Todos dicen que es real (Filial)
Una madre le enseña a su hijo la sexualidad.
Amor de madre (Amor filial)
Todos dicen que es real, pero esta vez si que lo es, soy una madre joven de 35 años, separada desde que prácticamente nació mi segundo hijo, estos son hermosos, y realmente lo son, y a medida que pasan los años como que me voy enamorando de ellos, especialmente del mayor, (al que llamaré Adán), se nota que va ha ser alto, algo tímido, sin embargo gracias a que yo con ellos soy muy desinhibida, me desnudo delante de ellos sin ningún corte, y ellos tampoco, nos duchamos juntos, nos jabonamos los unos a los otros, yo lo encuentro muy rico cuando ellos me jabonan y me doy cuenta que en sus caritas se dibuja una sonrisa distinta, de placer, de alegría, y yo a veces hasta me éxito, mi sexo se humedece, sin embargo pienso que a lo mejor es malo sentir o dejar que ellos disfruten de mi cuerpo, pero a mi me encantaría enseñarles lo que se de sexo, que es bastante.
Bueno van pasando los años y el mayor ya cuenta con catorce años, y en las noches en que me solicita dormir conmigo, (algo habitual), él se acurruca detrás de mí, apega su cuerpo al mío, lo siento rico, a veces no lo hace y yo acerco mis nalgas a su cuerpo y me encuentro con su pija dura, él muy despacio y suavemente lleva una de sus manos a uno de mis pechos, se queda tranquilo casi inmóvil, y yo sintiendo su mano caliente sobre mi pecho, pobrecito como querrá acariciarlo y no se atreve, ¿ que puedo hacer yo?.
Esa pregunta da vueltas en mi cabeza día y noche, sobre todo cuando estoy sola en mi cama y necesito de caricias y amor incondicional como el de mi niño y pensando que él a lo mejor también la s necesita..
Normalmente me entretengo con internet cuando ellos están en clases, y busqué ahí tratando de encontrar una respuesta a mis dudas en cuanto si debo darle sexo a mi niño.
Entré a una página de relatos y encontré el tema de amor filial, con avidez lo trajiné todo y hooooo, encontré mucho material, dándome cuenta que las relaciones entre familia son bastante más comunes de lo que yo me imaginaba, aunque claramente algunas hacen daño y otras no.
Me puse a investigar cuales eran las dañinas y cuales no, las principales que no hacen daño son las relaciones de adolescentes con su madre, tías, primas etc., y esto porque el hombre es más animal en cuanto al sexo, por lo que gozará cualquier relación que sea beneficiosa para él, pero cuidado, también hay que consideran que un adolescente es muy vergonzoso, tímido y asustadizo, por lo que hay que llevarlo muy lentamente hasta donde él quiera llegar.
El caso de las niñas es totalmente diferente, y como yo no tengo hijas, paso.
Por lo que urdí un plan para lograr tener sexo con él de tal manera que él sintiera que es algo que ambos deseamos.
El plan se fue desarrollando de la siguiente manera:
Aprovechando que el menor va a la escuela en la tarde, comencé a invitar a Adán a dormir siesta conmigo, él decía que tenía que hacer sus deberes pero yo me ponía regalona y le decía que lo hiciera cuando llegara su hermano y así también lo ayudaría, la verdad no me costó mucho convencerlo.
La primera vez no pasó nada pero a medida que pasaban los días al acostarnos yo lo regaloneaba lo suficiente como para excitarlo, yo me daba cuenta como se le paraba la pija y el trataba de esconderla para que yo no me diera cuenta, le daba la espalda y el se acurrucaba detrás mío tratando de no tocarme con la pija, pero yo en un movimiento como acomodándome en la cama le enterraba mi culo en ella, él se quedaba inmóvil hasta que me volvía a mover alejándome de él, la mano suya en mi pecho era cotidiano, hasta que un día me acosté sin nada arriba ya que hacía mucho calor, al darse cuenta de eso no se atrevía a tocarme el pecho, yo con voz de regalona le digo que se acerque, que lo siento muy lejos, el se apega por detrás mío y yo le tomo la mano y se la pongo en mi pecho, que sensación más rica, me imagino que para él también, porque sentí su respiración cortarse y volver a respirar muy excitado.
Este jueguito surgió efecto, ya que Adán se mostró más relajado y en adelante yo siempre me acostaba sin nada para arriba, por lo que el toque de mi pecho se transformó en el toqueteo, ya que al principio yo misma tomaba su mano y lo hacia acariciarme el pecho, ahora yo me acuesto de espalda para que él tenga acceso a ambos pechos, estos de tamaño grande, aunque no tanto, suficiente para que con su mano los abarque casi completamente, por lo que los toca hasta quedarse dormido.
Una vez que ya se sentía tranquilo y a gusto gozando mis pechos un día le acurruco su cabeza sobre mis pechos haciéndole cariño en su cabellera, el no atinó a nada, esto lo repetí durante un par de días hasta que el muy tímidamente acercó su boca a uno de mis pechos besándolo muy sutilmente, yo sentí su caricia e involuntariamente hice un gesto de agrado acompañado con un suspiro. Cada día sus besos eran más audaces para placer de ambos, mis pezones antes que él comenzara a besarlos ya estaban duros, esperando ser acariciados, mis pechos son muy blancos y mis pezones rozados igual que mis aureolas que son de reducido tamaño
La verdad que después de estas siestas muchas veces tenía que ir al baño a terminar la tarea inconclusa de mi hijo. Y también me daba cuenta que él también lo hacía, sino el mal genio se le hacía notar, y su hermano lo increpaba sin saber la razón del porque.
Un día en que ambos estábamos muy excitados, ya que sus besos y caricias en ambos pechos eran tan excitantes que yo no pude aguantar los deseos de tomar su pija, y así lo hice, primero lo hice acostarse de espalda, acaricié su pecho y después su estomago durante un buen rato cada caricia me acercaba más a sus genitales y él levantaba suavemente y muy disimuladamente sus caderas cada vez que yo pasaba cerca de su pija, hasta que suavemente llegué a ella, la envolví con mi mano lentamente, la sentí hirviendo, dura, yo creo que le dolía de lo dura que la tenía, el aguantó la respiración cerró sus hojitos un rato y después los abrió, me miro a los ojos como pidiendo más, dejé mi mano quieta durante varios segundos para después a comenzar un movimiento muy lento y con mucho cuidado, volvió a cerrar sus ojos, el tiene su glande cubierto por el forrito, debo lubricar su glande para que no le duela, pero no me atrevo a chupársela, por le que me mojo mi mano con mis propios jugos que son abundantes para enseguida tomar nuevamente su pija para mojársela, esto lo repito varias veces hasta notar que la tiene bien húmeda, le bajo su pantaloncito corto y comienzo a masturbarlo lentamente para después aumentar el ritmo, el placer aumenta en intensidad y noto que su acabada está por llegar aumento el ritmo y después paro, y nuevamente lo masturbo, repito esta operación varias veces dándole el mayor goce posible, pero ahora si que no puedo aguantar los deseos de tener esa cosa tan hermosa y tierna en mis labios y boca, al contacto con mi boca el placer se le descontrola y el orgasmo llega en forma violenta y su semen salta con tanta fuerza que se va directo a mi garganta, la que trago sin parar. Sin embargo los últimos chorros no los dejo pasar interponiendo mi lengua y llenar mi boca, el que degusto con un placer jamás sentido, ya que el sabor es dulce, agradable, su olor es tierno, (lo comparo con el semen de hombres adultos de sabor y olor muy fuerte, realmente no hay comparación), me quedo con su pija en mi boca esperando que termine de salir todo el jugo, sin chupar ni acariciarlo con mi lengua ya que después del orgasmo les queda muy sensible. Después lo acurruco en mi pecho y lo dejo dormir placidamente.
Es necesario comentar que después de estas increíbles siestas no hay comentarios de ninguna especie, por lo que la relación madre hijo se realiza sin ningún cambio, ambos actuamos como que nada sucede.
Estas siestas ya avanzadas se repiten a diario, y tenía que después masturbarme ya que mi excitación necesitaba ser saciada, pero igual yo necesitaba algo dentro de mi, por lo que compré una cajita de profilácticos y durante esos días nunca faltaron pepinos en la heladera, ese conjunto logró tranquilizarme durante esta etapa.
Durante la ejecución del sexo oral yo me quedo alucinada mirando su pija rosadita, tierna, virgen, dura como un palo, hinchada de tal manera que sus venas parecieran que van a reventar, su glande, su cabecita, me hipnotiza, la saboreo como si fuera el caramelo más dulce del mundo, la verdad que soy una mujer muy experimentada en cuanto a sexo y a hombres, y realmente esto no se compara con nada ni con nadie.
Es tal el placer de ver a mi hijo sentir el goce del sexo, su carita como pidiendo más, o cuando ya siente que el orgasmo viene, sus ojitos me indican que debo apurar el movimiento y mi boca debe prepararse para recibir el néctar.
El juego de la masturbación logró unirnos en una relación muda en que las palabras no eran necesarias, pero yo sabía que en algún momento se rompería, o debería romperlo para conversar con él de nuestra situación.
Faltaba lo más importante, consumar la relación en un coito total. No me atrevía a tomar la decisión de tomar la iniciativa, la verdad es que esperaba que fuera él el que la tomara, es más dentro de mi quería que él me lo pidiera, ¿pero si nunca hablábamos durante ni después como podría suceder?.
La situación comenzó a ser insostenibles, cada día le hacía sexo oral y yo quedaba muy mal, deseándolo tan intensamente que comencé a sentirme culpable pensando que todo lo que había sucedido era por que yo lo necesitaba y había arrastrado a mi inocente hijo a esta situación.
Me armé de valor y un día logré comenzar la conversación que tanto temía. Hijo le digo, es hora de que conversemos nuestra situación, tu me imagino que sabrás que esta relación madre hijo no es común, pero por eso no deja de suceder y muchas madres enseñan a sus hijos el arte de amar, y eso es lo que yo......., espera mamá, espera, ......... lo tengo muy claro porque cuando me vi envuelto es esta situación busqué información y lo tengo todo muy claro, está demás decirlo pero igual te lo diré, esta ha sido una maravillosa experiencia que se que me acompañará toda mi vida, de cómo mi madre me enseño a ser hombre. Se que esto debe terminar pero creo, bajó su cabeza en señal de vergüenza, que tu lección no ha terminado, me acerque a él, lo miré hacia arriba tomé su carita con ambas manos y el di un beso apasionado el que fue contestado de la misma forma. Lo solté, lo tomé de la mano lo conduje al dormitorio, lo desnudé lentamente mientras besaba cada rincón de su cuerpo, sus tetillas, su estómago, sus piernas y sus pies, le bajo su pantaloncito corto y ahí estaba esa pija hermosa en toda su plenitud, una vez desnudo le dije has lo mismo conmigo, así lo hizo, me temblaban las piernas a tal extremo que él se dio cuenta, me tomó en sus brazos, soy muy liviana peso 42 kilos, me tendió sobre la cama se posicionó sobre mi para penetrarme, pero yo le dije que en realidad yo estaba lista pero que él debía tener siempre, pero siempre presente que a la mujer hay que darle tiempo para su excitación y que él debe acariciarla hasta notar que ella ya está en condiciones, él comenzó a acariciarme y yo le dije , para, para por favor, que yo no lo necesito, quiero ahora, ya mismo sentirte dentro de mi, abrí mis piernas para facilitarle su ubicación se colocó rápidamente sobre mi, lo tomé indicándole que echara todo su cuerpo sobre mi, quería sentirme aplastada, penetrada, poseída, sentí como tomando con una mano su pija trataba de encontrar la entrada, después de varios intentos y no lograr el objetivo, estiro mi mano hacia su pija, el retira la suya, la tomo con toda mi mano, la quería sentir, estaba en su máxima plenitud, la verdad que no era muy grande por su edad, pero su virilidad y su virginidad eran más que suficiente, con la otra mano abrí mis labios para que su glande entrara en contacto directo con mis jugos y la penetración para él no fuera dolorosa o tal vez un poco incomoda, restregué su pene sobre mi sexo mojándolo lo más posible y cuando sentí que estaba todo listo le dije, ya mi amor empuja, lo hizo lentamente sin parar hasta tenerla toda adentro, me sentí morir, tuve un orgasmo instantáneo, me convulsioné de tal manera que tuve que tranquilizarlo para que no se asustara, le dije fue muy fuerte el placer, perdóname pero tenerte dentro de mi fue más fuerte de lo que yo misma esperaba, vamos, tu ahora, comenzó a metérla y a sacarla, se le salía, yo volvía a ponerla en posición para que el empujara, lueguito tomó ritmo y comenzó a sentir el placer, la verdad tampoco duraría mucho tiempo, sentía venir su orgasmo, increíble él mío también venía en camino, sobre todo pensando en sentir su eyaculación dentro de mi, no tardó en obtener su orgasmo y sentir esa hinchazón en su pija y la fuerte descarga de semen que después chorreaba hacia mi culo cuando la sacó, el sentir su eyaculación mi orgasmo también muy intenso pero esta vez controlado, ya que me dio vergüenza sentir nuevamente esa oleada de placer que me hacia convulsionar todo el cuerpo.
Intentó salirse de sobre mi, pero no lo dejé, lo sujeté abrazándolo fuertemente contra mi pecho, y deje presa su pija dentro de mi, se demoraba en ponerse flácida para mi dicha, levanté ambas pierna sobre las suyas y lo abrasé con ellas haciendo que su todavía erección entrara más en mi, sentí un placer, una tranquilidad y una satisfacción increíble, nos quedamos un rato gozando de esa unión carnal sublime, y se vino a mi mente lo trágico, ya que sabía que era el final de esta maravillosa relación.
Después nos quedamos acostados en silencio durante un buen rato, después le digo, me has hecho muy feliz, eres todo un hombre, pero sabrás que todo termina aquí, trató de oponerse pero yo le tapé la boca y le dije, por favor hijo entiende lo difícil que es para mi.
Las siguientes siestas eran solitarias, y mi almohada durante meses terminó mojada por mis lagrimas, incluso lloraba dormida, él varias veces intentó consolarme pero yo me mantuve firme.
Hoy mi hijo tiene 22 años y me ha contado que ha comenzado a hacer el amor con su novia de hace tres años, pero la primera vez no pudo evitar evocar lo ocurrido entre nosotros, y me dice que se dio cuenta que su profesora había sido magistral y me agradecía todo, pero todo lo que le había enseñado, no solo la parte sexual sino a ser un hombre de verdad.
Mi segundo hijo no tuvo necesidad de una profesora ya que a muy temprana edad comenzó tener relaciones sexuales, nunca le he preguntado a ellos si Adán tuvo algo que ver con esa madures de el más pequeño.
Escribo esto porque anoche después de cinco años soñé con él, que teníamos relaciones y volvía a tener ese orgasmo con convulsiones que tanto goce me produjo, sentí su cuerpo, su aroma, su aliento exaltado por el placer, desperté convulsionando en un orgasmo increíble, toda mojada y mi sexo se contraía como oprimiendo algo para que no se escapara, fue increíble.
Este maravilloso suceso me lo contó mi actual pareja, a la noche siguiente de su sueño, en una tarde de sexo en un motel, de repente comenzó a llorar y me dijo tengo que contárselo a alguien.
Este escrito lo hicimos los dos, ella hablaba y yo redactaba, y después le hicimos muchos arreglos para tratar de reflejar la realidad.
Para cualquier consulta a cano-so@123mail.cl