Tomy nos cautivó, nos ató, nos sometió
Nuestras vidas dieron un vuelco total, ahora eramos Lila y yo un amor lésbico y una amantecan.
La vida empezó a dar un giro brusco, pero fácilmente pronosticable , pues ese día que departimos con Tomy, el gran danés arlequín de mi amiga Lila, lo cambió todo; mis pensamientos y los de Lila se fincaron en tratar de obtener lo mejor de nuestro nuevo amador, comenzando por las conversaciones telefónicas, estas se hicieron más frecuentes en ausencia de nuestros cónyuges y versaban en planear la próxima cita lúdica, plena de lascivia, eso era lo más importante, que la lujuria desbordara todos los límites.
Sentía algo de celos, pues Lila vivía con el "perroamante", estaba plenamente segura que ella no respetaría un pacto que hicimos: - sólo habría sexo cuando se hiciera en un " menage a trois"; traté de desviar esos sentimientos para no atormentarme, pues de solo pensarlo sentía mala energía; me pregunté: ¿ valía la pena pasar por esos estados?, entonces comencé un "autoclean" cerebral, me dije: ella no lo hará, me lo vivía repitiendo. Eran las 9:30 de la mañana, tomé el teléfono y la llamé, le dije que ya saldría para su casa, pero que no preparara aún a Tomy, que me permitiera hacerlo con ella, aceptó sin objeción alguna.
Llegué en 15 minutos, aproximadamente, vivimos relativamente cerca y el tráfico vehicular a esa hora es muy suave; hoy se encontraba radiante, el pijama que llevaba consistía en una camiceta larga de los Lakers, su piel tostada por el sol contrastaba con el color de su atuendo, me acerqué, cerré la puerta tras de mi, la abracé y tomé sus labios contra los míos abrí mi boca para darle paso a su lengua que se movía frenéticamente incursionando en todos los rincones; una de sus manos, como siempre, levantó mi faldita y se posó en mi vulva que ya palpitaba, a la distancia se oían los lloriqueos de Tomy, que no dejaba de empujar la puerta del balcón, pero nosotras decidimos ignorarlo por ahora; esos instantes aún nos pertenecían, eran tan nuestros y queríamos que así lo siguieran siendo; una de mis manos respondió a la caricia digital de Lila, pero fui más afortunada pues entre su conchita y yo sólo había una diminuta tanga, muy fácil de obviar, la retiré con delicadeza y comencé a frotar esos labios carnosos que se me ofrecían sin ningún reparo; mi niña hermosa solo abrió sus piernas, ofreciéndome la flor de su sexo, para que ese roce se transformara en algo más profundo, por eso introduje dos dedos y comencé a sentir sus efluvios, tibios y resbalosos, no aguanté los deseos de probarlos, por lo que llevé mi dedo y lo interpuse entre su boca y la mía para no interrumpir ese apasionado beso de bienvenida mi vagina de igual forma comenzó a emanar el inevitable flujo, muestra fehaciente del deseo que despertaba también en mi suavemente bajó mis pantymedias y la tanga que traía y juntamos nuestros sexos para ése momento mi gran clit estaba erecto y era sensible al diminuto vello púbico de Lila, lo que me obligó inicialmente a contraerme pero de ninguna manera a renunciar al delicioso placer de frotar mi sexo contra el suyo fuimos caminando como siameses y nos dejamos caer en el sofá, testigo mudo de innumerables horas de placer sáfico y ahora zoofílico.
Ella continuó su tarea de desnudarme, sin dejar de frotar sus abultados labios contra mi clítoris que palpitaba y clamaba por su recompensa en mi afán carnal, me apoderé de uno de sus pezones que se me ofrecían turgentes y deliciosos, son de color marrón oscuro y hacen un bello contraste con el color de la piel de mi preciosa; nuestros jadeos eran muy intensos y a cada momento iban "in crescendo". Tácitamente y casi al unísono, nos acomodamos para poder disfrutar oralmente de nuestras conchas, un magnífico 69 nos permitió sumirnos recíprocamente en ellas nuestras lenguas, comenzaron su periplo y buscaban arrancar los quejidos más profundos y saciar su sed de lascivia hurgando y hurgando sin parar, recogíamos el flujo que en el caso de Lila ya era espesito, comparado con el del saludo, al retirar mi boca veía con gran placer cómo su vagina estaba embadurnada de una crema blanquecina que al retirar mi lengua hacía filamentos muy seguramente yo estaba en las mismas, además a ella la ponía frenética el tamaño de mi clítoris y se ensañaba chupándolo, mordiéndolo y haciendo girar su lengua en rededor de él ustedes se imaginarán lo que éste manipuleo generaba en mi, solo excitación, gritos, estremecimiento, latigazos un mare mágnum de sensaciones que solamente conducían a una erupción incontrolada de efusiones cargadas de libidinosidad. Nuestros cuerpos sufrían estertores casi convulsionábamos unánimemente exhalamos un suspiro que nos dejó temporalmente sin alientos yo sentía mi corazón palpitar en mis sienes cerré los ojos para dejarme transportar al sitio más apartado y tranquilo los lloriqueos de Tomy nos hicieron volver a la realidad.
Muy despacio nos levantamos, me dirigí a la cocina, serví dos vasos con agua, le ofrecí a Lila uno y el mío lo bebí casi sin respirar. Ella mientras tanto dejó entrar a nuestro "perroamante" , quien no cabía de la dicha; directo, como si supiera, se fue en picada a olfatearle la concha a Lila y ella, drásticamente lo retiró, entonces en su felicidad, moviéndose de un lado para otro se acercó a mi y metió su hocico entre mis piernas, estaba frío, pero inmediatamente su lengua cálida lamió mi vagina que aún estaba encharcada le permití literalmente tomar un sorbo, pues Lila me hizo una mueca de descontento a tiempo que me decía que al dejarlo hacer eso, asumiría esa costumbre y sería muy bochornoso con visitas entonces igualmente lo rechacé, pero le ofrecí una golosina para atenuar su hiperactividad.
Después de conversar un rato y habernos recuperado de la efusividad de nuestro saludo, comenzamos a abordar el tema de Tomy; no dejé esperar mucho para preguntarle si ella había quebrantado la promesa de tener sexo en grupo con el perrito y me juró y rejuró que no lo había hecho; nos reímos y dejamos ahí el asunto Tomy estaba entre las dos en el sofá, sus cuartos traseros más cerca de Lila, quien comenzó a masajearle el pene, el solo atinó a levantar la cabeza, pero inmediatamente se la acaricié para darle tranquilidad ante estas atenciones, su cola se meneaba de cuando en cuando y a la vez dejaba escapar un gemido de mimado. Desde donde yo estaba veía perfectamente cómo su estilete comenzaba a aflorar de su funda, un trozo de carne rosa pálido brillante, con punta muy fina para esos momentos, tímidamente se mostraba, con gotitas de líquido que fluían de una en una nos miramos con Lila y ella sacó su lengua como saboreándose del manjar que tenía a su disposición él intentaba erguirse, pero yo se lo impedía al sujetarle la cabecita con delicadeza pero al mismo tiempo con decisión. Pasaron unos cuantos minutos y ese trocito de carne tímido comenzó a transformarse en una magnífica herramienta de placer Lila hacía movimientos desde la raíz de la verga hasta su punta y de momentos la apretaba, con el propósito, decía ella, de hacer que la erección se produjera más rápido y claro que si, el color comenzó a tornarse rojo intenso, los vasos sanguíneos que nutrían ese esplendoroso pene se hacían a cada momento más evidentes, la punta antes aguda comenzó a transformarse en roma, grande y atrayente Mi preciosa con un ademán me pidió que comenzara a hacerle una felación, me paré como un rayo y de un solo envión tenía media verga en mi boca, me arrodillé en la alfombra y comencé mi concierto mamador Lila ubicó su cabeza entre mis piernas y se dedicó a mi clítoris con aplicación.
Los jugos que salían por la polla de Tomy los engullí como si fuera el último líquido del desierto, no desperdicié ni una sola gota, sincrónicamente yo dejaba escapar por mi vagina el flujo que Lila succionaba con avidez; volvió a tomar prisionero mi clit, el cual apretaba con vigor entre sus labios, lo succionaba y acariciaba con su lengua, lo que hacía que su respiración se tornara agitada como la mía; yo acompañaba esta delicia de masaje con movimientos de adelante hacia atrás, a veces en círculos, apretando de cuando en cuando la cabeza de mi linda, como queriéndola devorar de una sola vez con mi irritada flor sexual inmediatamente evoqué la imagen de Shakira en su último video con Alejandro Sanz, "La Tortura", canción que nos venía como anillo al dedo en esos instantes, veía esos movimientos enérgicos y pausados que la cantante hace, ofreciendo todo eso que le pertenece y otros apetecen mi clítoris pendía de su raíz como un mini pene estaba henchido de dicha y rojo de placer, mi conchita evacuaba una vez más ese torrente provocado por la sabia y magistral manipulación de mi preciosa niña. Cambiamos de posición y continuamos atendiéndonos dando lo mejor de cada una para que nuestro "amantecan" se sintiera a gusto y no me lo van a creer, yo percibía cómo el animalito por el gran deleite que sentía, asumía una actitud de importancia digna de un pachá.
Con mis manos abrí la gruta del deseo de mi preciosa cómplice e introduje mi lengua hasta donde pude, repasando una y otra vez sus paredes hasta dejar de sentir el sabor saladito de su flujo, pero todo era en vano, pues al instante estaba otra vez inundada; este juego tan placentero se prolongó por un buen rato tomé toda su vagina, con un gran bocado, sellé su periferia y succioné con tal fuerza que mi boca se llenó de ella y ante esta brutal acción Lila quedó paralizada dejando salir un grito de regocijo, que nos asustó a Tomy y a mi; nunca la había sentido hacer ese ruido, pero entendí que su júbilo era mayúsculo pues al querer retirar mi cara, la sujetó con vigor y la apretó contra su concha en llamas, oía como chupaba la vergota del "amantecan" , los chasquidos eran exagerados, pero me producían una enorme fruición, que obligó a mi mano bajar hasta mi clit y lo tomé con los dedos pulgar, índice y medio, para poder hacerme una soberbia paja, que extendió, hasta que un chorrito escapó de la conchita de Lila acompañado de un gemido, entonces aceleré mi ritmo para alcanzarla en el cúlmen de nuestro gozo.
Para estos momentos Tomy estaba apto para concretar su tarea, su monstruosa verga colgaba y oscilaba, reclamando sus trofeos, nuestras vaginas; Lila me ofreció el primer "turno al bate", jijijiji, esa verga era una verdadero bate de béisbol; me puse en cuatro patas, asumiendo el papel de su perra, me incliné de tal manera que mis codos y brazos se apoyaron en el tapete y mi grupa quedó más alta, abrí mis piernas para dejar un camino expedito a mi "amantecan", Lila se encargaría del preludio al coito pecaminoso que comenzaríamos a tener. Sin hacerse rogar, Tomy se encaramó en mi espalda un delicado y cuidadoso pedicure, hacía del roce de sus patas con mi piel, una caricia salvaje y excitante. Lila comenzó a manejar la verga de tal manera que hacía movimientos circulares alrededor de los labios mayores de mi cuquita, golpeaba con ella mi enardecido clítoris, sentía la humedad de esa polla hambrienta, en el umbral de mi caverna, que cada vez más deseaba tragarla, comencé a gimotear, pidiéndole, rogándole a Lila que dejara de torturarme, ella reía y se obstinaba a complacerme, comencé a sollozar aún más, pero ella se resistía a darme gusto, Tomy jadeaba y se meneaba tratando de alcanzar su premio, pero Lila nos estaba castigando, la volteé a mirar y noté una mirada perversa dibujada en su rostro, sus dientes apretaban su labio superior y una de sus manos restregaba con afán su vagina, de repente colocó la punta del mazo genital de Tomy en la embocadura de mi vagina y él de un solo movimiento la empalmó hasta el tope, obligándome a chillar como una perra recién desvirgada Calmada su intención comenzó a moverse agitadamente, la bola de su verga estaba totalmente adentro, yo le pedí a Lila que me tomara una fotografía, un close up, para poder guardarla de recuerdo en mi correo electrónico, en un abrir y cerrar de ojos voló a su habitación, trajo la cámara y comenzó a hacernos tomas; yo me abandoné a la lujuria que vivía, concentrándome en apretar mis músculos vaginales como queriéndole arrancar la verga a mi dueño; estas contracciones rítmicas lograron su cometido, hacer que mi Tomy chillara también, que su nudo creciera más y más y quedáramos completamente abotonados y claro la eyaculación a borbotones no se hizo esperar; como pudo se volteó y quedamos orientados en sentido opuesto; yo sentía como su semen inundaba mi matriz y resbalaba por los pequeños resquicios que quedaban entre su polla y mi vagina Lila no esperó más e hizo una tomas detallando las gotas que caían, pero dejó la cam y comenzó a lamernos indiscriminadamente, tratando de no dejar escapar ni un centímetro cúbico del vital licor, chupaba mi cuquita y la poca verga que le quedó por fuera a Tomy Lila se acomodó ofreciéndome con generosidad su vagina y por su puesto comencé a lamerla para hacerla partícipe de la voluptuosidad que nos embargaba a Tomy y a mi.
Pasaron unos minutos y con un movimiento brusco el "amantecan" se liberó de su prisión temporal, fue entonces cuando Lila se dedicó a sorber codiciosamente los jugos que salían de mi concha, la leche del "amantecan" revuelta con el flujo que me provocó ese fue la recompensa que cobró mi preciosa niña por los favores que nos prodigó con denuedo y amor.
Debieron pasar uno quince o veinte minutos, después de habernos despegado, tiempo suficiente para preparar a Tomy para Lila, pero no hay nada que hacer contra la "Ley de Murphy", si las circunstancias de la vida son así, hagamos lo que hagamos, nada las cambia sorpresivamente sonó el citófono, de la portería avisaban que la mamá de Lila había llegado, nos miramos y sonreímos, este episodio quedaría aplazado en un santiamén recogí mi ropa y de dos brincos estuve en el baño de emergencia, mejor dicho, la mujer maravilla se demoraba más cambiando de atuendo que yo en estar una vez más presentable. La mamá de Lila, es decir la suegra de Tomy y mía llegó para demorarse, nosotras nos mirábamos como diciendo, hasta qué horas estará aquí, pero en fin abría más tiempo luego, ahora debíamos atenderla como merecía, inocente de las travesuras inconfesables de su niñita, de su mejor amiga y del mejor amigo del hombre reíamos con socarronería, fue a pesar de todo muy agradable estar con ella.
Les prometo queridos lectores que en la próxima entrega, detallaré cómo concluimos este rato de concupiscencia que no íbamos a dejar en veremos.
Cuéntenme si les gustó, son enriquecedores los comentarios que puedan hacer, hasta pronto.