Todo por una carga

Después de ser pillada por mi esposo, el decide que es tiempo de darme un "premio"

Hola soy Andrea les traigo la continuación de “Mi primer relato”.

Una vez abrí la carta. Solo se veian un par de líneas con instrucciones sencillas

  • Ve a la siguiente dirección Avenida * número *** te quiero a las 7 de la noche en ese lugar

  • Lleva ropa cómoda y ligera

  • Tienes prohibido usar maquillaje o pintarte las uñas te quiero natural al 100%

  • Lleva las esposas que usaste ayer

  • Te amo.

Me parecieron instrucciones simples y no les veía nada malo, mire la hora, casi eran las 8 tenia que correr de inmediato al trabajo, (soy profesora de historia) tome una ducha rápida y salí como una bala. Obviamente llegué tarde y sin ganas de trabajar, lo del día anterior me tenía la cabeza llena de preguntas, no pude concentrarme en toda la mañana y por si fuera poco tuve una llamada de atención del director del colegio y una maldita reunión que se hizo eterna, no le di importancia solo esperaba llegar a casa.

Una vez en casa puse las esposas en un pequeño bolso y decidí usar algo cómodo, unos leggins con top deportivo y zapatillas, pedí un taxi, le di la dirección y al llegar vi que aun era temprano, había llegado media hora antes, me sorprendió un poco el lugar pues era un edifico bastante antiguo y parecía abandonado, fui a buscar una banca en una plazuela cercana. Una vez ahí y al ver el lugar, tuve una idea, saqué las esposas y empecé a juguetear con ellas, luego de un tiempo asegure mis muñecas en mi espalda para un poco peligro, a lo lejos pude ver que unos jóvenes se acercaban y empecé a fantasear con ser pillada en ese instante por ese grupo de colegiales calientes, esposada y sola, con un par de ellos separandome las piernas y otro usando su corbata para taparme la boca y el líder del grupo follandome violentamente mientras mis ojos súplican que pare.

Pero debo parar, pues ya empiezo a sentirme húmeda y en leggins no podré ocultarlo, me quito las esposas y las guardo esperando usarlas nuevamente. Veo el auto de mi esposo, me levanto para ir a robarle un beso, pero veo a una acompañante salir del auto. Sentí que mi corazón se detenía, era una pelirroja de mínimo 1.80 de altura, un hermoso vestido negro de escote con tiras, tacones altos que casi hacían que fuese más alta que mi esposo, tenía unas piernas esculturales que parecían talladas en mármol y unos senos que a simple vista uno de daría cuenta de lo firmes que son y mi esposo se bajaba en un traje de gala que nunca le había visto.

Me acerque y me recibió con un beso endemodiadamente largo y me presento a su acompañante.

  • Mi amor quiero presentate a Angelika, una vieja amiga y es parte de la sorpresa que te tengo preparada.

  • Un gusto Andrea estoy segura que nos vamos a llevar muy bien, estos últimos meses estuve ansiosa de conocerte.

Me sentía tan confundida, no sabía que responder, intenté poner en orden mis ideas, no sabía si estaba celosa o excitada o talvez loca. Entonces Angelika me tomo de las manos.

  • Tranquila Andrea te prometo que te divertiras.

  • Muy bien chicas entremos seguro ya nos esperan.

Aún no había formulado ni una palabra, sólo alcance a tomar a Roberto de las manos y preguntarle.

  • Dime que mierda esta pasando? Porque esta mujer me dice esas cosas?.

  • Angelika solo quiere jugar contigo. Confía en mi.

Luego tomo mi mano y me llevo hacia la puerta de ese viejo edificio, tocó y casi al instante salió un hombre que se dispuso a guiarnos.

Nos guió a través de un pasillo con un alfombrado hermoso, paredes de color crema impecables, un techo blanco y lámparas alumbrando todo, quede asombrada pues el exterior de aquel lugar no hiba acorde con lo que acababa de ver, al llegar al final del pasillo abrió una puerta de madera, estaba sorprendida era un restaurant bellísimo, unas 10 mesas redondas con un mantel blanco un centro de mesas con una flores blancas bellísimas que no pude identificar, sobre todas las mesas estaba la misma carta, una con bordes dorados que solo ponía unas pocas líneas que no pude alcanzar a leer, al frente un amplio escenario y de fondo una bella melodia.

Todo aquello parecía un sueño, pero tuve que volver a la realidad, los comensales eran en su mayoría mujeres pocas de ellas acompañadas, mire con envidia sus preciosos vestidos, todas se encontraban divinamente maquilladas y yo me encontraba como si hubiera ido a comprar pan o algo de pasta, volteaban a vernos y yo me puse toda colorada, pues el malnacido de Roberto me instruyó “ropa cómoda y ligera” y me encontraba con zapatilla, legging y un top deportivo, me quería morir de la vergüenza, no me lo podía creer, jamás en mi vida hice esta clase de ridículo, al llegar a nuestra mesa empecé a maquinar un plan para asesinar a mi esposo, no podía creer que reservará mesa en ese lugar y me pidiera venir vestida así.

Angelika noto ni incomodidad.

  • Andrea ven quiero contarte un secreto.

  • Dime ángeli mmmmmffffff

Antes de terminar la respuesta me arrancó un beso, mientras su mano izquierda sujetaba firmemente mi mentón y su mano derecha subía por mis muslos hasta llegar a mi sexo que empezaba a mojarse, quise impedirlo pero no deseaba armar un escándalo, además ella era tan hábil que me sentí en la gloria por unos instantes, dejé a un lado mi vergüenza y me sometí a ella, fantasee como me tomaba de la mano para llevarme a rastras al tocador para desnudarme, y llamaba al resto de mujeres para que vieran como me poseía en el suelo.

Pero Roberto me trajo de nuevo a la realidad.

  • Vamos cariño, pon de tu parte.

Totalmente embobada por mi primer beso lesbico, lo mire y pedí una explicación.

  • Roberto¡ que es todo esto? Porque me hiciste venir así?

  • Andrea estas bien, no te dejes impresionar por todas estas bellas y sensuales mujeres, después de todo tu ropa es mmm funcional y no esperaba mas de ti.

Quería gritarle ha Angelika que se callara, pero sentía los ojos de toda esa gente encima de mí, así que antes que aquello llegara ha mayores me levante dispuesta ha marcharme. Pero en ese instante Roberto me tomó del cabello, y de un fuerte tirón hizo que me sentará.

  • Cariño no me hagas lastimarte, después de todo ya empezó el show y detestaria que lo estropearas.

  • Andrea mira el escenario todo eso es por ti.

Mi corazón latía con tanta fuerza que estaba segura que todos podían oírlo, pude ver como subían un cepo al escenario, la madera era vieja y se podía apreciar sus partes de metal oxidadas, además de una enorme X de madera con abrazaderas de cuero en cada extremo, entonces una voz hizo eco en todo el lugar.

  • Damas doy por empezado nuestro show, Roberto, Angelika y señora Andrea por favor suban.

Roberto aun me sujetaba de mi cabello y el cabron decidió llevarme asi. Le suplique en busca de piedad pero fue inútil.

  • Amor me duele, me portare bien te lo juro, ¡Roberto! Por favor sueltame me estas lastimando, amor me lastimas, por favor no me hagas esto, Angelika perra maldita dejame¡¡.

  • Calma Andrea solo quiero ayudar.

Angelika me magreaba el culo mientras era arrastrada como una vulgar ramera, empecé a escuchar silbidos y gritos obscenos que solo me asustaban ha medida que nos acercábamos al escenario.

  • Mira ha esa pequeña puta¡¡

  • Es la del video de Roberto¡¡

  • Alguien traiga un bolsa a esta puta seguro le gustara¡¡

  • Pido ser la primera en marcarla¡¡

  • Enserio vino vestida así¡¡?? Menuda golfa.

Estaba aterrada, solo oía voces femeninas, ingenuamente crei que serían esas mujeres las que se apiadarian de mi, pero me di cuenta que todas ellas no me veían como una igual, supuse por sus miradas de desprecio y repugnancia que me veian peor que a una vil puta, seguro las malditas ni si quiera me veian como un ser humano.

Una vez en el escenario, decidí dar pelea, no dejaría que esa perra de Angelika me tocará un segundo más, hize uso de todas mis fuerzas para librarme de Roberto, me lanze sobre la maldita, quería arañar ese bello rostro de seda, para dejarle claro que no sería su puta. Una vez logre derribarla y tenerla en el suelo vi que la maldita empezaba a sonreír, con una gran facilidad logró quitarme de encima y con una fuerza descomunal me puso de cara al piso, me dobló el brazo y me redujo en pocos segundos, sentia que hiba a rompermelo.

Las perras que nos observaban se acercaron al escenario mientras sus acompañantes permanecían sentados, apenas si nos prestaban atención. Entonces Angelika empezó a quitarme los leggins torpemente con su mano libre, una vez me los arranco expuso mi redondo culo a todas las perras que nos miraban y sentí como una se abalanzaba para devorarme el coño, su deliciosa lengua recorría cada rincón de mi delicado hueco, y sus dedos lentamente penetraban mi culo, no podía creerlo estaba empezando a ceder, aún con toda la humillación y el dolor, sentía como mi cuerpo me traicionaba ante esa ágil perra, deje de pelear y Angelika aprovecho para quitarme mi top y dejar descubiertos mis pequeños senos ante todas.

Era demasiadas se sensaciones como para procesarlas, humillada y exhibida ante un montón de desconocidas, mi coño siendo devorado por una experta y mi culo estaba suplicando por una verga, ya no podía aguantar me corrí en la boca de esa perra, sentí como succionaba mis fluidos.

  • Dime perra te gustan mis jugos?

Angelika me sujeto con torpeza del brazo amenazando con romperlo si no abría la boca, no vi otra opción así que obedeci y vi como se acercaba una pendeja de no más de 18 años, acercaba su boca a la mía para dejar caer mis propios jugos, para luego hacérmelos tragar.

  • Esta putita ya está lista¡¡

Grito esa perra con cara de niña, me encontraba demasiado caliente como para continuar oponiendome, deje que me llevarán al cepo y que pasase lo que tuviera que pasar.

Aseguraron mi cabeza al cepo, en el suelo tenía una separación en V donde ataron mis tobillo a cada extremo dejando mis piernas totalmente separadas y por último sacaron de mi bolso mis esposas de mago.

  • Es un chiste verdad? Ni siquiera tienes unas esposas decentes?.

Al terminar la frase la pendeja me cruzó la cara de una bofetada tan fuerte que hizo arder el rostro.

  • Nnnnno, perdón nnno tengo, no sabía.

  • Escuchame putita¡ partir de ahora me llamaras Ama Sofía al final de cada frase. Entendiste¡¡??

No me dio un segundo para responder, cuando ya sentí otra bofetada. dios no podía creer que esto me empezará a gustar, sentirme usada de esa manera empezaba a sentirse muuuy bien.

  • Perdón Ama Sofía.

  • Escuchame putita¡. Hoy te prestare mis cuerdas, no olvides traer unas esposas decentes, lo entendiste maldita puta¡¡??

  • Si Ama Sofía.

Vi como traían unas cuerdas y sentí como ataban mis muñecas. Ahí estaba, expuesta, muerta de miedo y fantaseando con complacer los más oscuros deseos de mi Ama.

Vi como le traían un arnez al cual estába unido una enorme dildo, esa bella joven se lo puso y se situó atrás mío, y sentí como me encajaba sus uñas en la espalda y luego las llevaba a mi culo, a los pocos segundos sentí como esa descomunal verga falsa atentaba contra mi culito, jamás me habían metido algo de tan descomunal tamaño, como pude me zarandee para evitar ser profanada y ese fue mi más grande error.

  • Angelika querida trae mi fuste, necesito tu ayuda para educar a esta putita.

  • Será un placer, después de todo la ironía es deliciosa, tengo que educar a una educadora, cuantos de sus alumnos no darían su vida para tenerla así.

Mi Ama se puso frente mio, me tomo del cabello y escupió mi rostro mientras la perra maldita de Angelika se paraba atrás mío, sentí como me daba un beso en mi pequeño trasero y decía.

  • Andrea es por tu bien, te hacen falta modales.

  • Muy bien putita abre esa sucia boca¡¡.

De repente senti como el fuste golpeaba violentamente mi coño, mientras al mismo tiempo mi Ama forzába mi boquita con ese dildo enorme, quize gritar pero solo salían gemidos, ahogados por mi Ama que comenzaba a mover sus caderas para continuar forzando mi boquita, dios sentía que hiba dislocarme la mandíbula y la maldita perra de Angelika continuaba “educandome” el culo, con cada golpe que me daba podía jurar que me arrancaba un pedazo de piel, no pasó ni 2 minutos hasta que la oí.

  • Sofía está puta ya casi llega, dale su premio.

  • Bien putita dame un buen espectáculo.

No tengo idea como, pero Angelika se dio cuenta que estaba a pocos segundos de correrme. Entonces mi Ama Sofía de un último empujón metió el dildo hasta mi garganta, sentí como me bloqueaba la respiración, desesperada entendí que mi Ama hiba a sofocarme. No quería morir, no así, instintivamente mordí con todas mis fuerzas esa verga falsa, pero fue inútil, patalee con todas mis fuerzas mientras ella sujetaba firmemente mi cabeza y con últimas fuerzas pude ver su rostro de satisfacción.

Me sentí traicionada, mi esposo el amor de mi vida, me trajo solo para entregarme a un grupo de desconocidas, tan poco significaba para el? Sería Angelika su amante? Pero ya no me Importaba, volví ha sentir ese precioso dolor en mis pulmones que me suplicaban por aire y mi cabeza a punto de reventar, al fin tuve una corrida tan fuerte que pude escuchar como mis abundantes jugos salpicaban el suelo.

  • Bien putita espero que recuerdes esta llamada de atención, la próxima no seremos tan amables. Te mostraré misericordia pero solo esta vez.

Me saco el dildo de la boca, y pude sentir el aire, llenar mis pulmones mientras la saliva y algo de vómito salían de mi boca. Le agradecí a mi bella Ama Sofía por tener piedad de esta sucia puta.

  • Gracias Ama Sofía, perdóneme no quería molestarla, gracias por tener piedad de esta puta, gracias mi Ama Sofía.

  • Al menos ya conoces tu lugar, eso es algo.

Encontes todas empezaron a desnudarse y se acercaron para manosear todo mi cuerpo, mientras Angelika me comía la boca, sentí que mi Ama volvía a devorarme el coño. Unos dedos jugaban con mi culito mientras otras manos pellizcaban mis pezones a tal punto que creí que los arrancarían, sentí como algunas me encajaban las uñas en la espalda y otras emperazon a darme unas violentas nalgadas, todo era demasiado coordinado, seguro yo no era la primera putita en ser llevada, mi respiración ya era entrecortada y mi corazón se quería salir por la boca.

No podía sentirme más puta, al estar rodeada por esas hembras y sentir como profanaban mi cuerpo.

Mi coño explotó nuevamente y pegue un grito que fue a callado por los dulces besos Angelika, todas me aplaudieron y volvieron a vestirse. Pensé que todo había acabado ahí, con mi glorioso orgasmo como la cereza del pastel.

  • Es hora de marcarla, esta puta nos dará muchas sorpresas.

  • Yo pedí el primer turno.

Mi Ama me desato y llevo hasta esa enorme X, ya no pongo resistencia me convertí en una vulgar sumisa, solo espero poder complacerla, asegura mis manos, tobillos y enciende un cigarrillo.

  • Ahora eres nuestra, entendiste putita?

  • Si, Ama Sofía.

Sentí un dolor horrible mientras ella apagaba su cigarrillo en mi vientre, quize suplicar, pero no me anime, sabía que me podría irme peor. Todas pasaron y me marcaron lo que durante semanas creí era un 6, solo faltaba Angelika, la maldita se me acercó y susurro.

  • Maldita perra tu no mereces ese marido.

Sentí como apagaba ese último cigarrillo en mi adolorido vientre, y no pude soportarlo, una última humillación , orine como una sucia perra debido al insoportable dolor, mi Ama se acercó para escupirme en el rostro.

  • Puta asquerosa¡ abre esa boca, furcia maldita.

Tomó mi ropa interior y la impregnó con mis líquidos para luego hacérmelos beber.

  • Eso puta viciosa, bebelos no te mereces nada más¡¡.

Me di por vencida y con esa sucia ropa en mi boca me deje caer.

Al poco tiempo volvió Roberto, me miraba con orgullo y lujuria, me desató y desnuda como estaba me cargo hasta el auto, me llevó a casa y nos acostamos, yo estaba reventada, mantener los ojos abiertos era un logro para mí.

  • Cariño, me siento orgulloso de ti, ya eres una sumisa. Aun sin saber nada de lo que pasaria vi como afrontaste todo y cuando eras marcada pude volver a ver a esa ramera de la otra noche. Duerme bien cariño.

Todo a partir de entonces fue mejorando, dejó su trabajo y encontró uno que le deja más tiempo para nosotros, el sexo volvió a la relación, tuvimos unas bellas vacaciones normales. Y el club me da las mejores y más aterradoras experiencias. Que si me dan permiso podré contar.