Todo sobre mi madre - P2
El punto de vista de la jóven Sara en cuánto a la nueva vida de su preciosa madre.
Habían pasado dos semanas desde que por casualidad pillara a mi madre en brazos de su amiga Nadia, en mi habitación mientras yo estaba estudiando.
Tenía miedo y sentía rechazo hacia esta nueva situación y había perdido todo el respeto que me tenía a mi madre. No se muy bien si era por estar con ella era lo que de verdad me molestaba. A lo mejor no me gustaba verla tan sumisa y tan dependiente de alguien. Con el tiempo Maria me miraba como si yo no fuera de comprenderla y se sentía decepcionada. Habíamos tenido una conversación tensa al día siguiente de aquel fatídico día. Nadia había aprovechado la oportunidad y se había mudado directamente el mismo día. Ya no tenían que fingir y desataron felicidad sexual donde iban. Por alguna razón les importaba mi consentimiento pero yo sospechaba que igualmente estarían haciendo de las suyas. Ahora dormían juntas y hacían su vida de pareja como si no fuera la primera experiencia lésbica de mi madre. Ahora veía las pelis abrazado a ella y no conmigo. Y era imposible quedarme porque parecían adolescentes, acababan follando en el mismo sofá delante de mi si no me iba.
Me sorprendió también la el cambio en la manera de vestir de Nadia. Ya no se ponía esos vestidos de verano enormes que le hacían parecer una carpa fea si no vestía más como el hombre de la casa. Yo tenía que pensar en cuidar a mi madre a pesar de todo. Y me preocupaba si la cosa se les iba de las manos alguna vez y si en la cama nadia les había daño poniéndose encima de ella. Pero parecía que esos juegos de sado y bondage le gustaban a Maria. Compraron un montón de artilugios que pensaba que eran para hacer ejercicio. ( a nadia le hacía mucha falta) pero eran máquinas sexuales. Para atar a mi madre y para darle duro con el maldito látigo. No podía dormir escuchando como nadia insultaba a mi madre. Pegándola y follandosela con fuerza. Ella gritaba, gemia y se volvía loca de placer. Llevaban dos semanas teniendo sexo todo día qur estaban en casa juntas. Y yo sospecho que fuera hacían lo mismo.
Pronto la situación se volvió casi aceptable para mi. Incluso en algún momento de las folladas qur oía llegué a tocarme y empecé a espiarlas mientras fallaban. Las observaba en la sala de estar mientras nadia siempre tenía una mano sobre el culo de mi madre y veía que siempre jugaban con las lenguas. Eso hacia que mi madre se volviese loca de placer y acababa comiéndole las tetas a nadia delante de mi, mientras ella me sonreía con dulzura. Me ponía cachonda y quería algo así en mi vida. La relación de ellas me hacía desear estar con alguna mujer que fuera tan apasionada conmigo.
Un lunes después de clase mi madre me intento explicar que la cosa iba en serio y estaba realmente enamorada de nadia, me explicó esto mientras nadia la abrazaba desde atrás y le daba besitos en la mejilla y le estrujaba las tetas por detrás. Una visión desconcertante de los grandes pechos de Maria agarrados con esas manos gordas. Yo me estaba poniendo cachonda y a mi madre le costaba hablar. Siguió diciéndome que se querían y que tenían una noticia que darme. Primero, que Nadia iba a mudarse a que viviesen juntas, pero antes querían casarse.
Por un momento dejé de fantasear y me caí e la cuenta de lo que habían dicho. Nadie quería asegurarse de que ahora que mi madre estaba desatada en su sexualidad no se iría con alguien más interesante. Alguien más de su estilo. Alguien que estuviese buena como mi madre.
Le supliqué que no se casara con ella. Que la libertad tenía un precio y que no hacía falta que se casarán si vivían juntas. En ese momento nadia dejo de sobar a mi querida madre y se sento en frente mía. Y hizo que Maria se le sentarse en las rodillas. Me miró y después de un beso que se dieron ella me explicó que era una persona tradicional y quería formalizar su amor hacia mi madre y así serían felices para siempre. Yo abatida le miré y solo vi determinación en su mirada. Pero había algo más. Quizás preocupación.
En seguida siguió hablando. Al parecer su familia tenía que dar visto bueno a mi madre y a mi. Y toda su familia vendría a vernos. Y también dijo que no les gustaría que yo fuese la hija de mi madre así que iban a decirles que yo era la amante de Nadia. Según parece en su cultura la mujer que se casaba con otra tenía que buscarse una amante más joven para así la relación durase más. Mi madre asistía en silencio y yo anonadada me había convertido en la amante de la prometida de mi madre. Nadia seguía hablando, dijo casi con desprecio que había algo más. Los miembros importantes de su familia tendrían que probar a mi madre... Para asegurarse de que era la idónea para dar placer a nadia en el futuro ya como su mujer.
Perdí toda la esperanza al ver que mi madre reaccionaba asintiendo en silencio otra vez más. Nadia parecía molesta de verdad. Que iba a pasar? Como podría ser cierto? No era suficiente que esa gorda maloliente poseyera a mi madre cada día en todos los rincones de la casa? Ahora sus padres y sus hermanos tendrían que probar a follarse a mi dulce y ingenua madre para asegurarse de que era buena. Les había tocado la lotería. Iban a tener es sus manos a una mujer increíble, que parecía salida de una buena peli porno.
Me di cuenta que no podría hacer nada al respcto pero al menos iba a vigilarla de cerca, asegurándome de que no le hacían daño.
Habían pasado algunos días cuando al llegar a casa oí ruido y al entrar vi bastante gente el salón estaba cambiado y había gente que no conocía de nada. Nadia me llamo y fui a verla. Me dijo que tenía que quedarme con ella y ninguna de las dos podría participar. En el salón había puestas una sillas en círculo y Nadia me susurraba los detalles de lo que iba a pasar. Le supliqué que la salvara de aquello si de verdad la amaba. Su mirada se torno triste y resignada me dijo que para ella sería mucho peor que para mi.
La familia de Nadia componía de cuatro hombres y dos chicos jóvenes aparte de las ocho mujeres que había. Los hombres eran los tíos de Nadia y su padre y su abuelo. Se sentaron en las sillas y el padre hizo una seña a los chicos. Ellos salieron y trajeron el colchón que había en la habitación contigua. Después trajeron a mi madre. Llevaba antifaz y la guiaban hacia el círculo. Estaba totalmente desnuda. Al verla las mujeres que observaban sentadas detrás hicieron comentarios sobre su cuerpo. Una hasta quiso tocarle las tetas. El hombre asintió y la madre de Nadia agarró las tetas de mi madre. Las estrujaba y después empezó a chuparle los pezonas y besarla mientras la estrechan entre sus brazos. Ella iba vestida y mi madre estaba desnuda y se hacía raro ver todo eso. Empezaron a morrear mientras los hombre se quitaban la ropa y las mujeres del sofá se metían mano y se desnudaron entre ellas. Pronto las únicas vestidas quedamos yo y nadia.
Estábamos sentadas juntas con nadia acariciandole el culo y susurrandome en la oreja lo que significaba cada cosa. La madre de Nadia no dejaba de morrear a mi madre, ahora se metía la mano en la entrepierna acariciandole el coño cubierto de una considerable mata rubia. María gemia y se debatía. Lanzaba alaridos de placer pero la otra mujer no la soltaba. De repente la puso a cuatro patas y le metió la lengua en el culo. Las otras mujeres empezaron a gritar de sorpresa y jadearon. A ellas no se les permita tocar esa diosa de pechos enormes y piel de mármol. La madre de Nadia se desnudó rápidamente y se lanzó a por el cuerpo de mi madre. Rodaron en la cama improvisada y parecía que luchaban. Aunque la mujer no llegaba a ser tan alta como mi madre y parecía más bien una niña a su lado. De repente la agarró fuerte de la melena rubia y le dio un fuerte puñetazo en la teta derecha. Mi madre gritó y Nadia hizo un ademán de ayudarla pero se conformó con mirarme y apretarme la mano. Mientras las mujeres desnudas del sofá se habían entregado al placer salvaje. Eran siete mujeres mayores y alguna chica joven. Supongo que algunas primas de Nadia. Se mordian las tetas. Se basaban entre tres o cuatro y las otras se comían los coños haciendo un glorioso 69. Había mucho ruido en casa.
Los chicos jóvenes se paseaban con los pantalones en las rodillas. La madre de Nadia seguía pegando a Maria. Hasta que ella se empezó a resistir y taparse las tetas que se habían puesto rojas. La señora la puso a cuatro patas sin soltarle el pelo y empezó a azotarla gritandole que podría volver a poseerla cuando quisiera. Las dos empezaron sudar. El pelo de mi madre seguía hecho un desastre en las manos de la mujer que ahora le comía el culo con la lengua bien profundo. En ese momento la agarró del pelo y la llevó a círculo de los hombre mientras le daba el último beso. Los hombre se levantaron y pusieron sus pollas tiesas alrededor de la cara de mi madre. El pelo rubio le caía por la espalda, sudaba y jadeaba. En seguida se metió la polla en la boca mientras cogió lad otras dos con las manos y empezó a pajearles. Mi madre era una buena chapadora al parecer. Lamia toda la polla con energía y paseaba las otras dos con ganas. El abuelo a quien estaba chupandosela ella, se la sacó y empezó a ponérsela en la frente hasta que se corrió. Rápidamente se la volvió a meter y se corrió hasta la última gota dentro de ella. El abuelo miró a mi madre y le dio una bofetada tremenda. Haciéndola caer de espaldas. Las mujeres se rieron con ganas y aplaudieron. El siguiente fue el padre de Nadia que la cogió con cariño y la llevo tranquilamente hasta la cama. Después se pusó encima de ella y le hizo el amor en movimientos lentos pero con golpes de cadera que hacían a mi madre poner los ojos en blanco. Se corrió dentro de ella y se despidió con un largo beso, mi madre le correspondió y se abrazaron besándose. Parecía una escena de unos amantes entregados al amor si no fuera porque era su suegro el que todavía seguía con la polla dentro de ella mientras se basaban.
Los últimos dos eran los tios de Nadia. Mi madre seguía en la cama sudada y sofocada de tanto follar. La obligaron a levantarse y cogiéndole del pelo le hicieron chupar sus pollas por turnos. Así estuvo un rato maría, esperando que se corrieran de una vez. Pero tardaban mucho. Uno de los tíos la levanto y la llevo a la cama. Se tumbó y se puso a mi madre encima. Empezaron a follar rápidamente y el hombre le cogió del culo y le separó los cachetes del culo con las manos. Antes de que ella pudiera reaccionar el otro tío la empezó a montar haciéndole una doble penetracion mientras ella empezó a pedir ayuda a nadia. Le hacían daño y se notaba. Nadia se envaró en la silla pero se compuso y me miró evitándola a ella. Las mujeres se acercaron a mi madre que seguía en medio de una doble penetración frenética. La empezaron a tocar y algunas le arrastraban del pelo y otras le insultaban llamándola de todo. Los tíos de Nadia trabajaban en silencio y brutalmente, castigando los agujeros de mi madre sin parar ni frenar el ritmo. Mi madre estaba fuera de si. Se movía con las embestidas y los tirones del pelo. Las tetas se le movían de arriba abajo y de lado a lado. Los tíos la levantaro y la pusieron en el suelo mientras se corrían en su cara. Los dos a la vez llenandola de semana. Entonces empezaron a golpearla con fuerza. Mi madre cayó y intento protegerse. Las mujeres le gritaban y le empezaro a dar patadas hasta que se desmayó en el suelo. Desnuda y sudada aquella mujer no parecía mi madre. Nadia se levantó y fue a cuidarla. La llevo al baño y después a la cama. El padre de Nadia me sobrio y me dijo que tenía una para mi si quería señalándome a la prima de Nadia. Una chica con malicia en los ojos y muy parecida a nadia físicamente.
Me fuí del salón a ver a mi madre y a nadia. Entrée a verlas y las ví. Nadia se desnudó y se acostaron juntas. La abrazó haciendo una cuchara y le daba besos en las heridas y le susurraba que la protegería y que todo iría bien.
La sonrisa de mi madre y el beso que intercambiaron fue lo último que ví antes de dejarlas solas.