Todo un caballero

Comportarse como un caballero tiene sus ventajas...

Hola amigos. Por fin me decidí a escribir un relato y publicarlo.

Realmente lo escribí para una chica con la que empecé a tener contactos vía mail.

Voy a contarte una cosa que ayer pasó por mi mente debido a un suceso algo inesperado (perfectamente podrías ser tu la protagonista.....bueno de hecho en mi mente lo eras porque fue poco después de leer tu mail)

Cuando salí del trabajo e iba dirección del metro y pensando lo que me mandaste....y admirando a las mujeres, y no tan mujeres (tampoco niñas, no me creas un pervertido, adolescentes) que con esto del calor ya empezáis a vestiros....mmmmm ¡¡¡¡¡de que forma!!!!!!!!! y después de tanto tiempo con ropa de abrigo, pues uno empieza a deleitarse con la vista y a desarrollar la imaginación, ja ja ja.

Bueno a lo que iba, pues en esa situación calenturienta de mi mente veo una MUJER, de unos 28 años, morena (de pelo), con una cara ......mmmmmmmmm......... angelical, y vestida con una falda, a las rodillas, celeste y una blusa blanca con calados de esos que por un lado reducen la trasparencia de la tela, pero que por otro en sus agujeritos dejan ver el sostén. Si te diste cuenta puse MUJER, si en mayúsculas, por que tenia unas piernas hermosas, nada esqueléticas y bien formadas y una cinturita.....uffff que malo me pongo de recordarlo, y sí, marcaba un bonito culo , en fin se veía muy hermosa y además con unos zapatos de tacón que estilizaban su figura (debía medir 1'70 aproximadamente).

En un determinado momento, casi a mi lado dio un mal paso y medio se cayó, yo, como buen caballero :) , le di mi mano para que se incorporara, a la vez que me agachaba para recoger el maletín que llevaba. - ¿Estas bien?, ¿Te hiciste daño?

  • No, muchas gracias, solo fue un mal paso.

  • Esta bien, pero no me des las gracias, fue un placer ayudarte......

Cuando intento seguir su camino vi que cojeaba un poco, me acerque hasta ella:

  • Parece que si te quedaste un poco dolorida, déjame que te ayude. Le cogí el maletín y le ofrecí mi brazo para que se apoyase para ir a un banco próximo, ni que decir tiene que durante ese pequeño trayecto mi mente corrió como para ganar los 100 metros lisos.

Ya en el banco levante su pierna y la puse sobre las mías (en ese momento me di cuenta que llevaba unas medias extrafinas)

  • Déjame que le eche un vistazo, si te muevo el pie así ¿te duele?

  • No.

  • ¿Y así?

  • Ahhhh, si así sí

  • Parece que te has torcido bien el tobillo, espero que no sea un esquince. Es una pena que tan bonito pie se lastime.

  • Gracias, eres muy amable. Que bonita sonrisa tenia.

  • Si me permites te daré un pequeño masaje para aliviarte, yo he tenido varias torceduras y soy casi un experto

  • No te preocupes, se me pasara pronto.

  • No es molestia, es un placer haber estado en el lugar adecuado en el momento preciso.

Comencé a masajear su pie

(lo que pasó a partir de aquí ya es de mi imaginación, es decir, pasaron otras cosas pero no lo que te contaré a continuación)

Por supuesto mis intenciones eran otras. Tomé su pie por encima del tobillo y con la otra mano en sus dedos empece a hacerlo girar despacio, sin dejar de mirar sus hermosos ojos y sus hermosas piernas, que ahora, gracias a la posición, podía apreciar algo mas allá de su muslo (ummmm que ricos).

Luego con las dos manos partiendo de su tobillo fui presionando hacia arriba su pierna, hasta llegar a los gemelos, y de ahí volver a bajar siguiendo con la misma presión hasta sus dedos, pasando por el puente del pie, lo que le hizo dar un pequeño respingo. En los dedos, me dedique a apretarlos, a masajearlos.

-Espero que estos dedos tan lindos no se hayan lastimado.

  • No, pero sigue, me gusta, me esta relajando el pie

  • Claro.

Esto lo dijimos sin dejar de mirarnos y de sonreírnos.

Seguí con su pie, masajeándolo lo mejor que se me ocurría, ya me olvide del tobillo. Mi objetivo no era el tobillo, era darle placer, provocarla, excitarla. Así que me dedique a pasar mis dedos lentamente y suave por su planta, por los laterales. Masajeándolos con toda la mano de vez en cuando.

  • Toma mi otro pie, va a sentirse celoso, también el necesita tu atención.

  • Claro como no

Le tomé el pie y se lo besé.

  • Bienvenido precioso, te toca disfrutar a ti.

Con ese pie repetí lo mismo que con el anterior, yo estaba ya bastante excitado, y por la cara de ella me parecía que también estaba disfrutando más de lo que esperaba.

  • Ohhh, mira, se me rompieron las medias con el tropezón. ¡Que feas se ven ahora!.

  • Déjame que te las quite, tienes una piernas bien bonitas que no necesitan ninguna media.

Subí mis manos hasta su muslo, lo rodee con ellas. MMMMMMMMMMMM estaba terso, caliente, suave......

Esto me permitió ver sus bragas, eran negras y no se veían muy bien, pero si lo suficiente para calentarme más

Note cierto cambio en su cara al sentir el contacto de mis manos en su piel, sus labios se entreabrieron un poco y pode ver la punta de su lengua moverse un poco.

Empece a enrollar bajándola, con mis manos siempre apretando su pierna, gozando de su piel.

Que suave tienes las piernas, me encanta su tacto

  • Tu también tienes unas manos muy BUENAS.

  • Gracias

Cuando llegue a su pie, no pude resistirme a besarlo. Le estuve besando su empeine, recorriéndolo hasta sus dedos. Se los lamí, los bese, los metí en mi boca sacándolos y metiéndolos como si me follase la boca con ellos. Metí mi lengua entre los dedos mientras mi mano seguía acariciando su planta, su empeine.

MMMMMM, que rico

  • Probemos tu otra pierna.

Cuando puse mis manos sobre su otro muslo para empezar a bajarle la media, ella cerro los ojos, se mordió los labios.

Me gusta como curas mi torcedura.

  • mmmmmmmmm, curaré todos los males que tengas.

En este muslo me detuve mas tiempo antes de empezar a bajar. Acaricie suavemente con la punta de los dedos el interior del muslo, pase toda mi mano por el. lo apreté, lo goce. Subí la otra mano y lo apreté con las dos llevando mis dedos hasta rozar sus braguitas. se notaba mucho calor

Me encantan tus muslos, me gusta apretarlos, acariciarlos

-Hazlo, son para ti, haz lo que quieras con ellos. Me decía esto con la boca entreabierta, lamiéndose sus labios.

Yo me dedique un rato su muslo, también al otro. Lo recorrí entero, subí mis manos presionando desde el principio de las medias hasta sus bragas, puse una mano en cada uno de los muslos, las subí hasta sus ingles, estire su piel hacia afuera, provocando movimientos en su coño. volví a su muslo y empece a bajar su media, ya sin entretenerme mucho, quería liberarla. Si me detuve en su rodilla, la bese, la mordí.

Al doblar su pierna toco con su pie mi polla. - mmmmm, veo que no solo mis piernas necesitan un masaje. y empezó a mover su pie sobre mi bulto, a presionar mi polla, tocaba con la planta de su pie la cabeza de mi pene. yo termine de bajarle la media, sin entretenerme en su pie, no quería que dejara su masaje. que maestría, como movía los dedos sobre mi pantalón.

Mientras yo acariciaba la parte trasera de sus muslos, llegando hasta sus bragas y metiendo mis dedos debajo de ella. mmm que buen culo lo apretaba con los dedos mientras sentía sus dos pies acariciando mi pene. Subí mis manos hasta llegar al borde de sus bragas y empece a bajarlas.

ahhhhhhhh, que rica paja me esta haciendo la jodía con sus pies. Mientras bajaba sus bragas roce su coño, estaba húmedo.

mmmm, que mojadita estás.

Le deje las bragas a medio muslo y me dedique a acariciar su monte de venus. No note casi ningún pelo, estaba depilada. Lo que me facilitaba acariciar sus labios, pase mi mano por todo su coño, dejando que mi dedo corazón se cuele entre sus labios, empapándose de sus jugos. Le abrí mas los labios y pude pasar todos mis dedos por ese manjar, eso le encanto, empezó a presionar mas fuerte mi polla. Se inclino un poco y me bajo la cremallera de mi pantalón, metió la mano y saco mi polla dura y tiesa de su cárcel

Creo que necesitaba salir de su prisión. Tienes el glande bien gordo.

Mientras me decía esto apretó mi polla con su mano. Solo un apretón, porque volvió a poner sus pies desnudos sobre mi pene, acariciándolo ahora directamente cogiéndolo con los dos pies y bajando mi piel, pasando su dedo gordo por mi capullo, mojándolo de mi liquido preseminal para luego recorrer nuevamente toda mi polla. Movía despacio sus pies, apretando, luego sin apretar mucho, pero haciendo cada movimiento lentamente, eterno. Yo ya tenia un dedo dentro de su coño, follándola, moviéndolo en círculos dentro de el, doblándolo para acariciar cada parte del interior de su coño.Mi mano estaba empapada de sus jugos. Con mi dedo pulgar acariciaba su clítoris. Me encanta oír sus gemidos, eso me hace excitarme más, aumentar mi ritmo sobre su coño, lo que provoca que apriete sus labios, sus piernas y su presión sobre mi polla. No se cuanto podrá aguantar.

No pares, vas a hacer que me corra......mmmmmm

  • Hazlo, córrete, llena mis pies con tu leche.......yo también voy a correrme si

sigues así...mmmmm

Metí otro dedo en su coño y empece a doblar y estirar los dos juntos, estimulando el punto g, eso creo, a la vez que frotaba su clítoris. Sus pies se movían deprisa sobre mi polla y me hizo correr en un orgasmos delicioso, mojando sus pies, incluso alcanzando su pierna. Mi estremecimiento hizo que mis dedos presionasen mas fuerte su coño lo que le provocó una corrida que me dejo la mano deliciosamente empapada de sus jugos.

mmmm que rico, pero ahora tengo mi polla llena de semen y no quiero mancharme el traje.

  • No te preocupes amor.....yo me encargo.

Y fue directa a meterse mi polla en su boca, recogiendo cada gota de mi semen, pasando su lengua por mi capullo, chupando hasta sacarme la ultima gota, le dio un beso y la metió dentro de mis calzoncillos, subió la cremallera.

Hasta otra, deliciosa.

Luego paso sus dedos por sus pies recogiendo el semen que había en ellos y se chupo los dedos mirándome lasciva. Se subió las bragas y se acerco a mi cara. Nos besamos. Sentí su lengua recorrer mis labios, mis dientes hasta que encontró mi lengua, fue maravilloso sentir su lengua, sentir la presión de sus labios en los míos.

Gracias por el masaje, estuvo delicioso. Llámame.

Y diciendo esto me dio nuevamente un beso y metió en mi bolsillo su tarjeta.

Por supuesto que la llamare. Pero eso te lo contare en otra historia.

Espero vuestros comentarios para animarme a escribir más, siempre es más fácil si sabes que gustan, gracias.

Un beso.