Todos tienen algo
Ramón, me ha dado una lección y es muy sencilla: Ni Dios le da a nadie todo, ni le deja de dar a nadie algo divino. Cuando veas a alguien espectacular que te parece que no tiene ningún defecto, atérrate porque algo le puede faltar y puede ser el alma. Y cuando veas a alguien que no te parece nada interesante no lo desprecies porque puede tener un don escondido que te enloquezca. Lo mejor es probar el sabor de todos los vinos.
Todos tienen algo.
Conocí la Sauna de Morataláz hace cerca de 3 años y de verdad, desde ese día, me hice adicto al sitio. Cuando entré lo primero que me sorprendió era que por lo general era frecuentada por hombres maduros, muy masculinos y velludos. En breves palabras, una espectacular exhibición de machos ibéricos. Otra cosa interesante del sitio eran los casados, que por la discreción que proporciona el lugar, lejos de los sitios gays del centro de la ciudad, les brinda cierta cobertura para sus aventuras. Eso no quiere decir que no hubieran otras variedades de hombres, pero la frecuencia mayor estaba en mi gusto y pronto me hice de un grupos de amiguetes con los que me la pasaba en grande los fines de semanas.
Los mejores días para ligar eran los lunes, yo decía que era el día de las rebajas, pues los viernes todo el mundo salía en busca del Príncipe Azul y la mayor parte regresaba sin comerse una rosca. El sábado iba por la misma y los domingos igual. Pero el lunes la gente tiene los huevos llenos de leche, ponen los pies en la tierra y ese día no veas los tíos que te ligas.
Antes de seguir le comento que padezco de una enfermedad sexual congénita, no se trasmite con mucha frecuencia, pero puede ser contagiosa, si pruebas, un famoso psiquiatra me la diagnóstico como el SPPMI (Síndrome de la Pasión por el Macho Ibérico). Pero casi desde el principio conocí a un tío, que se llamaba Ramón que se apartaba de la media de los visitantes de esta Sauna, pues no era velludo. Y aunque trató de conquistarme en varias ocasiones, yo no rechazaba su amistad, pero nunca dejé que las cosas fueran a más. Pues de verdad que me la estaba pasando muy bien con mis amiguetes habituales.
Un día conversando con mis amiguetes sobre las playas, yo salté e inmediatamente hablé sobre las playas de mi país y enseguida salió a la palestra el nombre de Varadero. Mi expresión de que ninguna de las playas de España podía compararse con la peor de mi isla, provocó en mis amigos el enojo. Incluso uno me dijo cabreado: si tanto te gustan las playas de tu país porque no te vas para allá. Y mi respuesta fue convincente: Yo no estoy aquí porque me gusten tanto las playas, sino porque me gustan los españoles que es aquí donde abundan. Y lo dije en voz alta para que todos me oyeran y ese día por poco me desfondan el culo.
Pero un día me fui a la Sauna y estaba bastante poco concurrida, bueno era que estábamos en verano, muchos madrileños estaban de vacaciones y habían abandonado la ciudad. Madrid estaba casi vacío y por ende la Sauna de Morataláz también. Bueno, para que les cuento, ese día no estaba ninguno de mis amiguetes, me di mi baño de vapor, me tomé una caña y nada, por un lado estaba una pareja habitual, un par de tíos por otro lado y de verdad que yo estaba pensando que ese día si no me pajeaba, me tendría que ir con las manos vacías, es decir con mis huevos llenos de leche y fue entonces cuando me encontré con en insistente Ramón, conversamos un rato y bueno enseguida vino su típica invitación de entrar en una cabina. Eran cerca de las 8 de la noche, yo que estaba deseoso de aunque fuera que me hicieran una paja y bueno, sin mucho entusiasmo acepté la invitación.
Entramos en la cabina, Ramón extendió su toalla sobre la cama y cerramos la puerta. Ahora lo veía desnudo, no tenía una polla del otro mundo, no estaba mal tampoco, pero no era un hombre velludo como esos que me enloquecen. Ramón me acercó a él en un abrazo y nuestras labios quedaron muy cerca. Tenía un aliento muy agradable, empezó a rozar mis labios con los suyos y solo eso me empezó a empalmar y nuestras pollas chocaban enardecidas mientras me daba un beso en que su lengua se introducía en mi boca inspeccionando todos sus lugares, incluso trataba de llegar a mi garganta, eso me estaba produciendo un deseo de ser poseído inaudito. Cuando su boca abandonó la mía yo trataba de respirar fuerte buscando aire y sentía como mi corazón latía apresurado mientras su lengua disfrutaba el sabor de la piel de mi cuello. Sentía una corriente eléctrica que me venía desde la planta del pie y me subía por mis piernas y llegaba a controlar todo mi cuerpo. Pero su lengua no abandonaba mi piel de un lugar salía a otro y yo no encontraba un instante de recuperación, cada vez me estaba sintiendo más atraído por Ramón y la mamada de tetas que me dio fue inolvidable, empezó con su lengua suavemente a acariciar mis pezones en círculos, con un cuidado extremo de no tocarlos y eso hizo que se me pusieran duros y cuando su boca se encargó de ellos succionó mi tetilla que entró profundamente en su boca y así sintiendo como que me la estaba comiendo empezó a presionar de una forma que me estaba enloqueciendo. Estaba deseando enormemente por que me follara aquel que tantas veces había despreciado, porque no me gustaba. Ahora solo deseaba poder unir mi piel a la de él, pero no podía lograrlo pues seguía mamándome las tetillas de una forma cada vez más apasionada. Mis manos acariciaban sus hombros y su cabeza, mientras Ramón me estaba demostrando que era un artista capaz de poder hacer vibrar intensamente las cuerdas de mi guitarra, como no lo había hecho nadie en mi vida.
Mi mente estaba perdida, cuando me fue acostando boca arriba en la cama y él sobre mí continuando con su lengua a disfrutar de mi ombligo. Ahora estaba cayendo en el desespero, mi excitación cada vez era más cuando nos pusimos en posición de 69 y comenzamos a mamarnos nuestras pollas y huevos de una forma exquisita. Y fue entonces que esa posición de 69 se modificó de forma que ahora él estaba sobre mi, ahora mi boca no se podía escapar ni un instante de su polla e incluso estaba a merced de que me la metiera hasta donde le saliera de sus cojones y su boca no estaba en mi pene sino en mi culo, que lo estaba chupando de una forma que me estaba rompiendo de placer. Por eso cuando metió su polla profundamente en mi boca y acarició mi campañilla, estaba trasportado como a la estratosfera. Su polla entraba y salía de mi poca como si me estuviera follando, sentía sus huevos chocar con mi labio inferior y sentía el delicioso olor de sus cojones.
Con mis manos lo único que podía era acariciarle las nalgas. Luego el comenzó a alternar las caricias de su lengua en mi culo con los dedos de su mano y tanta era la saliva que una vez entraba su lengua en mi culo y otra vez su dedo índice. Después dejó de mamarme el culo y solo se dedicó a seguir follándomelo con el dedo. Y sin aparente necesidad sentí como embarraba su dedo en lubricante lo que hizo sentir su follada con el dedo más placentera, pero poco a poco empecé a darme cuenta que las cosas se estaban complicando pues cuando quiso eran dos dedos los que me entraban y salían lo que me empecé a dar cuenta porque aunque entraban y salían con facilidad me sentía más invadido. Y continuaba follándome con sus dos dedos y inexplicablemente continuaba agregándome lubricante. Cojones mientras más me dilataba, más invadido me sentía, no podía ver lo que ocurría y por eso muy nervioso pregunté, por el amor de Dios, ¿Que me estás haciendo Ramón? y él me dijo: te estoy metiendo 4 dedos. Yo me acojoné a tope, porque estaba en una posición en que me tenía controlado y cuando me dijo: pórtate bien o te meto la mano hasta la muñeca, lo dijo de una forma en que me entró terror pues de verdad que por primera vez me sentí muy cerca esa realidad. Cuando soltó mi culo lo sentía muy dilatado y muy deseoso de disfrutar de su pene.
Ramón no tardó en ponerme en 4 patas sobre la cama, presentó su polla en mi culo que estaba tan dilatado que la metió de golpe hasta lo más profundo de mis entrañas y comenzó desde el mismo inicio a bombear con tanta fuerza y ritmo que sentía como convertía mis entrañas en pasto del placer de su polla. Me sacó su polla del culo, me puso boca arriba y mis piernas quedaron sobre sus hombro y de nuevo invadió mi culo dilatado con su polla hambrienta de mi culo.
Ahora nuestros rostros estaban de frente, yo podía ver en sus ojos el placer que estaba disfrutando. Me pidió que lo abrazara con fuerza y yo le obedecía, le abrazaba con todas mis fuerzas, mientras el ritmo de sus embestidas aumentaba en intensidad. Me exigía que lo continuara abrazando con más fuerza y de esta forma me di cuenta que me estaba quedando sin fuerzas y que mi culo ya no ofrecía la menor resistencia a la invasión de su polla.
Raúl volvió de nuevo a sacarme la polla de mi culo maltrecho. Ahora el se acostó boca arriba y me dijo, siéntate tu solito sobre mi polla. Aquel hombre me tenía en ese momento totalmente dominado y yo al instante comencé a tratar de ponerme en cuclillas sobre su polla dura como un mástil. Pero no estaba satisfecho, quería más entrega y me dijo: así no, siéntate sobre ella y aló mis piernas hacia él, mientras mi culo caía sobre su vientre ensartado por su polla, que ahora sentí que me penetraba muy profundamente y escuché entonces su aprobación con solo una palabra: así, así. Mientras su rostro reflejaba una sonrisa de placer al ver a mi cara de acojonado. Ahora me daba cuenta que la parte más gorda de su polla me estaba abriendo el culo al máximo y cuando elevó su cadera, empecé a retorcerme de placer, me entraba tanto que pensé que me iba a reventar, le suplicaba que me bajara y él solo me decía cobarde, parece que nunca te ha follado un macho de verdad. Ramón bajaba su cadera unos segundos y volvía a elevarme y yo con mis manos trataba de atenuar un poco su invasión, cuando el se dio cuenta me exigió que no lo aguatara, que mis manos solo eran para acariciar su pecho y no para esquivar su amor.
Obedecí y acariciaba su pecho, mientras él me elevaba al cielo, en cada elevada yo sentía que en cualquier momento mi leche saltaría a su pecho. Así estuvo gozándome por un buen rato. Hasta que de nuevo me cambio de posición, nos bajamos de la cama, me puso de espaldas a él, con su manos me hizo inclinarme un poco hacia delante de forma que mi culo quedaba más alto. Apretó con sus manos mi cintura e introdujo de nuevo su tranca hasta lo más profundo de mis entrañas y comenzó a follárme a un ritmo muy intenso y sin detener el ritmo con el que me estaba follándo me pidió que subiera una de mis piernas al borde de la cama, de forma que ahora mi culo se quedaba muy abierto y su polla entraba y salía de forma devorante.
Cuando sentí que apretaba con más fuerzas mi cintura me di cuenta que estaba al borde de descargar toda su leche en mi culo y esa sensación me dio tanta lujuria que me corrí casi al mismo tiempo que él.
Cuando terminó, sacó su tranca de mi culo y de nuevo me puso de pie y frente a él y volvió a darme un beso muy tierno.
Nos quedamos extenuados, y así estuvimos un rato acostados los dos juntos en la cama, nos continuamos abrazando y besándonos y ya en estos momentos por mi mente no pasaba para nada la idea de que este hombre no me gustaba porque no era velludo. Entre caricias conversábamos muchas cosas y él me preguntaba porque lo había rechazado tanto y yo fui sincero con Ramón, le explicaba mi predilección por los hombres velludos. Y ahí fue cuando me hizo la pregunta del siglo: ¿Y que me dices ahora, que me has probado? Y mi única respuesta fue abrazarme a él y comenzarlo a besar y acariciar con mis manos su pecho, su espalda, toda su piel y de nuevo comenzó a darme otra follada como la que me había acabado de dar.
Cuando eran cerca de las 10 de la noche, nosotros seguíamos en la cabina e hicieron señales con las luces de que iban a cerrar la sauna. Nos levantamos y nos fuimos a las duchas a bañarnos. Solo ocupamos una ducha, nos dimos gel uno a otro y si no hubiera sido porque ya estaban al cerrar el lugar hubieramos vuelto a follar en la ducha.
Nos vestimos y salimos de la sauna juntos. Afuera nos despedimos con un beso y esa noche aunque no lo crean tuve que masturbarme recordándome el placer que había sentido con Ramón.
Y que les digo, sigo con mi pasión por el macho ibérico, me enloquecen los españoles velludos, pero cuando llego a la sauna al primero que busco es a Ramón, le saco toda la leche que trae en sus huevos y luego sigo compartiendo con mis amiguetes de siempre, a los que adoro. Ramón, me ha dado una lección y es muy sencilla: Ni Dios le da a nadie todo, ni le deja de dar a nadie algo divino. Cuando veas a alguien espectacular que te parece que no tiene ningún defecto, atérrate porque algo le puede faltar y puede ser el alma. Y cuando veas a alguien que no te parece nada interesante no lo desprecies porque puede tener un don escondido que te enloquezca. Lo mejor es probar el sabor de todos los vinos.
Ramón quiere que sea su pareja, pero a mi me gusta el sexo sin rollo. De verdad que me gusta dormir solo en mi cama y me desvelan los ronquidos de otro hombre al lado mío, aunque no dejo de reconocer que en los días de frío viene muy bien tener alguien al lado que te de su calorcito. Pero para que ocurra esto Ramón tendrá que acostumbrarme a dormir con alguien en la cama.
Nota aclaratoria: Por el amor de Dios, no creas que soy tan puto, esto es solo un relato y le he tratado de impregnar un poco de humor. Tampoco no te imagines que soy un Santo, pues he recorrido muchas kilómetros a estas alturas. (de pollas)