Todo pasa (9)

Gracias por los comentarios,los leo todos, espero que sigan leyendome. Un abrazo grande para tod@s Uds.

<> Estaba parada como estatua un paso en falso hacia atrás y caía, sentía que el estomago se me estaba desgarrando y la cabeza me latía, la música me fastidiaba hasta el extremo. No sé cuánto tiempo estuve ahí parada quizás segundos, quizás minutos, sólo veía la imagen hasta que se separaron. La mujer que estaba encima se sentó a lado de ella. Mica apoyo su cabeza totalmente en el sofá sus ojos estaban cerrados y fue esa mujer quien me vio a los ojos, por un segundo y desvío la mirada. No sé si le dijo a Mica o simplemente ella abrió sus ojos y me vio, en ese momento vino hacia mí, yo estaba como roca. -Marcela, lo siento – dijo mientras me abrazaba contra ella, yo no tenía ni fuerzas para poder separarla de mí. -Marce contesta, estás pálida, Marcela. Ella intento llevarme hacia el sofá, pero era imposible que yo me moviera, cuando intento cargarme reaccione girando e intentando bajar lo más rápido posible, Micaela seguía gritando mi nombre. Vico y Ernesto me retuvieron -Que paso, chiquita?- dijo Vico –Por qué estás así? Yo sólo moví la cabeza negativamente, en ese momento llego Mica, intentando tomarme desde el brazo, yo sólo seguí camino hasta llegar a la salida pedí mi abrigo y mis cosas. Mientras las traían, la voz de Micaela parecía tan lejana, sabía que estaba hablando pero no podía escucharle. Mi mente jugaba una y otra vez la imagen que vi, tome las cosas y salí, afuera estaban los chicos, Mónica, una amiga de Caro, Marco y José. -Ya se van? Pregunto José Yo asentí con la cabeza, me acerque a ellos para despedirme. Micaela ya no hablaba gritaba, que por favor la escuchara. Cuando llegue cerca de Mónica, ella no sé que vio. -Tú no puedes irte así, estás totalmente pálida aparte de tener baja presión. -Tenemos todo un medico aquí- dijo José a forma de broma. -Estoy bien no te preocupes, cuídense. Nos vemos Cuando estaba por subir Micaela obstaculizaba la puerta. -Permiso -No, escúchame -Permiso -No me voy a mover -Que te muevas -No Normalmente no voy por la violencia, pero como quería golpearla, en ese momento mi ira era tanta. Gire y fui directo dónde los chicos. Cada vez que Mica intentaba tocarme zafaba mi brazo con brusquedad - hola de nuevo- dijo José -Por qué están afuera? -Estamos esperando a la amiga de Mónica que dijo estaba cerca -Chiquita, estás bien?-Pregunto Marco casi en susurro en mi oído, yo volví a negar con mi cabeza Micaela para entonces estaba con Vico, que había salido buscando a los demás porque Caro nos estaba llamando. - Ayúdame, entretén a Micaela por favor- le pedí a Marco -Por qué? Qué paso? -Sólo hazlo, necesito irme de aquí -Pero te ves mal -Por favor – dije al borde del llanto -Está bien

Vico, Ernesto y Mica se unieron justo cuando yo ya me iba camino al Auto. Vico me tomo del brazo

-Quédate -No, me siento un poco mal, quiero ir a descansar -no, quédate hablare con Caro y descansaras en la oficina si deseas -Vico, gracias, pero en serio no soy una niña, mi malestar es cada vez peor

Mientras Vico y yo conversábamos la mirada de Mica estaba clavada en mi, expectante por ver si Vico me convencía

-Ya, quédate sólo media hora, después yo misma te llevo a tu casa si deseas. -No En ese momento Caro salió llamándonos estaba tan contenta. Al final todo entramos. De media hora en media hora nos llego las 4 de la mañana cuando ya al fin la gente salió casi toda, quedando los amigos. En todo ese tiempo le pedí a Vico y a Marco que mantuvieran lejos de mí a Micaela. Al fin llego la hora de poder irnos, lo inevitable tenía que suceder, cuando fui al baño, Micaela me siguió. -Marce, escúchame sólo un momento- dijo esto poniendo seguro a la puerta y ella tras la misma -Hablaras y luego respetaras mi decisión, entiendes?- dije lo más seria posible -No, que decisión tu y yo seguiremos juntas Marce por favor- -Ya hablaste, ahora déjame ir. -Ok, respetaré tu decisión, escúchame, no es lo que tú crees, yo apenas conocí a esa mujer, no siento nada por ella, sólo fue un momento, yo estaba cansada subí y ella fue quien me siguió. Estaba con todo lo que conversamos en la cabeza, habíamos tomado, nada justifica mi error pero no fue mi intención volverte a lastimar, Perdóname- -No, tú prometiste no lastimarme de nuevo y hoy te basto una maldita pelea, unos celos tan hipócritas como tú para usarlos de excusa e irte con alguien más. -Mi amor por ti no es hipócrita- - Tan solo con verte ya me dueles- Ella intentaba acercarse, interrumpirme pidiendo disculpas, yo la alejaba, mientras más la veía más ira sentía -Déjame en paz. -No, no puedes darle tanta importancia a un beso insignificante- -Como te atreves, mejor cállate, tú me ves con alguien me celas, me haces un escenita para luego tener tan poca cara de decirme un beso no es nada? - No puedes echar dos años a la basura por un simple momento -Tu ya lo hiciste Micaela, lo volviste hacer y el día de mi cumpleaños, ahora sólo déjame. - Lo volví hacer, nunca perdonaste, siempre estar debajo de una lupa, para ver si fallo, esperabas que lo hiciera, no es así? - Sólo sabes decir estupideces -Claro, seguro que tu Jovi es más culta no? -Estás tan ciega o simplemente no me quieres ni un poquito, yo esperaba que me amaras como yo te amaba a ti. -Para ti nada fue suficiente -Lo mismo digo, tanto así que buscas en otras lo que yo no alcanzo a darte .. Después de eso sólo hubo silencio, me arme de valor y al siguiente segundo estaba dejándola sola, hasta que ella dijo algo que terminó por ponerle el punto final. - Después de todo lo lograste,…ahora quieres deshacerte de mí, para irte a revolcar con esa, eres una mentirosa, tanto amor que decías tenerme… iras corriendo a sus brazos, como ella si te merece, a ver si te hace gozar como… - Después de todo lo que hizo, me trataba como si fuese una cualquiera, gire la vi y mi dolor e ira actuaron, la golpee tan fuerte como pudo mi mano. - Yo no soy una cualquiera como otras,…y sí, ella tenía razón, tú no me mereces.- Termine de decir la frase y Micaela levanto la cara, su mirada estaba perdida, un segundo después mi mejilla no dolía sino ardía, me había golpeado. Ambas nos quedamos paralizadas, nunca antes le había levantado la mano a nadie y nadie me había golpeado, ella reaccionó e intento abrazarme, en ese momento yo desvié camino abrí y salí, dejándola atrás.

En mi mente se instaló la idea < se terminó, la golpeaste, te golpeo, ya no hay vuelta atrás.>