Todo por acortar por una obra abandonada

Sacándola de mi cuando más disfrutaba, viniendo lo peor cuando el que tenía mayor grosor, acabo por metérmela, costándole algo al principio, pero tras insistir un poco, acabado por metérmela.

Todo por acortar por una obra abandonada

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea al portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar.

Lo que a continuación os voy a contar, fue a raíz de una visita a una comisaría de policía, puedo juraros que no iba por algo mío, sino fui a acompañar a un compañero a poner una denuncia. Pero cuando estuve allí, pude ver como un hombre no mucho menor que yo, intentaba denunciar una agresión, persona que pocos de esa comisaria tomaban en serio. Este no dejaba de gritar…

  • “Por favor escucharme, he sido agredido y violado por dos hombres”.

Pude ver la expresión de algunos que le escuchaba, algunos que dejaban el comentario como…

  • “Este seguro que habrá calentado a dos y no ha querido luego cumplir, menuda carita y movimientos hace”.

El hombre no dejaba de decir que dos tíos, intentaron robarle, pero al no tener nada de valor, me han golpeado, me han maniatado y me han obligado a hacerle una felación, acabando por violarme cada uno de ellos. Mi amigo y compañero, acabo por soltarme tras lo presenciado…

  • “Y después dicen que, porque los hombres no denuncian las agresiones sexuales, no comprendiendo por lo que debe de estar pasando ese chico, no solo por ser violado por dos individuos, sino también por la humillación que está sufriendo aquí también”.

Hechos que te hacen pensar, pero bueno será mejor que comience e iré poniéndolos en antecedentes a medida que os cuente. Creo recordar que fue un viernes… si cierto fue un viernes noches, viernes como otro cualquiera, noche en el cual salí en compañía de mis amigos, nos fuimos primeros recorriendo los bares de costumbre, bares donde nos pusimos a tonos a base de cervezas. Continuando la fiesta en una discoteca, cuya entrada no me lo había imaginado, discoteca que me llegue a enrollar hasta con dos chicas por separado, no acabando aquello en lo que deseaba, no siendo otra cosa que en un polvo.

El dinero rápidamente se esfumo, pues el coste de los cubatas era elevado, mis amigos poco a poco también se esfumaron, ya sea por la hora algunos como otros acompañados, cosa que viendo que eran cerca de las cuatro de la mañana. Decidid marcharme, no solo por la hora sino al verme sin un puto euro, también pensaba en la caminata que me esperaba hacia casa.

Cuando salí de la discoteca, me encamine hacia mi casa, comenzando a tener ganas de orinar a medio camino, viendo que no había lugar donde pudiera hacer mis necesidades, pues yo no soy de esos que entran en un portal a hacerlo. Pasé por un edificio en obra, fijándome que tenía unas caracolas de esas de trabajadores, caracolas que junto a estas vi que había servicios, no pensándomelo dos veces y entre al ver que no había impedimento. Nada más entrar y ver que aquella obra más parecía abandonada que otra cosa, me hizo sentir están más tranquilo, cosa que me ayudo a orinar con mayor placer.

Ocurriendo todo cuando tras subirme la bragueta y darme la vuelta para salir, cuando me encontré a tres hombres, hombres que por su aspecto o eran trabajadores de la obra o eran vagabundos, pensando más en lo primero. Soltándome uno de ellos al cual más parecía el que mandaba…

  • “¿Qué haces aquí?, vienes a robar o qué”.

Respondí rápidamente, explicándole mi presencia allí. Volviendo a decirme uno de ellos…

  • “Vamos a ver, entonces sino eres un ladrón… eres un puto maricon”.

Volviéndole a explicar que para nada era nada de eso, diciéndole…

  • “Simplemente soy un chico que buscaba un lugar donde poder orinar”.

Dándome la sensación que estos para nada estaban convencidos, pues no dejaban de buscarle las tres patas al animal, como suele decirse. No dejándome de acusar de ser ladrón por mi presencia en esa obra, como por maricón por estar solo. Saltando el tercero de ellos, diciéndome…

  • “Bueno pues el utilizar nuestras instalaciones tiene un coste, vamos a ver, dame lo que tengas y lo pasaremos por alto”.

Cuando nuevamente le volví a explicar lo anterior dicho, explicándole que no tenía dinero ni para coger un autobús, menos para tomarme una botella de agua. Mirándome los tres no decían palabra, volviendo a hablar el que parecía que más mandaba, diciéndome…

  • “Pues vamos a ver cómo vas a pagar lo que nos has ensuciado”.

Pidiéndome uno de ellos…

  • “Dame tu camisa que me gusta, y por mi parte estaría solucionado”.

Soltando él otro…

  • “Pues yo quiero los pantalones, que parecen uno de esos que son unos Levi Strauss”.

Respondiendo con rapidez a este último…

  • “No creo que te valgan, no parecen que vaya a ser de tu talla”.

Mirándome con cara de perro, coge y me suelta…

  • “¿Qué pasa?, me estas llamando gordo o que, pues mira por donde ahora me lo vas a dar por cojones, aunque no me valgan”.

Diciéndome con voz autoritaria el tercero, tercero que parecía el cabecilla…

  • “Pues ya sabes, ya has oído a estos lo que quieres, vamos de prisita que no tenemos toda la noche, o quieres que seamos nosotros quien te la quitemos a la fuerza”.

Resignado, cojo y comienzo a desabotonarme los botones de mi camisa, acabando por quitármela y dársela al primero. Primero que, tras cogerla la mira, oliéndola coge y me suelta…

  • “Joder como huele a maricón… ja ja ja”.

Soltando una sonora carcajada que contagia a estos dos, mirándome el segundo con mala cara, haciéndome gestos y señalando hacia mis pantalones, haciendo gestos para que me aligere. Cosa que, tras descalzarme de mis náuticos, me quito el cinturón, colocándomelo alrededor del cuello al no saber dónde ponerlo. Cosa que me suelta el tercero al tiempo que alzando su mano…

  • “No lo guardes dan rápido, venga dámelo, no creo que esta noche te vaya a servir, bueno la verdad es quien sabe y con toda seguridad, me va a ser más falta a mí que a ti”.

Acabando por dárselo con resignación, continuando por sacarme el pantalón por los perniles, hasta quedarme con tan solo con mi bóxer y los ejecutivos, prendas que nada más verlas estos se descojonaron de risa, no dejando de insultarme, denigrarme y humillarme precisamente por estos. Primero porque mis calzoncillos inexplicablemente se me habían quedado introducido entre mis glúteos, quedando de forma que más parecían un tanga o braguitas, y segundo por donde hasta tenia mis ejecutivos, no dejaban de decir qué eran ligas de chicas. Momento en el cual el segundo de estos, tiro del pantalón de mi mano, cogiendo el vaquero, prenda que tras mirarla me soltó…

  • “Me va a venir de miedo para limpiar las mesas de legía”.

Mirándolo yo con cara de mala leche al escucharlo. Sacándome de mi trance el tercero, cuando mirándome me soltó…

  • “Pues ya no te queda nada que quiera, vamos a ver que me vas a dar a mí”.

Lo vi hay dudoso, mientras yo estaba una mezcla entre acojonado y muerto de miedo, aunque la verdad es que es lo mismo, pero este mirándome sonriente. Coge y suelta…

  • “Sabes, podría darte de ostias hasta que me salga de los huevos… al menos me desahogaría, pero entonces me cansaría y me daría hambre, cosa que dada la hora solo me sirve lo primero”.

Esculcándolo con pavor ante esas palabras, acabo por soltar…

  • “Aunque ya que estamos y por pedir, pienso que también podemos zanjar esto con una mamada”.

Me quede perplejo por su última frase, quedándome en blanco, asustándome aún más, cuando este sonriente, soltó…

  • “Pues sí, creo que vas a pagarme haciéndome una mamada”.

Le mire aterrorizado y con repugnancia, contestándole con rapidez…

  • “Yo no soy maricon, ni nada de eso”.

Mientras este iba a lo suyo sin prestarme atención a mis replicas, no dejando de decirme…

  • “Pero eso si… debe de ser una señora mamada”.

Continuando al tiempo que se magreaba su bulto por encima de su pantalón…

  • “Ya sabes… uuummm!!, una de esas que me saques toda la leche que tengo en mis grandes cojones, dejándome satisfecho, pues sino…”.

Tembloroso y entre lágrimas, interrumpí sus palabras, volviéndole a replicar a este…

  • “Pero es que no me escuchas o que, te he dicho que yo no soy de esos”.

Contestándome este…

  • “Si lo se… ya te he escuchado, pero por una mamada no te va a pasar nada, no vas dejar de ser hetero, pero eso sí te digo, si no me dejas satisfecho, no me va a quedar más remedio que romperte ese culo que tienes de maricona, no sé si me has entendido”.

Calla y sonriente lascivamente, continua…

  • “Sabes una cosa, maricon puede ser cualquiera e incluso yo mismo, maricon es solo una palabra… un desprecio”.

  • “Pero tú con esa pinta darías el pego de otra cosa, te has visto bien lo que aparentas con ese tanga y esas medias, te puedo asegurar que en cualquier puticlub darías el pego”.

Sus acompañantes o colegas le miraban desconcertado y confusos con lo que este hablaba, no dando crédito a la petición que me solicitaban, queriendo comprender al tercero o cabecilla. Escuchando como este me decía…

  • “Pero sabes una cosa, quien te dice que finalmente te gusta mamar, entonces que pensaríamos que eres una maricona o qué”.

Calla me mira y prosigue…

  • “Pero serias más maricona dando una mamada, o por el contrario cuando te rompa ese culito pidieras más, entonces que serías… una putita. Pues entonces no serias una maricona, sino sencillamente un homosexual”.

Me negué a hacerlo, no dejándole de amenazarle, no dejando de insistir en que no lo haría, ni incluso si me fuerza. Soltándome este…

  • “Quien ha dicho forzarte, nadie te va a forzar… vas a hacer tu solito quien se hinque de rodillas y tras cogérmela, metértela en esa boquita que tienes y emular a la puta de tu novia”.

Calla y tras señalar a uno de los otros, otro que tenía en mano un móvil, me suelta este de nuevo…

  • “O haces lo convenido o ahora mismo llamo a la policía, informándole que hemos cogido a un ladón exhibicionista”.

Insulté a esto e incrédulo nuevamente, le dije…

  • “No te van a creer”.

Soltándome nuevamente…

  • “Vamos a ver, piensa tú, a quien crees que creerán a un tío en calzoncillos o a tres vigilantes”.

  • “Les diré que te cogimos infraganti tras verte saltar la verja de la obra, intuyendo que venias a robar, aunque eso sí… extrañados al verte con tan poca ropa”.

Escuche sus palabras y sin decir nada, camine un par de pasos hasta arrodillarme, quedándome delante de él. Alce los brazos hasta que con mis manos me dispuse soltar la hebilla de su cinturón, desabotone el botón y acabe por bajarle la cremallera. Continúe por tirar un poco de su pantalón hacia abajo, prosiguiendo con sus calzoncillos y saltando de su interior su miembro erecto. Tanto el primero como el segundo me miraba sorprendidos, miraban como tome su miembro con mi mano, como mi palma de la mano se impregnaba de precum.

Cojo y agarro su tronco con mi mano al tiempo que con el otro sujeto con cuidado sus genitales, mientras este suspira comienzo a magrear uno y masturbar su tronco. Deslizando mi mano a lo largo de este, ascendiendo con cuidado y descendiendo hasta su glande… uuummm!!. Suspirando y gimiendo este, acabando por golpear mi cabeza con su mano al tiempo que me dice…

  • “¿Quiero que me la chupes coño?, no me hagas repetírtelo dos veces”.

Acerque mi rostro a su mal oliente pelvis, acerque mi boca a su enorme capullo, rojizo y brillante. Cuando un nuevo manotazo, me hace mirarle con desprecio e ira al tiempo que suelta…

  • “Quiero que me la coma como la puta de tu novia o hermana, quiero que me hagas disfrutar sino quieres que yo disfrute de otra manera”.

Calle y no me quedo otra que contentarle. Tome su tronco por la base, acerque mi boca, restregué su glande por mis labios, una vez tras otra, pegándole un par de muerdos sin producirle dolor, mientras magreaba sus testículos. Este suspira de placer mientras sentía las yemas de sus dedos recorrer mi nuca, sintiendo las miradas de esos otros dos, miradas con deseo… uuummm!!. Miraban como su supuesto jefe… disfrutaba, miraban sin dejar de magrearse la entrepierna, supuestamente sus pollas duras. Bultos que su jefe al ver como se tocaba, les soltó…

  • “Capullos, sacar vuestras pollas fuera… ostias. Acercaros y aprovechad que esta maricona os la va a chupar también, no os cortéis que todos los machos tenemos lo mismo, uno más grande que otros, pero al fin y al cabo pollas, bueno al menos los tenemos aquí tres”.

Mirándome con ojos de placer y lascivia, me suelta…

  • “Lo único que no se, es que tendrá esta maricona bajo ese tanga, quizás cuando acabemos con él, tendrá un coñito bien abierto y con suerte lubricado”.

No quedándome otra que hacerle callar al introducirme sus veinte centímetros o quizás alguno más en mi boca, introduciéndomela a pesar de las arcadas y nauseas dadas, mientras un par de lágrimas recorrían mi rostro. Soltándome este…

  • “Aaahhh!!... si… si… aaahhh!!, sigue así… uuuffff!!, joder como la chupas cabrona, no vez como vas cogiendo el gustillo a esto… uuuffff!!”.

Sin dejar de chupársela a este, no dejando de lamer su tronco venoso hasta sus grandes cojones peludos, impregnar estos en saliva y limpiárselo con la punta de mi lengua… uuummm!!. Volviendo hasta su glande para tragármela en su totalidad, poniendo todo lo que este deseaba, pues solo con la idea de que se corriera de una puta vez. Pero mirando de derecha a izquierda, descubriendo como esos dos se habían sacado sus pollas fuera, pollas que para nada daban asco, pues aunque uno de ellos la tenia de lo más normal, el otro podría decir que era de igual tamaño pero de doble grosor… uuuffff!!. Tirando este de mis pelos hacia arriba, creyendo que seguramente era debido a las miradas que había echado a estos. Pero este me suelta…

  • “Bueno ahora vas a continuar con ellos, pues he notado como las miraba con deseos, pues, aunque la comes de muerte, te puedo asegurar que no ibas a conseguir que me corriera, cosa que deseo ahora hacerlo de otra forma”.

Retirándome su polla de mi boca mientras yo continúo arrodillado, viendo como este se dirige hacia unas naves del fondo, no dándome cuenta como su lugar han sido ocupado por dos que mediante un par de manotazos llaman mi atención. No quedándome otra que chupar cada una de estas, lamiendo y repitiendo la misma labor que a su jefe, no dejando estos de insultar, menospreciar y humillar entre gemidos y suspiros… ooohhh!!.

Volviendo a los pocos minutos, apartando estos sus pollas de mi boca ante la mirada de ese hombre. Hombre que tira de mi hasta levantarme sin mediar palabra, dándome un par de zarandeo a modo de hacerme caminar hasta donde este pretende. Me hace entrar en esa nave y detenerme delante de un banco de madera, uno de esos de carpintero a modo de potro. Asustado, no entiendo lo que pretende, pero sus malos modos me hace adivinar que no es nada bueno. Vuelve a zarandearme, intentando doblegarme, pero son sus matones lo que lo logran con dos puñetazos en mi vientre, acabando por inclinarme, quedando mi vientre y pecho sobre ese banco de madera, soltándome uno de estos…

  • “Ten cuidado con las astillas no vaya a ser que te las claves”.

Inclinándose el otro de ellos, coge y me suelta…

  • “Aunque creo que eso, no va a hacer lo único que te vas a clavar”.

Soltando uno de estos…

  • “Menudo culito tiene la maricona”.

Escuchando como el que manda pide un cúter o una navaja, cosa que se la dan y noto como corta mis calzoncillos, cayendo este al suelo. Viendo mi estado, temblando más de pánico que de frio, viendo como intento luchar y escapar de estos, noto como dos de ellos me sujetan, mientras el tercero se dedica a quitarme los ejecutivos. Prenda que utiliza para atar mis muñecas a las patas de ese potro, dejándome maniatado, mis tobillos cogidos mientras cintas. Escucho risas, incluso como azotan mis nalgas con mi propio cinturón, obligándome a chupar una de sus pollas mediante amenazas, lloras y obedeces, dándome cuenta de mi error y de lo larga y dolorosa que va a ser la noche… mmm!!. Soltándome el tercero…

  • “Veo por tu expresión que te arrepientes de haber acortado por la obra, pero no te preocupes vas a ser mi perrita durante toda la noche, me susurraba al oído”.

Poniéndose derecho, soltándome nuevamente mientras me magreaba el culo con su mano…

  • “Ya verás cómo vas a disfrutar, te voy a montar y hacer que chilles como una perrita”.

Luego podría decir que me violaron… aunque eso sí disfrute. Comenzaron escupieron sobre mi orificio, dilatando este mediante botellines, no dejando de chupar sus pollas, tragando algunas de sus corridas. Pero viniendo lo peor cuando menos lo espera, dolor por la brusquedad del embiste de esa enorme polla, dolor apaciguado por adaptarme a esta… aaahhh!!. Sacándola de mi cuando más disfrutaba, viniendo lo peor cuando el que tenía mayor grosor, acabo por metérmela, costándole algo al principio, pero tras insistir un poco, acabado por metérmela.

Este gracias a Dios duro poco, no preñándome, pero si bañándome con su abundante leche, obligándome poco después a limpiársela, vomite por el olor de su polla al estar llena de mis eses y semen. Pero acabe cediendo ante los correazos a mi cuerpo… aaahhh!!. Volviendo a ser sodomizado por ese cabecilla, polla que sentía tras un incesante tiempo como se hinchaba y como entre sollozos y gritos de este…

  • “Aaahhh!!... si… si… aaahhh!!, ya… ya… aaahhh!!”.

Acababa por correrse dentro y preñarme, no sacándola a pesar de haberse corrido, no desistiendo y menos note como se le aflojaba. Durando menos que la primera, pero en vez de correrse dentro de mí, cogió y tras sacármela con violencia, cogió y se corrió en mi rostro y claro esta… boca. Estuvieron hasta altas horas de la mañana, alternándose dos de ellos, pues uno de ellos acabo por marcharse, dejando una de mis prendas en el suelo. El de la polla más gruesa, no dejaba de decir…

  • “Joder como le entra ya, entra como Pedro por su casa, entra hasta el fondo”.

Acabando por reírse. Tras finalizar, estos se vistieron y decidieron marcharse, no sin antes tomar nota de mis datos ante posibles denuncias, aunque dejándome claro la vergüenza que iba a pasar cuando contara con pelos y señales la agresión. Fue este mismo quien hizo que el otro soltara mis pantalones, dejándome todas mis prendas junto a mí, soltándome y dejándome solo.

Quedándome en esa posición durante un rato más, no porque no deseara marcharme, sino todo lo contrario, amargado y llorando, sintiéndome humillado y mal conmigo mismo, pues finalmente había disfrutado de esa agresión. Había disfrutado de esas mamadas y sobre todo de esas dos pollas, bueno también de esa botella cuando me han dilatado. Acabe por vestirme y marcharme, dándome cuenta como me habían dejado hasta algo de dinero, dinero que me sirvió para coger el autobús hasta mi casa.

Cuando llegue a casa, claro está con rapidez me marche al baño, dándome una limpieza bien a fondo, mirando por internet posibles denuncias de hombres, cosa que no vi alguna otra y sí, como algunos se mofaban de aquellos que preguntaba. Pero bueno, acabas por olvidar y aprender de lo sucedido, aprendes como debes de servir a un amo, pues ese hombre vergón puedo aseguraros que me lo encontré en otra ocasión. Llevándome la sorpresa de que ni me había reconocido nada, además estaba muy cambiado a esa vez, ahora tenía una pequeña empresa de limpieza, donde uno de esos dos trabajaba para él.

Encuentro que fue a raíz de un anuncio de contacto, donde un maduro deseaba un chico donde ser compartido con otro, anuncio que conteste y con lógica me lleve la sorpresa, bueno eso y una buena follada por ambos. Bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com