Todos contratodos III(Final)

Es interesante comprobar el radical cambio de comportamiento que experimentamos, cuando disfrutando del sexo, desaparecen todos nuestros prejuicios,

Todos “contra” todos III (Final)

El viernes había sido un día especialmente novedoso y extremadamente excitante. Cuando nos retiramos a dormir; cada uno a su habitación, solo teníamos un único y lujurioso deseo, disfrutar todos con todos al día siguiente, como lo habíamos hecho hoy.

Por lo menos, ese era el  pensamiento  morboso y continuo que nos rondaba en la cabeza a Paloma y a mí.

Por primera vez, habíamos practicado el sexo entre los cuatro, sin que por parte de Jorge hubiera rechazo o discriminación de género. Tanto Isabel como Jorge  habían disfrutado sin prejuicios, de las escenas  más fuertes y calientes que hicimos. Isabel por su parte, no dejo de animar a su marido logrando que hiciese todo lo que hasta ahora no se había atrevido a hacer.

Es interesante comprobar el  radical cambio de comportamiento que experimentamos, cuando disfrutando del sexo, desaparecen todos nuestros prejuicios, en ese momento,  conseguir el máximo placer posible se convierte en el principal objetivo, provocando que hagamos sin pudor cualquier cosa para obtenerlo. Jorge ha sido un claro ejemplo de ello.

A nosotros, nos encanta después de cada intercambio, comentarnos la sesión de sexo que hemos tenido, (desde que empezamos el intercambio, siempre lo hacemos) nos contamos lo que más nos ha excitado de lo que hemos hecho  o visto.  Decírnoslo, hace que nuestra libido y deseo se dispare  llegando a los más altos niveles de lujuria y desenfreno.  ¡Es fantástico! Y… otra forma de  disfrutarlo nuevamente. ¡Nos encanta estar en ese estado de apasionado desenfreno  y  “vicio”!

Los dos coincidimos en el morbo y la excitación que nos habían provocado Jorge e Isabel en determinadas escenas. Sobre todo, como su mujer de manera sutil, fue induciendo a su marido para que este,  por fin realizara sus deseos más “secretos” e inconfesables, solo confesados en la intimidad de su alcoba. Isabel, le confeso a Paloma que tenía unos orgasmos salvajes cuando follando se lo contaban el uno al otro.

En muchas ocasiones los cuatro hemos hablado de lo que nos excitaba a cada uno, y lo que nos gustaría hacer (de hecho muchas las hemos realizado ya). Hasta ahora, Jorge nunca había comentado, como se excitaban con algunas escenas que su mujer y él se contaban en la intimidad de la alcoba,  (por ejemplo, como él, en el momento de máxima excitación, deseaba  chupar una polla y que se corrieran en su boca; o como le gustaría chupar el coño a su mujer mientras alguien la estuviese follando y  así poder también chuparle la polla a él), estas eran las fantasías (escenas)  que  les ponían más cachondos cuando se lo contaban entre ellos, y es lo que Isabel  le había dicho a mi mujer en sus confidencias, confidencia que mi mujer compartió conmigo. Jorge nunca se  atrevió a confesarlo en nuestras morbosas conversaciones.

Isabel, sutilmente  lo insinuaba siempre que tenía ocasión, con la  intención de que su marido se animara y lo contara. Pero por más que lo ha intentado, no ha sido posible.  Al final, ha sido ella quien inteligentemente  ha provocado  que su marido hiciera lo que tanto deseaban ambos. Los cuatro lo hemos disfrutado apasionadamente.

Llegamos hasta ese estado, en el que solo quieres disfrutar de todo y  con todos sin importar el sexo.

― Me ha sorprendido un poco la actitud y como ha reaccionado Jorge, ha sido…increíble –le dije a Paloma eufórico- no me esperaba que se soltara de esa manera.

―No le ha puesto ni una pega a todo lo que le proponía o insinuaba su mujer, estaba con verdaderas  ganas de hacerlo, y  ¡vaya cómo lo ha disfrutado!  . El momento más excitante para mí ha sido cuando he inundado  su boca con mi corrida y su mujer viendo como se lo tragaba.  Ni siquiera  ha hecho intención de retirarse, al revés, ha seguido hasta el final.  Me ha pasado la lengua por el capullo, mientras ella le seguía observando, con cara de no creerse lo que estaba viendo. Y… como se han besado  después. ¡Una autentica pasada! Me han puesto a tope.

―Yo, si me esperaba algo así, -contesto mi mujer-  tu es que eres muy escéptico, ya te dije lo que me comento Isabel, cómo disfrutan en la cama, algunas de las cosas que se dicen y que  Jorge es reacio a contarlo.  Yo, también le he dicho como disfrutamos nosotros, y todas las burradas  que nos decimos, así que… ya te puedes imaginar.                                                                                            Cuando están muy salidos, una de las fantasías y deseos de él,  era chupar una polla y que se corran en su boca, él  le cuenta hasta el último  detalle de como lo hace mientras la está follando, incluso le pide que le meta un dedo en la boca y se lo chupa como si fuera una polla, eso la pone muy salida.                                                                                                                        También le gusta imaginarse con una polla en el culo. La pone muy cachonda  imaginarse a su marido con una polla en el culo mientras la folla. Tiene unos orgasmos bestiales imaginándoselo. Hasta ahora, solo habían sido fantasías y deseos de ambos. Pero hoy han sido  una realidad ¡¡y… no sabes cómo me habéis puesto!!

― Sí te soy sincero y a pesar de que me lo dijiste no creía que lo fuera a realizar, es evidente que me equivoque. ¿A ti que es lo que más  te ha puesto cariño?...

― Pues… que  quieres que te diga, que me ha puesto a mil ver cómo te corrías en su boca, y sobre todo, cuando se la has metido por el culo ya sabes cómo me ponen esas escenas, cuando la haces o cuando te la hacen, me encantan las dos versiones. Y  después de como se lo ha preparado su mujer… toda una delicia contemplaros a los tres. Espero que Isabel me cuente como ha vivido su fantasía una vez hecha realidad, ya te contare cuando lo haga.

― Ya sabes que otra fantasía (deseo) que les vuelve locos, es que mientras la están follando estilo perrito, él por debajo la esté comiendo el coño y chupando la polla a la vez. A  Isa le encanta esa escena les pone muy cachondos. Se corren como burros contándoselo en detalle el uno al otro.

―Joder cariño en la forma que me lo estás contando, me estoy poniendo a cien, sobre todo sabiendo que ellos también están al corriente de nuestros deseos más “perversos” y oscuros.   Afortunadamente los cuatro estamos coincidiendo  en gustos y preferencias sexuales.

―De hecho fui yo, la que di el primer paso en contarle a Isabel,  nuestras conversaciones y secretos de alcoba más perversos y lujuriosos, ella siempre insistía en saberlo, y hasta que no le conté todo lo que nos gustaba decirnos cuando estábamos salidos, y todos los pormenores más lujuriosos y depravados que habíamos hecho con Andrés, no se decidió a contarme todo lo que te he dicho de su marido. Gracias a ella, mañana puede ser otro día de lujuria y desenfreno ¡al menos es lo que espero!  Me pongo mala solo de imaginar las escenas que podemos hacer los cuatro, pero sobre todo lo que podamos hacer con Jorge. ¡Qué morbazo! ¡Quién me iba a decir a mí hace cinco años, que te diría y me comportaría como lo estoy haciendo! ¡De locos!

―A mí, ya sabes que me encanta que  pierdas los “papeles”  que te comportes así, y digas todo lo que dices, incluso te prodigas poco, deberías prodigarte más, ya sabes que cuantas más “burradas” me digas más me pones. Lo ves, me he puesto a tope con la conversación, ahora mismo te echaría un polvo rápido...

―Y  yo también cariño, buuff estoy  súper… salida, no sé qué vamos a dejar para mañana. He perdido el poco pudor que me quedaba, jajaja.

Nuestros comentarios, como siempre, nos habían excitado salvajemente y volvimos a follar diciéndonos las “barbaridades” y escenas más lujuriosas que queríamos protagonizar con ellos al día siguiente. Mi mujer, sobre todo, quería ver a Jorge en todas esas escenas que él deseaba hacer, y que Isabel  le había contado en un “quid pro quo”. La excitaba sobremanera imaginarlo.

Fue un polvo rápido, una follada salvaje y  viciosa.  El sexo compartido y  el comentarlo después entre nosotros, nos pone como motos, y siempre acabamos follando.

Estoy de acuerdo con mi mujer, en cuanto al cambio que hemos experimentado en estos cinco últimos años, en lo referente al intercambio y compartir sexo, a pesar de lo limitada de nuestra experiencia, lo disfrutamos mucho más ahora. El sexo es  una forma de disfrutar de todos los sentidos, y ¿porque no disfrutarlo sin límites?

He de confesar que cuando estoy escribiendo este relato, los cuatro hemos tenido desde principios de este año, algunas nuevas experiencias con nuestro amigo Andrés, ahora somos cinco para darnos placer (una pasada). Incorporar a Andrés a nuestros “juegos”, ha sido espectacular por la novedad que ha supuesto hacerlo entre los cinco, sin límites ni tabúes.

Me gustaría relatar ese primer encuentro con detalle lo antes posible. La  lujuria y placer que sentimos todos ese día fue espectacular. Fueron muchas y variadas las escenas que protagonizamos, algunas depravadas y muy lujuriosas, rememorarlas será revivirlas otra vez.

De momento sigo contando lo que paso anteriormente en el verano pasado (2017) que fue un poco el preludio de lo que ocurriría después con Andrés.

Cuando nos levantamos Jorge e Isabel ya habían preparado el desayuno y nos estaban esperando.

Sus rostros reflejaban relajación y satisfacción, la distensión era total. Lo que había pasado la noche anterior, había servido para disfrutar abiertamente del sexo entre los cuatro de forma natural, sin limitaciones de ningún tipo, y eso se percibía en la actitud de todos. Sobre todo en Jorge, que por fin se atrevió a disfrutar de forma abierta y sin tabúes con alguien del mismo sexo, eso sí, dejando claro que su principal atracción seguían siendo las mujeres, aunque  reconocía que había disfrutado muchísimo practicando sexo abiertamente y sin discriminación, en este caso conmigo.

Isabel, siempre había estado segura de que su marido terminaría aceptando disfrutar del sexo en todas sus versiones y posibilidades. Eso por lo menos, le había comentado a Paloma confidencialmente en varias ocasiones. Sus secretos de alcoba por fin conocidos por nosotros, han confirmado lo que pensaba su mujer, solo era cuestión de tiempo. No quiso precipitar las cosas, esperaba que fuera su marido el que decidiera cuando y como hacerlo. Y la verdad, el momento y el lugar, no han podido ser mejor.

En el desayuno aprovechamos el ambiente libidinoso y de excitación que teníamos todos para cambiar impresiones sobre lo que nos gustaría hacer a lo largo del día.

Yo fui el primero en hacer el primer comentario.

― Piscina y sexo, sexo y más sexo –dije- entre risas. No hago más que pensar  en lo bien que lo pasamos anoche ¿Tú qué opinas Jorge?...

― Lo mismo que tú, ya que me he decidido a todo, hay que aprovechar  el día a tope, yo también lo pase fantástico –contesto Jorge- sin pudor

― Pues tengo pensado un par de cosas que espero te gusten, y quieras hacerlas, mejor dicho, queramos todos hacerlas –le replique.

―Por mi parte ya dije ayer lo que me gustaría probar, sé que vosotros ya lo habéis probado con Andrés, pero me gustaría probarlo yo –respondió Isabel- con una sonrisa maliciosa aludiendo a nuestra primera cita con Andrés, y revindicando su deseo.

― Ya te dije que por mi parte no había ningún problema, así que dalo por hecho –le respondí-

― Yo también hice mi petición –dijo Paloma- pero tengo más de una en la que estaremos implicados los cuatro, ahora que Jorge se ha unido al grupo de todos para uno y uno para todos.

Los comentarios nos volvieron a excitar a los cuatro. Jorge,  miro a mi mujer solicitando cierta aprobación, y  acercándose a ella comenzó a sobarle las tetas con delicadeza por encima de la camiseta, (no llevaba sujetador) metió la mano por debajo y ahora sus manos masajeaban sus pechos desnudos pasando su dedo anular alrededor del pezón, mostrando como este se erguía y se ponía duro casi al instante, la excitación de mi mujer era evidente. Le quito la camiseta  y sus pechos quedaron totalmente liberados, con unos pezones erectos en toda su extensión.

Empezó a  lamerlos  pasando la lengua a su alrededor  y succionándolos con delicadeza, acción que Paloma lejos de rechazar aprobó cogiéndole suavemente la polla, e iniciando una masturbación que le provocó una erección completa casi al instante.  A Jorge se le notaba lujurioso, con ganas de sexo desenfrenado.

Su mujer  y yo, contemplamos la escena con lujuria. Isabel se sentó en una silla desde donde se podía seguir viendo la escena que protagonizaban su marido y mi mujer.

Nos miramos excitados, y me invito a acercarme, cuando estuve a su altura, cogió mi polla y comenzó a hacerme una mamada de las suyas, su boca ardía cuando la introduje en ella, una vez dentro y en el calor de su interior, comenzó con la lengua a acariciar mi capullo, la pasaba en círculos por él, mientras observábamos como follaban su marido y mi mujer. Tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no correrme, así se lo dije. Isabel es una auténtica maestra haciendo felaciones. Además le encanta que me corra en su boca.

Paloma, arrodillada chupaba la polla de Jorge mientras ellos también nos observaban, el ambiente estaba totalmente descontrolado y al límite, el deseo y la lujuria a flor de piel. El espectáculo servido.

Jorge le pidió a mi mujer que se apoyara en la mesa de la cocina, le abrió las piernas y en esa postura comenzó a follarla desde atrás, los cuatro estábamos súper excitados. Esa escena de  Jorge follando a mi mujer me puso a tope.

Le pedí a Isabel que me dejara sentarme en la silla, para follarla en esa posición, se sentó en mi polla se la metió hasta el fondo y comenzó un sube y baja, primero lo hizo lentamente después aumento el ritmo hasta notar como sus jugos comenzaban a empaparla. Notaba como mi polla le llegaba hasta el fondo de su coño, y sus jugos la empapaban sin parar, produciendo esos sonidos característicos de un coño encharcado. Le dije que era un buen momento para realizar su deseo, entre gemidos dijo un siiiiiiiiiii… prolongado y lascivo.

Jorge y Paloma seguían follando como locos, veía como la polla de Jorge entraba en el coño de mi mujer  hasta el fondo  cuando le pedí que se acercaran para realizar el deseo de su mujer. Jorge sonrió saco su polla del coño de mi mujer y se acercó con ella empapada.

Mi mujer me miro con lujuria, y complacida se acercó con él, le encanta presenciar esa escena. Todos estábamos muy cachondos. Yo posiblemente el que más.

Se acercaron hasta la silla donde estábamos follando su mujer  y yo. Isabel había parado un momento de moverse, pero seguía sentada en mi polla frente a mí. Su marido con la polla en erección y totalmente mojada con los jugos de mi mujer se acercó, y la puso a escasos centímetros de mis labios. Su mujer miraba y disfrutaba de la escena. Con esa visión empezó a moverse suavemente otra vez.

Paloma me insto a que comenzara el espectáculo que tanto le gusta, cogí la polla de Jorge y me la introduje casi entera en la boca, mientras, su mujer al verlo, aumentaba el ritmo, su coño bajaba y subía en mi polla con frenesí. Totalmente excitado por la situación, empecé a chuparle la polla con vicio, pasando mi lengua por su capullo y lamiendo  el líquido pre seminal que salía de él. Durante varios minutos disfrute de esta acción, me la introduje casi entera en la boca, saboree su capullo y sus jugos con deleite. Su mujer fascinada y excitada por la escena no paraba de moverse, cada vez con más brío. Acerco su boca para saborear también la polla de su marido, y por unos instantes nos turnamos para darle placer. Mi  lujuria y excitación era máxima.

Les dije que estaba a punto de correrme, no aguantaría mucho más. Mire a Jorge instándole a que el también lo hiciera

Isabel cogió la polla de su marido la introdujo en mi boca, y le pidió que se corriera, yo asentí con la cabeza, comenzó a follármela, su polla entraba y salía de mi boca como si de un coño se tratara, mi lengua acariciaba apasionadamente su capullo incitándole a correrse, mientras su mujer empezaba a tener un orgasmo frenético, empecé a correrme mientras sentía como mi boca se inundaba de la corrida de Jorge, su mujer desenfrenada pasaba su lengua por la comisura de mis labios, recogiendo los pequeños restos de semen que se me escapaban por ellos. Después me beso con lujuria compartiendo conmigo parte de los fluidos de su marido.

Paloma totalmente excitada y enajenada  se masturbaba salvajemente hasta llegar al orgasmo.

Los cuatro nos habíamos corrido como burros, y habíamos cumplido uno de los deseos más ardientes de Isabel. Todavía teníamos unos cuantos deseos que realizar, que terminaríamos realizando.

Satisfechos nos dispusimos para ir a la piscina, necesitábamos un buen baño para bajar tanta calentura, y prepararnos para el día de placer que se nos presentaba. Muchas y variadas eran las escenas que queríamos realizar. Y la cosa pintaba muy bien

Estuvimos toda la mañana excitados, nos bañamos desnudos y volvimos a disfrutar de algunos momentos de alta tensión sexual, cada uno disfrutó de la pareja del otro con pasión y lujuria, provocándonos a todos un deseo irrefrenable.

Paramos para comer, queríamos aprovechar la tarde para realizar otra de las fantasías de Jorge.

Terminamos la comida y nos dispusimos para “dormir” la siesta, Paloma propuso  sin pudor que yo follara a Isabel estilo perrito, y que su marido a la vez le comiese  el coño por debajo.

La calentura era tal que  estábamos deseando follar todos con todos.

Les pedimos a Jorge e Isabel que comenzaran a hacer un sesenta y nueve, mientras mi mujer y yo hacíamos lo mismo. Jorge tumbado en el suelo le comía el coño a su mujer, y yo a su lado hacia lo mismo con la mía.

Me levante y en la misma postura que estaban acerque mi polla a su coño para penetrarla, mientras su marido la seguía comiendo e coño, se puso estilo perrito para facilitarme la penetración.

Su marido había dejado de chupar para observar desde abajo como mi polla se perdía en el coño de su mujer, de pronto note como su lengua recorría el coño de Isabel con mi polla dentro,  la saque para volvérsela a meter  y en ese momento note como mi polla entraba hasta el fondo de su boca, notando  como sus labios alcanzaban mi depilado pubis, la chupo con vicio paso su lengua en círculos por el capullo, y cuando por fin la libero, él mismo  volvió a metérsela a su mujer otra vez.

Todos estábamos  viciosos de sexo, mi mujer observaba la escena totalmente excitada, y se dispuso a participar, comenzó a chuparle la polla a Jorge mientras este seguía chupando el coño de su mujer y mi polla.

Paloma empezó a alternar la polla de Jorge con los pechos de Isabel  que gemía sin cesar con las lamidas de su marido y mi polla entrando y saliendo sin parar de su coño. Sus pezones recibían las caricias de mi mujer con suspiros entrecortados. Isabel  le pidió a Paloma poder lamer  también su coño, Paloma encantada lo puso a la altura de su boca e  Isabel comenzó a lamerlo con delicadeza y mimo.

Allí estábamos los cuatro, Jorge tumbado en el suelo comiendo el coño a su mujer  y mi polla a la vez; yo follando a Isabel estilo perrito; mientras mi mujer de pie con las piernas abiertas y su coño a la altura de la boca de Isabel recibía de esta una espectacular comida. La escena rebosante de erotismo no tenía desperdicio. Disfrutando totalmente descontrolados.

Así nos corrimos de nuevo. Inunde el coño de Isabel mientras su marido se lo seguía chupando, mi corrida fue compartida por los dos, ya que él siguió lamiendo incluso después de correrme. Y otra vez se volvieron a besar  con pasión compartiendo mis fluidos.

El resto del día fue una repetición más de todo lo que habíamos hecho, follamos todos con todos sin prejuicios. La desinhibición de ese día fue total, y sin duda el comienzo de otra forma de practicar sexo abiertamente sin discriminación de género.

Podría seguir contando cada momento de lujuria que tuvimos ese día pero como he dicho sería una repetición exhaustiva, en la que solo variarían el orden de quien lo recibiera, ya que todos probamos todo sin excepción.

A todos los que seguís mis relatos, y dejáis vuestros comentarios, muchas gracias, es un gran aliciente para seguir contando nuestras experiencias.

Unomas