Top Model (5) Mi primera vez.

Si alguna vez pensaste que la vida de las modelos es maravillosa, te equivocas. Somos perchas para ropa cara y moneda de cambio entre gente poderosa y depravada. Esta es la historia de como acabe siendo una top-model. No es para gente sensible.

[Aviso: en este capítulo se relata una violación completa, no solo sexo oral forzoso]

[Al llegar a la habitacion, Andres cerro la puerta con la llave y echo el cerrojo, fue a la tele y la puso muy alta.

Entonces vino hacia mi.]


Empezó a besarme de nuevo y yo intenté apartarme, por lo que me estiró del pelo muy fuerte y yo me estuve quieta.

Su lengua empezó a recorrer toda mi boca y me mordía los labios tan fuerte que me hacía daño, sus manos arrancaron mi gabardina y quedé desnuda de nuevo.

Me preguntó si "alguna vez me habían follado" y yo dije que no, que ni siquiera sabía lo que era eso. Se empezó a reír y se sentó al borde de la cama y me tiró al suelo donde me hizo ponerme de rodillas.

Se sacó su cosa, que estaba dura y empinada.

"Me hará metérmelo en la boca y luego me dejara irme a dormir" eso pensé, pero no.

Me agarró del cuello y empezó a pasarme la punta de su pito por toda la cara.

-Dime "nunca me han follado, señor Andrés" -mientras lo sentía recorrer mis labios, lo dije -Muy bien, Marina, ahora di "soy virgen señor Andrés, y tengo miedo"- lo miré sin comprender, pero lo dije también y el sonrió mientras me empezaba a pegar en la cara con su pito.

Me hizo abrir la boca y me lo metió en la boca. Esta vez se tomó su tiempo, lo sacó y me indicó que lo lamiera.

Me hizo pasar mi lengua por sus huevos sudorosos y grandes, me hizo metérmelos en la boca, luego me obligó a pasar mi lengua desde ellos hasta arriba del todo y me lo metió en la boca de nuevo.

Con una mano en mi pelo y la otra masajeando una de mis tetitas, me empezó a mover la cabeza poco a poco mientras me indicaba que apretase mis labios pintados de rojo sobre ello. Notaba su sabor, entre salado por el sudor y algo amargo, notaba las venas palpitar sobre mi lengua. "Se lista y mójalo bien de saliva", dijo él.

Cuan

-Que tetitas mas pequeñas y golpeadas tienes, eh cielo... -me quejé cuando me mordió mi pequeño pezón, y me mordió mas fuerte- ssssh... Calla cariño calla... Has sido una niña mala, y las niñas malas han de ser castigadas, ¿verdad?

-Lo... Lo siento, señor Andrés, por favor...

-Noo, no llores. Se buena y aguanta tu castigo cielo, pero seré bueno contigo si me prometes que después vas a ser buena, ¿verdad? -asentí mientras las lágrimas caían- si, vas a ser la buena y calladita muñequita de papi, ¿verdad?

Noté la punta de su pito sobre mi pubis y empezé a llorar, no quería esa gran cosa dentro de mí no!. Recordé la única vez que el Padre Pablo me había puesto un dedo dentro del chochito y como me dolió y lloré más fuerte mientras le suplicaba a dios que me ayudara...

-Dios no te escucha desde esta habitación, puta estúpida -movió su cosa por encima de mi pubis y me mordió el otro pezón- dí "seré tu muñequita virgen y buena papi"... ¡Dilo! -balbucee entre las lágrimas y el miedo.

La bofetada me dolió, pero no tanto como lo que vino después.

Empezé a notar presión ahí abajo, Andrés se llevó la mano a su pito y noté que empujó contra mi.

-La muñequita de papi está cerradita....

Empujó un poco más y noté que entró la punta dentro. Empecé a llorar. Le supliqué que me dejara usar la boca de nuevo pero no hizo caso y siguió empujando muy fuerte.

-Ábrete para mí zorrita, sabes que lo estás deseando...

Mi coño empezó a abrirse y él se rió. Me abofeteó y me puso una mano sobre la boca, y entonces metió su polla entera de un solo empujón, hasta lo más hondo de mi alma.

El dolor que sentí en ese momento no puedo expresarlo con palabras. Todo el aire que tenía salió en un grito mudo y el ardor que comenzó entre mis piernas se extendió a todo mi cuerpo, haciendo que incluso las lágrimas quemasen.

Deseé desmallarme, rezé a Dios para que me matara en ese mismo momento, pero no tuve suerte, y seguí viva para empezar a notar toda su hombría.

Tras el primer minuto que parecieron horas, Andrés empezó a moverse y el fuego se convirtió en agujas clavándose en mi virgen carne.

-Estas seca, muñequita mía. ¿Es que no te gusta como te folla papi?

Intenté mirarle a los ojos e intenté suplicar que parara, que no podía respirar. Pero antes de que mi garganta funcionara, noté que esa barra de carne que se sentía como papel de lija empezaba a salir muy poco a poco. Y cuando me sentí vacía de nuevo, entró de golpe con aún más fuerza  que antes.

-Asi, te gusta que te folle así, verdad -empezó a jadear- te gusta que te meta la polla hasta el fondo verdad muñequita.

El dolor de notar como me desgarraba me hizo morderle la mano. Enfadado, me abofeteó y murmuró que ahora iba a tener que enseñarme modales.

Se movía de nuevo, poco a poco al principio y sin sacar toda su polla, notaba como mi carne se iba abriendo y como dentro de mí aparecían cortes que gritaban.

Subió el ritmo y por fin me volvió la voz.

-No... n... no por... favor... para... no...

-¡Calla puta calla! Papi tiene que follarte, eres mía... Mi puta muñeca, si...

Las lágrimas caían más rápido mientras noté sus manos rodeando mis pequeñas tetas.

Entonces lo noté, noté un desgarro y un escozor que me nubló la cabeza.

Algo en mi se rompió, y mi sangre fue la evidencia de mi última parte de inocencia.

Siguió moviéndose más rápido, notaba una barra ardiendo, traspasando mi carne, y cada vez que salía mis cortes se hacían mas profundos.

Mis manos formaron puños y empezaron a golpear sus brazos.

Entonces Andrés se movió más y más rápido aún.

Veía su cara sobre la mía, babeaba como un cerdo enfadado y todas sus babas me caían sobre la cara.

Mis brazos cayeron a mi lado y mi cabeza se puso en blanco. Sólo notaba el dolor que me atravesaba y me dolía y me quemaba y me dolía.

Empecé a gritar cuando noté una vez más como su polla salía del todo.

La sujetó y se acercó a mi cara, me la metió de un golpe en la boca y acalló mis gritos, la sangre y el sabor de mi carne me callaron. Me la metió hasta la garganta una, dos, tres veces.

Volvió a mí entrepierna y me la clavó de nuevo.

Empecé a gritar cuando se movió como un caballo desbocado. Sus manos estiraban mis pequeños pezones rosas y su polla salía del todo y volvía a clavárseme en el estómago. Cada vez que la sacaba era como si arrastrará mi útero también.

Me follaba con tanta fuerza que mi cabeza rebotaba contra el colchón. Mis gritos y súplicas llenaban esa habitación de lujo, mientras que el volumen de la tele reproduciendo un programa para niños los acallaba.

Entonces entre medio del dolor noté algo líquido que se sintió como echar sal a una herida.

Andrés me mordió una de mis tetitas tan fuertemente que empezó a sangrar también y empezó a hacer unos ruidos extraños.

Se quedó quieto unos segundos y luego me la sacó tan rápido que parecía que me arrancó la carne a su paso.

Tumbado a mi lado respiraba fuertemente mientras yo miraba el techo sin verlo.

Mi cabeza estaba aún vacía, mis piernas y vientre temblaban y entre el escozor noté algo escurriendose fuera de mi chochito.

-Cerda asquerosa, estás llenando la cama de tu mierda.

Me cogió de la muñeca y me empujó fuera de la cama, pero mis piernas no me sujetaron y acabé tirada en el suelo bocabajo y con las piernas completamente abiertas.

Mientras se reía y se servía un vaso de whisky me di cuenta de que aún lloraba, pero ya no notaba nada.

-Ese es un buen look para ti -se acercó con una cámara y empezó a sacarme fotos de todo el cuerpo, entoces me giró con el pie y siguió sacándome fotos, de mi entrepierna, de mis pechitos, de mi cara- te queda genial el look de muñeca rota con esa boquita pequeña y roja abierta.

Mis ojos abiertos en shock veían sin ver mientras me arrastró del pelo hasta la bañera, me tiró dentro y trajo una cuerda. Me ató las muñecas a los tobillos y luego ató la cuerda a uno de los agarraderos de la pared. De nada sirvió que suplicara a media voz o que intentara revolverme.

Me enseñó una de las Polaroids qué me había echo. Yo no reconocía esa imagen, esa foto de una chiquilla delgada, con las mejillas hundidas y mucho maquillaje corrido por toda la cara, alrededor de los ojos negros por las lágrimas. Veía mis pequeñas tetas tan amoratadas que parecían ser de ese color y mi entrepierna cubierta de rojo y algo blanco.

Y los ojos, como los ojos de todas las muñecas, miraban a cámara sin brillo ni vida detrás.

-Buenas noches muñeca.

[Continuará]

Nota de la autora: hola de nuevo! Gracias por leer y espero que lo hayáis disfrutado, a partir de ahora voy a poner avisos al principio de todos los capítulos para que nada os pille por sorpresa. Espero que lo disfrutéis, un saludo.