Todo normal, otra vez I

La reclusión ha terminado y puedo volver a ver al Amo. Es un momento que espero con ganas, mejor dicho mi coño espera con ganas.

Todo ha terminado y seguimos vivos. El confinamiento concluyó ayer y has decidido venir a verme. Creo que estoy màs nerviosa que la primera vez que nos vimos. Hace más de un mes que mi gola no goza con su semen, que la piel de mis nalgas no enrojece gracias a su mano.

Voy a ducharme, al estar desnuda aprovecho y me paso la cuchilla por las ingles, me he dejado el coño como te gusta. Estoy nerviosa, me seco el pelo y me lo ato en una cola. Me pongo las medias que se sujetan en los muslos, son transparentes, pero la goma superior tiene un encaje chulísimo. Me noto desnuda, me falta el collar.

Al abrir el cajón de los zapatos veo el plug anal de cola de conejo, es pequeño y no me molestará si lo llevo mientras te espero. Tomo las pinzas, sujeto cuatro en cada pecho con un cordón que las una. Me pongo dos más en los labios vaginales. Mi coño está chorreando, pero ahora no toca que me masturbe.

Suena el timbre, ya estás. Abro la puerta con lo que llevo, me da igual que me vea algún vecino. Las limitaciones que pongo siempre hoy serán eliminadas.

Abro la puerta y me quedo arrodillada en el suelo, lo miro a la cara; se que no es lo correcto, pero me da igual. Se desabrocha el cinturón, se baja la cremallera y me la pone de golpe. Me sujeta las cabeza con las manos, disfruto notando su glande en la campanilla. Me está follando la boca, lo normal es que lo haga luego de que le haya lamido los huevos. La saca, me siento vacía.

Me da la mano y me levanta, retrocedo un paso para que cierre la puerta. Mientras estoy de pie busca en la bolsa y me enseña un precioso collar de cuero blanco. A juego con mi cola, acerco mi cuerpo para que lo coloque. Se pone a jugar con las pinzas de mis pezones y jadeo.Estira la cuerda y las saca de golpe.

Baja la cabeza y me muerde un pezón. Grito de placer, el deseado orgasmo ha llegado. Ahora le pertenezco más. Empieza a jugar, mientras me muerde el pecho, con las pinzas.

En lugar de daño siento placer, placer de estar entre tus manos. Paras y vas a la habitación, estoy sola y desnuda, decido arrodillarme para esperarte. Sacas objetos de la bolsa, no logro distinguirlos, te sientas en la cama y silbas. Voy gateando hasta tus pies.

Empiezo a lamerte los huevos de la forma que me enseñaste. Le das unos golpecitos a la cola. Necesitaba sexo, con eso me das placer.

Me mandas que pare y me haces subir a la cama boca arriba, espero que no me folles en plan misionero, no quiero terminar chafada. Subes mis piernas a tus hombros, haces que mi coño quede a la altura de tu polla.

Me la estás introduciendo poco a poco, masturbando mi punto G. Con una mano me estiras un pezón. Por tu sonrisa sabes que me he corrido otra vez. Mueves la polla de forma muy lenta, casi es una tortura. Cambias a un ritmo más acelerado, me sujetas. Evitando así que con cada embestida me desplace. Noto como aumenta de tamaño y la sacas para correrte entre mis pechos.

Lo recoges con los dedos y lo llevas a mi boca. Has sabido follarme sin quitarme las pinzas de los labios y empiezas a estirarlas. Me pones de pie y me sacas el plug. Tomas mi mano y te sigo hasta el baño. Donde me introduces en la ducha y me arrodillo.

-Hace tiempo me pediste una ducha dorada, hoy te la daré. Si quieres tomar mi néctar abre la boca y cierra los ojos. Mientras no quieras cierra la boca.

Ndautora: Me gusta jugar con fuego y más ahora que sé que tardaré días en recibir las consecuencias de mis actos. No llevamos ni una semana y voy necesitada, serán unos días duros, espero que se os ponga dura.

En principio habrá más, el final de este es abierto.