Todo un sueño (3)

...ese pene felino, con las escamas encontradas, llenaba mi cuerpo con placer animal... lo quería adentro, mas adentro

Todo un sueño (3)

MUY IMPORTANTE: pasar antes al primer relato de esta serie

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Corría tras el rastro de Makisse segura de seguir el camino correcto, cuando Mefisto saltó a mi paso.

-a dónde vas preciosa?

-ehh?, epalee!!!... Pequeño, cómo estás? – me detuve casi en seco contenta por el encuentro.

Sentado en sus cuartos traseros, mostró las uñas lamiéndoselas una por una. –acá ando, gozando de una luna llena que toca en magia la noche y a sus habitantes. –contestó al tiempo que alaciaba los pelos de sus picudas orejas en linda galantería.

Mefisto era un gato enorme, flaco y estilizado con rayas negras, amarillas y rojizas que le daban un toque de trotamundos incorregible. Con puntiagudas orejas triangulares, su cola era zigzagueante consecuencia de miles de correrías que casi le cuestan la vida. Cojeaba un poco por algún pisotón, pero ello solo crecía el halo de misterio que todas veíamos en él.

-cómo estás amor?. Me preguntó untando su cuerpo al mío ronroneando provocadoramente. A su paso lamí su pelambrera para quedarme con el delicioso sabor de aventura que dejaban sus pelos en mi gusto. Él acercó su nariz a mi trasero y exhalando fuertemente, sentí su aliento cálido despertar mis ganas.

-miauuuuu, prrrr, prrr… déjame nené, ves como me prendes con solo ese roce y no te detienes a pensar

-pensar?, ¿los gatos piensan?. –como filosofando Mefisto continuó… No amor. Nosotros solo sentimos, gozamos, hacemos gatitos y más gatitos, adoramos la lechita y dormimos en dulces sueños dos tercios del día. Hacemos de la humanidad nuestros esclavos y si son merecedores de nuestra piel, algunas veces les permitimos mimarnos y acariciarnos solo unos minutos. Nuestro placer está en entregarnos cada noche… buscar crecer la población gatuna sin limite alguno y

Hube de callar al filósofo paseándole la cola por la máscara… -no me vengas con lecciones esta noche… vengo de un par de aventuras y estoy de lo mas ganosa.

  • amada Mimí, -tu siempre estás de lo mas ganosa, -no es sorpresa para nadie que jamás tendremos tu amor y fidelidad, pero todos conocemos tus habilidades y la majestuosidad de tus actos nos someten irremediablemente como lacayos a tus pasos.

-Sabes bien que solo un pensamiento y te llenamos de manjares y néctares. Mefisto hizo un gesto mostrando su aguijón de rojo intenso y lo ocultó bajo su funda inmediatamente.

-eres un cojelón insuperable, -le dije intentando abrirme paso a su entrepierna.

-tranquila amor, que estamos a media calle.

-poco me importa, hazme tuya, quiero ser tu objeto sexual justo en este momento, en este lugar, en este instante. –metiendo la cabeza bajo su vientre, pronto encontré la funda del pene y lo lamí con delicadeza, seguí mas atrás para llenarme el hocico con sus suaves bolas peludas llenas de semen que pronto explotarían en mi interior.

Los gatos, tenemos flexibilidad envidiable, mientras me hacía del sexo de mi amante, él mismo podía incrustar su nariz hasta mas allá de los bigotes por mi trasero. Su lengua áspera abría mi vulva raspándola con fuerza. Giramos y giramos maullando ruidosamente, felices por mostrar al mundo que somos los animalitos más sensuales y sexuales de la creación.

La excitación felina; los humanos la interpretan como el llanto desesperado de un bebé, se asustan con ello y se molestan, no entiendo por qué razón; si los amos (amos?). Bueno que lo piensen así… decía: Si los amos aprendieran a gritar como lo hacemos nosotras, vivirían realmente el sexo a plenitud, nada debe ser más natural que entregarse, ser penetradas y poseídas por los musculosos penes de nuestros machos. Aaahhh lo olvidaba, los hombres no tienen musculoso ningún pene, je je… esa es característica exclusiva de los felinos. Ahora les contaré:

-en que piensas amor?, no te he dicho que los felinos no pensamos?, -pareces como distraída. Mefisto metiendo un duro lengüetazo casi arranca mi vulva entre sus fauces.

-miauuuuu, auuuuaaaaahhh, aaafffffggggfff….

-vamos muñeca, te arrancaré esa vagina inflamada con solo la fuerza de mi lengua.

-fsssssrrrrrgggghhh, yyyaaaauuuuggggjjjjj,… fue todo lo que Mefisto pudo hacer cuando atrayendo el pene de su funda lo succioné con fuerza al tiempo que le incrustaba los colmillos a todo lo largo.

La lucha había comenzado, el peine del afilado lingual gatuno, rayaba la piel de Mefisto; sus colmillos se clavaban entre los labios vulvares produciendo profundos orgasmos en Mimí… Ustedes conocen los gruñidos y estruendosos maullidos de estos lindos ejemplares al hacer el amor… habrán pues del disculpar que no intente reproducirlos con letras que no tienen significado alguno para los humanos (NdelA).

Las patas entrelazaban sus uñas, algunos rasguños en la orejas incrementaban el placer de ambos, los mordiscos que se sucedían una a una en las tetillas de Mimí, rasgaban su piel en sangrantes hilos de placer que pintaban la piel de ambos. Dos cuerpos que trenzados rodaban por media calle y ninguno cedía; a cada mordisco otro le correspondía, encarnada una uña en el costado invitaba a la contraparte a dejar profundos surcos en las nalgas, lo mas cercano al ano, la piel mas sensible después del pene y la vagina en los felinos. Todo era válido lo que provocara el mayor placer era bien recibido por aquella pareja que revoloteaba en ágiles brincos y retozos a lo largo y ancho de la calle.

Era una lucha como la hacen los humanos, cambiando de posición a cada instante, ella arriba, luego él dominándola desde lo alto. Tirando Zarpazos muy cerca de la nariz, acosando los ojos, despertando los sentidos, mordiendo las sensibles orejas. Bichos entregados al máximo placer sado-masoquista que ningún humano ha podido lograr jamás.

Con felino movimiento; Mimí buscando escapar se alejó a saltos con rumbo al callejón, el mejor lugar para provocar eco y así gozar mejor con el rebote de sus propios y ruidosos maullidos. La hembra se agazapó estirando las patas delanteras, apretando las nalgas pero ofreciéndole el culo torciendo grotescamente la cola para exponerse a una deliciosa mordida o una penetrante lamida que segura, le arrancará mas gritos desde lo profundo de su ser.

Mefisto, pronto la encontró, saltando sobre ella penetró la piel con sus afilados colmillos justo en el nervio tensor inmovilizándola a su merced.

-fffssssssgggggsffffjjj ….perdonen, pero era necesaria esta intervención (NdelA)

La Gatica retorció el rabo al momento que el afilado pene le penetraba milímetro a milímetro: Hay un músculo interior en el pene felino que da movimiento vibratorio a los sexos, cuando la gata es sometida, intenta escapar por el dolor aguijoneante que le causa esa penetración que no tiene regreso; pene y vagina se acoplan con salientes que en sentido opuesto solo encadenan sus sexos, entonces el músculo interior del macho vibra transmitiendo el placer mas sublime de todos los placeres.

La hembra en completa inmovilidad desmaya por el intenso dolor del engarzamiento, mientras el macho vibra en poderosas contracciones internas garantizando con ello una fecundación segura. Viene la eyaculación y un semen de lo más caliente baña completamente las paredes vaginales. Buscando la máxima profundidad posible el macho se incrusta al limite olvidando que será imposible extraer su miembro mientras esté erecto.

El placer de la venida, acompañado del dolor por las escamas que se encuentran como arpones y flechas en sus sexos, producen esos tonos tan desagradables en los humanos al intentar el macho separarse después de la cópula y suelta el cuello de la hembra, quien instintivamente se retuerce para soltarse de aquella dolorosa penetración. Esto ocasiona la erosión de ambos sexos dejando a la gata imposibilitada para una nueva cópula por varios días… "supondrán mis amados lectores que esto asegura conocer la naturaleza del padre, asunto muy conveniente cuando las parejas felinas son tan promiscuas" (NdelA)

Contraídos por el placer y casi al desmayo por el dolor en sus sexos, los felinos se tiran lado a lado para lamerse mutuamente y llenarse de lengüetazos. Acto que los humanos habrían de practicar contrario a voltearse de espaldas y olvidarse de su pareja.

-eres de lo mas delicioso amor, -Mimí se degusta con el sabor de semen, sangre y sus propios flujos de la piel de su amado agresor.

-no amor mío, -nada me daría más permanencia que saber que de esta cópula vendrán mis descendientes y tendrán a la madre más hermosa del barrio. Mefisto lamía con suavidad cada una de las tetillas de su adorada Mimí. Tu sangre es mi sangre, mi piel ha quedado en ti, como parte de una creación que pronto hará crecer tu vientre y llenar estas tetas de dulce leche para nuestras crías.

Los felinos extasiados trepan a la seguridad de una terraza para quedar agazapados viendo brillar las estrellas mientras la luna sigue su camino dejando espacio al nuevo sol.

-sabes que pasó esta noche con Makisse?

-ehhh?

-estas durmiendo amor?, -bueno descansa dulce amado, -mas tarde te contaré de esa perrita fina