Todo queda en familia
Así fue nuestra primera experiencia con otro chico dentro de nuestra relación, pero... el otro era...su primo.
Me llamó por teléfono, me dijo que ya estaba en el hotel, me dio el nº de habitación
eran las 9,30 aproximadamente.
Me puse nervioso, cogí mis cosas y me fui corriendo a su encuentro...pero se me olvidó algo en casa.
Llego al hotel, subo a su habitación y estaba duchándose, me abrió la puerta todo enjabonado. Nos saludamos y volvió a la ducha. Me dijo que entrara en el baño y empezó a sacar consoladores de la ducha, dijo que los fuera lavando, higiene ante todo.
"¿Qué pasa primo como estás?"
"Pues duchándome, ¿no ves?". Reímos... El nerviosismo que me atenazaba un poco y eso me valió para soltarme un poquito, no mucho bien es cierto, pero la situación parecía menos tensa de lo que imaginaba en un principio. Para él era algo normal, ya tenía experiencia en este tipo de cosas, pero para mí... Dios es la primera vez y encima con mi primo, increíble, no se puede describir fielmente con palabras lo que sentía mi cuerpo, era una mezcla de excitación y acongoje impresionante. Una mezcla explosiva.
"De momento ves lavando el material".
me que alucinado con todo lo que trajo para nuestros juegos posteriores. Intentaré describir todo lo que trajo, que no fue poco.
Consolador enorme, de latex natural de unos 25 cm de largo y gordísimo, mi mano no abarcaba todo su diámetro.
Consolador metálico de unos 25 cm de largo con una agarradero en su parte final. Tenía un tacto impresionante.
Plug anal de tamaño medio de color rojo.
Una especie de porra de goma con forma fálica en una parte y curvada por la otra con forma final de perita. Supongo que para meter una parte por el coño y la otra por el culo a la vez.
Consolador con estrías en forma espiral, simulando el pene de los cerdos, pero de un calibre bastante considerable.
Dos bolitas anales o vaginales de color rojo con estrías y cordón.
Después de lavarlos, tocarlos, manosearlos, mi excitación empezó a subir, pero atenazada por los nervios.
Mientras lavaba todo el supermaterial que trajo me contó que estaba muy contento de que hubiese pensado en él para esta historia. A mí sólo me quedó, no por menos, que los agradecidos éramos nosotros.
Terminé de lavarlos y él salió de la ducha. Me fijé en su cuerpo como no lo había hecho nunca antes. Buen cuerpo, atlético, pero su polla me resultó extraña, sería por que estaba operado. Yo estaba un poco excitado, no mucho, pero algo empalmado si que estaba.
Sequé el material y lo coloqué encima de una toallita en el cajón de la mesilla de noche. Después de hablar un poco de lo divino y de lo humano mi polla empezó a ponerse algo flácida... mi nerviosismo me estaba atenazando. Me Tranquilizó diciendo que no me preocupara que para todo hay solución y así lo hice.
Me dio a tomar unas vitaminas y me las tomé.
"¿Qué me pongo de calzoncillos, un tanga?"
"Sí, seguro que gustará"
Se terminó de vestir. Me invitó a una raya de coca, yo al principio un poco reacio, no quería pero... la tomé. así que entre unas cosa y otras...me puse fino.
le dije que nosotros también teníamos material utilizable esa noche y que tendríamos que ir a recogerlo. Así que salimos del hotel, cogimos el coche y nos pusimos en marcha.
el atasco a la salida del hotel era monumental, estábamos en ferias pero nos daba igual, le puse Carmina Burana a tope y flipamos por el camino. Estuvimos comentando que la música era algo que nos hace sentir, que cuando se practica el sexo con música y si sé es capaz de concentrarse de tal manera que dejas entrar la música en ti y lo utilizas para el sexo... es una sensación única.
Ya llegando a nuestro destino tocó poner milladorio y volvimos a alucinar. La música la pusimos a todo trapo como los macarras, pero con otro tipo de música, la gente nos miraba y sonreía. Estábamos excitados mentalmente.
De vez en cuando me tocaba la polla para ver mí reacción y... deprimente: volvió a decirme que no me preocupara que eso era normal. Sin problemas.
Llegamos. Le enseño la zona donde hacemos prácticas sexuales, le enseñé las sillas y la mesa folladora y las reconoció ipsofacto, pues recordaba con toda exactitud las fotos que había visto nuestras en situaciones algo comprometidas.
De momento me daba un poco de corte tocarle yo, así que no nos erollamos más y cogimos el material guardado para la ocasión y nos fuimos. Este material era:
Unos empapdores
Toallitas húmedas
Un pañuelo grande
Tres benjamines de cava
Mantequilla salada.
Le dije que tenía la boca reseca y que teníamos que tomar algo en bar cercano. Fuimos y nos tomamos, yo una cerveza y él una cerveza y dos donuts.
En el bar, hay un camarero amanerado, le hizo mucha gracia, ya que el tipo es muy gracioso y no se corta un pelo, nos reímos y nos fuimos, por el camino de vuelta al coche le conté más sobre él camarero y se rió más.
De ahí nos fuimos a la farmacia 24 h, pues te teníamos que comprar preservativos ya que sólo le quedaban dos. Compró unos con estrías que a las tías, según el, os vuelven locas. No puedo decir nada al respecto, pues ni los vi en toda la noche.
Por el camino se me olvidó que tenía los dvds que le prometí en casa y cargándome de valor me fui a casa... y él conmigo. Entré en el parking y el se quedó entro del coche esperando. Subí, ella estaba despierta, me inventé un cuento bastante creíble, cogí los discos y bajé de nuevo al parking.
Cuando llego al coche tenía puesto los sabandeños. De camino para el hotel, te llamamos y no estabas, aún no habías salido de donde habías quedado con los compañeros del trabajo.
De vuelta la hotel e inmersos en el atasco empezó a sonar "Alfosina y el mar", me dijo que si podía cantar, a lo que le contesté que no solo podía hacerlo sino que debía hacerlo. El cabrón que bien canta, los pelos de gallina me puso. En ese momento se me ocurrió que te la tenía que cantar a ti cuando fuéramos a recogerte.
ya en el hotel dejamos todo y te volvimos a llamar, estabas llegando, el momento del encuentro se acercaba y nos fuimos a esperarte.
Allí, un poco más relajados de todo el ajetreo anterior empezamos a hablar de todo esto, de que ya hubiera querido él que la primera vez le hubiese pasado lo que nos va a pasar a nosotros.
Mi nerviosismo aumentaba viendo que mi polla no reaccionaba .Me tranquilizó. Me contaba historias que le han sucedido en los clubs de intercambio. Estuvimos hablando de su niña y de lo que hace con ella, dijo que incluso casi le ha llegado a meter el puño en el culo, que es una sumisa.
El ha estado con tías muy buenas y otras no tanto, de todo pero lo que le gusta es los clubs esos pues allí si puede chillar. En los hoteles se corta por si le llaman la atención.
Después de un buen rato hablando de lo divino y de lo humano te volvimos a llamar... dices que vienes de camino...así que mis nervios son mayores.
Arranco el coche, nos acercamos lo mas posible... te veo llegar y mi polla empieza a reaccionar, estupendo, creía que iba a ser un problema mi falta de reacción.
Te acercas a mí y me besas en los labios la polla resurge, su trabajo está a punto de comenzar y lo sabe.
le besas a él en los labios... Dios, me gusta verlo, increíble, me gusta ver como le besas, como te besa el a ti, como te abraza, como le dejas que lo haga, me estoy empalmando solo de pensarlo. Te agarra de tal forma que no quiere soltarte, yo me pongo delante de ti para que nos sientas a los dos. Mi polla en tu culo, la suya en tu coño, vestidos, pero sintiéndonos desnudos.
¿Qué sentiste?
El juego empezaba ya.
Estábamos esperando y llevábamos tiempo hablando y al estar juntos los tres por primera vez, empecé a notar que mi polla se endurecía.
En el coche, cuando te dio marihuana para que la masticaras, te la metió en la boca, vi como chupaste sus dedos, me estibáis poniendo muy caliente.
De camino al hotel no dio tiempo a poner alfonsina para que la cantara, qué pena
Hubiera gustado que le hubieses oído cantar, pero... claro, ante que el cante y que te agacharas a mi bragueta me soltaras la polla y te la metieras en la boca mientras el miraba... ¿quién se iba a acordar que tenía que cantar?.
Cuando llegamos al hotel, nosotros subimos primero, mientras él pedía la llave al conserje. Se acercó a ti y empezó con toqueteos por los pasillos, ¡¡qué bueno!!.
Yo, él, tú todos éramos uno sólo, así lo sentí.
Entramos en la habitación y parecíamos unos animales en celo, deseosos de probar toda la carne que pudiéramos, como si se fuera a acabar. Me bajé los pantalones para romper el hielo de la desnudez mientras él te tocaba el culo y te sobaba.
Me gustó como nos dejó hacer al principio, te agachaste a comerme la polla mientras él se colocaba sin dejar de tocar tu cuerpazo. Luego me encantó como siguió metiéndonos en el papel que tendríamos que jugar cada uno.
Nos desnudamos y nos fuimos a la cama. Yo quería empezar a follarte para que la polla se pusiese a tono pero mis nervios me atenazaban un poco todavía. Entonces, tras un rato, fue cuando me dio la viagra. El efecto lo noté pronto a los 10 minutos aproximadamente. La verdad es que merece la pena. Es cara, pero... ¿podríamos tasar de alguna manera el valor económico de esa noche?.
Para romper el hielo, empecé a follarte, te tumbé en la cama, nunca te había follado antes en la postura del misionero... y que rar se me hizo penetrate así. La verdad que esa postura está muy manida, pero entre nosotros fue nueva y la sensación fue especialmente grata, notar mi cuerpo como aprisionaba el tuyo y tú dejándome hacer.
Al ratito cambiamos de posición, pues necesitabas tener la cabeza libre para dedicarte a la polla de él. Yo observando esa situación, era nueva para mí, y me excitó, viendo como le comías la polla de la misma forma que me lo habías hecho a mí tantas y tantas veces. Pasé la prueba de fuego, me gustó ver como le besabas, me gustó ver como le hacías un felación. De ahí a que me apeteciera ver como te follaba sólo quedaba un paso, el definitivo y estaba por llegar.
Me arrodillé en la cama para tener mejor posición de penetración y visual. En ese momento tenía que tocar su cuerpo, me apetecía hacerlo. Le toqué las tetas, acariciando sus pezones, pellizcándolos suavemente al principio para subir de intensidad a la ver que mi excitación era mayor.
Él sacó la polla de tu boca y se fue a recoger algo que tenía guardado, mientras nosotros seguíamos a nuestra faena. Sacó un botecito pequeño, lo abrió y nos dijo que inhaláramos durante un segundo. Dios de mi vida, que sensación tan fuerte, sentí como me subía la sangre a la cabeza, me sentí fusionado a tu cuerpo, éramos un solo cuerpo, mis movimientos copulares se igualaron a los tuyos, estaba sentado encima de una nube de placer. Luego nos dijo que era "popper" lo que nos dio a oler.
Saqué mi polla de tu sexo y me colocaste en el borde de la cama de rodillas, tu estabas de pié, enfrente mío y empezaste a hacer una felación. Dejaste que tu culito estuviera en pompa enseñándole a él que necesitabas ser follada. No hubo que decir nada, pues él se acercó a tu espalda, te agarró las caderas y con sigilosidad empezó a meterte la polla en tu coño, ya bastante húmedo. Noté su primera embestida, pues casi te atragantas de lo dentro que noté mi polla en tu garganta.
Gemiste, estabas alucinando, yo no me creía que eso me excitaría aún más que lo que ya habíamos hecho, pero fue así. Me chupabas al ritmo que él te empujaba, éramos un engranaje perfectamente engrasado. Así estuvimos un buen rato, pero había que cambiar de posición.
Yo estaba realmente excitado, mi miembro no paraba de latir y quería más morbo, la cabeza quería más de todo, ¿qué se nos ocurriría ahora?.
Me tumbé boca arriba en la esquina de la cama y tú encima mío metiéndote mi polla hasta dentro sin complicación alguna. Tenías el coño, abierto y dispuesto. En esta posición fue cuando él empezó a sacar sus juguetes. Comenzó contigo, noté como te chupaba el culo mientras él te follaba, también me lamía los huevos de vez en cuando. Ya tenía su objetivo preparado. Cogió el lubricante y un plug anal y empezó a jugar con él en tu culito, a mí me metió un dedo, lo noté dentro, muy dentro. Estuvo un buen rato dilatándonos el ano.
Cuando ya lo teníamos en su punto se tumbó boca arriba en la cama invitándonos a follar. Te sentaste a ahorcajadas sobre su polla, así estuvisteis un ratito, mientras yo preparaba lo que estaba deseando hacer desde que llegamos a la habitación... una doble penetración a mi putita...
Empecé a jugar con tu culito, con mi lengua, mis dedos... pasé la mano por tu coño lleno de su polla, pero increíblemente lubricado. Te dí mi mano para que chuparas tus jugos. Abríste la boca y me lamiste todo como si se fuera a acabar el mundo...
...mi polla se posó cerca de tu culito ya dilatado, empecé a empujar despacito. Te paraste de mover pues querías notar como entraba y disfrutar de ese momento que tanto anhelábamos. Entraba, entraba, entraba... entró, te abriste como pudiste las nalgas para notarla bien dentro. Gemiste de placer, te pregunté si te dolía y tu contestación fue: "sí, no, no sé, sigue metiéndome la polla, joder, me encanta...". eso me puso a 1.000 revoluciones y empecé a bombear dentro de tu culo. No pasó mucho rato hasta que te corriste por primera vez. Apretaste con fuerza las sábanas, creo que te hiciste daño en los dedos de tanto apretar. Lo que hubiera dado por sentir lo que tú estabas sintiendo en ese momento. Caíste entre los brazos de él para relajarte un poquito. Tenías que haberte visto la cara que tenías en ese momento, se te notaba una felicidad plena, tus deseos se habían cumplido y la verdad que con creces.
Estuvimos así un ratito, todos enganchados sin movernos y por fin nos decidimos a separarnos. Teníamos que fumarnos un cigarrito para descansar. Él sacó la maría y le dimos unas caladas, salimos a la terraza desnudos para que nos diera el aire. Estábamos en una nube, no nos creíamos lo que acabábamos de hacer.
En esto, él dijo que si nos metíamos una rayita de coca para seguir con el festival, y accedimos. Nos sentó bien, pero la resecación que nos dejó en la boca la teníamos que suplir con líquidos. Entonces me acordé que llevaba dos botellines de cava para la ocasión y tuve que abrirlos. ¿Qué mejor forma de tomárselos que resbalando por tu cuerpo? Lo dejé caer por tus tetas, pasando por tu tripita y llegando hasta el coño, de ahí bebí, pasando la lengua por todo tu sexo y tu culito... mmmmm, delicioso, lo juro.
Él sacó un tubito de plástico y nos dijo que probáramos a meter un extremo por el coño y por el otro meter el líquido. Después beber lo que saliera de tu sexo... Tú notabas las cosquillitas del cava dentro de tu coño, y yo bebía lo que dejabas escapar, el sabor era alucinante.
En esa posición me empezó a tocar el culo, a lubricarlo y a meterme los dedos y algo más. Joder, como me estaba poniendo, estaba superempalmado, pero yo sé que para jugar con mi culo tengo que tocarme la polla, o que me la toquen o meterla en algún sitio calentito. Así lo hice, te dí a comer mi polla, notabas como se iba poniendo cada vez más dura dentro de tu boca. Estuvimos un ratito jugando, hasta que él quería profundizar un poco más.
Le volvimos a dar unas caladas a la marihuana, te coloqué de espaladas para poder follarte mientras él intentaba darme por el culo. Eso fue lo que pasó, cuando yo estaba bien dentro de ti, él empezó a meter su polla en mi ano bien dilatado. Sus movimientos eran rítmicos y lentos, yo quería más caña, le empujaba hacia atrás para me la metiera hasta el fondo... diosssssss, cuando entró su polla en mí, creí morir, no podía controlarme, quería mover hacia delante para follarte y hacia atrás para que me follara. Empecé a gritar. No me controlo cuanto tengo mi culo lleno, lo sé y me agrada la situación.
Tú no veías nada, así que tenía que ir contándote lo que me estaba sucediendo y eso te excitaba más y más cada vez. Morí en vida, lo juro. Me encanta ser follado por el culo, pero un polla es bastante mejor que un plug anal o un consolador.
Cuando sacó su polla yo saqué la mía de tu coño y te la dí a comer. No sé por qué lo hice pero es que necesitaba cambiar de postura o me hubiera corrido ipsofacto.
Mientras me comías entero él se dedicaba a tu coño y tu culo, dabas gemidos de deseo y de vez en cuando me mordías la polla para notar que la tenías en tu poder. Eras la diosa, la ama, la jefa de la situación.
Él se puso un preservativo y empezó a follarte el coño, en eso yo os dejé un ratito para poder relajarme, pero.. es que viendo esa situación tan morbosa (tu siendo follada por él en mi presencia tenía que hacer algo). Quise comeros a la vez, coño y polla en el mismo espacio y tiempo y lo cierto que era algo delicioso.
Luego quise comerle el culito mientras te follaba, le abrí las nalgas le metí la lengua, abría y cerraba el esfínter, me encantaba que lo hiciera. Luego le metí un dedito y me corté de meterle algo más. Tenía que haberle reventado el culo mientras te follaba.
Pasado un rato dijiste que tenías que ir al baño a hacer pis. Mmmmmm con lo que me gusta que hagas pis y que me lo hagas, pero nunca lo hemos conseguido. Pensé que con tal excitación y tantas ganas, hoy sí lo conseguiríamos.
Te dejé solita para que lo hicieras, mientras él me quería chupar la polla, cosa que no me importó en absoluto. Cuando dijiste que ya empezabas, fui corriendo para ver como lo hacías, metí mi mano para notar tu líquido caliente correr entre mis dedos, pero se te cortó la micción, sólo pude coger un poquito y me lo lamí todo, tú también querías un poco de tu líquido y lamimos mi mano a medias.
Él decidió que te haría correr mientras meabas. Empezó a comerte el coño, a tocarte, a meterte los dedos por todos los sitios... pero no lo consiguió. Lo que sí consiguió fue que te empezaras sentir el calor de la excitación. Te gustaba lo que te estaba haciendo, lo notaba en tu cara, en tu expresión de lujuria.
Llegó el momento de entrar en el punto de no retorno y le dijiste que se quitara y que me dedicara yo a tu coño. Querías que fuera yo quien te hiciera correr. Así lo hice, no tardaste mucho en correrte en mi boca. Chupé todo lo que pude y después te besé para que notaras tus jugos directamente de mi lengua. Nos dimos un apasionado beso, mezclando nuestras lenguas para no dejar de saborearnos.
Ahora era yo quien tenía ganas de hacer pis. Te hice que te metieras en la bañera. Te colocaste en posición de sumisión ante mi polla. Empecé a hacer pis. Primero en las tetas, bajé hacia el coño, hiciste un respingo del placer que te daba notar el líquido calentito bajando por tu cuerpo... no tuve más opción que mearte en la cara, cerraste los ojos, pero la boca se empezó a abrir despacio, notaste mi líquido en tu lengua. Cerrabas y abrías la boca, te gustaba, lo noté en tu expresión. Estabas superexcitada. Cuando acabé, no tuve por más que chuparte la boca, nuestras lenguas se unieron, con ese sabor diferente recorriendo nuestras bocas. Luego me bajé por todo tu cuerpo para limpiarte con la lengua todo lo que había salido de mí... te volví a besar. Toqué tu coño y estaba muy húmedo de pis y de flujo. Definitivamente te había encantado la nueva opción sexual que habíamos tenido.
Una vez secados y limpitos, volvimos a la cama. Allí estaba él, con un consolador metálico esperando se introducido en cualquier orificio que le prestáramos. Yo me ofrecí a ser el primero en probarlo. Tu le ayudaste a meterme ese artilugio por mi ano. Lo hiciste de maravilla, primero chupando y después metiéndolo sin contemplaciones. La textura, lo frió que era.. hizo que me empalmara de golpe. Estuviste un ratito jugueteando con él, para después sacarlo y que te lo metiera por el coño, culo, por donde sea y así lo hizo. Empezó por el culo y mientras yo te comía el coño. Luego por el coño y yo te comía el culo. Empezamos a follar otra vez y cuando estabas muy cerca del orgasmo, él nos dio a inhalar popper. Diosssssssss, que sensación tan alucinante, creía que se me estallaba la polla, parece como si se hubiera hinchado el doble de lo normal, tú te dilataste por completo quería que te follara más fuerte, quería notar todo el poder de mi sexo dentro de ti. Fue una experiencia que habría que repetir.
Una vez ya relajados nos tumbamos en la cama abrazados tú y yo. Él mientras seguía jugando con nuestros cuerpos nos iba metiendo indistintamente sus dedos dentro de nuestras cavidades. Así estuvimos un rato después propuse que me masajearais y así lo hicisteis. Yo estaba agotado y me vino muy bien el masaje.
Ya acabamos y nos hizo que nos miráramos, que nos viéramos como realmente éramos. Te vi y encontré una mirada diferente. Felicidad, alegría, tranquilidad, sosiego, AMOR.
Eso fue lo más bonito que jamás me ha pasado, fue realmente mi experiencia más increíble, alucinante, morbosa,... no hay palabras para definir lo que me produjo esta experiencia.
Dejo a tu discreción la definición de esa noche. Fue mi vida, el universo. Se puede resumir en una sola palabra..........
.......ARAYA.