boca abajo, bien tranquilita sobre la toalla. Cuando de repente oí a una pareja que se decían: “Mira, mira, que sí..., que es la Sra. Crema-tostada, la profesora de Antoñito”. Os juro que no podía dar crédito a lo que estaba oyendo. Había hecho una simple sustitución de unos meses en un instituto de enseñanza, y me parecía imposible tanta coincidencia.

Levanté la cara, rogando que todo fuera una confusión. Pero no, los padres de mi ex alumno estaban allí, a escasos metros. Se acercaban a saludarme. La madre iba delante, muy moderna ella, como si tal cosa.

Por mi cabeza bullía sólo: ¡qué rayos es lo que podría hacer!. Volví la cabeza en todas direcciones por si fuera un error, pero allí no había nadie más en muchos metros. Me habían visto, bien vista, se trataba de mí y de nadie más, no había escapatoria. Nada los iba a detener. Porque era claro y evidente en qué circunstancia me encontraba yo en es preciso instante: ¡totalmente desnuda!, ¡joder!. Lo sabían perfectamente y aun así no había sido el menor obstáculo para que se decidieran a abordarme.

Yo, pues qué queréis que os diga: al contrario que ellos, sí que me daba corte levantarme y mostrarme. Y encima me encontraba en desventaja, que ellos iban vestidos, (ella en topless) bueno, al menos vestidos de cintura para abajo. Pues nada..., que me tuve que incorporar mínimamente para saludar, la verdad, sin muchas ganas, con lo que mis tetas quedaron totalmente expuestas a la vista.

En la conversación salieron cosas sobre un Centro de Estudios que a mí ya no me importaba lo más mínimo, y también que estaban esperando a que su hijo apareciera de un momento a otro pues se había separado de ellos hacía un momento para yo no sé qué. ¡Hostias! Ya con esto me subió el sofocón del todo. Que sí, que el niño ya era mayor de edad y todo eso..., pero aún así no me hacía ni puta gracia que gente relacionada con el trabajo me viera así, en bolas.

A modo de triste consuelo, pensé que al menos ero lo menos malo el haber sido pillada por estos padres. Pues si estaban en esa zona de playa, quería decir que: o bien practicaban nudismo o que no les importaba el tema. De una manera un poco patética comenté que me tenía que ir..., lo que fuera, cualquier cosa: que no me quería quemar con el sol y yo qué sé más.

Me incorporé (con lo que me pudieron ver desnuda ya completamente de arriba a abajo). Me puse la braguita del bikini y..., ¡joder!, justo a tiempo de oír un nuevo saludo. Se trataba de mi ex alumno, y ya con todo perdido..., pues decidí actuar como si nada y saludarlo. El buen muchacho mostró su cara de enorme, enorme sorpresa, al verme allí hablando con sus padres..., y en topless..., nada menos. Premio Gordo para el nene. Lo disfrutó bien, el muy cabrito. Ni él mismo podría creerse su gran suerte. Gracias tenía que darle a tener unos padres tan pesadísimos.

Pero bueno, ya ha pasado mucho tiempo y al alumno no lo volví a ver más. Y por fortuna a sus padres tampoco. Y nada más. Que el niño se haría buenas pajas a mi costa durante una buena temporada, y lo mismo hasta el padre también..., jajaja. Porque al final fue quién más beneficiado resultó, sin duda. El padre ese me vio durante más tiempo y más cosas. Todo, por delante y por detrás, el muy puñetero me lo vio absolutamente todo. Así que: “¡Vaya inició al nudismo...!”, pensé aquel día para mí misma.