Todo queda en casa

Esta es la historia, de como por portarte bien con la familia y jugar a cuernos, te los pueden poner de verdad.

En este relato voy a contar la historia de Manuel, un compañero de trabajo que tras mucho tiempo juntos compartiendo la misma oficina, se ha convertido en un amigo intimo con quien comparto las alegrías y las penas, lo mismo que hace el conmigo. Manuel es un hombre alto y bien parecido de 37 años, que lleva casado con Lucia su mujer ocho años ya, tiempo en el que han disfrutado de la vida en común, sin haber tenido hijos todavía, por lo que les permitía llevar una vida intima en cuanto al sexo, bastante buena.

Como decía nos hemos llegado a entender tan bien, que incluso en fiestas o comidas de empresa, cuando habíamos bebido varias copas, nos contábamos las intimidades de alcoba con nuestras mujeres, los detalles que mas nos gustaban de sus cuerpos, incluso como había sido el polvo de la noche anterior con nuestra mujer.

A mi me gusta escuchar a mi amigo en esos temas, pues su mujer es un autentico pibon de cuerpo exuberante, una rubia alta como de 1,75cm de altura, pechos generosos y bien puestos, cintura estrecha y caderas que le hacen un culo en forma de pera, que quita el hipo. Una hembra jamona como se suele decir, que llama la atención de cualquier hombre que la vea pasar. No digo mas que en el grupo de amigos la apodamos “Bambola”, por lo mucho que se parecía a la protagonista de la película de Bigas Luna, una hembra en toda regla, que sabe satisfacer a su marido y a cualquiera que se le pusiera por delante.

Lucia tiene un trabajo normal como auxiliar de enfermería, y eso le hace estar acostumbrada a ver casi cualquier cosa y algunas veces, a tener que soportar los intentos disimulados o no de manosear sus encantos. Como también oír algún que otro improperio referente a su cuerpo, por parte de algunos pacientes del hospital donde trabaja, y es que con ese cuerpo hecho para el vicio como dice Manuel, es difícil aguantarse sin hacer nada. Eso si, gracias a sus encantos y a  su inteligencia, a sabido llegar muy rápido a donde a querido, en cualquier faceta de la vida.

Yo también le contaba mis cosas a mi amigo, llegando a contarle nuestras ultimas aventuras entre mi mujer y yo, en cuanto al sexo compartido y lo mucho que lo estábamos disfrutando, hasta hay llega nuestra confianza.

Una tarde a la salida del trabajo, tomando nuestra cerveza habitual, vi a Manuel muy pensativo y después de hablar de la jornada laboral, le pregunte si le pasaba algo ya que le veía con la cabeza en otra cosa, desde hacía un par de meses por lo menos, y hay es donde me empezó a contarme la historia que a continuación, paso a relatar. Lo haré en primera persona como lo hizo el conmigo, ya que cuento con su permiso, aunque yo le haya añadido algún detalle para darle un punto mas de excitación a sus palabras.

Veras Luis, me empezó a decir; Ya te conté el desgraciado accidente que ha tenido mi tío Lorenzo, y como después de estar un mes en el hospital por culpa de sus lesiones, decidimos llevarle a casa para que siguiese allí la recuperación, pues su seguro de automóvil no daba para mas. Como Lucia sabe hacerlo de sobra y el nos ha ayudado tanto, con la compra de la casa y otros temas por ser yo su único sobrino, creímos que era de ley cuidar de el, ahora que no podía hacerlo por si mismo.

Lucia le ha atendido desde el primer momento como a un rey, y el lo agradece sin quejarse en ningún momento. El es un hombre acostumbrado a estar solo, al enviudar tras la muerte de mi tía cuando yo tenia dieciséis años y ahora que le atiende Lucia, da las gracias por los cuidados que le da. Le gusta que a sus sesenta y cinco años y después de jubilarse, le atienda una mujer como ella.

Siempre le ha gustado Lucia, me lo decía incluso cuando eramos novios;

  • Sobrino casate con esa mujer, por que es una hembra de los pies a la cabeza y no encontraras otra mejor.

Pero ahora creo que le gusta mas todavía como mujer.

Al estar inmovilizado casi totalmente, por culpa de las fracturas que sufre en ambos brazos, un par de costillas y una pierna, ella se encargaba de darle de comer, le afeitaba, le lavaba en la cama que hemos preparado para el, incluso le ayudaba con sus necesidades. Y ahí es donde empezó todo.

A las dos semanas de estar en casa, una noche después de echar un polvo en nuestra habitación, Lucia me decía divertida si nos habría oído mi tío, por culpa de los gritos que ella había dado. Yo le dije riendo que probablemente, pues el tiene el oído muy fino y siguiendo con la broma, Lucia me fue contando los avatares que tenia para cuidar de el.

Decía que los primeros días le costo vencer la aparente vergüenza, que le daba tener que estar desnudo y dejarse lavar por ella al ser su “sobrina”, pero que poco a poco se fue relajando y dejándose hacer, todo lo necesario para recibir los cuidados que le aplicaba. Lucia al ser verano y estar en casa, iba con ropa cómoda que le permitiera moverse sin sudar la gota gorda, es decir unos pantaloncitos cortos y holgados, con una camiseta  de tirantes sin sujetador, pues lo usa muy poco pese al tamaño de sus tetas, algún vestido liviano y cosas así, pero que no pareciesen demasiado provocativas.

Me decía que se fijaba cada vez mas en ella, al llevar esa ropa y mas cuando se mojaba al bañarlo, por lo que bromeaba con el por ese tema;

  • Lorenzo, se te van a salir los ojos de tanto mirar, le decía Lucia.
  • Es que hay mucho donde mirar hija; y reían la broma juntos.

Pero después de los primeros días, veía que cuando le frotaba los genitales con la esponja para lavarle, se le ponía el rabo tieso como el palo de la bandera y ella le decía;

  • Joder Lorenzo, cada día se te ve mas tenso cuando te lavo, deberías relajarte.
  • Perdona hija pero no lo puedo evitar. No es por tu culpa, es que llevo ya unos meses que no descargo la tensión acumulada y me pasa esto, y así como tengo los brazos no me puedo aliviar, perdona que te lo diga así.

Ella le tranquilizaba diciéndole que era normal y le terminaba de asear, pero me decía que cada vez que le tenia que volver a asear le pasaba lo mismo, mostrando una erección increíble para su edad.

Yo le conté que siempre fue bastante mujeriego, con fama de lujurioso entre las féminas y como después de guardar el luto por mi tía durante unos meses, empezó a salir otra vez frecuentando a alguna que otra mujer. Incluso una temporada estuvo con una casada, a la que se traía a su casa de vez en cuando, para darle trajín a base de bien. Un día que andaba yo por su casa, los descubrí follando en su habitación, alertado por culpa de los gritos de aquella mujer, al ser penetrada por el golfo de mi tío Lorenzo.

No me extraña que gritase decía Lucia, por que menudo pollón gasta el tío Lorenzo cariño. Siento decírtelo y no te ofendas, pero te saca tres dedos de longitud y eso que ha ti te mide dieciocho centímetros, y gorda como un pepino. Yo me quede impresionado con lo que me contaba Lucia, así que le dije que que pensaba hacer, a lo que ella me contesto;

  • No se pero el me ha dicho muy apurado que tal vez le tenga que traer ayuda para relajarse, ya me entiendes, pues dice que le duelen los testículos por no descargar, y le creo porque tiene los huevos como mandarinas.
  • Joder no me digas que te ha dicho eso, que descarado.
  • Si y no se que hacer.
  • Aquí no entran putas, por muy mal que lo pase mi tío.
  • Ya, y que hacemos con el, porque lo esta pasando mal y me da pena.
  • No se mujer, que podríamos hacer?
  • Veras Manuel, yo había pensado una cosa, pero dime que no te enfadaras.
  • Cual? Le conteste yo intrigado, pero temiendo su respuesta.
  • Pues aliviarle yo misma, como si fuera una terapia para que descargue la tensión y ya esta, total solo es una simple masturbación, no creo que sea para tanto. En el hospital tengo compañeras que se lo han hecho alguna vez a algún paciente, al que le pasaba lo mismo que al tío Lorenzo.

Yo alucinado con su respuesta, le dije que si estaba loca ya que iba ha hacerle una paja a otro hombre y encima era mi tío, el hermano de mi padre.

  • Si por eso mismo, es tu tío no uno cualquiera y todo quedaría en casa, sin tener que traer ha ninguna puta. Acuérdate de lo mucho que nos ha ayudado y como ya te digo me da pena verlo así, pues con los dos brazos lesionados no los puede casi ni mover.

En parte tenia razón, yo no quería que entrara en casa ninguna buscona de la calle, y el nos había ayudado en muchos aspectos, pero de ahí a tener que soportar que Lucia le hiciera un trabajito manual, iba mucho me parecía.

  • Vamos no pensaras que por eso, ya te estoy engañando con tu tío, no?

Me decía ella con cara divertida y retadora, y es que Lucia sabe sacar y convencer a la gente de cualquier cosa.     Vale tu misma le dije, pero después atente a las consecuencias, porque no sabemos como reaccionara.

  • Tranquilo que yo se lo que hago, no creo que me vaya a violar así como esta.
  • Esta bien tu veras lo que haces, pero después no me vengas con historias.

Yo la veía que tenia un brillo especial en sus ojos, como cuando una niña va hacer una pizia y me pareció que ella, en el fondo deseaba esa situación. A lo mejor es que le llamaba la atención la polla de mi tío, por su tamaño.

No se porque pero todo aquello, hizo que inmediatamente se me pusiera el rabo duro, provocandome una erección, como si no hubiéramos follado hacia veinte minutos.

Lucia al verlo se sorprendió gratamente, retándome con sus palabras:

  • !!Vaya!! haber si resulta, que el que se va a excitar con lo que te he dicho eres tu, eh cabrón.

Era obvio que si, porque a mi esas palabras me pusieron mas fiero todavía , así que me encargue de darle lo suyo a Lucia por segunda vez esa noche, quedando sorprendida mi mujer por el ímpetu que le puse. No se por que pero me había excitado como nunca, el imaginar a mi esposa hacerle una paja a mi tío Lorenzo, nada menos.

La veía cogiendo su polla enorme y sacudírsela hasta que se corría, solo imaginar eso ya me ponía super excitado. Así que después de ponerla a cuatro patas y comerle su ofrecido coño en esa postura, la empitone con mi dura verga hasta dentro, provocandole un largo suspiro. Me gusta follarla en esta postura porque así controlo mejor las embestidas y le puedo acariciar sus tetas o sus ricas nalgas, azotándolas de vez en cuando con mi mano abierta, como así empece hacer ahora. Lucia que también estaba caliente por el morbo de la conversación, me pedía mas y me llamaba cornudin por haberme excitado con sus palabras, lo que me ponía mas cabreado y excitado a la vez, haciendo que la martillease mas fuerte con mi polla clavada bien dentro de su caliente vagina. Me pidió que le diese algún dedo a chupar, pues le gusta hacerlo mientras la follo, sin duda por el morbo de pensar que es otra polla mas. A mí también me gusta sentir como lo hace y gracias a eso, me bino otra copiosa descarga que llenó sus entrañas otra vez, mientras ella también se corría por enésima vez, sintiendo su coño inundado de ardiente semen.

Al cabo de dos semanas de no volver a decirme nada sobre el tema, Lucia parecía tan normal como siempre, como si lo que me contó y la propuesta que me dijo no hubieran sucedido, así que intrigado por su silencio le pregunte que tal le iba a mi tío con su recuperación.

  • Dirás que si ya se la he meneado, no?
  • Joder Lucia, que bestia eres, yo no te he preguntado eso.
  • Ah no? Pues yo creo que es lo que quieres saber.
  • Esta bien vale, dime como te a ido con su problema.
  • Yo no lo veo como un problema, pero vamos que si lo fuera lo estamos solucionando poco a poco.
  • Como que poco a poco que quieres decir, no te andes con rodeos, le as hecho algo o no.
  • Pensé que no me lo ibas a preguntar nuca.
  • Joder Lucia, comprenderás que no es fácil esta conversación.
  • Pues el otro día parecía que tampoco te desagrado del todo, pero bueno te lo contare para que te relajes.

Al día siguiente de hablarlo contigo, mientras le atendía en su baño diario, me dijo que había oído la fiesta que habíamos tenido por la noche. Tranquila sobrina me decía, es normal pues sois una pareja joven y disfrutáis del matrimonio. Mas triste es lo mio me dijo, señalando su tremenda polla toda dura. A mis años y mira como me encuentro, pensaras que soy un sátiro o un pervertido, pero no lo puedo evitar, lo siento si te ofendo por esto.

Tranquilo Lorenzo no te sientas mal, es normal lo que te pasa por eso he decidido arreglarlo de una vez, le dijo Lucia poniendo cara de niña mala, en vez de parecer  la mujer de su sobrino.

El al ver su expresión le pregunto:

  • Va ha venir alguien para ayudarme, o que?
  • No hace falta que venga ninguna furcia para ayudarte, te puedo ayudar yo perfectamente.

Lorenzo sorprendido me pregunto si estaba loca, mientras se le ponía mas dura todavía.

  • Que va a decir Manuel, si se entera nos hecha de casa.
  • Por eso no te preocupes que ya me encargo yo, ademas estando yo en mi casa , no va a entrar ninguna fulana, para hacerte nada que no pueda hacer yo.
  • Así que relajate tío que tu “sobrina” va a solucionar esto, le dije mientras le agarre su polla, que enseguida empezó a destilar liquido preseminal, en cuanto se la cogí.

Yo me moría de la excitación que me provocaba escuchar a Lucia, mientras seguía contándome lo sucedido.

Cuando le agarre aquel mástil, lo sentí duro y ardiendo como un hierro candente, así que se la empece a menear arriba y abajo suavemente, como con miedo de parecer que disfrutaba o me estuviera recreando en el asunto.

A la cuarta sacudida, la cosa pareció descontrolarse y me inundo la mano con el jugo de sus pelotas, y no veas que cantidad querido, parecía un volcán en erupción, no me extraña que le doliesen los huevos porque me puso la mano perdida.

Pero no acabo ahí la cosa, pues mientras le limpiaba los restos de su polla , apenas le bajo la erección y otra vez  se le puso dura como si no acabara de descargar en ese momento.

  • Joder con Lorenzo que potencia para su edad, y que le hiciste?
  • Tu que crees; volvérsela a menear para no dejarle así otra vez, desde luego tu tío es un portento.
  • O que tú, le pongas cachondo puede ser.
  • No lo se pero a ti tampoco te desagrada por lo que veo, me dijo al ver la erección que empezaba a sufrir, y siguió contando.
  • Al ver que estaba otra vez duro, se lo volví a coger y empece de nuevo  con el sube y baja, mientras el miraba lo que le hacia entre excitado y agradecido.
  • Gracias Lucia por esto, me decía.
  • Tranquilo Lorenzo y disfruta que para eso lo hago, mientras este yo aquí no va hacer falta que venga ninguna furcia para aliviarte.
  • Pero la que empezaba a sentirse como una furcia era yo.

Seguí meneandole su magnifica polla, que gracias a la lubricación que tenia de la corrida anterior, hacia que mi mano se deslizase a lo largo de su rabo, suave y placenteramente para el disfrute de el, que se delataba con sus suspiros de placer. Yo por mi parte estaba alucinada con la situación y la verdad muy caliente también, tanto que me hubiera lanzado sobre ella para devorarsela como se merece una joya como esa.

Siento decírtelo así Manuel, es la primera vez que me pasa pero te confieso, que tuve la tentación de mamar esa tremenda tranca que gasta tu tío, y lo hubiera hecho si no fuera por ser quien es y el respeto hacia ti.

Me deleitaba notando su dureza entre mis manos, sus venas marcadas, su enorme capullo morado por la erección que sufría, sus pelotas que se movían al compás de la paja que le estaba haciendo, en fin que me hubiera lanzado sobre ella para darme un atracón de rabo.

Así que excitada como estaba con la situación, le escupí sobre el capullo y ayudándome ahora de las dos manos para sujetar todo su tallo, le imprimí un ritmo mas fuerte para que se corriera cuanto antes. Lo hice hasta que descargo otra vez, y quedo noqueado por el doble placer que acababa de recibir, llenando mis manos de caliente semen otra vez.

Gracias Lucia me volvió a decir, eres una pajillera de primera. Mi mujer me lo hizo muchas veces, para no tener que abrirse de piernas cuando le pedía juerga y ella no quería, pero tu la has superado con creces.

Después de volver a limpiar los restos de la batalla, lo deje tranquilo y relajado sobre la cama, mientras se disponía a dormir el sueño del guerrero.

Yo después de oír todo lo que me contó Lucia, me quede entre alucinado y excitado con semejante historia, así que le dije lo primero que se me ocurrió para salir del paso.

  • !Joder Lucia! no me extraña que estuviera relajado con las dos pajas que le hiciste, así estaría relajado cualquiera después de tanto placer.

Lucia siguió diciendo que se la tendría que volver a menear de vez en cuando, para que estuviera mas tranquilo hasta que pudiera aliviarse el solo, así que me dijo que ya me volvería a contar sus avances con mi tío.

Después de eso, con la excitación y el morbo que sufríamos los dos, terminamos echando un buen polvo para desfogarnos, pues la historia nos puso calientes a ambos. Cogió mi verga mientras me miraba a los ojos y me dijo;

  • Tranquilo dejame hacer a mi.
  • Si házmelo como se lo haces a el, zorraaaa...
  • ¿Eso quieres, que te lo haga como a el?
  • Si, vamos puta, tragatela hasta dentro.
  • Así me gustaría hacérselo a el, comerle ese rico y enorme capullo que tiene.
  • Que puta llegas a ser Lucia, pero me gusta que lo seas.

Empezó a comerme el rabo después de masturbarme, como me imagino se lo hacia a mi tío, y eso me excitaba mas si cabe, así que cuando la vio tiesa se la trago como si se comiera un polo de nata. La engullía una y otra vez pasando sus suaves labios por todo el tronco y jugando a la vez con su lengua sobre mi capullo. Era demasiado placer para soportarlo mucho tiempo, así que dejándome llevar y sin temor de tener que aguantarme, me corrí dentro de su cálida boca como si fuera un inexperto y agradecido adolescente.

Que placer pensaba, mientras Lucia terminaba de limpiar mi capullo, super sensible después de correrme, rebañando con su lengua hasta dejarlo inmaculado.  Ella parecía mas caliente que de costumbre, fruto sin duda del morbo que le provocaban, los cuidados que le practicaba al tío Lorenzo, que sin duda le estaban alterando la libido.

A cambio yo, le tuve que dar a ella el mismo tratamiento, devorando su rica  y caliente almeja hasta que la hice correr un par de veces como a ella le gusta y degusté todos los caldos que su coño destilaba. Mi esposa, era una hembra salida en esos momentos.

A los pocos días vi a Lucia distinta en su trato conmigo, así que le pregunte si le pasaba algo, o haber si había tenido otro encuentro con mi tío. Ademas no me había vuelto a contar ningún episodio mas de sus escarceos con Lorenzo, y eso que nos servían a ambos para calentar motores antes de hacer el amor.

Ella se sentó a mi lado en el sofá, después de apagar la televisión y empezó a contarme lo que le paso, en la siguiente experiencia con el.

  • Cariño, empezó diciendo; he vuelto a aliviar a tu tío, pero la cosa se ha desmadrado bastante, por eso quiero que me escuches hasta el final y después me digas lo que piensas hacer.

Yo en ese momento me temí lo peor, como después vi que estaba en lo cierto.

Veras  últimamente, mientras le estaba aliviando y haciéndome la tonta, le había dado alguna libertad como dejar que me sobara las nalgas, aunque muy suavemente pues casi no tiene fuerza en sus manos, así que era solo un roce liviano que no me pareció mal dejarle hacer. Por otra parte a mi me calentaba bastante que lo hiciera, así que con dudas pero con mucha excitación, cuando se la empezaba a menear para humedecer el glande, ya no solo le daba un salivazo, sino que olvidando todos los prejuicios entre el y yo, me anime a pasarle la lengua por su capullo para ensalivarlo. No veas que sensación me causo, sentir eso en mi boca con su sabor y su grosor distinto al tuyo, tanto que cuando me iba a retirar, el me animó a seguir poniendo su mano sobre mi cabeza y no me pude negar a seguir comiendo ese manjar. No se que me paso, pero era tal la atracción que sentía por esa polla que me aplique con todas mis ganas para darle  la mejor de las mamadas.

Aunque casi no me cabía en la boca dado su grosor, se la devore como si fuera lo ultimo que hiciese. Me harte de pasar la lengua por su glande, le mordí el tallo, incluso le comí sus gordos testículos. Le hice tan bien la mamada que me regalo una impresionante corrida, llenando mi boca de semen que no quise desperdiciar, apresurándome a tragar por completo aquella leche.

Después de eso los siguientes días fueron parecidos, mejorando incluso la técnica para darle mas placer. Me estaba enviciando con tu tío lo se, pero no lo he podido remediar, es superior a mi y a mis fuerzas como mujer tuya que soy y por eso te lo quería contar.

Yo mas asombrado que otras veces, aunque me esperaba que pudiese pasar, no sabia si pedirle que siguiera contando, pues estaba seguro que no había acabado todo ahí, así que tomando aire para coger valor le dije que siguiera contando.

Esta mañana siguió contando ella; después de hacerle todo eso y antes de ir a darme un baño de agua tibia para calmar mis ardores, pues siento decirlo pero todo esto me pone muy caliente y cada día al terminar con el, tengo que masturbarme para quitar la calentura que me provoca. Tu tío me dijo que no me fuera, que el me ayudaría a calmar mi ardor mejor que hacérmelo yo sola, así que a pesar del asombro inicial por verme descubierta, me quede allí como me dijo para ver que me esperaba. Me dijo que me desnudara con un tono un poco autoritario, y después de pedirme que diera una vuelta sobre mi misma para apreciar mi desnudez, me ordeno que subiera a la cama para intentar practicar entre los dos un “69”. Yo entre lo caliente que estaba y la conducta dominante que estaba adquiriendo tu tío, le obedecí sin pensarlo y subí a la cama colocándome en esa posición con cuidado de no hacerle daño. El subió el respaldo de la cama para tener mejor panorámica de mi culo y acercarse a mi sexo caliente, y así no cansarse demasiado mientras empezaba a besar mi caliente y húmeda almeja, pasando su lengua por los labios y la pepitilla.

Que bien lo hacia el cabrón de el, seguro lo ha hecho muchas veces porque se le ve mucha experiencia en ello, tanta que me hizo correr dos veces mientras yo también le provocaba, otra fenomenal corrida dentro de mi boca. Seguí comiendo esa delicia hasta que se la deje reluciente y se calmaron los temblores en mis piernas, para poder bajar de la cama e irme corriendo arrepentida por lo que había pasado. Es por eso que no sabia como empezar a contártelo, y te pido que me perdones Manuel.

Yo estaba fastidiado por verme ahora si con cuernos, pues de ahí a que se la follase no iba a pasar mucho tiempo, si seguían así creía yo. Tampoco puedo decir que no me lo esperase, así que decidí aprovechar mi posición de juez para dar mi perdón, y excitado mas que nunca por lo sucedido y lo que me acababa de contar, decidí tomarme la justicia por mi cuenta y aprovechar la ocasión. Tome una actitud muy dominante, que sorprendió a Lucia cuando le dije esto;

  • Te lo dije zorra, sabia que pasaría, ahora te vas a enterar.
  • Es verdad soy una zorra y merezco que me castigues.

No lo podía creer, pero a ella le iba esta nueva faceta de dominación y sumisión, así que la puse a cuatro patas sobre el sofá y después de levantar su falda y ver la ausencia de bragas, otra cosa que me sorprendió, se la metí sin contemplaciones hasta dentro en su sexo mojado, gracias a la dureza de mi polla en ese momento. Después de darle unos azotes en sus ofrecidas nalgas, estire los brazos para sacar de su blusa, las esplendidas tetas de mi mujer y empezar a pellizcar los pezones, que enseguida respondieron poniéndose duros como el acero. Chillaba y pedía mas como si estuviera fuera de si:

  • Siiiii, soy tu puta , tu zorra pero dame mas vamos, quiero maaaas.
  • Toma polla zorra, te gusta así verdad.
  • Ohmmm, si como lo sabes dame duro, asiiii...
  • Seguro que estas pensando en él, o mejor dicho en su rabo verdad puta.
  • Uhmmm... La tuya me encanta cariño, pero la de el es magnifica, me muero por probarla dentro de mi, partiéndome el coño en dos.

Estábamos los dos fuera de si, sobre todo yo que la embestía a lo bestia, clavando mi polla hasta dentro con violencia. Pero ella en vez de quejarse lo que hacia era disfrutarlo mas que nunca, empujando su culo hacia atrás para sentirla mas adentro si era posible. Los dos estábamos como digo desenfrenados, lo que aproveche para sacársela del empapado coño y clavársela ahora, dentro de su apetecible y ofrecido culo en esa postura. Sin ni siquiera lubricarselo como otras veces y gracias a tener mi polla totalmente cubierta de sus jugos, se la incruste hasta dentro de dos empujones, no sin algún grito de dolor por su parte, pero que enseguida se convirtieron en suspiros y jadeos de placer, pidiendo que siguiera hasta el final.

  • Si hazme tuya también por mi culo, me duele pero me gusta sentirte dentro, siiiiiii...
  • Te la voy a clavar hasta dentro, por ser tan guarra.
  • Hazlo vamos, clavamela y rompeme el culo, castigame como me merezco.

Vaya si lo hice, perfore su apretado y acogedor trasero sin compasión, hasta que al unisono alcanzamos un orgasmo como hacia tiempo, cayendo los dos rendidos sobre el sofá, con mi polla aun clavada en su interior. Había sido un polvo corto pero muy intenso.

Pero sus ultimas palabras sobre su deseo por follar con mi tío, me estaban escociendo por dentro ahora que había pasado la euforia sexual.

Cuando nos repusimos del intenso placer, cambie mi actitud poniéndome serio con ella. Le dije que tendría que dejar de hacer eso con Lorenzo, no me parecía correcto que con su nueva faceta de hombre dominante hacia ella, se aprovechase y se hiciese con el control de mi mujer y mi casa. Aunque fuese mi tío, el único gallo del corral era yo pensaba, y así se lo quise hacer ver a mi mujer. Sino tendría que hablar yo con el y mandarle a su casa para que le atendiera otra persona.

Lucia me dijo que ella se encargaba de explicárselo y así no romper mi relación con el, al fin y al cabo fue ella la que propuso todo aquello y la débil que había caído en la trampa del deseo. Así que estando de acuerdo, le dije que me parecía bien y le ofrecí mi confianza para que lo hiciera.

Después de poco mas de un mes, en el que apenas fui a ver como estaba mi tío y su bien estar, bien por enfado hacia el, o bien por temor a enfrentarme a sus explicaciones, Lucia me fue diciendo que las cosas habían vuelto a su cauce y que ya no le hacia, nada fuera de lo normal dentro de sus cuidados y que dentro de poco podría irse a su casa.

Pero algo me decía que no era así, pues sus ganas de tener sexo conmigo parecían haber descendido, poniendo como escusa el cansancio y la vergüenza por lo que había pasado.

Yo como no estaba del todo convencido con sus escusas la empece a espiar en pequeñas cosas como mirar su ropa interior, por si había algún resto que me llamase la atención pero nada, pues en casa pocas veces usaba ya bragas. Eso fue una pista de que estaba en lo cierto, pues lo había empezado a hacer desde su relación con mi tío, así que decidí seguir indagando. La observe un par de veces cuando se duchaba, y hay ya no tuve dudas de que había algo que me ocultaba, pues la segunda vez que la vi desnuda en la ducha, vi que tenia algún moratón que otro por sus pechos y al rededor de sus nalgas. Cuando vi eso me temí lo peor, pensando que podría hacer para ver si de verdad, me estaba ocultando alguna aventura con mi tío.

Pero como creo que me he alargado demasiado, seguiré contando lo sucedido en otro relato.