Tonterias de juventud

Dos primos que comparten un aprendizaje vital, que podría durar toda la vida.

Nunca culparía a mi prima Laura de lo que pasó, ella era una niña, y yo más niño aún, cuando nos besabamos detrás de las cortinas, adolescentes cuando aventurábamos las manos debajo de la ropa.

Como a nadie sorprenderá, de las caricias pasamos a seguir acariciándonos con las bocas, y de ahí a lo que se viene llamando follar.

Como primos que éramos (y somos) nos tocaba compartir muchos espacios, pero en ocasiones no como se esperaba de unos primos. En coche, tapados con una manta sin que hiciera frio, los dedos bailaban, ella me rechazaba, me rechazaba menos, me aceptaba, me pedía más y al final se agarraba a mi cosa, q la deseaba mientras me calentaba las manos en la entrepierna de Laura.

Recuerdo una ocasión en la que varios primos dormíamos en literas y mientras yo estaba de pie hablando con el de arriba, ella me regaló una mamada placentera, cuyo gustito tuve que disimular, ay Laura! como sabes!

Yo que soy un poco mayor, siempre intentaba penetrarla, a veces con más suerte que otras, y siempre con el miedo de que nos pillaran (yo creo que a ella le ponía más, cosa que es de agradecer, semejante hembre un poquitito más caliente).

Pero crecimos, cada uno ha tenido sus relaciones adultas como ha podido pero ... mi prima sigue siendo mi prima, no? puedo seguir besándola, acariciando sus pechos (y besándolos, mordiéndolos, me encantan sus tetas!).

Hace ya demasiado, venía de estar un rato con mi novia cuando hice visita familiar ... en fin, Laura, la que no quería, miraba al pasillo y me la chupaba detrás de la puerta, mientras me pedía que vigilara por la mirilla.

Hasta el final y más allá. Escupió mi lefa con una sonrisa. Ves? le da morbo el riesgo, tan formalita ella.

Y la vida sigue, vamos tirando como podemos. Un día una mirada, una sonrisa, otro un beso, ... nuestras parejas. Como si no hubieramos estado follando, como amigos-primos, nos tomamos un café, y la miro, sus ojos son tan bonitos o más que antes, compartimos un beso fresquito y largo y las manos bailan. No somos ya dos niñatos que no saben lo que quieren, sabemos lo que queremos y ... lo cogeremos? o nos resignamos?

Estas dudas corretean por debajo de su vestido rojo y por dentro de mi chandal. No las formulamos comiéndonos a besos, tampoco la voy a responder mientras tanteo sus pechos, y me deja que me los coma.

Laura tampoco está por la labor de responder a nada trascendental mientras le como el coño con fruicción, su coñazo rico cuyo sabor no olvido y me va levantando el cipote como buscándola.

Esto no está bien, parecen decir sus labios vaginales enfadados mientras mi glande avanza pero con la sonrisa húmeda que afirma que no está bien, pero si.

Me mueve como un pelele y me deja tumbado con cara de bobalicón, desarmado, para subirse en mi polla y manejar como sabe. Pablo, eres un cerdo! un pervertido! no puedo quitarle la razón ...

Soy una zorra y una guarra, grita en voz baja (se puede?) cimbrea y mueve su culazo para ir disfrutando los dos, pero se baja, esto no puede ser, esto es imposible dice, chorreando los dos como estamos.

Imposible es lo que hace despues, como con los labios recorre mi picha, como con la lengua la repasa, en fin, ver las estrellas para estrellar la lefa en su sonrisa, antes de besarme.

Y a seguir nuestra vida.