Todos saben que te amo iv

La convivencia en la casas se ha vuelto insoportable a andres y carla, xenia esta exasperada con carla con sus insinuaciones tan directas

TODOS SABEN QUE TE AMO

XYG

Gabriela oyó extraños sonidos y se acercó al lugar de donde provenían. Abrió la puerta de golpe y ahí estaba Isabel hincada en el suelo con la cabeza metida en la taza del baño.

  • ¿Qué cresta estás haciendo? -La chica se sobresaltó al sentir la presión en el brazo.

  • Nnnada, yo... es que me sentía mal, algo me cayó mal al estómago, olvidé cerrar la puerta. -Isabel la miraba asustada.

  • Estabas provocándote vómitos, tenías los dedos metidos en tu garganta Isabel, Dios mío, ¿desde cuándo estás haciendo esto? -Gabriela miraba a la chica con una expresión de preocupación inmensa en el rostro.

  • No me estaba provocando nada. -Isabel intentaba sonreír. Ya te lo dije, algo que comí me hizo daño, eso es todo. -La chica intentó salir del baño.

  • Eso no es cierto Isabel y lo sabes, ven aquí, vamos a conversar sobre esto. -Gabriela tomó del brazo a Isabel e intentó llevarla a la sala.

  • Suéltame, yo no tengo nada que conversar contigo, ¿es que nunca has vomitado en tu vida luego que algo que has comido te ha hecho daño?

  • Sí, por eso mismo sé que no estabas devolviendo la comida naturalmente, por favor Isabel, confía en mí.

  • Ya basta, no es lo que crees. -Isabel intentaba por todos los medios escaparse.

  • Basta tú, mírame. -Gabriela levantó el rostro de la chica, el cual estaba pálido y ojeroso. -Isabel rompió en llanto.

  • Por favor Gabby no se lo digas a nadie, te lo suplico, es la primera vez que lo hago. -Los ojos desorbitados de la chica la miraban con horror.

  • Sé que no es la primera vez, ven conmigo a mi habitación ahí hablaremos.


  • Todos nos están viendo, por favor no me preguntes, no es lo que piensas, te lo juro.

  • ¿Entonces qué es? -Gabriela estaba intentando mantener la calma y hablar con la chica.

  • Es sólo que comí de más hoy y....

  • Y te sentiste culpable y lo devolviste para no engordar ¿no?

  • ¡¡¡No!!! no es eso, no es porque no quiera engordar, me da lo mismo eso, es sólo que no suelo comer tanto, la comida es para sobrevivir no para comerla en exceso.

  • ¿¿¿Qué??? de qué estás hablando Isabel, explícame porque no entiendo.

  • Eso, la gula es un pecado capital ¿lo sabías? yo he estado cometiéndolo aquí, sobretodo hoy, tenía que enmendarlo de alguna forma, sólo fue hoy te lo juro, no lo hacía desde hace 5 meses, te lo juro por Dios, y sabes que no juraría en vano. -Isabel hablaba en un susurro.

  • ¿Me estás tratando de decir que te provocaste el vómito porque comiste más de la cuenta y eso es pecado? -Gabriela se tomaba la cabeza sin dar crédito a las palabras que oía.

  • En resumidas cuentas sí.

  • Dios mío ese fanatismo tuyo lo has llevado demasiado lejos, esto tiene que terminar. Sé que en el fondo de tu corazón sabes que no está bien, que no es esa la verdad, he visto el brillo en tus ojos cuando hemos hablado de diferentes temas tabú para ti. -Gabriela le tomaba una mano a la joven que comenzó a sollozar amargamente.

  • Es así como me criaron.

  • Libérate por favor, hazlo antes que te destruya la vida, eres una chica linda, y sé que eres inteligente, busca la verdad dentro de tu corazón no en libros ni en lugares, búscala aquí. -Gabriela le indicaba con un dedo en el pecho.

  • No le digas a nadie por favor.

  • No lo voy a hacer, pero si vuelvo a sorprenderte haciéndolo te juro que yo misma te saco de aquí ¿oíste? Además esto saldrá para todo Chile, y lo sabes. Sé que no vas a cambiar tu mente de un día para otro, y no es mi intención predicarte nada, sólo que tomes conciencia de la estupidez que te acabo de ver haciendo.

  • Promete que no lo dirás.

  • Lo prometo, y te voy a estar vigilando.

Dios mío, esta gente grabando todo y no es capaz de sacar a esta niña de aquí, esto es inmoral.


  • Miren chicos nos dejaron algunas películas aquí ¿Qué les parece si vemos alguna ahora? -José cerró la puerta y mostró varios DVD.

  • ¿Cuáles? -Andrés preguntó desde la mesa donde estaban todos reunidos comiendo.

  • El señor de los anillos...

  • Ya la vi ¿es que acaso no tienen algo más reciente? -El chico moreno dijo despectivamente.

  • A mí me encanta, la vería de nuevo. -Sebastián se llevó una cucharada de arroz a la boca.

  • A mí las que me gustan son las de amor, desde que era chica que me gustan esas. -Gabriela se limpió los labios con la servilleta y se paró de la mesa.

  • Mira que tienes suerte Gabby. -José mostró el DVD de "Un ángel enamorado" y "La laguna azul"

  • ¡¡Me encantan!! Vamos chicos veámoslas, por favor. -Gabriela decía emocionada.

  • ¿Es que trajeron solamente reliquias? qué películas más latosas.

  • "La laguna azul" es un clásico, y es preciosa, ¿Cómo puedes decir que es latosa? y "Un ángel enamorado", por favor es una de mis películas favoritas, no seas blasfemo. -Gabriela se arrepintió de haber dicho la última palabra al sentir la mirada de Isabel sobre ella.

  • Yo prefiero ir a darme un chapuzón a la piscina ¿y tú bebé?

  • Yo también, no voy a quedarme viendo esas porquerías con esta gentuza. -Andrés y Carla salieron al jardín.

  • Pero qué dolor me causa que nos dejen. -Xenia estaba terminando su plato.

  • Y uds. chicos ¿qué dicen?

  • Yo prefiero irme a dormir, estoy un poco agotada. -Isabel se paró de la mesa les hizo un gesto a todos, y se fue a su cuarto.

Gabriela estaba terriblemente preocupada por ella, había estado vigilándola, pero no había nada que pudiera hacer por la chica, confiaba en que una vez que sus padres la vieran por televisión ellos mismo vendrían a sacarla de allí.

  • Si van a ver esas de amor, yo paso, otro día veo la de "El señor de los anillos" -Sebastián les dio las buenas noches a todos y se fue atrás de Isabel.

  • Yo sí que me quedo viendo, a mí también me encantan las de amor igual que a ti Gabby. -José miraba a la rubia con una gran sonrisa en el rostro.

  • ¿Y qué me dices tú Xenia? ¿Nos acompañas? -Xenia vio los ojitos entusiasmados de Gabriela y fue incapaz de decirle que no, y aunque la chica no se lo hubiera pedido de todas formas se habría quedado con ella ahí, aunque detestara las películas de amor.

  • Ok.

  • Uy con ese entusiasmo madre mía.

  • Las de amor no son mis predilectas, a mi las que me gustan son las de terror.

  • Mira Xenia tienes suerte, también hay una de terror aquí. José les mostró el DVD de "Pesadilla en la calle Elm"

  • No ese tipo de terror, el terror sicológico me gusta más, aunque esa no está tan mal, me cae bien Freddy. -Gabriela y José la miraron incrédulos.

  • ¿Qué? -Xenia se encogió de hombros. No me nieguen que el tipo es divertido.

  • Xenia, el tipo mata adolescentes despiadadamente ¿Cómo podría ser divertido?

  • Pues lo es. Y ¿nos vamos a quedar toda la noche discutiendo si Freddy es o no divertido? Ya me urge ver al ángel ese.

  • Ah sí, ahora mismo, espérenme un poquito, voy y vuelvo. -Gabriela salió corriendo y casi se resbala al entrar a la cocina. Al minuto salió cargada de bebidas, y sándwiches.

  • Acabamos de comer. -Xenia la miró alzando una ceja mientras la chica rubia le entregaba una coca cola y un sándwich de queso y jamón.

  • Pero no puedes ver películas sin comer algo, toma por lo menos recibe y luego simplemente lo dejas, no me vas a dejar con las manos estiradas, maleducada.

  • Yo no te lo pedí. -Xenia se encogió de hombros. Además con mi cigarro estoy bien, muchas gracias.

  • Malagradecida. -Gabriela le hizo un exagerado desprecio y le entregó las cosas a José.

  • Claro, lo que no quiere ella para mí ¿no?

  • ¿Saben? no le doy nada a nadie y me lo como todo solita. -Gabriela se dejó caer en el sofá entre Xenia y José con toda su comida en el regazo. Dale José pon la película.

  • Sí, como diga la reina. -José puso el DVD dentro del reproductor y le dio al play.


  • ¡Xenia! ¡Xenia! despierta, viene la mejor parte cuando él se vuelve humano. -Xenia oyó la emocionada voz de Gabriela pero el peso de sus párpados era mayor, recordaba haber visto a Meg Ryan lamentándose por alguien que se le había muerto en el quirófano, y de ahí todo se borró. No puedo creer que te hayas quedado dormida Xenia.

  • ¿M? -La morena comenzó a abrir los ojos poco a poco, y un aroma invadió su olfato.

De pronto se dio cuenta que estaba apoyando la cabeza en el hombro de Gabriela, se sobresaltó, pero la chica más joven estaba tan concentrada en lo que sucedía en la pantalla, que se quedó un instante más en esa posición, observando su rostro a esa distancia. Se veía hermosa con la luz del televisor alumbrando su blanca piel, sus ojos fijos al frente, no pestañeaba, y sus manos estaban en el aire en suspenso.

Qué linda Gabby, eres tan hermosa, acaso ¿tienes alguna idea de lo que me estás provocando?

Era la primera vez que Xenia lograba tal cercanía física con Gabriela, y se sentía demasiado bien como para romper el contacto, no aún.

Hueles delicioso, ¿Qué perfume usará? De repente Xenia recordó las cámaras. Ay mierda, me están enfocando y yo viéndola con esta estúpida cara. Cerró los ojos rápidamente y volvió a oír la voz de Gabriela.

  • Vamos Xenia, por favor mira, ya llegó a la casa de la chica, se van a ver por primera vez ahora que es humano.

Sintió la mano de Gabriela tocando su rostro, y un temblor recorrió todo su cuerpo. Abrió lentamente los ojos nuevamente y ahí estaban esos ojos verdes, apenas se veía su color debido a la oscuridad de la sala, pero de todas formas sentía la mirada clavada en los propios. Sintió una electricidad recorrer su cuerpo, por un segundo pensó que aún estaba durmiendo y que se encontraba en un sueño, pero entonces ella habló nuevamente y supo que estaba en un sueño, pero en un sueño real.

  • ¿Estás despierta ya? -Su voz sonó suave, más suave que nunca antes.

  • No lo entiendo -La voz de José arruinó el momento, Gabriela apartó rápidamente la mirada y la dirigió al frente nuevamente. ¿Cómo es que este hombre se lanza desde esa altura y queda vivo?

  • José, no era un hombre, era un ángel, se lanzó porque era la única forma de convertirse en humano, ¿es que has estado durmiendo igual que Xenia?

  • Ah sí sí, creo que estuve dormitando un momento. -Si las luces hubieran estado encendidas el sonrojo de José hubiera sido evidente.

Xenia se enderezó y volcó su atención a la pantalla, inmediatamente sintió el frío al no sentir el cálido cuerpo de Gabriela junto al suyo.

  • Me matan los amores difíciles. -Gabriela dijo suspirando mientras seguía pendiente de la película.

Yo podría ofrecerte uno de esos si quisieras Gabby... ¿¿Yo dije eso??


  • La verdad es que yo no le veo la gracia a dejar toda tu vida por una persona.

  • Xenia no seas insensible ¿es que acaso no sueñas con un amor así? alguien que de todo por ti, hasta su vida. Además Nicholas Cage es tan lindo...

  • ¿¿¿Lindo??? -La morena la miró alzando una ceja. ¿En qué planeta? el tipo es un excelente actor pero de ahí a que sea lindo, es otra historia distinta. Ah y no, no quiero que nadie ande dando su vida por mí. No quiero deberle tanto a alguien.

  • Insensible.

  • Romanticona. ¡Hey! no me empujes, y no me andes sacando la lengua tampoco. -Xenia alzó una ceja amenazante.

  • Entonces acepta que el amor es lo más hermoso de la vida, es difícil de encontrar, pero vale la pena la espera. -Gabriela agitaba un dedo cerca del rostro de la morena

  • Está bien, lo acepto, es lindo, sólo que no es para todos.

  • ¿Cómo que no es para todos?

  • Tú misma dijiste hace días que quizá tu alma gemela no esté encarnada en esta vida, quizá la mía tampoco lo esté.

  • ¡Ajá! o sea aceptas que sólo tienes miedo de hallarla pero que sí podrías enamorarte si la encontraras.

  • ¿Saben chicas? yo también estoy aquí por si no se han dado cuenta, pero como nadie me da bola, me largo a dormir mejor. -José salió de la sala fastidiado.

  • Oops se me había olvidado José. -Ambas chicas comenzaron a reír.

  • Supongo que esto es charla de chicas después de todo. -Xenia se encogió de hombros.

  • ¿Entonces? ¿Te gustaría encontrar a alguien que te amara así? -La voz de Gabriela se suavizó al hacer la pregunta, y dirigió su mirada hacia la joven más alta.

  • Sí, me gustaría. -Xenia dirigió la vista a su mano la cual sostenía un cigarrillo.

Sabes Xenia si fueras hombre quizá hasta me enamoraría de ti, aunque te quitaría ese maldito hábito de fumar a todas horas. Gabriela se sobresaltó con su propio pensamiento ¿Y eso de dónde salió?

  • ¿Qué pasa? De repente te quedaste callada. -Xenia levantó una ceja inquisitivamente.

  • No es nada, estoy un poco cansada solamente.

  • ¿Te agotó la charla de almas gemelas?

  • Para nada ¿Sabes Xenia? quiero que dejes de fumar.

  • Sí y yo quiero tener un millón de dólares, y eso tampoco va a suceder.

  • Podría suceder si te lo propones, es cosa de mentalizarse y todo se puede conseguir ¿sabías?

  • ¿Brujería?

  • Otra que me llama bruja. -Gabriela miró a la morena con fastidio. Dije mentalizarse, hacer realidad algo con la mente, es cosa de desear algo con toda tu alma, imaginar que se hace realidad y lo consigues, yo no hago brujerías.

  • ¿La fé mueve montañas dices tú?

  • Algo así.

  • No sé...

  • Los pensamientos tienen consecuencias, si te imaginas una situación ese imagen en tu cabeza tendrá una consecuencia.

  • Sí, tendrá la consecuencia de que te volverás una patética soñadora que vive en las nubes y no consigue nada real en la vida.

  • ¿Por qué tienes que ser así siempre?

  • Porque así es como soy.

  • Te odio.

  • No, no lo haces.

  • ¿Y cómo puedes estar tan segura?

  • Porque me estoy imaginando que me amas, y bajo tu código eso quiere decir que ya deberías estar sintiendo eso por mí. -Xenia dirigió sus azules ojos a la chica más joven, ésta le devolvió la mirada. No dijeron nada.

¿Qué me amas? ¿Dijo amas? ¿Me estoy sonrojando? Era broma Gabby ¿entiendes?

  • Bueno, creo que ya es hora de dormir ¿vienes? -Gabriela siguió a Xenia en silencio.

  • ¿Xenia?

  • ¿Sí?

  • Dime a qué te dedicas.

  • Hasta mañana Gabby. -La morena se dirigió a su habitación la cual estaba compartiendo con Isabel, y abrió la puerta.

  • Hasta mañana. -Gabriela se dirigió a su cuarto con un aire de decepción en su rostro, antes de perderse dentro de ella oyó la voz de la morena.

  • Tatúo. -Y Xenia se perdió detrás de la puerta.

¿Tatúo? ¿Cómo que tatúo? ¿¿De veras?? pero si no tiene ningún tatuaje ella misma. Aunque quizá lo tenga oculto por ahí. Una pequeña sonrisa cruzó por el rostro de la rubia. Hum tatuadora, qué interesante, esto es un avance... ¿En realidad se imaginó que la amo? ¡Basta Gabby! fue una broma...


  • ¿Es verdad entonces?

  • ¿Qué? -Xenia se estaba secando el negro cabello.

  • ¿Eres tatuadora? ¿Cómo es que no te he visto ningún tatuaje entonces?

  • ¿Acaso es una regla que todos los que tatúan tengan el cuerpo lleno de tatuajes? No pensé que las reglas y estereotipos fueran contigo. -Los ojos azules se posaron fugazmente en la chica más joven.

  • Tienes razón, no van, pero pensé en la posibilidad de que tuvieras alguno oculto por ahí ¿quizá? -Una sonrisita pícara cruzó el rostro de la chica de ojos verdes mientras acercaba las manos al cuerpo de Xenia peligrosamente.

  • ¡Hey! quita quita. -Xenia le palmoteó las manos.

Si me tocas no respondo.

  • ¿Entonces?

  • No me gustan los tatuajes, no tengo ninguno. -Xenia dijo finalmente.

  • ¿¿¿Qué??? ¿Dices que tatúas y no te gustan los tatuajes?

  • Eso me pareció a mí que dije.

  • Eso es bastante raro déjame decirte.

  • Oye tú eres tarotista y no andas haciendo conjuros ni cosas raras. -Xenia hizo una divertida mueca.

  • Soy tarotista no bruja, y tienes razón con lo de los estereotipos, generalmente la gente tiende a pensar que en mi habitación tengo altares y que vivo todo el día quemando inciensos, cuando la verdad es que me dan alergia. Sin embargo me gusta mucho lo que hago, la gente termina viéndote como una amiga, ponen toda su confianza en ti, es una gran responsabilidad, no es que crea que eso está bien, pero el poder conectarme con la gente y que ellos se abran a ti es algo que siempre me ha gustado.

  • Es que así eres tú, creo que eres incapaz de hacer algo que no ames hacer, ¿o me equivoco?

  • Sabes Xenia me tomó dos semanas que me dijeras por fin a qué te dedicabas, eso me hacía sentir mal, pero ahora vas y me dices que soy incapaz de dedicarme a hacer algo en la vida que no me guste, y es cierto, y siento que valió la pena el tiempo, porque de todas formas siento que me conoces en cierta medida.

  • Más de lo que tú piensas. -Xenia terminó de secarse el cabello, lo sacudió hacia atrás y el aroma que se desprendió de él llegó hacia Gabriela.

  • Qué rico olor. ¿Puedo? -La chica rubia se acercó a la morena e inspiró el aroma de su negro cabello.

  • Tu olor también es rico. -Xenia vio a Gabriela sonrojándose levemente.

  • Ese es tu color natural ¿verdad? así de negrito, bueno supongo porque luego de 14 días creo que se notaría alguna raíz o por lo menos te hubiera visto tiñéndote.

  • Sí, mi color natural, lo heredé de mi padre. -Xenia se arrepintió enseguida de haber dicho esa última palabra.

  • ¿Y tus ojos? -Gabriela los miró con detención.

  • De mi madre. -Xenia evitaba la mirada de Gabriela.

  • Es aquí donde no debo seguir preguntando ¿Verdad?

  • Sí, aquí. -Finalmente la morena alzó la vista.

  • ¿Existe la posibilidad que me hables de tu familia alguna vez?

  • Todo es posible, tú misma lo dijiste anoche.

  • Sí, es cierto hasta la posibilidad de que dejes de fumar ¿lo intentarías?

  • Dame una buena razón para intentarlo.

  • ¿No te sirve el que yo te lo pida? O sea no es que quiera que lo hagas por mí, sino que por ti misma, sólo que me gustaría ayudarte. Gabriela estaba dibujando imaginariamente los contornos de sus dedos, sobre la cama.

  • Sí, me sirve.

Si me lo pides con esa ilusión en tu carita....

  • ¿¿¿De verdad??? ¿Cuántos cigarros te fumas al día?

  • Como 30, no sé, a veces más, a veces menos. -Xenia se sintió repentinamente avergonzada, pero su rostro se mantuvo inexpresivo.

  • Ok, nos quedan 6 semanas aquí. -Gabriela comenzó a sacar cuentas. Si vas disminuyendo un cigarro cada día, podrías dejarlo por completo.

  • Es fácil decirlo, pero no hacerlo.

  • Yo te puedo ayudar, te puedo hacer cositas ricas para comer, así reemplazas una cosa con la otra. -Gabriela se frotó las manos con entusiasmo.

  • Sí, y así terminaré engordando, una cosa por otra. -Xenia sonrió al ver los gestos de la rubia.

  • Bueno entonces cada vez que te lleves un cigarro a la boca te doy palmadas en las manos, aunque pensándolo bien, quizá eso te enfurezca y termines golpeándome, tienes que decirme Xenia ¿cómo es que tienes tanta fuerza?.

  • En realidad no tengo tanta fuerza, es algo mental, si te sientes fuerte entonces golpearás fuerte, tú qué sabes de esas cosas de la mente, deberías saberlo, nunca me siento débil ante ningún oponente tenga el tamaño que tenga, es así de simple.

  • Ah ya veo, pero es fácil para ti decirlo, teniendo la estatura que tienes, yo en cambio con lo bajita que soy, me veo chica y debilucha al lado de cualquiera, es más complicado.

  • Si quieres puedo enseñarte algunos movimientos de defensa personal, para que puedas defenderte, algo básico ¿te gustaría?

  • ¡¡¡Sí!!! -Gabriela dijo con entusiasmo.

  • Ya, si no es para tanto, sólo sé unos pocos. -Xenia sonreía al ver las reacciones de Gabriela tan a menudo.

  • ¿Y quién te enseño?

  • Soy autodidacta.

  • Debí suponerlo, y ¿qué hay de los tatuajes? ¿también aprendiste por ti misma o qué?

  • No, la técnica me la enseñó un amigo. Yo le diseñaba dibujos que eran muy solicitados por la gente, y él a cambio me enseñó cómo hacerlo. Después de un tiempo él se fue al extranjero y me dejó el local a mí, es a su casa donde pienso llegar cuando me vaya del país, pensamos trabajar los dos allá, a él le ha ido muy bien en Canadá. -Xenia se sintió extraña al recordar sus planes, hace días que no pensaba en ello.

  • Ah, ya veo. -Gabriela sintió un pequeño dolor creciendo en su corazón. Entonces ¿Lo que realmente te gusta es dibujar?

  • Creo que en realidad no he encontrado algo que ame de verdad, así como tú.

Eso sonó peligroso...

  • Ya lo encontrarás.

  • ¿Y qué hay de ti? ¿cómo es que a tus 19 años sabes de estas cosas de tarot y todo eso?

  • Me viene de familia, bueno excepto mi madre, a ella no le gustan esas cosas, y tampoco quería que yo me relacionara con esos temas, pero no hubo caso, a mí siempre me gustaron y mi tía me enseñó desde pequeñita, ahora trabajo con ella en una tienda esotérica que tiene, yo quiero poner una por mi parte, quizá más adelante.

  • Siempre es mejor trabajar independientemente.

  • Bueno entonces ¿en eso quedamos? no me cambies el tema, tú disminuyes el consumo de cigarrillos, era uno menos cada día, yo te ayudo como sea, si quieres te meto un pedazo de pan en la boca, o te muerdo la mano cuando vayas a encender uno, o te agarro y te planto un beso, así del impacto se te quitan las ganas de fumar.

A Xena le dio un exceso de tos al oír esa última fórmula anti cigarros.

  • ¿Estás bien? ¿Xenia? -Gabriela le daba palmaditas en la espalda mirándola con preocupación.

  • Sí, bien bien.

Esa última fórmula me gustó, me pregunto si serías capaz de utilizarla en caso de emergencia. Una pequeña sonrisa cruzó por el rostro de Xenia.


  • Gabby darling ¿Todavía estás molesta por el empujoncito que te di el otro día? -La voz de la pelirroja sonaba a provocación más que a señal de paz.

  • ¿Sabes Carla? tengo esperanza que aún la gente no está tan podrida como para querer hacerle daño a alguien deliberadamente, así que no tendría por qué estar aún enojada contigo, como dijiste, "no sabías". -Gabriela tenía la mirada fija en la pequeña pelotita blanca.

  • ¿Cuál empujoncito? -Preguntó Isabel sin levantar la mirada de su oponente.

  • Ay queridita, es que tú ¿nunca te enteras de nada? no me digas, ya sé, estabas ocupada memorizándote el apocalipsis, ¿verdad? -La pelirroja observaba el partido siguiendo el movimiento de la pelota con los ojos. Isabel la miró con fastidio y su tiro fue a parar en medio de la piscina.

  • Oye Carla en vez de estar de mirona ahí ven a hacerme compañía. -Andrés estaba bebiendo una cerveza tirado en el pasto con un brazo detrás de la cabeza.

  • En un segundo darling, esto está interesante, ¿has visto como se le marcan los músculos del estómago a esta niña? y mira ese culito durito y paradito. -Gabriela se estaba sintiendo incómoda al ser blanco de la mirada de Carla.

  • ¿¿Perdón?? -Isabel miró a la pelirroja con cara de pregunta.

  • Tú dedícate a tus cosas religiosas, yo estoy ocupada en otra cosa ¿captas? Amenos que quieras que me recree la vista contigo. -Carla se acercó lentamente hacia la delgada chica y recorrió su cuerpo de pies a cabeza con sus marrones ojos. Aunque dudo mucho encontrar algo de interés en tu persona, sin ofender.

  • No muchas gracias.

  • Ay pero si se me olvidó lo mojigata que eras, es que el que una mujer le diga algo halagador a otra te incomoda? ¿es pecado para ti? eso es porque no has probado un buen...

  • Carla déjala, ella no te está haciendo nada. -Gabriela dijo molesta.

  • Uy pero si la defiendes y todo, ten cuidado Gabita, Xenia se puede poner celosa si te ve defendiendo a ésta. -Carla la miraba provocativamente.

  • ¿Qué quieres decir con eso?

  • Ay no te hagas la inocente niñita, puedes engañar al resto con esa carita de niña buena que tienes, pero a mí no.

  • Oye Carla te dije que vengas, estoy aburrido.

  • ¡¡¡Cállate!!! vete a la mierda, tú y los de tu raza me aburren, me tienen harta ¿captas? -La pelirroja le comenzó a gritar enfurecida al chico.

  • Perra loca. -Andrés se encogió de hombros y le dio un sorbo a su lata de cerveza.

  • Así que... -Hizo una pausa y se concentró en las chicas con una sonrisita en el rostro- ¿en qué estaba yo? ah sí, mirando el partidito de este par de mojigatas.

  • ¿Carla por qué cresta no te pierdes un rato?

  • Sabes rubita, me perdería.... -Bajó la mirada por el cuerpo de Gabriela- pero entre tus piernas. -Carla observaba la reacción de Gabriela con una sonrisa en el rostro. Claro, si es que fueras de mi tipo.

  • ¿Acabas de decir lo que creo que dijiste? -Los colores se le subieron al rostro.

  • Creo que iré un rato a mi habitación, otro día seguimos jugando Gabby. -Isabel salió lo más rápido que pudo del lugar.

  • Uy qué delicada, en vez de irte a rezar 20 ave marías, aprovecha el tiempo cogiéndote al imbécil de tu noviecito, que bastante falta te hace, frígida. -La pelirroja se reía burlescamente al ver la reacción de Isabel.

  • Sabes Carla, una cosa es ser mojigata y otra distinta es no aguantar que una fulana venga a insultarte o decirte lo que se le ocurra simplemente porque quiere fastidiarte. Ten un poco de respeto. -Gabriela miraba severamente a Carla.

  • Apuesto a que esas cositas no se las reclamas a tu adorada Xenia ¿verdad?

  • ¿Qué quieres decir con eso? Xenia no anda por ahí molestando a la gente.

  • No hablo de la gente, hablo de ti, de ti y de ella.

  • ¿Es que tu única razón de existir es el molestar a la gente Carla? -Xenia apareció en el jardín.

  • Sí, se podría decir que sí -Dijo la pelirroja luego de meditar la respuesta observando descaradamente el cuerpo de Xenia. Cómo te lo explico mi queridísima Xenia, disfruto incomodando a la gente, se ven tan cute cuando se sonrojan, eso me excita. -Demoró la última palabra mientras le dedicaba una lujuriosa mirada a la chica alta.

  • Pobre, debe ser triste que tu única razón de vida sea causarle daño a la gente. Eres patética Carla.

  • Para que veas que no lo es tanto, no tanto como que tu razón de vida sea una "personita". Por lo menos yo consigo la reacción que quiero, pero ¿tú darling? -Apuntó con el dedo a Xenia - ¿estás consiguiendo algo?. -La sonrisa en el rostro de Carla se ensanchó hasta rayar en la crueldad ¿Ves? hay varias formas de ser patética. -La pelirroja le guiñó un ojo a Xenia y se fue a tumbar al lado de Andrés.

Xenia sintió la mirada de Gabriela en su rostro. Pero logró permanecer impasible, aunque por dentro ardía de ganas de agarrar a Carla del cuello y callarle la maldita boca.


  • ¿¿¿Y el computador??? -Gabriela comenzó a buscar alrededor sin resultados.

  • Malas noticias Gabby, alguien vino en la mañana y se lo llevó, creo que no tienen mucho interés en que nos enteremos de lo que pasa afuera con el programa. -Sebastián estaba sentado alrededor de la mesa junto a José.

  • ¿¿¿Qué??? ¿Y ahora como chateo con mis amigos? -Gabriela decía amargamente. Primero nos bloquean casi todos los canales de tv, las emisoras radiales y ahora internet...

  • El tiempo que gastabas en chatear con tus amigos lo puedes ocupar hablando conmigo. -José decía con ilusión.

  • Gracias mi niño, es que estoy tan acostumbrada a hablar con mis amigos virtuales, que se me hace raro no poder, ¿has chateado alguna vez? es genial. -Gabriela le explicaba al chico sonrientemente.

  • Sí, pero nunca me llamó demasiado la atención, cuando comenzaba a hablar con alguien a los 5 minutos se despedía y se iba, y a veces ni siquiera se despedían, siempre me pasa lo mismo. -José movía la cabeza en negación.

  • Bueno y ¿alguien se ha enterado cómo va el programa? ¿qué tal el rating? -Gabriela se estaba sirviendo un vaso de coca cola.

  • La verdad es que por lo poco que me ha dado a entender mi familia cuando me llaman, es que va demasiado bien, ya están como en el episodio 4, pero nada más se comienza a hablar del tema y la comunicación se corta, les tienen prohibido que nos digan cualquier cosa. -Sebastián se encogió de hombros.

  • Oye hermano, ¿qué tal si nos jugamos una peleíta de mortal kombat? -José se frotaba las manos con entusiasmo.

  • Oka pero antes necesito hablar una palabrita con Gabby. -Sebastián le preguntó con la mirada a Gabriela si tenía tiempo.

  • Me voy a poner celoso. -José se llevó la mano al corazón fingiendo dolor. Gabby ¿piensas abandonarme por éste?

  • No digas tonterías, ya sabes que mi corazón le pertenece a otra. -Sebastián dijo sonriendo.

  • Sí, y tú sabes que eres mi favorito. -Gabriela se acercó al pálido chico y lo abrazó cariñosamente. José le devolvió el abrazo alegremente.

  • Bueno chicos los dejo un rato, me llaman cuando hayan terminado de hablar. -José se perdió tras la puerta del pequeño gimnasio.

  • Gabby tú sabes lo que yo siento por Isabel ¿verdad? o sea ella es la persona más importante en esta casa para mí.

  • Lo sé, para ella también eres importante. -Gabriela tenía toda su atención volcada en el joven.

  • Eso espero, sólo que últimamente la noto rara, después que tuvo una conversación con sus padres la siento más esquiva, ya no pasamos tanto tiempo juntos como antes, me dijo que necesitaba tiempo. Sé que contigo es con quien mejor se lleva de las chicas, y pensé que quizá te dijo algo, no sé, en verdad me preocupa.

  • Mira Seba, yo no te puedo contar las cosas que hablo con ella, pero sí te puedo aconsejar que no te alejes, si ella te aparta, no lo aceptes así como así, ¿me entiendes? ella está un poquito confundida con todo esto, estoy segura que le gustas mucho, pero se siente demasiado presionada por ciertas situaciones, que nada tienen que ver contigo. Tú demuéstrale que eres bueno para ella, que la quieres de verdad, que puedes ofrecerle algo lindo y sincero. Y lo más importante tenle paciencia, creo que tú eres un apoyo enorme para ella en esta casa y que puedes hacer mucho por ella.

  • Sé que ella se siente bien conmigo, es sólo que a veces me desconcierta, parece que estamos bien y de repente se espanta y se escapa de mi lado. Yo estoy realmente interesado en que funcione Gabby. -El chico se miraba las manos.

  • No te des por vencido, cuando ella se intente alejar, no se lo permitas tan fácilmente, dale el espacio suficiente como para que no se sienta ahogada, pero mantente siempre ahí cerca, ¿me entiendes? Ella te quiere, si te dice otra cosa es por presiones externas.

  • Te refieres a su relación con la iglesia ¿verdad? Es difícil intentar sacarla de ciertas ideas.

  • Es difícil, pero no imposible, la clave es el amor, a través de ti ella podría descubrir muchas cosas nuevas, sé que entre uds está naciendo algo fuerte, lo puedo percibir, juégatela Seba, eso te puedo decir, la clave eres tú, el amor que puedes entregarle.

  • Gracias Gabby. -Sebastián le sonrió honestamente a la chica. Bueno, supongo que ahora le dedicaré algo de tiempo a tu enamorado.

  • ¿¿A mi qué?? José es sólo un amigo.

  • Para ti es un amigo, pero para él no eres una simple amiga. -Sebastián le guiñó un ojo se levantó y le dio un grito a José.

Gabriela se le quedó mirando.

  • Espero que lo digas en broma.

  • Me parece increíble que seas tan perceptiva cuando de la gente que te rodea se trata y te cueste tanto ver las cosas cuando éstas están dirigidas a ti Gabby. -José aparecía en la sala.

  • Tienes razón en eso. Bueno chicos los dejo. -Le plantó un beso en la mejilla a cada uno y dejó la sala.

  • ¿Ya viste qué linda es Gabby? es perfecta. -José la observó alejarse mientras suspiraba.

  • Ya déjate de suspiros y pelea. -Ambos chicos se concentraron en el video juego mientras comenzaba el sonido de golpes y gritos de pelea.


  • ¿Qué haces? -Gabriela se asomó por la puerta de la habitación de Xenia.

  • Intento concentrarme en algo totalmente diferente a los cigarrillos, y créeme que no es nada fácil. -Gabriela sonrió ante la respuesta de la morena.

  • Estoy orgullosa de ti ¿te lo dije?

  • A ver -Xenia hizo cuentas mentales. Como unas 10 veces hasta ahora.

  • Exagerada. ¿Qué te parece si vamos a preparar algo bien rico para comer tú y yo? -Gabriela miró a la chica más alta con entusiasmo.

  • Pensé que dijiste que tú me harías cosas ricas a mí y no que yo tendría que cooperar. -La ceja de Xenia se alzó.

  • Sí, pero creí que sería más divertido si hiciéramos algo juntas, me gusta el trabajo en equipo ¿a ti no?

  • La verdad es que no, me gusta hacer las cosas sola, mientras más lejos me mantengo del resto mejor para mí.

  • Antisocial.

  • ¡Oye! no me saques la lengua porque te la agarro y te la corto. -Xenia dijo con tono de advertencia.

  • ¿Ah sí? y ¿Cómo se supone que piensas cortármela? ¿Con los dientes?

Me encanta cuando te pones juguetona Xenia, tu mirada cambia completamente cuando estás relajada, y es tan lindo ver la expresión de tus ojos.

  • Los dientes podrían servirme para cortártela, pero luego me quedaría la boca llena de sangre, y corro el riesgo de que me pegues alguna enfermedad, así que nop.

  • ¿Me llamas infecciosa? -Gabriela agitaba un dedo delante del rostro de Xenia.

  • Más bien me llamo a mi misma precavida, como dicen, una persona precavida vale por dos. -Xenia dijo orgullosamente. ¡Hey! no me empujes.

  • ¿Precavida? No pensé que fueras del tipo que no toma riesgos Xenia, estoy comenzando a pensar que eres pura mirada no más, y en el fondo eres una gallina.

  • ¿Así que gallina? ¿Quieres que te lo demuestre? -Xenia se paró en toda su altura frente a Gabriela, que estaba sentada en la cama.

  • Uyy qué miedo, mira como tiemblo ante la poderosa Xenia. -Los ojos de Gabriela brillaban con picardía.

  • ¿Así que no me tienes nada de miedo? -Xenia se puso en cuclillas frente a Gabriela hasta tener el rostro a centímetros de la chica. Los ojos azules atravesando los suyos.

Oh oh, sabe cuál es mi lado flaco, contra esos ojos no puedo Xenia, no me des golpes bajos.

  • Está bien, está bien, lo acepto, tus ojos son más de lo que puedo soportar, aléjalos de mí. -Gabriela bajó la mirada avergonzada. Son desarmantes y lo sabes. -Levantó la mirada una vez que sintió a Xenia alejarse, y se la encontró sonriendo.

  • Los tuyos son más poderosos de lo que imaginas, sólo que aún no te has dado cuenta. -La voz de Xenia sonó suave.

  • ¿Lo dices enserio? ¿O sólo para hacerme sentir bien?

  • ¿Crees que yo soy el tipo de persona que dice algo sólo para hacer sentir bien a alguien?

  • No, no lo eres.

  • ¿Entonces?

  • ¿De qué forma podrían ser poderosos? Me han halagado por el color, pero los tuyos tienen una fuerza increíble Xenia, te atraviesan.

  • El poder de los tuyos es la dulzura, la bondad que transmiten, si no te cohibieras tanto cuando te clavo la mirada, tendrías el tiempo suficiente para darte cuenta que los tuyos también son desarmantes.

Azules y verdes se quedaron mirando por varios segundos, las chicas no dijeron nada sólo estudiaron las miradas de las cuales estaban siendo objeto, y sonrieron tímidamente.

¿Mis ojos desarman a Xenia? ¿Cómo es posible? Es Xenia, nunca se cohíbe ante nada. ¿Xenia por qué te siento tan familiar? ¿Es posible que nos hayamos conocido de otra vida? Tuve esa sensación en el instante mismo en que te conocí, me pregunto si a ti te pasará algo similar...

  • ¿Entonces? ¿Vamos a preparar esas cosas ricas que querías? -Xenia sacó de sus pensamientos a la chica rubia.

  • ¡¡¡¡Claro!!! Gabriela se alzó alegremente y ambas chicas se dirigieron hacia la cocina.


  • ¡Oye! Eso no se hace.

  • Técnicamente sí se hace, ya que acabo de hacértelo. -Gabriela sonreía juguetonamente mientras veía a Xenia limpiarse el exceso de harina de la cara.

  • Me las vas a pagar, ya vas a ver. -Xenia le dedicó una mirada amenazante a la joven más baja y luego salió corriendo tras de ella.

  • ¡Ay! Xenia no por favor, sólo fue una broma. -Gabriela se escudaba detrás de la mesa intentando anticipar el movimiento de Xenia.

  • Pues debiste pensarlo mejor antes de arrojarme toda esta harina. -El rostro de la morena estaba blanco y apenas se distinguían sus ojos a través de la capa de harina que la cubría.

  • Me rindo, me rindo. -Gabriela intentaba zafarse del fuerte agarre de Xenia que la miraba con una mueca maliciosa en el rostro.

  • ¿Así que te rindes eh?

Dios mío Xenia te están viendo millones de personas juguetear con esta niña, ¿¡¡qué mierda estoy haciendo!!? ¿qué me pasa?

Xenia soltó a la chica y su sonrisa disminuyó notablemente.

  • ¿Qué pasa?

  • Estoy un poco agotada, creo que voy a ir a dormir un rato, nos vemos luego.

  • Pero... -Gabriela agarró a Xenia de un brazo.

  • Ya terminamos el queque, luego lo pruebo ¿si? -Xenia miró a la chica más joven simulando todo el control que podía en su conducta.

  • ¿Te avergüenzas verdad? -Gabriela la estaba mirando con una especie de dolor y reproche en el rostro.

No por favor no me des esa mirada, no, por la mierda ¿qué me sucede? esta no soy yo.

  • No es eso...

  • Sí lo es Xenia. Te conozco a pesar que me trates de ocultar tu mundo interior. -Gabriela soltó el agarre y se giró impidiendo que Xenia la viera a la cara.

  • No, es que en realidad estoy cansada, te estás imaginando cosas que no son.

  • ¿Lo hago? -Gabriela le dio una fugaz mirada, que le dolió a Xenia más que su propio orgullo.

  • Lo siento, no estoy acostumbrada a todo esto, a comportarme de esta manera, a...

  • ¿A hacer el tonto? -Gabriela terminó la frase. Se trata de actuar simplemente, sin pensar tanto las cosas Xenia, ¿Por qué te frenas tanto?

  • Porque esa no soy yo. -Xenia bajó la mirada.

  • ¿Y cómo estás tan segura? Cuando jugamos o hablamos cualquier tontería, lo veo en tus ojos Xenia, no has visto la dulzura que proyectan cuando te ríes, cuando dejas la tensión a un lado. Eso no te hace más débil, te hace aún más hermosa de lo que eres cuando mantienes a toda costa tu compostura...

Gabriela le dio una mirada a Xenia y salió de la cocina cabizbaja.

Dios mío, esto es peor de lo que pensé, ¿Me estoy enamorando? Me estoy enamorando, mierda. Gabriela... ¿Me dijo que soy hermosa? Gabby... Ella me encuentra hermosa...

  • Xenia querida ¿Qué haces tan solita aquí?

  • Antes de que llegaras, disfrutando de una agradable noche de verano. -Xenia hizo una mueca de fastidio mientras Carla entraba a la piscina con uno de sus muy diminutos biquinis, esta vez de color azul.

Xenia había estado pensando en los días pasados en esa casa, en todas las cosas que había compartido con Gabriela, como la chica había poco a poco sido capaz de sacar esa parte suya que nadie más había conseguido conocer, la hacía sentir feliz sin duda, pero su maldita manía de moderar cada reacción no la dejaba sentirse libre para ser como era simplemente, como la muchacha rubia le había dicho. Desde el día anterior Gabriela no se le había acercado, sabía que sus actitudes la confundían, pero lo que no se imaginaba Gabriela era la confusión que ella estaba causando en Xenia, lo que le estaba haciendo sentir. Xenia nunca tuvo la intención de sentir nada por ninguna de las personas que estaban viviendo allí con ella, y así era, no le tenía cariño a ninguno de ellos, con nadie había mantenido ninguna conversación real que llegara a términos personales, pero con Gabriela era todo diferente, sentía que la quería ¿Estaba enamorándose de ella? era la pregunta que últimamente pasaba una y otra vez por la mente de Xenia, o es que acaso ¿ya lo estaba?.

  • ¿Sabes Xenia? estás muy tensa, ¿qué te pasa? ¿Te peleaste con tu preciosa Gabby? -Recibió una mirada de furia de Xenia.

  • Para comenzar ella no es mía, y lo que pase entre nosotras no es de tu incumbencia, métete en tus propios asuntos. -La morena comenzó a nadar a lo largo de la piscina.

  • Estás metida en un reality show donde lo que haces lo ven millones de personas y ¿me dices a mí que no me meta? Eres realmente increíble Xenia. -Carla se acercó al lado de la morena.

  • Déjame en paz, maldición, ¿Qué mierda quieres de mí?

  • Te quiero a ti enterita, y tú lo sabes, he intentado acercarme pero me rechazas ¿hasta cuándo te haces la difícil darling? -Carla se hundió en el agua para emerger empapada con el cabello pegado al cráneo.

  • Ya te lo dije, no eres de mi tipo, no va a pasar nada entre tú y yo ¿Entiendes? -Los azules miraban con fastidio.

  • Ay Xenia, te estoy ofreciendo pasarlo bien, no una relación, cualquier imbécil aceptaría gustosa. -Carla cada vez hablaba más seductoramente mientras se acercaba peligrosamente a Xenia que estaba observándola apoyada en el borde de la piscina.

  • Tú lo has dicho, cualquier imbécil. -Xenia comenzó a salir de la piscina, pero en un segundo se vio atrapada por la cintura y nuevamente dentro del agua con Carla a centímetros de su rostro.

  • Xenia, es tu culpa por ser tan apetecible. -Le comenzó a acariciar el rostro- si supieras la de fantasías que me paso contigo, la de veces que me he masturbado pensando en ti. -Carla se acercó al oído de Xenia y susurró en él- Hagámoslas realidad tú y yo, y hasta a Gabita puedes invitar si quieres.

Por un momento Xenia se aturdió, era obvio que Carla sabía sobre su condición sexual, no porque ella lo hubiera hecho público, sino porque la pelirroja lo notaba simplemente. Carla no le gustaba, no le provocaba nada, la chica era linda físicamente, pero su forma de ser era tan detestable que Xenia prefería tener algo con cualquier otra persona antes que con ella. Tenía dos posibilidades usar la fuerza física y alejarla de un empujón de su lado, o bien decirle algo y salir de allí tranquilamente.

  • Si no quitas tu asquerosa mano de mi cara ahora mismo, te voy a causar tanto dolor que no te van a quedar ganas de lanzártele a nadie nunca más en la vida. -Xenia endureció la mirada clavando sus ojos en los de Carla, sin pestañear. No me interesan tus fantasías ni tus masturbaciones. -Lanzó de un empujón a la pelirroja lejos de ella y salió de la piscina.

  • Xenia darling, tú puedes causarme todo el dolor que quieras, sólo conseguirás excitarme aún más. -Carla se quedó dentro de la piscina, le lanzó un beso a Xenia y siguió nadando como si nada hubiera pasado.

  • Maldita loca. -La morena hizo una mueca de fastidio y se alejó del lugar.


Gabriela oyó la puerta de su habitación abrirse.

-¿Estás despierta?

  • Sí, lo estoy. -Se sentó en la cama y vio la figura de Xenia asomarse tímidamente, se levantó y salió de la habitación.

  • ¿Estás enojada conmigo? -La voz de la morena sonaba triste, no le daba la cara.

  • No, no lo estoy. -Gabriela sintió una extraña emoción invadir su ser al ver a Xenia tan frágil.

  • Es que desde ayer que no hablamos, y quería decirte algo.

  • Sólo quería darte algo de tiempo libre, últimamente pasamos casi todo el tiempo juntas, y pensé que quizá tú quisieras estar sola.

  • No, yo... siento lo del otro día, tienes razón, no sé por qué mierda tengo que ser así. -Xenia concentró la vista en el piso, sin atreverse a mirar a Gabriela a la cara.

  • No tienes que pedirme disculpas, es así como te conocí, y así te comencé a tomar cariño. -Gabriela sintió la mirada de Xenia en su rostro.

  • Gracias por eso... -Su voz sonó titubeante.

  • Es la verdad.

  • Lo sé.

Se miraron un instante Gabriela le sonrió tan dulcemente como Xenia ya estaba acostumbrada.

  • Bueno, creo que me voy para que puedas seguir durmiendo. Buenas noches Gabby.

  • Buenas noches Xenia, que duermas bien. -La chica rubia le dio un beso en la mejilla a Xenia, la morena le dedicó una leve sonrisa y se alejó hacia la puerta de su habitación.

  • ¿Xenia? -Oyó la voz de Gabriela llamándola.

  • ¿Sí?

  • ¿Qué quiso decir Carla con eso de que "tu razón de vida es una personita"?

Xenia sintió una punzada en el estómago al oír la pregunta, intentó mantenerse lo más serena que pudo.

  • Son tonterías de ella, está medio loca, lo sabes. -Percibió la mirada de Gabriela estudiando su rostro.

  • Lo sé, y también sé que le gustas mucho, lo has notado supongo. -Gabriela bajó la mirada por un segundo.

  • Sí, lo he notado, es su problema, no el mío. -Xenia se encogió de hombros.

  • Es normal, cualquiera se fijaría en alguien como tú. -Gabriela aventuró una mirada al rostro de Xenia quien estaba estudiando el suyo esta vez.

  • Cualquiera, tú lo has dicho, no las personas especiales.

  • No quise decir eso, estoy de acuerdo en que Carla no es el sueño de mucha gente que digamos, pero ella es como es, medio exhibicionista, le importa un bledo que todos se enteren, supongo que el resto de las personas no demostrarían tan abiertamente el gusto por ti. -Gabriela alejó la mirada de Xenia nuevamente, la tenue luz que ingresaba por la ventana más cercana le daba justo en el rostro a la chica rubia.

  • ¿Lo dices por alguien en particular?

  • No. -Gabriela mantuvo la mirada de Xenia el tiempo que soportó ver a esos ojos directamente, luego alejó los suyos.

  • Bueno, ya me voy, nos vemos mañana.

  • Hasta mañana.

Gabriela vio como Xenia se perdía detrás de la puerta y luego ingresó por la suya.

Dios mío ¿Qué me pasa? ¿Qué es esto extraño que siento cuando estoy con ella?


  • Cierra los ojos -La morena, esperó a que se cumpliera su mandato. Que los cierres te digo.

  • Ya, si ya los cerré, ¿qué pasa?

  • No estás viendo ¿verdad? -Xenia movió la mano a la altura de los cerrados párpados de Gabriela.

  • No, no estoy viendo, pero ¡ya!, no me dejes en suspenso.

  • Ok, ya puedes abrirlos.

Gabriela enfocó la mirada en los alegres ojos de Xenia, tenía una pequeña sonrisa en el rostro.

  • ¿Qué?

Los ojos azules le indicaron que mirara un poco más abajo.

  • ¿Eran estos?

  • ¡¡¡Xenia!!! -Gabriela se lanzó a los brazos de la morena, quien se quedó estática en el momento.

  • Ya tranquilízate, que los aplastas.

  • ¡Xenia! ¿¡Cómo los conseguiste!? -La voz de Gabriela era de total alegría.

  • Ah no, eso es secreto, tú confórmate con tenerlos.

  • Me encantan. -Gabriela decía mientras abrazaba sus pingüinos alegremente. Toma, prueba Xenia te van a encantar.

Qué linda... si voy a obtener esa reacción cada vez que te comes uno de estos, creo que voy a tener que conseguirte más.

  • A ver veamos si es para tanto el escándalo. -Xenia le dio un mordisco al bizcocho bajo la atenta mirada de Gabriela.

  • ¿Y? -Gabriela la apuraba para que diera su veredicto.

  • M, no sé, dame algo más de tiempo para que el sabor invada mi boca. -Xenia se demoraba en la tarea de mascar y tragar, disfrutando con la impaciencia de la chica rubia.

  • ¡Ay ya Xenia!, dime de una vez si te gustan o no, no me hagas sufrir. -Gabriela estaba frunciendo el ceño.

Yo jamás podría hacerte sufrir... nunca...

  • Bueno, luego de un intenso análisis, he decidido que... a ver, espera un momento aún no lo tengo claro.

  • ¡Yaaa! Xenia te voy a estrangular. -Gabriela hizo ademán de agarrar a Xenia del cuello.

  • Y luego soy yo la agresiva ¿no? -Xenia miró a la chica rubia alzando una ceja.

  • ¿Entonces? -Gabriela la invitó a dar su veredicto con la mirada.

  • Aprobado. -Xenia dijo finalmente con una sonrisa que fue devuelta por una el doble de ancha de parte de Gabriela.

  • Sabía que te gustarían. -La chica rubia apuntaba hacia la morena con el dedo índice con una sonrisita traviesa en el rostro. Ahora me dirás cómo los conseguiste.

  • Ya te lo dije, eso no se cuenta.

  • Anda Xenia, dime.

  • Los pedí a producción, aunque no pensé que me trajeran, y bueno, supongo que funcionó. -Xenia miró a Gabriela con un aire de timidez en sus ojos.

  • Gracias. -Gabriela observó el gesto de Xenia y bajó la mirada aún con una sonrisa en el rostro. La verdad no pensé que me pusieras atención cuando te cuento este tipo de detalles.

  • Ahora ya sabes que lo hago.

¿Es que no te das cuenta Gabby las cosas que me haces sentir...?

  • ¿Sabes Xenia? necesitamos encontrar un método de comunicación más privado.

  • ¿Más privado? ¿Cómo que más privado? te recuerdo que estamos metidas en un maldito reality, nos graban hasta lo más mínimo, y aunque en el baño no hallan cámaras estoy segura que hay audio. -Xenia estaba concentrada en un pequeño papel por el cual deslizaba un lápiz.

  • Xenia siempre hay formas, y a mí ya se me ocurrió una. -La morena levantó la mirada para ver los risueños ojos de Gabriela tramando algo.

  • A ver ¿Cuál forma? -Gabriela sintió que por fin le estaban prestando atención.

  • Pues esta. -La morena se encontró con una hoja de cuaderno pegada a los ojos.

  • Quizá si lo alejas un poco pueda ver lo que me estás mostrando. -Dijo Xenia levantando una ceja.

  • Oops perdón. -Una sonrisita traviesa cruzaba por el rostro de Gabriela. ¿Así está mejor?

  • Mucho mejor. -Xenia por fin logró enfocar la mirada y leer un gran "muac" en la hoja, al lado del cual estaban dibujados unos labios rojos.

  • ¿Me besas? -Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Xenia.

  • ¿Me lo estás pidiendo?

  • No, que si ¿me estás enviando un beso? -Gabriela notó un leve sonrojo subir por las mejillas de Xenia.

  • Ajá, aunque ahora que lo pienso es más sencillo si te lo doy y ya. -Dicho y hecho Gabriela agarró el rostro de la morena y le plantó un sonoro beso en la mejilla.

Que suavecita piel

  • Gracias, por lo que sea que haya sido. -Xenia miró un tanto confundida a la chica rubia.

  • ¿Es que siempre tiene que ser por un motivo? Se me ocurrió darte un besito, no tiene que haber una razón oculta o algo así, simplemente fue.

  • Bueno, como digas, de todas formas no me estoy quejando, tienes los labios suaves. -Xenia bajó la mirada e intentó concentrarse en la tarea que había dejado.

Xenia avergonzándose, te pillé te estás sonrojando, no me vendas a mí el cuento de que estás concentrándote.

  • ¿Y ahora qué me miras? ¿Tengo algo pintado en la cara o qué? -Xena le dirigió una mirada a Gabriela alzando una ceja.

  • Nada. ¿Entonces? ¿Qué te parece mi método de comunicación ultra secreto?

  • ¿Ultra secreto? te aseguro que esta gente se las arregla bastante bien para hacernos acercamientos, lo que probablemente significa que ya habrán grabado tu beso dibujado. -Xenia seguía deslizando el lápiz por el papel.

  • ¿Sabes Xenia? no me vas a estropear la idea, ¿oíste? Tienes que tener más fé.

  • Sí, fé tengo en que llegará el día en que por fin podré salir de este maldito lugar.

  • Ah.

Xenia levantó la vista para encontrarse a Gabriela haciendo rayas y círculos sobre el beso.

  • ¿Qué pasa?

  • Nada, sólo que pensé que después de estas semanas, por lo menos te estabas divirtiendo un poquito más, ya sabes, nada, tonterías.

Cada vez que veía esas caritas de desilusión que hacía Gabriela, Xenia sentía que el corazón se le oprimía en el pecho.

  • Me he divertido -Gabriela vio sinceridad en los ojos de la morena- pero, sólo contigo, todo lo demás me molesta ¿entiendes?

  • También yo. -Una pequeña sonrisa cruzó por el rostro de Gabriela.

Xenia se divierte conmigo.... Lo está aceptando.

  • ¿Sabes?. -La voz de la chica más alta llegó a sus oídos. Esos labios que dibujaste junto al "muac" se puede tomar de dos formas, o que son los tuyos, o que son los míos.

¿Que son los de ella o que son los míos? ¿qué significa eso...? ohhh. Un rubor comenzó a subir por las mejillas de Gabriela.

  • Son los míos... -Gabriela vio una pequeña sonrisa en el rostro de Xenia y decidió cambiar de tema. ¿Y qué tanto dibujas si se puede saber?

  • No es nada. -La chica de ojos azules cubrió la hoja rápidamente, posó su codo sobre ella y descansó su mandíbula en la palma de su mano mientras que en su rostro se formaba una expresión de fingida inocencia.

  • ¿Cómo que no es nada? No seas egoísta Xenia, muéstramelo ¿sí? por favor por favor por favor. -Xenia sentía que se le derretía el corazón con semejantes caritas de ternura. Era más de lo que podía soportar.

  • Está bien, toma. -Le extendió la hoja a la chica más joven, sus ojos se abrieron con sorpresa.

  • ¡¡¡Qué lindo!!! ¡Xenia!. -La rubia la miraba con asombro.

  • No es para tanto, es sólo un bosquejo.

  • ¿Un bosquejo? Xenia es precioso ¿estos son los diseños que haces?

  • Sí, esos son. -Gabriela vio la timidez cruzando por los ojos de Xenia.

  • ¿Xenia me harías uno a mí? -Los verdes ojos de Gabriela brillaban con entusiasmo.

  • ¿Un tatuaje? Xenia alzó una ceja.

  • No, un dibujo de esos pero aquí en mi espalda. -Gabriela se llevó el rubio cabello hacia un costado y le indicó a la morena el lugar.

  • ¿Y qué quieres que te dibuje? -Xenia se quedó algunos segundos observando esa blanca piel que se le estaba siendo expuesta.

  • A ver déjame pensar.... Qué podría ser... a ver... a ver... -Gabriela giraba los ojos al techo con una exagerada mueca meditabunda mientras se daba pequeños golpecitos en el mentón. Xenia la miraba con interés. ¡¡Ya sé!! Espérame un ratito, vengo al tiro. -Salió corriendo de la habitación y volvió a los pocos segundos con una sonrisa de oreja a oreja.

  • ¿Qué es eso?

  • Es un arcano de tarot ¿Eres capaz de reproducir esta imagen?

Xenia miró el dibujo en la carta, había una pareja desnuda, un ángel sobre ellos y un gran sol detrás.

  • ¿Los Enamorados? -La morena alzó la ceja.

  • Sí, es la carta del amor, representa a las almas gemelas ¿Ves qué linda? Aunque también puede decisión, unión, separación, encrucijada, etc. según la posición en que salga.

  • Ya veo y ¿para qué quieres que te lo dibuje en la espalda?

  • Bueno, porque es mi arcano favorito. -Gabriela bajó los ojos con timidez. Y quizá me traiga algo de suerte para atraer a mi alma gemela.

Eso es bastante ridículo...

Gabriela alzó la vista para encontrarse a Xenia observando con interés la imagen.

  • Chico y chica ¿Es una regla que las almas gemelas sean hombre y mujer? -Gabriela percibió una expresión diferente en los azules ojos de Xenia.

  • Bueno, según lo que he leído en muchos libros dicen que sí.

  • Y ¿tú qué crees? -Xenia se arrepintió de haber hecho esa pregunta.

  • Yo -Meditó un segundo la respuesta- siento que no es una regla. O sea, puedes encontrar a tu alma gemela en un amigo o incluso en alguien de tu familia, no tiene por qué sólo darse una relación de pareja con esa persona. Y de todas formas el espíritu es el importante, no sólo el cuerpo ¿verdad? -Sintió la mirada de Xenia estudiando su rostro.

  • Verdad. -Xenia se concentró en la imagen nuevamente.

  • ¿Entonces? ¿Crees que me lo puedes dibujar?

  • ¿Es una broma? Claro que te lo puedo dibujar. Sería mejor si te cambiaras esa polera por algo que dejara la espalda libre.

  • Hecho, espérame un momento.