Todo lo que pasó por un error (2)
Después de que fui poseída por Arturo sucedieron varias cosas que pasaré a narrar:
Después de haber perdido la virginidad, por parte de Arturo, su trato hacia mi, durante esa semana, fue de completa indiferencia. Es más se hacía el ocupado o distraído para no hablarme o hablarme lo menos posible. Eso me ocasionó que me pusiera muy irritable. Por eso, cuando se comunicó mi jefe inmediato conmigo, y me dijo que si ya podía dejar libres mis compañeros, le dije que ya se podían ir. Ninguno se despidió de mi, y menos Arturo, el muy canalla.
Me quedé sola en el hotel, y sin saber que más hacer con mi tiempo libre. Pero como siempre hay algun comedido en los hoteles, uno de lo botones me contactó y me dijo como si no quisiera la cosa: Mi señor, se que esta solo y lo veo triste ¿Por qué no acude a la centro nocturno de Rarotonga?, dicen que los fines de semana se pone un ambiente muy tremendo. Nada más que es con invitación y yo tengo una, ¿si quiere se la puedo proporcionar?. Le dije que no me interesaba y seguí mi camino hacia mi cuarto.
Ya en el cuarto, empecé a tomar una copa para quitarme el estrés, y de esta siguieron otra dos, por lo que me puse medio entonado, y recordando a Arturo, por lo que me empecé a calentar, no sentía deseos de masturbarme, sino más bien sentir algo duro y grueso en mi culito, pues este estaba punzando y palpitando, sentía como se abría y cerraba en forma involuntaria. Me desesperé porque no sabía como calmar eso. Por lo que decidí darme un baño con agua caliente. Al terminar y salir del cuarto de baño, iba desnudo y me vi de cuerpo entero, empecé a mirarme y tocarme: tenía una nalgas más que pasables, una cintura, no de avispa pero estaba de acuerdo con mis caderas, mis muslos eran gruesos y con un poco de imaginación mis pechos pudieran llenar una sosten copa A. Entonces sin pensarlo inicié a depilarme el cuerpo, primero las axilas y después mi pubis, que ha como me fue difícil lograr depilarlo, y después me puse en cuatro patas apuntando mi culo hacia el espejo y depilé mi culito. Al teminar, me sentía más caliente, por lo que me hinqué en el suelo y puse mi pecho recostado en la cama, dejando mi culito al aire y tomé un poco de crema, y con una mano cubierta de crema, y la otra separando mis globos carnosos y vibrantes, que en esos momentos, eran mis nalgas me di un tremendo masaje con los dedos, en mi culo y poco a poco me fui introduciendo un dedo y después otro hasta introducirme 4 dedos y empecé a masajearme la próstata, entonces me masturbe, no terminé, lo que quería mi cuerpo era una buena verga que entrara y saliere de mi fundillito. Así que me vestí, me puso nada más un pantalón, camisa, y sin ropa interior ni calcetines. Salí a toda prisa del cuarto a buscar al botones que me había ofrecido la invitación.
Lo encontré, despues de mucho buscarlo, y aun agitado por las carreras que hice, y más por el deseo y la calentura que tenía, le dije que si aun tenía la invitación y me dijo que sí, que si la quería me la llevaría a mi cuarto. Pero tantas eran mis ansias que le dije que lo acompañaba donde las tuviera, fuimos a la conserjería y me dió la invitación estrictamente personal, y luego me dijo que tenía que ir por la puerta de atras del antro, por un callejón, que si quería podía ir desde esta hora. Le dije que si iba ir que me consiguiera un taxi. Despues de una generosa propina me dirije hacia donde Rarotonga.
El taxi me llevó, rapidamente, al lugar de la fiesta. Al llegar a esa puerta, que estaba en el callejón, lo custodiada un verdadero Adonis, vestido de traje de etiqueta, una creatura musculosa y de rostro bello, que al mostrarle la invitación me abrió la puerta y me dió el paso. Entré a un pequeño vestibulo, que estaba a media luz, y luego me acompañó otro joven que no desmerecía con el anterior, la única diferencia era que nada más estaba cubierto por un antifaz, dejando sus atributos al aire, así sin estar su verga erecta era un preciosidad, me la imaginé erecta y no nada más eso sino ensartado por ella. Esto me aumentó la calentura, que no sabía si era por el momento, por el buen mozo, o por la bebida que había tomado previamente. Me pasó a un salón con varias mesas, casi todas estaban ocupadas, me sentó en una cercana a un escenario pequeño. Se me acercó un mesero, que parecía un copia de los dos anteriores especímenes, pero este si tenía su verga bien parada, era gruesa, no tan larga, pero si rematada en una inmensa cabeza, que parecía la de un ciclope, con un su único ojo, saliendole unas lagrimas de líquido preseminal, y con esa inmensa cabeza me acarició mi mejilla, llenadome de ese líqudo caliente que le salí de ese inmenso ojo ciego, y me preguntó que deseaba de beber. Le pedí un copa de licor, no recuerdo que, y continúe absorto, viendo el interior, había cuando menos dos personas en cada mesa, pero eran mujeres y muy atractivas, con minusculas tangas y unas especies de capas y con los pechos desnudos. Todos me sonreían cuando los miraba.
Me sentía fuera de lugar, pues yo estaba vestido y sin compañía femenina. Entonces me dijo uno de los mesero que podía pasar a una de las habitaciones para que me pudiera cambiar con las ropas que quisiera. Pasé a la más cercana, cual no sería mi sorpresa que era como un gran vestidor, con una gran cantidad de ropa, de todo tipo, algunas muy eróticas y otras un poco más recatadas, zapatos, lencería y maquillaje y pelucas. No supe que hacer y toque un timbre que había cerca de la puerta. Entraron dos grandes mujeres, grandes porque tenían unos inmensos pechos, unas inmensas caderas y unas inmensas vergas que no podían ser cubiertas completamente por las tangas que traían. Me preguntaron que si necesitaba ayuda y les dije que si, en un momento pusieron manos a la obra y en unos minutos estaba vestida con un corcet con unos tirante para medias, que me empujaban mis pechos dando apariencia que tenía, pequeños, pero tenía pechos, me pusieron unas medias de color blanco y sin tanga ni nada que cubriera mi parte inferior, me pusieron unas sandalias con una plataforma transparente y de color dorado, con una cabellera rubia con el pelo a la "afro" y con un maquillaje muy discreto. Una de las matronas me preguntó si me gustaba lo que veía en el espejo y le contesté, todo asombrado, pues veía una mujer bastante bonita, que sí.
Salimos y me sentarón nuevamente en mi mesa. Pocos minutos después aparecieron unos bailarines, todos con aditamentos para mantener sus vergas en erección y una mujer preciosa, todos semidesnudos. Al compas de la musica fueron acariciandola con movimientos eróticos, y llegó un momento que la pusieron en una especie de columpio. que dejaba sus piernas abiertas y, además,dejaba ver una pequeña verga erecta, pero nada que ver con los monstruosas vergas que portaban los bailaires. Después comenzarón a penetrarla cada uno de esos bailarines, y cuando iban a eyacular, se dirijían a una de las mesas y hacía que sus ocupantes les mamaran la verga y se tragaran los espermas, así pasó hasta que me tocó mamarle la verga a un ebúrneo bailarin con temenda verga y con una carga que me parecieron varios litros, que me los tragué saboreandolos como si fuera un postre, le sabía bien el esperma, por lo que se lo chupé hasta que ya sentí que no le quedaba ni una gota.
Me sentía mareado, un poco ebrio, y como si todo fuera un sueño, y yo fuera el personaje principal. No podía pensar bien, como si estuviera drogado, nada más dejandome hacer lo que me decían.
Después salió Rarotonga, ahora si completamente desnuda, mostrando su tremenda verga más gruesa y larga y con una cabeza normal, no como la que le había visto al que me recibió en la mesa, pero tenía una venas gruesas que surcaban toda la extensión de ese inmenso trozo de carne. Con cada movimiento se balanceaban los pechos y tambien la tremenda verga, que estaba aun sin la erección completa. Yo estaba embelezado, viendo esa verga y deseandola tener en mi culo, no me importaba si me lo destrozaba. Entonces, Rarotonga, se acerca a mi, y me dice al oído que me ha reconocido, y que desde entoncen no se le había podido quitar de su mente. Me mete su lengua y me da una tremenda acaricida, que me pone en una condiciones de casi de calcinarme, de lo caliente que estaba, y luego toma mis manos y las hace que le empiece a acariciar la tremenda verga y que le pase mis dedos cerrados en su garrote de arriba abajo y de abajo hacia arriba, con lo que logro que se ponga más dura, entonces me pide que le de unos besitos en la cabeza, roja, y dura, en la que terminaba esa preciosa verga. No me dijo dos veces y yo ya estaba dandole tremendas chupadas, no besos. Entonces se sienta a la orilla de la mesa y coloca su tremendo culo, a placer, colocando sus pies, pues iba descalza, en la silla y me hizo que me colocara mi cabeza entre sus piernas, dejandome a placer su tremenda verga, no se de donde saqué el conocimiento o la enseñanza para darle tremenda mamada, ella empezó a rugir de placer y a tomarme la cabeza con las manos e intentando cogerme por la boca, así estuvimos un buen rato, hasta que se levanto y me puso con mi pecho sobre la mesa, dejando mi culo al aire, ella se sentó y empezó a darme tremenda mamada, en mi humillado culito, y a darle mordidas, aspirarlo hasta sentir un placer que nunca había sentido.
Entonces, estaba con los ojos cerrados, escuchaba nada más a la gente rugir y pedir que me cogiera sin misericordia. ella dejo de mamarme mi culo y entonces se para enfrente de mis nalgas y empieza a empujar la cabeza, de su verga, sobre mi culo haciendo intentos para penetrarme, al ser infructuosos sus intentos le pide a uno de los bailarines que se nos acerque y que con sus dos manos separe los globos carnosos de mis nalgas y otro, a su orden, empezó aplicarme, en mi culo, lubricante y en la verga de ella. Luego tomando su tiempo me dijo: relajate cariño, y veras como te va a gustar. Diciendo y haciendo empezó a taladrarme mi culo, poco a poco, y cuando me quejaba se detenía, así continúo su maniobra hasta que sentí que su cabeza se abría paso en mi primer esfinter y después de algunso envites logró traspasar mi segunod esfinter, de ese culo que quería rechazar lo que estaba recibiendo, pero mi cerebro lo pedía con ansias, tener esa tremenda mole de carne en mis entrañas y que me bombeara todo lo que quisiera, ese momento fue en realidad el que me dolió, pero fueron unos segudnos, porque el roce de la cabeza de su verga con mi próstata hizo que empezara a tener unas sensaciones jamás antes había sentido y que eran deliciosas, embriagadoras.
Poco a poco fue penetrando su verga en mis intestinos hasta que llegue a sentir su pubis en la entrada de mi culo. Ahí empezó lo bueno, pues con una verdadera maestría me estaba enculando, me metí y sacaba lentamente su verga de mi culo y en forma súbita la dejaba ir hasta que su pubis tocara la entrada de mi culo. Así estuvimos, hasta que empece a sentir una placer intenso, primero leve y después fue creciendo hasta que me hizo gritar y pedir más verga, que no se detuviera que siguiera que no parara. Ese placer jamás sentido que llegó hasta un máximo y luego fue una explosión y poco a poco decreció pero no desapareció completamente y como ella seguía penetrandome, el placer volvió a subir de intensidad hasta que sentí nuevamente un tremendo orgasmo con una duración de varios, diría yo, minutos, y esto fue sin tocarme la verga, hasta que volvió a decrecer pero sin desaparecer, seguía sinetiendo muy placentero esa metida de verga hasta su raíz. Luego Rarotonga, grita como fiera en brama y empieza a eyacular una gran cantidad de esperma. Se deja caer sobre mi espalda y así permanecemos varios minutos, hasta que me desmonta. Cuando sacó su verga de mi culo, yo protesté y le dijo, mi amor sigueme culeando, me gusta y me haces disfrutar sensaciones que nunca había sentido, siguele por favor cariño, pero no me contestó y terminó por demontarme, dejandome un gran vacío en mi culo, que palpitaba de placer y quería más verga.
Cuando abro los ojos estamos rodeados de todos los invitados de las otras mesas, y Rarotonga, me abre las nalgas para mostrar mi culo que esta chorreando nectar del amor y todos aplauden y empeizan a meterme la lengua en el culo para beber de mis secreciones y del esperma de Rarotonga, esto me volvió hacer sentir un placer, pero no tan grande como lo había sentido con la verga en mi culo, que me lo distendió al máximo y me acarició mi próstata como nunca lo había sentido. Los líquidos mezclados, que estaban en mi culo, todos pasaron a saborearlos y hasta que no terminaron, dejaron de lamerme mi culo. De ahí no supe que sucedió.
Después de eso fue como una vorágine, y no recuerdo que pasó. Desperté en mi cama vestido con mi ropa interior, con un tremendo dolor de cabeza, lo único que me decía que no había sido un sueño era que me dolía placenteramente mi culito, sentía que palpitaba nuevamente hambriento de verga. Me bañé y baje al comedor, donde encontré al botones y le di las gracias por la invitación. Este con cara de asombro me pregunta ¿Cuál invitación señor? ¿Creo que me confunde?. Por más que insistí el lo negaba todo, era tan vehemente que hasta me hizo dudar, pero no había dudas aun sentía como palpitaba mi culo, todavía a esas horas.
Después le platicaré lo que ocurrió tiempo después...