Todo por aprobar

¿Cómo había acabado en aquella situación? Atado, al borde del orgasmo y todo por una nota, un número había puesto mi mundo del revés.

Todo comenzó la semana pasada, cuando se publicaron las notas de una asignatura. Al lado de mi nombre, un 4'9 y una nota de que me pusiese en contacto con el profesor. La revisión de exámenes era un día que estaría fuera de la ciudad, por lo que rápidamente le escribí un correo para intentar conseguir la décima que me faltaba para no pagar una tercera matrícula, no podía tirar así casi 400€.

Su respuesta no se hizo esperar y recibí un mensaje que decía que dada mi situación y que al día siguiente era sábado y la Universidad estaba cerrada podía pasarme por su casa para revisar el examen.

Y allí estaba yo a la mañana siguiente, arreglado, nervioso y preparado para llorar y suplicar si era necesario. Me abrió la puerta él mismo, vestido con un pantalón de chándal ajustado y una camiseta, no pude evitar fijarme en lo bueno que estaba y el paquete que marcaba, supongo que no es lo típico que notas cuando va a clase con bata de laboratorio.

Me invitó a pasar y me senté en el salón, donde revisé el examen intentando sacar una décima hasta de debajo de las piedras, estaba a punto de darme algo y debió notarlo, puesto que me ofreció un refresco para que me intentase calmar que yo, inocentemente acepté. Seguí viendo el examen pero al poco tiempo algo empezó a crecer en mis pantalones descontroladamente, todo lo que tocaba parecía excitarme, hasta la ropa me sobraba, en ese momento él me tocó la rodilla y gemí, no pude evitarlo, acababa de gemir y estaba empalmado en una revisión de examen en casa de mi profesor, podía existir una situación peor?

En ese momento vi su sonrisa y lo supe, el muy cabrón me había echado algo en la bebida, pero ya era demasiado tarde, había caído en su juego. Intenté irme pero al levantarme dijo que me veía mala cara, que me tumbase para ver si se me pasaba, mientra me empujaba por mi ya abultado paquete. Cuando me quise dar cuenta estaba tumbado y con su cara cada vez más cerca de la mía, hasta que me besó. No sé si fue el efecto de lo que hubiese tomado, pero fue el mejor beso de mi vida. Al separarse dijo en mi oído "vamos a ver si encontramos otra forma de subir esa nota".

Volvió a besarme otra vez, pero esta vez mucho más salvajemente, mientras sus expertas manos se movían por todo mi cuerpo desnudandome hasta quitarme toda la ropa. Cuando acabó me agarró por mi erección y tiró de mí hasta su habitación como si fuese un perro.

-Chupa- dijo tras tirarme en la cama mientras se bajaba el pantalón.

Ni lo dude, empecé a chupar su miembro como si fuese adicto a él. Intenté tocarme, pero no me dejó, en ese momento sacó su polla de mi boca y se fue al armario, sacando cuerdas, un libricante y un vibrador. Me ató las manos a la espalda y, tras lubricarlo, me metió el vibrador en el culo, yo solo podía seguir gimiendo como la perra que era en ese momento.

Cuando me quise dar cuenta me estaba volviendo a follar la boca, la polla me dolía demasiado, pero aún quedaba lo peor, desde su móvil podía controlar el vibrador y lo encendió a toda potencia, haciendo que me retorciese del placer y tuviese que alejarme de él. Paró el consolador y volvió al armario y cogió un cinturón, pasandolo por mi nuca, atandome así a su cintura y a su polla. Volvió a poner el vibrador en marcha, esta vez no podía separarme y siguió con su juego hasta que se corrió en mi boca y me hizo tragarlo todo.

En ese momento desabrocho el cinturón y me desató las manos, para atarmelas al cabecero de la cama, obligandome a estar sentado en ella. Cambió el modo del vibrador a un ritmo aleatorio y me masturbó al mismo ritmo que cogiese el vibrador, no duré mucho, pero el no paró hasta que terminé tres veces.

Lo siguiente que recuerdo es despertar un rato después en su cama, desnudo y con él al lado.

-Bueno, creo que te puedo subir hasta el 8 en el examen. Vuelve otro día si quieres intentar conseguir la matrícula de honor.-dijo mientras se levantaba y me daba mi ropa.

Yo no sabía que contestar, por lo que solo me vestí y me fui, pero aquí estoy otra vez, siendo una puta por una nota y espero que esta vez tampoco me la de y pueda volver otro día.