Todo queda en familia (2)

Fuimos a un concierto donde me esperaba una grata sorpresa

Después de comer y hacer los deberes, salí a dar una vuelta, cuando suena mí móvil:

  • Yesi, este fin de semana tienes que venir, hay una cosa que tienes que ver.

  • ¿Este finde? No sé, acabo de empezar a clase

  • Da igual, tú ven bien prieta, te pasamos a buscar el sábado por la tarde. Besos.

  • Pero… ¿ha pasado algo?

  • Te pasamos a buscar a las 7 de la tarde, ponte bien mona.- Y sin más me colgó.

En ese momento y durante lo que restaba de semana, me preocupé un poco, pero si hubiera pasado algo no me dirían que lo dejase para el fin de semana. Los días que quedaban de semana, pasaron bastante rápido. Llegó el sábado: ducha rápida, espuma, me acicalé como pocas veces hago, me enfundé en unos vaqueros, un top corto, una cazadora de cremallera y ya estaba lista para marcharme.

Salí directa a la estación de autobuses, para coger el autocar que me llevaría a mi destino. Cuando llegué, mis amigas ya estaban esperándome en la parada.

  • Marta, me tienes medio mosqueada ¿Qué es lo que sucede? - dije preocupada.

  • ¡Calla tonta! Que esta noche vamos de concierto.- me dijo con cara de "no preguntes más".

Total, que estuvimos haciendo tiempo para que empezara el acontecimiento y sobre las 21:30, nos dirigimos al pabellón donde iba a tener lugar el concierto. Cuando llegamos, el concierto ya había empezado y ante la imposibilidad de hacerlo, mis amigas prefirieron ir a la parte de adelante, justo al lado del escenario. Tocaban una música muy movida, era rock con alguna mezcla melódica que sonaba bastante bien.

Me costó un poco animarme, pero le di un trago a una cerveza y la cosa cambió; empecé a dar saltos como una loca y acabé el concierto desmelenada de todo: fíjate hasta donde me llegó la cerveza, que al acabar el concierto, me quité el sujetador y lo tiré al escenario, sí una vergüenza, pero fue el momento. Durante todo el concierto y aprovechando que estábamos a pie del escenario, me fijé en el chico que tocaba la flauta, el flautín, vamos los instrumentos de vientos.

Acabó el concierto y todo lo hicieron un poco rápido, no se despidieron ni nada de eso, por lo que pensé que se harían derogar un poco y volverían a tocar la última. Efectivamente, así lo hicieron: primero se bajó el telón y después de unos minutos se volvió a subir. Todos los componentes estaban a la vista, saludando y agradeciendo la asistencia de la gente, ya que era su primera actuación. Observé entonces a los componentes... ¡¿Nico?! Sí, era él, en todo el concierto no lo había visto. Pues lo dicho, salieron de nuevo, tocaron un par de canciones más y se despidieron. Mis amigas decían:

  • Vete al camerino a ver a Nico.
  • No, que están los demás y me da un poco de corte.
  • Pues aprovechas y los conoces ¡anda corre!

Después de muchos ánimos, me decidí y entré a saludarle.

  • ¡Yesi! Qué bien que hayas podido venir.- Dijo Nico nada mas verme.
  • ¿Esta es Yesi?- dijeron el resto, me saludaron y dijeron- Nico no exageras al hablar de ella como lo haces.

Y entre risas y miradas que dan mucho a entender, les tiró una muñequera. Nico, tocaba la batería, por eso no le había visto mas que al final. Los otros músicos salieron de la habitación, para agradecerle a los fans la asistencia.

  • Ven ¿qué te ha parecido?- me preguntó Nico.
  • Sonáis muy bien, ¿por qué no me habías comentado nada?- le pregunté mientras me sentaba en sus rodillas.
  • Quería sorprenderte y creo que lo he hecho, pero espero que no vayas perdiendo ropa en todos los conciertos- me sonrojé ya que mi sujetador lo había recogido él.

Aunque fuera cortar un poco el royo, le pregunté por el chico de la flauta " Me ha encantado, qué agilidad con los dedos, qué ritmo". Me dijo que se era Fer, pero cuando dije esto, se le notó un poco infravalorado "¿Tengo qué recordarte que moldeo cerámica? Mis dedos si hacen virguerías, toco la batería y más ritmo que yo, te aseguro que no tiene" decía mientras con sus dedos, tocaba mi entre pierna rítmicamente.

  • Ya lo veo. Por la manera de saludarme... ¿les has hablado de mí a tus amigos?
  • ... Bueno... les he dicho que eres una fan especial.
  • Ya te vale.

Y cogiendo su carita de

niño bueno, le planté un beso en la mejilla, a lo que él respondió con un morreo impresionante e intensificando la suavidad con la que me estaba tocando la entrepierna.

  • Ten cuidado, pueden entrar y pillarnos.
  • ¿Desde cuando te ha preocupado que nos pillen? Tranquila, les he dicho que si venías, que no nos molestaran.

"Um... qué bien me sonó aquello" Acto seguido me levanté, con un suave movimiento de hombros, dejé que mi cazadora cayera al suelo quedándome sólo con el pequeño top que me había puesto para la ocasión. Me puse frente a él y metiendo la mano por el chaleco que llevaba puesto, me senté sobre sus piernas. Le quité el chaleco mientras me lancé a lamer su cuello "¡cómo te he echado de menos!" decía entre leves suspiros. En ese momento la puerta se abrió, y yo no lo vi, pero levantó la mano extendida para que nadie entrara. Llevó sus manos a mi espalda y desde la cintura empezó a subirlas lentamente, muy lentamente; en ese momento, cambié su cuello la parte de atrás de su ojera: mis manos jugaban con su pelo y él me acercaba a su cuerpo cogiendo mi cintura.

Me levanté, mis manos hicieron fuerza en sus hombros y me aseguré el sitio sobre sus dos piernas; notaba como su miembro quería escapar del pantalón; le besé profundamente y comencé a moverme adelante y atrás, a ratos mi movimiento era lateral para que su miembro aumentara su volumen; sus manos se deshicieron de mí top y comenzó a acariciar mis pezones con su lengua, yo gemía y me retorcía sobre sus piernas; sus manos palpaban mi pantalón por la parte de atrás, las metió por dentro acariciando mi trasero. Desabrochó el botón y con su dedo pulgar buscó la mejor manera de masturbarme, en cuanto noté su caliente dedo en mí húmedo sexo, le suspiré al oído "tus dedos son los mejores". Mi aliento en esa zona le puso a 100 y agarrándome bien se levantó de la silla, me tumbó sobre la mesa, aproveché para bajar sus pantalones de chándal con mis pies y él hizo lo mismo con los míos, se inclinó sobre mi cuerpo y me lamió lentamente el torso, desde el ombligo hasta la barbilla, aproveché para rodear con mis piernas las suyas, haciendo que el espacio entre nosotros desapareciera, él me metió la lengua hasta el fondo y empezó a follarme. ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! mis manos recorrían de arriba a abajo su tensa y sudorosa espalda, como queriendo que su cuerpo se metiera dentro del mío "Dame más, quiero más", le susurré.

En ese momento, salió de mi, me empujó hacia el centro de la mesa, dobló mis rodillas y se tumbó encima de mi "ah..." su miembro había encontrado la entrada a mi cuerpo directamente ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! empezó a bombear otra vez, los dos gemíamos, nos besábamos y disfrutábamos. "Ven nena que estoy a punto", dijo cogiéndome por la cintura para ponerme a cuatro patas; separó mis piernas y mientras tocaba mi clítoris, me volvió a embestir con fuerza "ah... sí, hay quiero sentirte ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! sentí su miembro mío, totalmente mío, cada vez me embestía con más fuerza ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZAS!!! noté como nuestros líquidos se mezclaban en mis adentros, ambos nos quedamos quietos cuando llegamos juntos al orgasmo. Nos bajamos de la mesa, nos abrazamos y besamos. Entre jueguecitos nos vestimos, nos peinamos y cuando estuvimos listos, salimos del cuarto.

A la puerta, estaban sus compañeros de grupo, que le sonrieron cuando nos vieron salir.

  • ¿Te aviso para el próximo?- Dijo Nico.
  • ¡Claro que sí!.

Y dándome una palmadita en el culo, susurró "Lo haré, bombón", a lo que yo con una sonrisa picarona, me giré y cogiéndole la cara para darle un pico le dije "lo sé".