Todo sirve cuando hay tanta necesidad de coger

Soy muy caliente y como estuve enfermo y guarde cama uno dias fue tanta la necesidad de coger que tuve que aceptar la terrible oferta de mi amigo "El Chuleta"

ESTABA MUY CALIENTE TENIA NECESIDAD DE COGER

Hay varias cosas que necesito hacer con frecuencia en mi vida: Recorrer la playa en un día lindo, andar en auto, ver una película antes de acostarme y cogerme una mina que esté buena.

El problema es que había estado engripado y tuve que guardar cama. Como no tengo novia fija no tuve minita y cuando pasó la fiebre y pude salir tenia unas ganas de coger que no me bancaba.

Salí por el barrio y me encontré con "El Chuleta" un amigo bien parecido, robusto, ojos claros, albino y muy buen compañero, quien burlándose de mi me preguntó ¿Estas buscando algún gato? (Para quienes son de otros países, un gato es una mujer espantosa que no está para nadie y a quien se acude solo en caso de mucha necesidad.

La verdad que si le conteste, estuve off, tengo mucha hambre y cualquier cosa vendría bien. ¿Tenes alguno?

Suena a desesperación de la buen me dijo Chuleta, ¿que te pasó? Y luego que le conté dijo que podría tener algo. "Ando con una flaca muy calentona, tal vez si le meto el cambiazo tenga problemas, pero si la trabajamos bien creo que te la podes montar.

¿Y que esperamos le dije yo? Bueno dijo Chuleta, tendríamos que pasar por la camioneta de mi tío porque la mina es muy gomera, vos tendrías que meterte en la caja y taparte con una cobija para que no te vea, la llevamos al mueble, vos nos seguís y cuando esté excitada igual se mete un palo de escoba para conformarse.

La sola idea de esconderme en la camioneta para cogerme la mina ya me hizo parar el nabo, así que acepté la propuesta de Chuleta y le dije que lo haríamos,

pero yá.

El tío del Chuleta no tuvo problemas en prestar la camioneta porque le prometimos que se la íbamos a devolver lavada, encerada y con el tanque lleno de nafta. (era un viejo iluso). Pasamos por mi casa y recogí una cobija, me acomodé en la caja de la camioneta y fuimos a buscar a Berta.

El viaje era bastante incomodo, pero me entretenía imaginándome como sería la tal Berta, que no sabía si era flaca, gorda, blanca, negra, rubia o morocha. Igual teniendo concha todo me servía, pero me preguntaba como iba a reaccionar cuando se viera con dos hombres desnudos.

De pronto la camioneta se detuvo y Chuleta vociferó "Berta vamos por un paseo" Ella dijo que no podía porque buruburuburu y sentía como la camioneta se movía cuando el Chuleta se bajó para convencerla de subir.

Me asomé un poquito por debajo de la cobija y pude verla a la mina. Era una flaca esquelética media parda con unas piernas horrorosas, bastante mal vestida pero con unas mamarias que no parecían de ese cuerpo por lo abultadas. Era un auténtico gato pero con dos buenos melones. Pensé que me los iba a chupar y mi pija se puso dura.

Aparentemente Berta dijo que no quería subir pero Chuleta sabía como convencerla. La apretó contra el, le apretó el culo con una de sus manos y la abrazó llevándola hacia la camioneta y la mina se calentó y aceptó subir. Seguramente se acordó de algunos buenos pijazos que le encajó el Chuleta anteriormente.

Ya estábamos en camino al mueble y yo saboreando el momento en que iba a cogerme al gato, que era asqueroso pero me iba a hacer muy bien.

La camioneta se detuvo en el mueble y la parejita bajó mientras yo por debajo de la cobija escuchaba la conversación con el empleado del mueble. "Umm así que son dos y ustedes son de mucho coger así que van a estar varias horas, de modo que vas a tener que pagar 200 pesos." "¿Estas seguro que no tenes escondido a ninguno de tus amigotes en la camioneta, porque en ese caso el precio es mayor?"

Cuando dijo eso me congelé pensando que el tipo iba a levantar la frazada, pero para mi suerte Berta se ofendió salado y empezó a decirle "que que clase de tipa se creía que era ella, que como se iba a acostar con dos hombres a la vez " y seguido le metió unos cuantos gritos más, a lo cual el administrador del mueble se volvió hacia ella y mirándola le dijo "Está bien, es una estupidez mía pensar que vos vas a conseguir que te cojan dos hombres a la vez"

Esto motivó que Berta tratara de golpearlo en la espalda con todas sus fuerzas, lo cual el Chuleta le impidió amarrándola de un brazo y metiéndola dentro de una de las piezas.

Yo me quedé un rato escondido en la camioneta por si el administrador estaba afuera cuidando, pero lentamente empezé a desprenderme de la cobija y cuando vi que no había moros en la costa me fui caminando rápidamente hacia la pieza que seguramente tenía la puerta abierta para que yo pudiera entrar.

El Chuleta ya estaba en pelotas y tenía la mina toda desnuda en la cama, gimiendo y gritando mientras le chupaba la concha, por lo cual ni se dieron cuenta cuando entré.

Con esa música de fondo me saqué mi ropa mientras mi fija se paraba cada vez más y mis huevos me empezaban a doler de la excitación. Tenía que entrar en escena y ser aceptado por Berta que por lo dicho no aprobaba los tríos. Levanté primero mi cabeza y observé que Berta estaba ya encima del Chuleta que se la tenía totalmente enterrada en la vagina. Ella gritaba "Siii asiii, quiero más, dejame cogerte".

Había un problema y es que el Chuleta en esa posición no podía safarse para perdérmela y tampoco era el momento y lugar oportuno para presentaciones. Así que hubo que actuar de acuerdo a las circunstancias, por lo cual yo me metí en la cama por detrás de Berta y la abracé de golpe empujándola contra el Chuleta a la vez que le agarré fuertemente las tetas.

Berta lanzó una exclamación de sorpresa y volteó su cabeza para ver quien la estaba agarrando por atrás. Era horrorosa de cara, lo que me excitó aún más al pensar el gato que me iba a coger. Abrió su boca por el asombro y le planté un beso en la boca que no la solté.

Al principio pareció reaccionar frenándose, pero el Chuleta arremetió con su pene y yo aumenté el masajeo de sus tetas y le chupe todo lo que tenía en la boca llevándome conmigo su lengua y su calentura volvió a aumentar.

Pronto Berta quedó en una posición que se ve con frecuencia en algunas películas porno. Sentada sobre su primer hombro, sujeta y masajeada por el segundo y exponiendo al aire su precioso ano.

Yo no tenía intenciones de demorarme. Le solté una de las tetas, metí la mano entre su concha y la pija del Chuleta para recoger lubricante y le metí un dedo en el culo.

"Nooo el culo no me lo toca nadie, soy virgen de allí degenerados". Pero no importó, el Chuleta siguió prestándole su serrucho para que se sentara bien en su cotorra, yo me la chuponeaba en boca, le masajeaba las tetas con una mano y le acariciaba el esfínter con el dedo de la otra mano que había soltado, a la vez que le refregaba mi pija en su espalda.

Luego cambio el rotundo no por un "quien sos" y otras pavadas más, mientras se veía que su calentura era cada vez mayor, que lo estaba pasando bomba y que quería que la cogida siguiera.

Cuando estuve seguro que el dedito le encantaba paré de revolver y le pregunté "De veras querés que te lo saque", "Noo, seguí contestó ella". Fue entonces que me dediqué a lubricar ahora mi pija con los jugos de ellos para que Berta pudiera aguantar lo que le iba a clavar en el culo.

Cuando tenía la pija bien lubricada, retiré el dedo y la muy tarada protestó. Enseguida empezé a sustituirlo por la cabeza del pene. Era de un grosor diferente y dijo "Ayyy eso no lo aguanto" y entonces se lo clavé de una para que no siguiera marraneando. Se lo enterré todo y me quedé quieto aunque siempre masajeándole las tetas y chuponeandola toda.

"Sacamelo" pidió, pero yo le dije que ya había entrado todo y que en unos momentos no le iba a doler más, ella se calmó y yo seguí con los chupones y los masajes en las tetas.

Al rato era hora de terminar la faena, así que para excitarla más la hice voltear un poco hacia mí, siempre con las dos pijas paradas y le empezé a chupar y morder las tetas.

Cuando la tenía en el máximo de la calentura empezé a bombear yo también. Primero despacio y luego que no se quejó, cada vez más fuerte.

Seguimos en esa un rato más, hasta que de pronto el Chuleta balbuceó yo no aguanto más, voy a acabar y Berta contestó acaben los dos porque me van a matar.

Ordenes son órdenes y me lancé con todo. Mis estocadas eran cada vez más fuertes y profundas y del placer que me producían me dolía la pija, así que de pronto exploté en un chorro de leche bañandole el culo a Berta casi al mismo tiempo que Chuleta le vació lo suyo en la concha.

Estábamos todos recansados y satisfechos y Berta empezó a luchar para estirar sus piernas poniéndolas paralelas a las del Chuleta y las mías y al lograrlos los tres nos quedamos profundamente dormidos.

Me gustaría saber que les pareció el relato.

El Ansia