Topicazo
Una historia normal,sin grandes pretensiones,sin demasiado mormo sexual...pero real como la vida misma.ruego que no se me juzgue por ello-
Sé que es un topicazo, pero…es una historia real, y tal como la viví, la cuento.
Allá cada cual si la cree o no. Yo sólo necesito “confesarme”, para no sentirme tan culpable.
Llevo casada 15 años y tenemos 3 niños. Mi vida de pareja tiene sus mas y sus menos, como todas, pero lo cierto es que, desde que tenemos hijos, nuestra vida sexual ha decaído bastante, ya que ellos ocupan todo mi tiempo y agotan todas mis energías y el, con sus proyectos laborales tampoco tiene mucha gana de juerga cuando llega a casa, así que uno por otro, hemos ido castrando nuestras ganas y sustituyéndolas por otras cosas.
Muchas veces, cuando tengo ganas de sexo, me acerco a manolo para tentarlo, pero el sigue abstraído y dice que no siente deseos, por lo que satisfago mis instintos con varios juguetes que he ido adquiriendo a través de Internet!..
Pero lo cierto es, que nada sustituye una buena polla, un buen bombeo, una buena corrida, aun cuando los orgasmos que mis juguetitos me proporcionan son bien buenos!.
Aun no me explico como sucedió esto que paso a relatar, porque amo a mi marido y la infidelidad no entra en mi concepto de lealtad y ética…
Todo comenzó cuando decidimos hacer algunas reformas en el piso, por lo que comencé a pedir presupuestos y tras comparar varios, acepté el que más me convenció.
Tres días después, un señor gordito, calvo y simpático vino a tomar medidas y a presentarme a Juan, el técnico que haría la instalación de fontanería y electricidad..
Juan era un chico demasiado serio para sus 24 años, de mirada triste y sonrisa amable.
Un chico delgado y alto, de complexión atlética y tono sereno en su voz.
Juro que no pensé jamás que podría suceder algo entre nosotros.
Por dios! Si yo le doblaba la edad….
Nos caímos bien desde el principio .mi trabajo consiste en traducir textos para una editorial y tengo la suerte de poder hacerlo desde casa, por lo que una vez dejaba a los niños en el colegio ,disponía de toda la mañana-una vez puesto al día todo-para hacer algunas traducciones.
Manuel, sin embargo, apenas paraba en casa. Tenía una empresa recién inaugurada que le robaba todo el tiempo y que necesitaba toda atención.
La responsabilidad de la casa, los niños y todo lo que ello implicaba, recaía en mí y a veces, es cierto, me sentía agobiada y poco valorada…
Cuando comenzó la instalación de la calefacción, me sentí bien sabiéndome de algún modo acompañada en mis mañanas.
Juan llegaba a eso de las nueve, trabajaba hasta las dos y volvía desde las cuatro hasta las seis.
El segundo día lo invité a un café, y agradecido aceptó.
Hacía un calor endemoniado esa mañana de septiembre.
Yo me había puesto una camiseta de tirantes y un pantalón corto. El llevaba un mono azul.
-“por dios Juan, debes estar asándote con eso puesto!”.
-“bueno, cuando salgo de casa no se si hará fresco o no…así que me lo pongo. Pero traigo ropa de faena más ligera para cuando comienza a pegar fuerte”.
Me contó que venía de otra ciudad que está a una hora larga de camino a mi casa, que llevaba dos años casado, que su mujer era representante y nunca estaba en casa.
En fin! Tan amena resultó la mañana que se nos fue sin hacer nuestro trabajo.
Llegada la hora de comer me preguntó donde podía hacerlo “bueno y barato”, y para su sorpresa, le dije que se quedara a comer conmigo.
-“yo…..no me gustaría abusar de tu buena voluntad”…-dijo algo cortado.
-“de eso nada…como comprobarás me paso los días sola, así que te estaré agradecida si me haces compañía”.- sonreí para tranquilizarlo y hacerle ver que realmente me apetecía que se quedara.
-“hagamos una cosa…_ proseguí mientras le ponía una toalla en las manos –tu te das una ducha y te pones algo mas fresco y yo preparo algo rápido para comer, que te parece?”.
Titubeó durante medio minuto y por fin, se dirigió al baño.
En los 5 minutos que duró su ducha, yo preparé una ensalada mixta y un bistec con guarnición.
Creí que me moría allí mismo al verlo aparecer en la cocina con el cabello mojado y el torso desnudo, apenas cubierta su cintura por la toalla.
-“esto…perdona….me dejé la ropa de cambio en la bolsa que está en el balcón”..
Estaba realmente cortado, lo veía en el enrojecimiento de sus mejillas y en lo esquivo de su mirada.
También yo me sentí algo cohibida, pero quise restarle importancia diciéndole:
_”pues ve a por ella y vístete, que vamos a comer ya”
Pude respirar su aroma cuando pasó a mi lado para dirigirse al balcón .Así, con el cabello mojado y esa guisa, su aspecto era aun más aniñado…y sin embargo, en ese instante comenzó mi calvario.
Un cosquilleo me recorrió entera al tenerlo tan cerca. Se me aceleró el pulso, de tal manera que mis manos temblaban al poner la mesa.
El me ayudó a hacerlo y en un par de ocasiones nuestras manos se rozaron.
Ya en ese instante debí darme cuenta de la atracción que el muchacho ejercía sobre mí, pero quise omitirlo y borrar esa idea de mi cabeza.
-“¿tu marido no viene a comer?” –me preguntó el una vez sentado frente a mi.
-“que va!,seguramente no regrese hasta la noche. Y los crios no lo hacen hasta las seis. Como ves, un poco de compañía se agradece…”. Intenté que mi sonrisa no delatara lo cortada que me sentía de pronto por estar tan cerca de el, temiendo que en mi cara se reflejara el deseo que acababa de sentir.
Por otro lado, el parecía más relajado y menos cortado que minutos antes.
Durante la comida hablamos de todo un poco.
Yo de mis hijos…mi trabajo…mi matrimonio.
Saberme escuchada por el hacía que contara cosas que jamás antes había contado. Me sentía tan bien y con tanta confianza, que me vi confesándole mis anhelos y mis desilusiones en mi matrimonio.
-“es un buen hombre – le estaba diciendo yo sobre mi marido –pero vive demasiado centrado en sus proyectos y ha olvidado los que teníamos en común. Se desentiende un poco de los hijos y deposita en mi demasiadas cargas por aquello de que mi autonomía laboral me permite moverme con libertad para ir a médicos, al banco, ect…ha delegado en mi la carga familiar, y me agobio un poco sabes?”.
-“pues es admirable..- me contestó el mirándome a los ojos- las mujeres de ahora no saben hacer nada…no son resolutivas. Me gustan las mujeres como tu, que son capaces de ponerse el mundo por montera y arrasar con todo!.Mírate…._siguió diciendo_ eres esposa, una buena ama de casa a juzgar por como la mantienes impoluta, madre y trabajadora, además de una mujer bellísima. Hoy día, la mujer no quiere trabajar dentro del hogar, la mayoría ni tan siquiera sabe cocinar, y la idea de tener hijos, les horroriza! Comenzando por mi mujer!!!.”
La charla fue amena y después del café, yo me puse a recoger la cocina y el a poner tubos.
A las seis de la tarde, se despedía de mi con un “gracias por todo, maría”.
Puede parecer una tontería, pero escuchar mi nombre entero me gustó muchísimo…en casa siempre me llamaban “mamá” y mis familiares, me decían Mari, así que sonó a música celestial en mis oídos.
Durante el resto de la tarde me mantuve ocupada con los niños de regreso del Cole, y después, ya acostada, la imagen de Juan con el torso desnudo volvía a mi un a y otra vez.
Manuel había llegado hacía un rato, pero estaba en su despacho, frente al ordenador, lo que garantizaba, una vez más, dormir sola.
Saqué mi huevo vibrador y comencé a masajearme con el clítoris.
Imaginaba que era Juan quien lo rozaba con sus labios, que era el quien me estaba haciendo gozar.
Pasaba mis manos por mis pechos, como si fueran las suyas, pellizcaba mis pezones, imaginando que eran sus dientes quienes los mordían.
Mi respiración se volvía más y más agitada, mi cadera involuntariamente se alzaba pidiendo a gritos que el pequeño vibrador no dejara de proporcionarme placer…y de pronto una descarga eléctrica me llevó a un increíble orgasmo, haciendo que mi cuerpo de doblara en dos y se convulsionara.
Fue un increíble placer el que sentí esa primera vez.
Después hubo muchas otras masturbaciones. ! Incluso estando Juan en casa trabajando, a veces tenía que meterme en el baño y frotar mi sexo en un rápido desahogo.
Nuestra relación siempre fue educada y amistosa, nunca fuera de lugar, nunca dando pie a nada fuera de lo común.
Sin embargo, disfrutábamos de la mutua compañía.
Tomamos por costumbre comer juntos, y tener una charla de sobremesa, que en muchas ocasiones se tornaba íntima y confidencial, y que a veces hacía olvidar que ambos teníamos cosas que hacer.
Quizás fue esa la causa para que una instalación de apenas unos días, se estuviese alargando tanto…eso y las complicaciones de un piso demasiado viejo en el que todas las instalaciones debían ser cambiadas por completo!.
Así supe que estar casado, era una decepción para el, pues su mujer nunca estaba en casa y su vida afectiva y sexual se veía resentida.
Me decía que ella no tenía intención de cambiar de trabajo, ya que disfrutaba de el y eso le desquiciaba, pues aun que lo cambiara el, las cosas no mejorarían.
En sus dos años de matrimonio, estaba cansado de vivir solo y de recibir excusas por parte de su mujer.
Yo intentaba alentarlo pidiéndole paciencia, pero sin mucho convencimiento pues mi matrimonio en ese instante, no era mucho mejor que el suyo.
Llegó un momento en el que esperaba con ansia la llegada de Juan.
Me desvelaba pensando qué ponerme para despertar su interés, qué perfume usar para estimular sus sentidos, qué peinado para despertar sus instintos.….
Ya entonces supe que deseaba acostarme con ese chico…..pese a mi estado civil, pese a nuestra diferencia de edad…pese a todo.
No soy una mujer fea, me consta; aun que es cierto, que poco interés creí poder despertar en un hombre joven.
Pese a mis 43 años y 3 hijos, mantengo un buen tipo y procuro llevar una alimentación equilibrada y hacer algo de deporte para mantenerme bien.
Soy una mujer voluptuosa, de curvas insinuantes y carita viciosa, lo se, mi marido no se cansa de decírmelo y sus amigos_ por supuesto no me lo dicen explícitamente _ lo confirman con las observaciones que le hacen.
Por su parte, comencé a darme cuenta de que cada día llegaba antes, cada vez más nervioso y con más ganas de charla.
Así, después de una semana de intensas confesiones _ de las que por supuesto yo nunca conté nada a Manolo, mi marido_ sucedió lo que ambos tanto deseábamos en silencio.
Mientras preparaba la comida, salió de la ducha, una vez más con la toalla como única prenda.
Se quedó allí parado, en el marco de la puerta como un dios griego.
Algo turbado, me miraba insistentemente y comencé a ponerme realmente nerviosa pero cuando sin poder evitarlo, mis ojos se desviaron a su entrepierna para comprobar que el chiquillo tenía una erección de caballo, no pude evitar sonrojarme y mostrarme inquieta.
Bajo la tela de la toalla, se adivinaba un prominente y poco disimulado pene erecto.
Preparaba una salsa de tomate para los raviolis y sin saber cómo, con el pulso acelerado y temblor en las manos, dejé caer la cuchara de palo al interior de la sartén, con lo que conseguí que parte de la salsa salpicara y me pusiera perdida, no solo la camiseta si no, el cabello y la cara.
_”vaya……que tonta”.
Fue lo único que atiné a decir mientras me perdía en sus ojos y apartaba el puchero del fuego.
Se acercaba a mí lentamente, con una amplia sonrisa en sus labios.
Los mismos que me robaban el sueño desde hace días.
Los mismos que me hacían desear ser devorada.
A un milímetro de mí, con la yema del dedo índice, me limpió la salsa de mi pómulo, para después introducirlo en su boca.
Yo no apartaba la vista de e1 como hipnotizada
Sabía lo que deseaba: a el.
Pero temía dar un paso en falso…tenia miedo, la verdad…aun que la atracción que se sentía en el ambiente era mutua.
Me mantuve a la expectativa, como si yo fuese la menor de los dos, como una virgen en su primera relación.
Estaba asustada, si……y excitada….y nerviosa…..e incluso me sentía algo cortada y tímida.
Yo! que era una mujer decidida y muy abierta!
Fue el quien me sujetó dulcemente el mentón y juntó suavemente su boca a la mía.
Comencé a corresponderle con la misma dulzura, pero mi necesidad de el hizo que en un instante perdiera la calma exigiéndole con urgencia que abriese la boca para saborear su lengua.
Agarraba su nuca con desesperación, para mantenerlo unido a mi y el respondía con la misma urgencia, devorándomela.
Recorrí su torso desnudo con la palma de mis manos, embriagada por la pasión que nos quemaba; mi cuerpo era atraído hacia el suyo como un poderoso imán.
No pude evitar un gemido cuando sentí sus grandes manos sobre mis pechos.
-“dios mío…que hermosa eres…”-me susurró con sus labios en los míos…
Sonreí mientras mis manos se aseguraban de que las suyas no me soltasen, obligándolas a seguir masajeándome los pechos.
Instintivamente mi pubis se frotaba contra su dura verga, dejándome empapada de deseo.
Con celeridad me despojé de la camisola veraniega que llevaba puesta dejando al descubierto un impresionante y sugerente conjunto interior en color rojo.
Supe que lo había dejado impresionado cuando se quedó embelesado mirándome.
Yo me giré un par de veces para mostrarle mi cuerpo, sabedora de su admiración e impaciencia.
Mi larguísimo cabello negro azabache caía ondulante por mi espalda hasta mi cintura y destacaba sobre mi blanca piel.
De un solo manotazo, Juan sacudió las pocas cosas que en la mesa de la cocina había colocado, dejándolas caer al suelo y alzándome me colocó en la mesa para comenzar a devorarme el cuello, el escote y seguir por mis pechos.
-“hummmmmmmm……..siiiiiiiiiii……cielo, cómeme entera…..”-decía yo entre gemidos.
Mis manos recorrían la largura de su verga, sacándole de encima la toalla que aun la cubría.
Su cuerpo era espectacular, precioso realmente!.Joven y duro me lo ofrecía sin reparos y yo desfallecía por poseerlo y hacerlo mío.
Sentada en la mesa y despojada de mi precioso sostén de encaje, el muchacho lamía mis pechos y se hundía entre ellos disfrutando, supongo, de una de las mayores fantasías masculinas.
Mis pezones rosados estaban endurecidos por el ardor que su boca me proporcionaba; le forzaba a comérmelos sin delicadeza mientras me arrancaba suspiros de placer.
Mientras yo me centraba en su polla, que masajeaba juguetona con ella entre mis pies, el me deleitaba con caricias por encima del minúsculo tanga rojo.
Yo succionaba cada centímetro de su cuerpo, lo lamia, lo sobaba, lo estrujaba y disfrutaba como si fuese la ultima vez que fuese a hacerlo!.
_” voy a comerte el coño, cariño”…-acertó a decirme entre jadeos.
Abría mis piernas descomunalmente y guié su cabeza hasta allá abajo…
Santo cielo, el sexo oral no era algo que practicase mucho aun que me encantaba! y este hombre me volvía loca con su boca. Con un dedo, apartaba la fina tela dejándolo reposar a la altura de mí hinchado clítoris, avivando si cabe aun más mi deseo, y con la lengua recorría mi empapada raja lentamente.
Yo me mantenía semi recostada en la mesa, apoyando mi tronco en la pared.
Acariciaba mis pechos y pellizcaba mis pezones mientras el me comía el sexo…
_”siiiiiii. Estoy empapada cariño….muy caliente……eso es……hummm..., que bien me comes, amor!”
Jadeaba y movía mi cadera en busca de su calido aliento; el introducía su lengua en mi interior y la alternaba con sus dedos.
Enloquecí al sentir que con sus dedos me penetraba por detrás y sin poder evitarlo tuve una gran corrida que llenó de líquido la boca de mi amante.
A modo de agradecimiento lamí su boca con deleite, recogiendo parte de mis jugos de ella.
Recorrí lentamente su cuello con mis labios, bajé hasta su pecho y me recreé unos minutos en sus pezones.
Sus gemidos me indicaban que lo estaba haciendo gozar….
De un brinco salté de la mesa y seguí descendiendo hasta su vientre plano y llegué hasta la cabeza de su duro pene.
Era de un color rosado oscuro; liso y húmedo parecía desafiarme apuntando al infinito.
Comencé a lamer el glande con gusto, saboreándolo con calma pasando la punta de mi lengua por su circunferencia, para después introducirme todo el palo hasta el fondo de mi garganta.
-“ohhhh…….siiiiiiii….nenita……….cométela toda…….cómo me pones……..hummmmmmmmm……asiiiiiiiii, hasta en fondo……..”
Introducía su polla hasta la base. Era una verga gorda, de tamaño normal, pero deliciosa.
Me incorporé para coger de un armario el bote de miel y comencé a verter en mis pechos el goloso manjar, exigiéndole a Juan que fuese el quien me lo esparciera por el…..
_”que revoltosilla eres, preciosa….como me gustas!”
Antes de volver a bajar hasta su miembro aprovechó para lamer mis pezones una vez mas..
Después, de cuclillas, coloqué su polla entre mis grandes tetas y comencé a ascender y descenderlas con ella en medio.
El empujaba y se movía follandomelas cada vez a mayor ritmo!
Agarraba mi cabello y sin delicadezas me obligaba a su vez a subir y bajar tirando de el.
_!”Eso es, guarrilla…..voy a correrme en esa carita viciosa que tienes…eres una delicia de mujer…”
A mi me excitaba escuchar sus palabras, y deseaba sentir su corrida en mi cara e incluso en mi boca.
_” hummmmmm…….quiero que me llenes de leche! que me la des toda, si?..”- le decía yo mientras sus embestidas a mis pechos eran cada vez mas rápidas.
Comencé nuevamente a lamerle el cipote , limpiando con mi lengua la miel derramada en su tronco, y llenándome la boca con sus duros testículos.
_”abre la boca nena…te la voy a llenar…oohhhhhhhhhhhh………..hummmmmmmmmmmmmm”.
Comenzó a masturbarse frenéticamente mientras yo le masajeaba las bolas con la boca completamente abierta esperando mi preciado regalo.
No tardo en llegar…un chorro de cálido liquido lechoso comenzó a llegarme a la garganta y luego otro….y otro….yo limpiaba mis labios con la punta de la lengua mientras tragaba con gusto toda su leche.
_”eso es ,preciosa…trágatela toda…que viciosa eres cariño….aaaaaahhhhhhhh…….siiiiiiiiiiiii…….hummmmmmmmmmm”.
Cuando terminó su corrida,pasé la lengua por la punta de la polla para terminar de limpiarla.
Sonreí cuando el instintivamente se echó para atrás,debido a lo sensible de la zona.
Me incorporé mientras limpiaba mis labios con la palma de mi mano.
_”comemos algo?”-pregunté sin ninguna gana de otra cosa que no fuese follar y follar.
_!”Chica mala!” _ dijo el muy canalla con una sonrisa picarona….- “aun no he terminado contigo…anda ven, colócate así….con ese precioso culito en pompa”.
Echó mi cuerpo hacia delante, apoyándome en la mesa y obligándome a abrir mis piernas con las suyas.
Sin miramiento tiró del elástico del tanga hasta arrancármelo del todo.
_”tienes un culo tremendo…es lo primero que me llamó la atención de ti….sabes cuantas veces me he masturbado soñando con tenerlo para mi?”
_ “pues cojete lo que desees Juan, soy toda para tu disfrute…”
Volvía a estar empapada de deseo por ese hombre, quería sentir su polla dentro…
-“follame!”- le ordené.
No se hizo esperar.
De un golpe inundó mi coño con su polla…mientras agarraba mis tetas para ayudarse a empujar…
Mordía mi cuello mientras me poseía con cierta furia!.
_”así……si…..follame, amor….quiero correrme contigo dentro…ahhhhh……si…..dame más, folla a tu puta”!
_”qué buenorra estas, joder….como me pones!!!”_gemía
el, entrecortado_”que coñito más caliente y jugoso tienes, voy a llenártelo de leche…”
Yo empujaba hacia el, y el empujaba hondo, clavándome todo en mi interior.
-“OH, si……voy a correrme…”_ dije yo al sentir que me llegaba el orgasmo…mis piernas comenzaron a temblar y noté que los músculos de mi vientre y mi sexo se dilataban y contraían.
Una oleada de pequeñas descargas comenzaron a llenarme por completo
_”ahhh. .me…….coooooooorrooooooooooooo”._le oí decir a el.
Sus embestidas comenzaron a ser más rápidas y enérgicas hasta que quedó clavado en mi interior.
Pude sentir la palpitación de su miembro en mi interior, y en unos segundos, su caliente liquido resbalaba por mis muslos.
Ambos estábamos jadeando y sudorosos.
Estaba agotada físicamente, pero aun no me sentía saciada de el.
-“oye…._ comencé a decirle mientras me giraba _ yo…ha sido estupendo…hace ya días que pensaba en esto.”_ de pronto me sentía nuevamente turbada frente a el.
Me sonrió para decirme:
-“tranquila, vale?. Ha surgido por que ambos lo deseábamos. También yo he imaginado mil veces este momento y además, ha sido aun mejor de lo imaginado y no deseo que termine…”
_”bien, te parece entonces que dejemos que las cosas surjan sin compromisos ni presión?”-contesté yo _”me siento fenomenal contigo cerca, me rejuveneces y me siento viva…”
Como respuesta me dio un largo beso en la boca y un cachetito en la nalga.
_”voy a la ducha, niño, después comemos algo, que en un par de horas tengo a los peques en casa”.
Dos minutos más tarde, mientras me enjabonaba, sentí que la mampara de la ducha se abría, y con una sonrisa de golfo y una expresión ingenua me preguntaba:
_” un par de horas, decías…?¿”
Ha pasado año y medio desde entonces…, nuestros encuentros no son tan frecuentes como ambos desearíamos, pero son siempre satisfactorios y divertidos.
Tener a Juan en mi vida, curiosamente, mejora mi relación con Manuel; no discutimos ya, estoy siempre más predispuesta, mas abierta a todo. Mi actitud ha cambiado y eso facilita la relación de pareja.
Por otro lado, he rejuvenecido mil años y me siento más bonita, más sexi.
No se cuanto durará, a veces tratamos el tema Juan y yo y pensar en un final nos entristece, aun que creo que ambos sabemos que un día, sea por la causas que sean, terminará.