Todo por amor
Lo que empieza como una fantasia mas, acaba poniendo a mi mujer en la cama de otro hombre.
Aunque esta historia hoy en día parece más corriente de lo que creemos, esta es la mía, ha sido una experiencia que me ha marcado y quería compartirla. Mi mujer y yo acabamos de cumplir 4 años de casados más otros 3 años que llevábamos de novios, yo tengo 30 años y ella 32 y aunque sea mi mujer, he de decir que menudos 32 años, está hecha todo un caramelito, no solo es que sea atractiva de cuerpo sino que además es toda una belleza. Como toda pareja alguna vez tenemos nuestras discusiones, pero en general nuestra relación es maravillosa, ambos estamos tan enamorados como al principio y en la cama aunque el sexo no es como al principio de nuestra relación, la verdad es que lo hacemos con asiduidad y tratamos de ser creativos para no caer en la rutina, en general siempre ha sido satisfactorio y nos ha ido bien.
Siempre he sido mucho de fantasear, pero de un tiempo a esta parte me sorprendí a mí mismo al excitarme pensando en la idea de que otro hombre tuviera sexo con mi mujer. Al principio me hacía sentir raro y no lo veía del todo bien, pero con el tiempo lo he acepte como algo normal, al ver que no soy el único al que le pasa lo mismo. Después de mucho pensarlo, una noche mientras lo hacía con mi mujer cuando estábamos ya muy calientes, le empecé a susurrar la idea de que era otro hombre el que la estaba follando, por un momento creí que se lo tomaría a mal, pero mi sorpresa vino cuando descubrí que empezaba a excitarse aún más, yo seguí con la fantasía y a los pocos minutos llegábamos a un orgasmo como hacía tiempo no teníamos. Ese día la cosa quedo ahí, tras terminar nos abrazamos y quedamos dormidos. Durante días en nuestras sesiones de sexo, comencé a insistir en la fantasía de que era otro el que se la follaba, mientras ella llegaba al orgasmo muy fácilmente.
Aun no le había hablado sobre mi fantasía en frio, pero como ya he dicho al principio yo estoy muy enamorado de ella y siempre he querido darle lo mejor para que sea lo más feliz posible. El amor es muy bonito, pero comprendo que tras más de 7 años sin tener sexo con otro hombre más que conmigo, seguro que a ella le gustaría hacerlo con otro, sentir otra vez ese hormigueo de lo nuevo, lo excitante de lo desconocido, esas primeras caricias y besos, ese sexo desenfrenado que se tiene al principio de cada relación, donde cada instante es totalmente excitante por la novedad. En parte eso se pierde con el tiempo y ella aún es muy joven y no quería que se perdiera esa faceta de la vida. Así que un día se lo propuse tras terminar de hacerlo, a lo que ella en un tono de casi indignación se negó, me dijo que solo eran fantasías y que no quería estar con ningún otro hombre más que conmigo. El tiempo paso y de vez en cuando repetíamos la misma fantasía de meter a otro en la cama de mi mujer, yo le fui insistiendo de vez en cuando, hasta que tras unos meses de hablarlo, un día tras acabar de hacerlo, me dijo que si tanto deseaba que se acostara con otro, que lo haría por mí, pero que le diera tiempo para asimilarlo.
Tras unas semanas por fin se decidió y me dijo que lo haría, ahora el problema era buscar con quien. Yo quería que ella disfrutara la experiencia lo máximo posible, con lo que quería que fuera alguien joven y atractivo y a poder ser con un buen pene, ya que el mío es de lo más normal, pero sobretodo que fuera alguien que no conociéramos y que fuera de otra ciudad, ya que la discreción para nosotros era importante. Al final nos decidimos por una web de contactos bastante conocida. Mi mujer es algo tímida con lo que contactar con el candidato me lo dejo en mis manos, aunque ella tendría la última palabra. Una cosa que me excitaba era que el otro creyera que mi mujer me ponía realmente los cuernos sin que yo supiera nada, supongo que creo que atribuirle esa victoria sobre el marido, liberaría más al otro hombre en la cama y follaría aún mejor a mi mujer. Así que me inscribí en la web y me hice pasar por mi mujer. Había muchos hombres, pero realmente pocos que me convencieran, tras mucho investigar, había un candidato que me gustaba, joven, deportista y titulado universitario, contacte con él, resulta que tenía 27 años y trabajaba de consultor en una ciudad a 3 horas de donde vivimos, además por las fotos que mando a mi mujer le gusto y decía que era muy atractivo, parecía perfecto así que tras varios días hablando con el chico, mi mujer dio el visto bueno y quedo con ella el fin de semana.
Esa semana estábamos algo nerviosos pero a la vez impacientes por que llegara por fin el viernes. Llegamos a la ciudad del chico un día antes, ya habíamos reservado una habitación en un buen hotel. El chico creería que ella me estaba poniendo los cuernos sin mi conocimiento, con lo que el plan era que cuando llegaran a la habitación yo estaría detrás de unas grandes cortinas que tenía la habitación con un gran espacio entre estas y la ventana que me daba un buen espacio para estar cómodamente observando sin que el chico se diera cuenta. Esa noche ella se arregló y se puso espectacular, llevaba un vestido azul claro, que le dejaba un escote sutil, pero muy sexy, dejaba a la vista sus piernas hasta verse gran parte de sus muslos y además le resaltaba todas sus curvas, estaba increíble, era todo un caramelo y estaba a punto de ponérselo en bandeja a otro hombre. Ella me pregunto si estaba seguro, yo por un instante dude, pero afirme que sí, me dijo que estaba muy nerviosa pero que ella también estaba decidía.
Habían quedado en un bar, donde había música en directo del centro de la ciudad. Yo no quería dejarla sola, porque al fin y al cabo el chico era un desconocido y no quería que ella tuviera problemas. Así que habíamos quedado en que yo estaría también en el bar, nos comunicaríamos por el móvil y así ante cualquier problema yo estaría cerca. Llegue cinco minutos antes y me fui a la barra del bar y me pedí una copa. Aparentemente era uno más que estaba allí escuchando al grupo de salsa que tocaba, mire alrededor y vi que el chico estaba sentado en una mesa, cuando un par de minutos después entro mi mujer por la puerta y el chico y ella se vieron, se saludaron con un par de besos y se sentaron a la mesa mientras pidieron un par de copas.
Al principio se les veía algo tensos, pero con el paso de los minutos, supongo que las copas y el ambiente del lugar ayudo a relajarlos y se les veía sonreír y hablar mucho, lo estaban pasando bien. Tras una hora y un par de copas, vi como el chico coge a mi mujer de la mano y la saca a bailar, ella ríe y me mira furtivamente, bailan durante un buen rato el chico cada vez más pegado a mi mujer, hasta que me doy cuenta que la mano de él, está a escasos centímetros del culo de mi mujer, desde luego estaría deseando de pasar su mano por él, tiene un culo espectacular y con esa faldita suelta del vestido no hacía más que realzarlo aún más. Hasta que finalmente llega hasta él y se pegan casi totalmente. Mi mujer tras dos canciones deja de dirigirme miradas y se centra en el chico, realmente está disfrutando de lo que es ligar de nuevo, hasta que se besan allí en medio de la pista y el chico acaricia las piernas y la espalda de mi mujer. La verdad es que yo me estaba excitando muchísimo, pero a la vez sentía muchos celos de ver como mi mujer dejaba que otro la besara y la tocara de esa forma.
Después de un buen rato, los dos se sentaron y mi mujer me envió un mensaje diciéndome que si estaba seguro de seguir, que el chico le había gustado mucho, pero que quería saber si yo estaba de acuerdo en seguir. La verdad que aunque la excitación era muy grande, estuve a punto de echarme para atrás, nunca habría imaginado que otro hombre fuera a follarse a mi mujer y mucho menos con mi consentimiento, pero la excitación y la idea de verla feliz, pesaron más que mis celos y le dije que adelante. Ella me dio las gracias y me dijo que me fuera al hotel, para que llegara antes que ellos. Así lo hice, me coloque en el lugar que habíamos quedado y a los 10 minutos llegaron ellos.
Nada más llegar empezaron a besarse apasionadamente, no veía ese ansia por parte de ella en los preliminares desde que empezamos a salir, el tocaba todo su cuerpo, vi cómo con sus manos recorría todas sus piernas subiendo hasta su culo, la visión de su culo con el vestido levantado era irresistible. Se fueron a la cama, él le quitó el vestido y empezó a besarle todo el cuerpo, le decía que tenía una piel muy suave y lo excitado que le tenía, ella se dejaba hacer totalmente, se le veía que estaba muy cachonda. Él le hizo a un lado su tanga y empezó a pasar su lengua por los muslos de mi mujer, hasta llegar tímidamente a su coño, ella suspiraba cada vez más, hasta que el chico empezó a introducir la lengua y los dedos en su coño, no lo tenía rasurado pero siempre había tenido poco vello, era algo muy sexy y yo aunque mis celos no bajaban estaba totalmente empalmado, aquella visión del cuerpo de mi mujer, totalmente a merced de ese tío, me tenía a reventar.
Llegado el momento mi mujer se incorporó e hizo que el chico se tumbara en la cama, se le veía un buen bulto debajo de los pantalones, ella le quito el cinturón y le abrió el pantalón y con una cara de viciosa que hacía tiempo no le veía le saco la poya al chico, la verdad es que no me había defraudado y por la cara que puso mi mujer a ella tampoco, esa poya debería de medir unos 20 cm y además está bien servida de grosor, sin dudarlo ella empezó pasar su lengua por el capullo de su poya, y masturbarle, hasta que empezó a meterse la poya de ese tío que hasta hace unas horas era un desconocido en su boca. Yo estaba sorprendido, por un lado me reventaba el pantalón de la excitación, pero por otro sentía gran una gran rabia, ya que ella nunca me hacia una mamada a no ser que yo le insistiera, nunca le había gustado, sin embargo a ese desconocido se lo hace de primeras y sin ni siquiera pedirlo y a juzgar por su cara la muy puta lo estaba disfrutando.
El chico suspiraba cada vez más, era increíble la visión de mi mujer chupando y tragando la poya de aquel desconocido. Por un momento pensé que se iba a correr en su boca, algo que mi mujer odia pero que hubiera pasado si el chico no la hubiera parado. Le dijo que no siguiera, que quería follársela y si seguía iba a acabar corriéndose antes de tiempo. Tras esto el chico se levanta y va hacia su pantalón, coge su cartera y saca un condón, al volver a la cama cual es mi sorpresa cuando mi mujer le dice que no se lo ponga aun, que nunca la había follado una poya tan grande y que antes de que se pusiera el condón quería sentirla totalmente. El chico con una media sonrisa de victoria en su cara, le pregunta que si era la poya más grande que había visto y mi novia tras dudarlo un instante le dijo que si, el chico le insistió que si incluso la tenía más grande que su marido, a lo que ella con una cara de niña buena, como pidiendo perdón, le dijo que sí que la tenía más grande que su marido. La verdad es que era así, la mía mide unos 14 cm, con lo que ese chico me sacaba varios centímetros de ventaja.
En ese momento me sentí algo humillado, además de que un desconocido se iba a follar a mi mujer a la que amaba con locura, encima sin condón, con lo que mis celos no hacían más que crecer, sin embargo seguía estando totalmente empalmado, tenía unas ganas locas de coger y follarme a mi mujer ahí mismo, pero iba a ser otro el que se la follara delante de mí con lo que empecé a desabrochar mi cinturón, ya que tenía que masturbarme, no podía aguantar más.
En ese instante el chico arrastra a mi mujer hasta el filo de la cama y empieza a acercar su poya hacia el coño de mi mujer, le acerca la punta y empieza a acariciar su clítoris con el capullo de su poya. Mi mujer cerro los ojos y empezó a suspirar cada vez más, la poya del chico empezó a introducirse poco a poco, hasta que de pronto dio un empujón y se la clavo entera, mi mujer abrió los ojos y dio un pequeño grito, no sé si de dolor o de placer, ya que le había metido los últimos 10 cm de una sola vez.
El chico empezó a sacar y meter su poya lentamente mientras masajeaba las tetas y besaba el cuello de mi mujer. Ella se relajó y empezó a disfrutar de nuevo, se le veía muy excitada y cada vez suspiraba más profundamente. Al mismo tiempo yo no pude resistirme más y empecé a masturbarme viendo como aquel tío se estaba follando a mi mujer. El empezó a follarla más fuerte y ella le agarro bien por su espalda para facilitar la follada, tras unos minutos el la tendió bien en la cama y se puso la piernas en sus hombros y empezó a bombear esta vez más fuerte, parecía que estaba fuera de sí, ella le pedía más y más estaba a punto de llegar y abría aún más las piernas. Yo en ese momento estaba tan excitado que solo podía estar ocupado en masturbarme, sin pararme a pensar que el chico seguía follando a mi mujer y que aún no se había puesto el condón. Mi mujer no toma ningún método anticonceptivo, ya que nosotros si usamos condón y nunca me había corrido dentro de ella por temor a un embarazo y ese chico seguía follándola a pelo.
Después de unos minutos bombeándola ella aun gritaba más y decía que estaba a punto y él le dijo que también, que se iba a salir para correrse fuera, pero las sorpresas no acabaron aun, ella le pidió por favor que no se saliera, que quería que se corriera dentro y sentirlo todo, el tío cuando oyó eso no pudo más y le dijo que se iba a correr y en ese momento ambos lanzaron un gran gemido, mi mujer lo agarraba fuertemente por la espalda pegándolo a su cadera mientras el ser corría hasta lo más profundo de mi mujer. Veía la cara de satisfacción absoluta de los dos en ese momento increíblemente íntimo que estaban viviendo. A pesar de todo mi excitación era tan grande que al ver esa escena acabe corriéndome en el suelo, soltando una gran cantidad de semen, aunque sentía rabia por lo que había pasado, el hecho de que el tío se corriera dentro de mi mujer me había puesto aún más cachondo, incluso la idea de que pudiera embarazarla había acabado por parecerme muy excitante en ese momento.
Mi mujer y el chico quedaron abrazados durante un par de minutos. Después el chico se levantó y le dijo a mi mujer que iba al baño antes de irse. En ese momento mi mujer vino y me pregunto qué tal me sentía, la verdad es que sentía rabia y celos pero la vi tan radiante y feliz que le dije que todo iba muy bien y que me había gustado, enseñándole la corrida en el suelo y la última sorpresa fue que me pidió que le dejara hacerlo otra vez con el chico antes de que se fuera, que había sido increíble y que quería repetir una vez más, yo me trague mi orgullo y al verla así de feliz no pude negarme. Tras eso me volví a esconder tras la cortina y finalmente esa noche lo hicieron dos veces más antes de que se fuera.
Cuando se fue el chico, ella me dio un gran abrazo, me dijo cuanto me amaba y que era el mejor hombre que había conocido, lo hicimos como locos hasta el amanecer, el follar a mi mujer sintiendo aun la corrida caliente del otro chico era tremendamente excitante, posiblemente la mejor experiencia sexual de mi vida. Tras esa noche seguimos con nuestra vida como siempre, la semana siguiente seguí sintiendo muchos celos y temor de que aunque mi mujer tomo la píldora del día después pudiera quedar embarazada de ese chico, los celos y el temor desaparecieron al venirle el periodo nuevamente. Desde entonces nuestra vida sexual ha mejorado y aunque no hemos repetido la experiencia, yo tengo ganas de repetirla y me da que a ella también.