Todo includido

Os invito a leer este relato. Ficticio, por supuesto pero escrito lo más realistamente posible con ideas y sugerencias varias. Espero que nadie se ofenda y que os guste a tod@s. Me encantaría recibir vuestros comentarios así como vuestras sugerencias para continuarlo a carlos_javier_gzlez@yahoo.es

No querría aburriros con todas las explicaciones del cómo y el porqué ocurrió lo que ocurrió el verano pasado en un “Todo Incluido” del Caribe al que fui con tres amigos, pero al menos dejad que os cuente lo más importante de toda esta increible historia.

Fuimos pensando que el hotel que habíamos escogido era ideal para cuadrillas de chicos y chicas solas, porque así nos aconsejaron en la agencia. Supuestamente buen ambiente en la playa y el las discotecas del complejo hotelero, indicado para grupos de chicos y chicas solas de nuestra edad, conocer gente, pasarlo bien, principalmente españoles e italianos … bla, bla, bla … ¡¡todo mentira!!, porque lo cierto es que cuando llegamos nos encontramos un hotel estupendo (eso es cierto) lleno de parejitas y grupos de jubilados. De grupos de chicos y chicas solas nada de nada y del tipo de ambiente divertido que pensábamos a las noches menos aún. Habíamos contratado una pequeña villa a pie de playa, preciosa, en el que pensábamos pasar las noches tomando tequila y follando con chicas que conociésemos allí y hubiesen ido en plan fiestero igual al nuestro … pues de eso ni probar. No os contaré demasiados detalles, pero os podeis imaginar el cabreo nuestro cuando nos dimos cuenta de todo. Las únicas tias verdaderamente buenas que vimos fue un grupo de 6 amigas españolas que todas ellas vinieron con sus novios respectivos y que se alojaban en dos pequeñas villas próximas a la nuestra. A las chicas las calculo entre los 20 la más joven y cerca de los 30 años la mayor. Ellos parecido aunque un par parecían algo mayores. Realmente estaban buenísimas, cuerpos muy bien cuidados, ropa muy sexy y tenían ganas de follar de verdad, porque después de comérnoslas con los ojos en la playa y en la piscina con sus mini-bikinis, cada noche las oíamos gemir cuando sus novios se las follaban en la villa cercana. Concretamente una de ellas me ponía loco cada vez que la veía: veintitantos años, castaña de pelo liso hasta la cintura, ojos marrones enormes, carita preciosa de niña buena, boquita deliciosamente sexy y un cuerpazo impresionante. Con curvas como a mi me gusta una mujer de verdad, un culo precioso coronado con esos oyuelos que me vuelven loco, piernas preciosas, cintura super marcada y unas tetas que parecían del tamaño pefecto para comerlas suavemente y luego poner la polla en medio y follarselas como se merecía hasta salpicarle esa carita de zorra. Cuando no iba con un binkini que tapaba poco más que el monte de Venus y los pezones, se ponía shorts enseñando medio culito o leggins con mini tanguitas … joder me la comía con los ojos cada segundo y de no ser porque el novio no se despegaba de ella, le hubiese entrado como loco. Ese cabronazo de novio suyo no se resistía de acariciarle el culo una y otra vez delante de todo el mundo cada vez que llevaba su mano a la cintura … y eso me ponía loco cada vez que lo veía.

Pasados unos días de desesperación y oyendo tarde tras tarde y noche tras noche como esos vecinos se follaban a sus chicas optamos por salir del hotel una tarde buscando algo de ambiente más local. Sobre todo después de que esa misma tarde me crucé cuatro palabras con la chica que tanto me ponía (me enteré que se llamaba Elena) y me dijo que pensaban que mis amigos y yo eramos “dos parejas homosexuales majísimas”. “¡Tierra trágame!”. Creo que mi cara tuvo que ser un poema en ese momento, pero vamos que nos despedimos y yo me quedé pensando lo gilipollas que había sido por ir 10 horas en un avión para eso. Optamos por preguntar a un camarero y se ofreció super amable a que le acompañásemos a el y a otro camarero de fiesta esa misma noche … bueno, pareció una opción desde luego mejor que quedaros en el hotel volviendo a escuchar a esas zorritas gemir como noche tras noche mientras su novietes o lo que fuesen se las follaban hasta quedar agotados.

Nos llevaron a una zona bastante maja de ambiente local donde empezamos a tomar unas copas en un reservado estupendo, saliendo a los pocos minutos la conversación de nuestras vecinitas de la villa de al lado. Los camareros por supuesto sabían de quien hablamos y la conversación se fue calentando entre bromas hasta que Miguel, uno de ellos sacó un revolver y lo puso en la mesa dando un golpe.

-

“Basta de hablar amigos y vamos ahora mismo a por esas pendejas. Si nos metemos en su villa podemos hacerlas cualquier cosa hasta las 8 de la mañana en que empiezan a caminar turistas por la playa. ¡¡¿Sí o no?!!. Esas son de buena familia y no se atreven a ir a la policía mejicana”.

La verdad es que nos quedamos de piedra al ver el arma y al escuchar lo que dijo nuestro anfitrión.

-

“Yo me apunto si los españoles vienen … “, dijo Juan, el otro camarero del hotel.

Joder, sus ojos se clavaban en nosotros esperando una respuesta que no terminaba de salir de nuestras bocas. Estaba claro que no era ninguna broma.

-

“A ver, tíos”, dije yo tragando saliva, como asumiendo la voz del grupo nuestro. “Yo no quiero que nadie salga herido de todo esto y nunca he violado a una tía, pero me encantaría ahora mismo follarme a esa zorrita con la que he hablado esta tarde mientras la teneis bien sujeta abriéndola de piernas a tope. Seguro que en cuanto la meta dos o tres pollazos bien hasta el fondo sale la zorra que lleva dentro y gime más que cuando se la folla su noviete. He venido aquí a follar y todavía no he hecho más que escuchar a esas zorras follar. Yo me apunto, pero la pistola la llevo yo que sé que no voy a disparar a nadie … ¿OK? … y no haremos nada a las chicas hasta que la situación no esté totalmente controlada. Yo os haré la señal. No quiero que nadie salga herido ni se convierta eso en una batalla campal sin control alguno”.

Mis amigos me miraron con los ojos como platos sin saber qué decir a la vez que Miguel empujaba el revolver hacia mí.

-

“¡Así me gusta!. No esperaba menos de ti españolito”, soltó Miguel en voz alta. “Como dicen ustedes … nos las vamos a follar a todas … jajajajaja”. “¿Todos de acuerdo o no?. Vamos, quiero oírlos uno por uno”.

Mis tres amigos: Manu, Pedro y Luis, tardaron unos segundos en reaccionar, pero finalmente asintieron entre las dudas y la excitación del momento.

-

“Pues en 5 minutos les veo en los coches a la puerta. Voy a recoger unos pasamontañas para todos”.

Todo fue a la velocidad del rayo, casi sin dar tiempo a preparar los detalles … en pocos minutos habíamos entrado en el complejo hotelero usando nuestros pases y habíamos aparcado en una zona de empleados en la que no había un solo coche a esas horas, para caminar hasta las dos villas en las que se hospedaban las chicas con sus parejas. Lo único que claramente acordamos del plan era cómo nos repartiríamos a las chicas, ya que por suerte, todos teníamos a nuestra favorita y no coincidíamos en los gustos.

Como todas las noches se escuchaba una pareja gemir a la vez que risas y una televisión bastante alta. Todos los ruidos provenían de una de las villas, como si el grupo completo se hubiese juntado allí después de cenar. Yo tenía la pistola de Miguel y todos íbamos con la cabeza cubierta por un pasamontañas negro con dos agujeros para los ojos. El plan que habíamos hecho durante el viaje en coche era bastante sencillo y consistía en encerrar a todos los hombres atados en una habitación vigilados por Juan, el camarero mejicano que prefería follarse el último a las tías, porque le ponía meterla sabiendo que ya otro se las había follado antes y se había corrido dentro. Los demás nos quedaríamos en la habitación principal de la villa follándonos a las chicas viéndonos unos a otros, para evitar problemas si nos separábamos.

Sobre las 11 de la noche entramos gritando y amenazando en la villa de las parejitas españolas diciendo que solo queríamos robar y que nadie saldría herido si hacían caso. Ellas estaban todas en bikini y ellos todos en bañador ya que el calor, incluso a esas horas, era realmente sofocante. La sorpresa fue total y no hubo resistencia alguna por parte de las parejitas. Todos se tiraron al suelo como les ordenamos, los hombres a un lado y las mujeres a otro, excepto la parejita que follaba en un dormitorio de la planta superior, a donde subió Juan junto con mi amigo Manu para bajarlos. A los dos les bajaron completamente desnudos por las escaleras, estando el hombre con su polla aún completamente dura cuando le pusimos con el resto del grupo. Ella era una rubia de poco más de 20 años con un cuerpo muy sexy. No más de 1,60 de altura, pelo liso cortito, ojos verdes claros, cintura muy estrecha y culazo precioso, pechos enormes, sin operar, ligeramente caídos y con unos pezones grandes. Él, un hombre de treinta y muchos, delgado pero evidentemente mucho mayor que ella. Solo observar como se la movían las tetas y cómo se intentaba cubrir su depilado sexo con las manos a la vez que se juntaba al resto de las chicas, nos puso como motos.

-

“Este cabronazo se estaba follando a esa rubia por el culo, el muy hijo de puta … por eso gemía tanto la muy zorrona. Cuando hemos entrado no quería ni parar el muy cabrón. Seguía dándola como un perro por detrás hasta que tiramos de él para sacársela”, dijo Manu para que todos le escuchásemos haciendo que la chica mirase al suelo avergonzada y ruborizada entre miradas cruzadas de unos y otras.

Mientras dos amigos míos recogían móviles y dinero que encontraban, simulando un robo que pensábamos tranquiliaría al grupo, los mejicanos cogieron bikinis y ropa interior de las chicas de los cajones y con eso empezaron a atar las manos a la espalda y los pies juntos a todos los hombres, conduciéndolos hasta uno de los dormitorios donde se les obligaba a tumbarse en la cama atravesados. Yo me limitaba a mirar a unos y a otros con cara amenazadora, apuntándoles con el revolver. No sé si decir sorprendentemente, pero lo realidad es que no hubo resistencia alguna por parte de nadie.

No fueron necesarios más de 15 minutos para tener la situación controlada como todos habíamos planeado. Los hombres inmovilizados en una habitación vigilados por Juan armado con un bate de beisbol que encontramos en la habitación y nosotros solos con las seis tías en el gran salón de la villa que nos miraban verdaderamente asustadas. Yo seguía controlando la situación con el revolver en la mano.

-

“Chicas, ahora es vuestro turno, o sea que os vamos a atar para podernos ir tranquillos. No ofrezcáis resistencia y todo saldrá bien”, dije yo.

Seguíamos sin tener cuerda para atarlas o sea que se me ocurrió algo para calentarnos un poco más.

-

“No hemos traido cuerdas ni nada para ataros o sea que lo haremos con vuestros propios bikinis”.

El salón de la villa era grande y tenía 6 columnas de madera … como hecho a medida para nuestras seis invitadas.

Miguel, el camarero organizador de todo este follón se dirigió a la rubia desnuda que estaba siendo enculada hacía unos minutos en el piso de arriba.

-

“¡Tú puta!. ¿Es verdad lo que decía mi amigo de que el maricón de tu hombre te estaba dando por el culo?”.

La chica completamente ruborizada nuevamente volvío a mirar hacia el suelo sin responder mientras seguía cubriéndose el sexo y los pechos como podía con los brazos.

-

“¿Es que no has oído a mi amigo, rubia?”, le dije yo apuntándole con el arma y levantando un poco la voz. “¿Cómo te llamas?”.

-

“Gemma”.

-

“Muy bien Gemma, pues creo que mi amigo te ha hecho una pregunta y está esperando la respuesta. ¿Es verdad que te estaban dando por el culo hace un par de minutos?”.

Tras unos segundos de duda y un silencio tenso, la chica respondió en voz muy baja sin mirar a la vez que miraba al suelo completamente ruborizada: “S…s… sí”.

-

“Chica mala Gemma … eso de dejarse dar por el culito es de chicas malas. ¿No te lo dijo nunca tu papá? …. Jajajajajaja … Eso solo lo hacen las zorritas que les gusta tener dos pollas a la vez o las sumisas. ¿Tú que eres una sumisa o una zorrita preparándose para tener dos pollas a la vez, una en cada agujerito?. No me hagas repetírtelo como antes y responde rubia”.

-

“E … El me lo pidió y yo me dejo porque sé que le gusta”.

-

“Fíjate tú … la rubia se deja encular porque a su noviete le gusta … pedazo de zorra sumisa nos ha salido. Chicos atad a estas monadas cada una a una columna con la parte de arriba de sus bikinis … así estarán más guapas con las tetas al aire. Atad a esas cuatro y dejad a Gemma y la la morenita esta. ¡¡Tú, ¿Cómo te llamas?!!”, dije dirigiéndome a Elena, cuyo nombre ya conocía por la conversación matenida con ella anteriormente, en la que nos confundió con homosexuales

-

“Soy Elena. Por favor, no hace falta todo esto. Ya os habéis llevado todo lo de valor que tenemos. Si quereis no diremos nada de lo ocurrido, pero marchaos, por favor”, rogó visiblemente asustada mirándome a los ojos.

-

“¡¡Elenita cállate!!. No creo haberte preguntado nada. Aquí solo se habla si nosotros preguntamos algo … ¿está claro?”.

Mientras mis compañeros ataban a las chicas con sus propios sujetadores de los bikinis a las columnas (todas ellas con la espalda contra la columna y las manos por detrás) nuestros ojos recorrían las tetas desnudas de todas ellas a la vez que con mi pistola seguía encañoñando a Elena y Gemma que permanecían juntas en un rincón de la estancia.

El nerviosismo en las chicas era evidente, más aún cuando les arrancaban la parte superior de sus bikinis para atarlas con fuerza a las columnas … pero podía el miedo a estar en esa situación en un país desconocido. Una especie de desprotección hacía que se dejasen llevar por los acontecimientos.

-

“A ver chicas, ¿cómo os llamais y edades?. Rápido … empieza tú”, dije apuntando por un segundo a una chica pecosa de pelo moreno rizado una vez las cuatro estuvieron atadas e indefensas.

-

“Yo … yo … yo soy Silvia. Tengo 22 años”.

-

“Hola Silvia tienes unas tetas preciosas ahora que las veo desnuditas”.

-

“Arancha y tengo 21 años”. La chica más alta de todas, rubia con pelo largo, de ojos oscuros, boca realmente sexy, con cuerpo realmente impresionante, bastante delgada y con pechos pequeños con pezoncitos apuntando al frente.

-

“Hola Arancha. Tus tetas también están muy bien. Esos pezoncitos mirando al frente parece que están pidiendo un buen pellizco”.

-

“Susana. Tengo 29 años”. Media estatura, pelo moreno con media melena por el cuello, pechos operados por lo firmes que estaban, también pecosa como Silvia, parecía tener un culo realmente firme y grande.

-

“Vaya, Susanita. Esas tetas pecosas se parecen a las de Silvia, ¿no seréis familia, no?”.

-

“Sí, somos hermanas. Por favor no nos hagáis nada, os hemos dado todo”.

-

“Claro, claro … tranquila Susanita, con esas tetas que te has puesto, me parece que vas a tener algún pretendiente hoy. ¡Tú la última!”.

-

“Soy Paula y tengo 25 años”.

-

“Hola Paula. ¿Te ha dicho alguien que tienes boquita de comepollas?. Seguro que haces unas mamadas tremendas”.

Paula era una chica castaña de labios realmente carnosos y ojos verdes. Pechos asombrosamente grandes para lo menudita que era (no más de 1,55 de altura). De no ser por esas tetas enormes podría haber pasado por una cría.

-

“Así atadas con las tetas al aire estais preciosas chicas”. Solo Manu y yo estábamos aún cerca de las dos chicas sin atar (Elena y Gemma). Los otros tres habían elegido cada uno a su chica y estaban a su lado. Silvia, Susana y Paula parecían las elegidas por ellos, mientras que Arancha, de momento al menos estaba sola.

-

“Manu ayúdame a pegar esa mesita a la columna esta”.

Entre los dos movimos una pequeña mesa de 1 x 1 pegándola a una de las columnas libres.

-

“Aquí vamos a atar a Gemma la zorrita sumisa. Ven aquí rubita”.

Gemma caminó hasta pegarse a la mesa, cubriéndose permanentemente el monte de Venus y los pechos con las manos.

-

“Por favor, os juro que no voy a hacer nada. No hace falta que me ateis, podeis iros y esperaré el tiempo que me digáis sentada o encerrada donde sea, pero por favor no me hagáis nada”.

-

“Ya, claro. Tú reclínate sobre la mesa y extiende las manos hacia delante guapa. Vamos a atarte a la columna”.

La posición de la mesa obligaba a la chica a reclinarse completamente sobre la mesa, manteniendo los pies en el suelo y apoyando sus pechos sobre la misma para llegar con las manos hasta la columna, esperando ahí a ser atada. En esa postura su culo se mostraba absolutamente perfecto y aunque se esforzaba en cerrar al máximo las piernas, se veía aparecer su coñito depilado desde atrás.

-

“Por favor, no me ateis así, por favor”, dijo incorporándose levemente.

-

“Rubita, pórtate bien y quedate quieta. Creeme que estas muy guapa así enseñando ese culito que tu noviete te ha follado hace un ratito. Pero tenemos un problema … como has bajado desnuda para enseñarnos todo, no tienes bikini con el que atarte … a ver, a ver … ¡ya lo tengo!. Tu amiga Elena te presta el bikini para que te podamos atar, ¿a que sí Elenita?”.

-

“¡¡¿Qué? … ¿cómo? … no por favor, basta ya!!. Os lo pido por favor, estó está yendo demasiado lejos, por favor”, dijo Elena

-

“Vamos tonta mira a todas tus amigas. Todas tienen las tetas al aire menos tú. Quítate la parte de arriba ahora mismo … o ¿quieres que te la quite yo?. Además nada de cubrirte las tetas con los brazos. Quiero que las dejes bien a la vista de todos los de la sala. Creo que las tienes bien bonitas, ¿no es así?”

Elena mirando al suelo y tras unos segundos de tenso silencio, se quitó lentamente la parte superior de su bikini, dejando al descubierto unos pechos verdaderamente bonitos. Una vez con la prenda en la mano la lanzó hacia donde yo estaba, pudiendo atraparla en el aire con mi mano libre. Las tetas de Elena era realmente preciosas y llevaba días soñando con ellas … perfectamente redondas, pezón pequeño, aureola oscura y de un tamaño ideal, ni muy grande ni pequeño, que las hacía realmente deliciosas. Me moría de ganas de pellizcar uno de esos pezoncitos mientras mordisqueaba el otro y mi polla estaba dura como una roca bajo el bañador, pero preferí esperar y seguir un poco más con el juego.

-

“Toma Manu, ata a tu rubita sumisa en la columna. Átala bien fuerte que no se mueva”, dije lanzándo hacia mi amigo la parte superior del bikini de Elena.

Sin hacer caso a los ruegos de la chica, Manu ató sus manos al poste, haciendo que ahora sí, Gemma quedase con las puntillas de los pies apoyadas en el suelo, el culo justo en el borde de la mesa y la mitad superior de su cuerpo tumbado cobre la mesa.

Hasta ese momento, aunque todos nos moríamos de ganas de hacerlo, ninguno había tocado los cuerpos de las chicas y tal y como acordamos, estaban esperando mi orden para hacerlo.

-

“Ya solo quedas tú morenita. Y, ¿ahora con qué  vamos a atarte a ti si no tenemos un sujetador?”, dije yo dirigiéndome a Elena.

La cara de Elena mostraba una mezcla de enfado y miedo que me excitaba aún más. Ya no me pareció necesario usar el revolver o sea que lo dejé en una estantería donde no molestase para mis planes, fuera del alcance de las chicas.

-

“No necesitas atarme, tienes mi palabra que no haré nada. Y si necesitas una puta cuerda ahí en el cajón tienes trapos con los que me puedes atar, joder”.

-

“Vaya, vaya … Elenita resulta que es una chica rebelde. No lo sabía yo. ¿Sabes lo que pasa?, que no me parece suficientemente cachondo atarte con un trapo, pero tengo una idea. Te vas a quitar la parte de abajo del bikini y te ataré con ella las muñecas. Total es medio tanga y no te tapa casi ni el culazo o sea que no te importará demasiado quedarte igual que tu amiguita Gemma”, dije acercándome hacia ella hasta quedar mirándole a los ojos a escasos 50 centímetros.

-

“No pienso quitármelo. Por favor, ya nos habéis humillado lo suficiente. Llevaos lo que nos habéis cogido y no diremos nada. Os lo prometo, pero basta ya de asustarnos por favor”, respondió Elena con los ojos cargados odio y sin retirarme la mirada.

-

“Mira guapa, te lo vas a quitar además sacando esa zorra que llevas dentro. Muy despacito para que podamos disfrutar viendo aparecer poquito a poco ese coñito tuyo. Además algo me dice que con esa carita de chupapollas que tienes seguro que te has depilado entera o sea que estamos deseando verte desnuda. Vamos … ¡enseñanos el culito y el coñito putita!”.

Su respiración se agitó haciendo que sus tetas aún pareciesen más grandes de lo que eran y tus ojos no se retiraban ni un segundo de los mios … como retándome. Eso me ponía más y más cachondo aún. Unos segundos de silencio llenaron el ambiente hasta que por fín Elena habló:

-

“No pienso hacerlo cabrón. Teneis ya todo lo que quereis. Dejadnos tranquilas”.

-

“La verdad es que me encantaría quitártelo yo y darte unos buenos azotes … pero me apetece que te sientas una puta y quiero ver como te lo quitas tú. ¿Has visto a mi amigo el que está cerquita de tu amiguita Gemma?. ¿Te has fijado el pollón que tiene bajo el pantalón?”, el bulto de Manu era realmente grande y evidenciaba una dura polla bajo la ropa. “Le voy a decir que se la saque ahora mismo y empiece a dar por el culo a esa rubita amiga tuya hasta rompérselo. Creeme que la polla de mi amigo no va a ser como la de ese mierda de novio que bajó antes con ella. Vas a oir gritar a tu amiga ya mismo, ¿es eso lo que quieres? … aunque no sé, la verdad es que con lo zorra que eres, igual te pone escucharla gemir mientras la sodomizan como a una perrita, ¿no?”.

-

“Maldito cabrón de mierda. Me lo quite o no vais a hacer lo que queráis. No pienso entrar en tu juego”.

-

“Ya lo creo que vas a entrar … y además a entrar de verdad”, dije disfrutando de cada momento. Dirigiéndome a mi amigo Manu dije: “Dale por el culo a la rubia amigo, que el noviete ese seguro que se lo ha dejado bien abierto y no abrá podido correrse. Seguro que está deseando sentir el culo lleno otra vez”.

Manu llevaba unos segundos ya sobando el culo expuesto de la chica abriendo ligeramente las nalgas para observar el enrojecido culito y el perfectamente depilado coñito.

-

“¡¡No, Elena joder, nooo!!. ¡Elena, tía, no dejes que me hagan esto … joder, noooo!!”, gritó Gemma a su amiga en cuanto notó algo rozando la entrada de su culito, empezando a dar pequeños saltitos como tratando de mover el culito para evitar que se lo follasemos.

Manu se quitó el bañador rápidamente dejando al descubierto su polla durísima, que lubricó con su saliva para inmediatamente sujetarla con una mano para ponerla entre las nalgas de la indefensa Gemma: justamente a la entrada de su culito, que parecía ligeramente abierto por la anterior sesión de sexo anal con su pareja.

-

“¡¡Noo!!, para, para. Me lo quito, pero no sigas joder”, dijo Elena.

-

“Así me gusta zorrita chupapollas, que no te hagas la estrecha. Estoy seguro de que estas deseando enseñarnos el coñito a mis amigos y a mi. Vamos quítatelo muy despacito demostrando que eres una calientapollas”.

Con los ojos húmedos por la humillación pero manteniendo sobre mis ojos su mirada retadora, Elena empezó a bajarse poco a poco la parte inferior del bikini. Moviendo las caderas como si efectivamente fuese una bailarina de striptease fue descubriendo su completamente depilado monte de venus y liberando ese culo tan precioso con el que soñaba desde días atrás. Fueron unos segudos eternos … unos segundos en que todos llegamos al máximo de la excitación hasta ese momento viendo como la chica se desnudaba completamente cómo habíamos pedido.

-

“Tómalo cabrón”, dijo ofreciéndome en la mano su braguita, ya completamente desnuda sin cubrirse con las manos manteniendo el orgullo.

-

“Así me gusta. Ahora date la vuelta y pon las manos a la espalda”.

Obedeció dejándome ver ahora su precioso culo desnudo y en breves segundos até sus muñecas a la espalda para después dar un buen azote en su culo dejando los dedos marcados en sus nalgas.

-

“¡¡Plaaaaaas!!”, sono el azote.

-

“¡¡¡Aaauuu!!!, cabrón de mierda”.

-

“Pero que zorrita cachonda eres y me encanta que te comportes como lo que eres. Menudo culazo tienes. Lo has hecho verdaderamente bien. Ahora te toca la siguiente tarea si no quieres ver las caritas de tu amiga rubita recibiendo los pollazos de mi amigo en su culito”.

-

“Ya nos teneis a todas atadas joder, ¿qué quieres ahora?. Te hemos dado todo lo que nos has pedido. Marchaos y dejadnos, por favor, no diremos nada a nadie. Lo sabéis de sobra”.

-

“Claro, claro … con lo guapas que estais todas así … mejor vamos a jugar un poquito con vosotras. Tú la primera. Quiero sobarte ese coñito ahora mismo. Tu carita de zorra me dice que ahora mismo te estas mojando con la situación y quiero comprobarlo”, dije acercando una banqueta a Elena.

-

“Eres un cabrón violador”.

-

“Y tu una zorra preciosa. Sube un pie a esta banqueta … quiero meterte mano para que sepas quien manda aquí. Por mucho que me mires con esos ojos de odio, algo me dice que estas deseando sentir mis dedos en ese coñito depilado. Seguro que te lo has depilado pensando en nosotros … ¿a que sí?”. Mi ultima frase arranco risas entre mis amigos.

Tras mantener unos segundos más mi mirada, Elena bajó la vista hacia la banqueta y obedeciendo mi orden apoyó sobre ella uno de sus pies, dejando su coñito completamente a mi alcance y a la vista el comienzo de esa deliciosa rajita abierta y accesible.

-

“Pero qué buena estás … y lo sabes zorra. Sabes que nos estás calentando enseñando el culo y las tetas a todo el mundo y ahora te abres de piernas en cuanto te lo ordeno. Ven aquí”.

Mi mano derecha se dirigió directamente al clítoris de la chica para comenzar a acariciarlo muy suavemente mientras la izquierda empezaba a sobar una de sus preciosas tetas.

-

“Pero qué coñito tienes chica. Fíjate que bien se nota el clítoris y además ya sabía yo que lo ibas a tener bien mojadito. Aunque tu cabeza se niegue está saliendo la zorra que llevas dentro y que está deseando que se la follen. ¿A que sí?”.

-

“No me toques cabrón. Me estás violando y lo sabes”, respondió manteniendo clavada en mí esa mirada de odio pero sin mover ni un milímetro sus piernas abiertas.

-

“Estoy seguro que estas deseando ver cómo mi amigo encula a tu amiga la rubita … ¿a que sí?”. Mientras hablaba, mis caricias lo más suaves y delicadas posibles seguían jugando con su clítoris y con sus pezones. “No lo vas a decir para que los demás no sepan lo zorra que eres, pero estás deseando ver las caritas de esa pija rubita con el pollón de mi amigo clavado en su culito. Dime la verdad. Mira como mi amigo la está sobando entera ahí sobre la mesa. Parece que no ha roto un plato y resulta que su noviete se la encula para que todos la oigáis chillar. Reconoce que te pone loca pensar en cómo se va a retorcer con un pollón de verdad en el culo”.

Mientras seguía jugando con Elena, mi amigo Manu sobaba el culo de Gemma y sus pechos como podía metiendo la mano entre su cuerpo y la mesa.

-

“Hijo de puta no me toqueeees”, respondió ahora mirando al suelo y haciendo que yo notase un pequeño temblor en sus piernas.

-

“¡Cómo te gusta que te soben! … vamos Manu fóllate el culito de la rubia esa. Seguro que aún no se le ha cerrado bien. ¡A por ella!, que esta se está poniendo cachonda solo de pensarlo”.

-

“Joder tío, qué ganas tengo”, dijo sujetándose la polla durísima como una roca que seguía desde minutos atrás jugando entre sus nalgas sin clavarse en sus agujeritos.

-

“¡¡Nooo, tío, noooo me hagas eso!!”, gritó Gemma ahora sí segura de que le iban a romper el culo.

Manu estaba demasiado cachondo para hacerlo suavemente y de un solo empujón clavó su polla hasta los huevos en el culito indefenso y medio dilatado de Gemma. Sus nalgas golpearon las caderas de mi amigo mientras la sujetaba por la cintura como tratando de llegar lo más dentro posible con su polla.

-

“¡¡¡Aaaaauuuuuu!!!, ¡jodeeerr, paraaaaaa!. Por favor, ¡¡paraaaaaa!!”.

-

“¿Qué pasa que esta polla es más gorda que la del pijo rico amigo tuyo?. Pues acostúmbrate, porque te voy a dejar el culo bien abiertito”.

-

“¡Para, jodeeer!. Sácamela, ¡¡me estás matando!!”, chillaba Gemma con las piernas medio levantadas sin apoyar en el suelo, recostada completamente sobre la mesa y ligeramente arqueada como para tratar de dejar paso al pollón que tenía en su culo.

Todos en la habitación mirábamos los gestos de dolor de la chica y los de placer extremo de Manu. Las cuatro chicas atadas a las columnas se revolvían nerviosas tratando de liberarse, ahora ya teniendo claro que todas iban a ser folladas por esos extraños ladrones. Mientras, Elena, alternaba miradas furtivas a la sodomización de su amiga Gemma con ocasiones en que volvía a fijar la mirada en el suelo mientras mis manos seguían acariciando su mojado clítoris y sus pechos suavemente. Mis dedos recogían el líquido lubricante que desprendía su coñito y lo extendían por su clítoris para poder acariciarlo mejor y ella permanecía con las piernas abiertas, dejándose hacer como yo le había ordenado.

-

“Mira mis otros amigos zorrita”, le dije a Elena susurrándole en el oído. “Están mirando cachondos perdidos a tus otras amigas deseando también follárselas pero no lo harán hasta que yo no se lo ordene”.

-

“Basta por favor, baasta jodeeeer”.

-

“Ahora tu siguiente tarea será ir una por una donde tus otras cuatro amiguitas y quitarles la braguita del bikini. En cuanto estén desnudas será la señal para que mis amigos se las puedan follar a todas. Vamos hacia allá, venga baja el pie de la silla pero camina con las piernas abiertas que voy a seguir metiéndote mano”.

Elena obedeció nuevamente y bajó el pie de la silla, comenzando a caminar con las piernas lo suficientemente abiertas como para permitir que mi mano pudiese seguir sobándola la entrepierna. Yo iba detrás de ella, pegado a su cuerpo para que notase no solo mi mano entre sus piernas sino mi durísima polla entre las nalgas.

-

“Si no me sueltas las manos atadas no puedo hacer lo que me has pedidooooo”, dijo Elena al llegar justo frente a su amiga Silvia que nos miraba con cara de pánico.

-

“Sí que puedes zorrita. Vas a quitarles la braguita del bikini con la boca mientras yo sigo metiéndote mano … que lo estás deseando. Además lo primero que harás cuando te arrodilles frente a tu amiguita es darle un besito justo sobre la rajita para tranquilizarla y cuando por fin se lo hayas bajado del todo quiero que le pegues un buen lametón en el coño. Seguro que es tan zorra como tú y lo lleva bien depiladito”.

-

“¡De qué vas, tío!. No pienso hacer esoooooo”.

-

“Claro que lo harás … ¡¡¡plaaaas!!! … porque sino te voy a dejar el culo rojo de los azotes que te voy a pegar … ¡¡¡plaaas!!!”.

-

“¡¡Aaayyyy!! … para jodeeer”. Mientras con una mano azotaba su precioso culo, la otra seguía clavada en su entrepierna sobándola el coñito.

-

“Lo harás con tu amiguita Silvia primero y luego una a una con todas tus otras amigas hasta desnudarlas a todas. Mis amigos lo están deseando.  ¡¡¡Plaaas!!!, empieza culo bonito o te lo voy a dejar en carne viva”.

-

“Maldito cabrón”, dijo Elena mientras se arrodillaba frente a su amiga, arrodillándome yo justo tras ella para poder seguir sobándola.

-

“No olvides el besito y el lametón final. Estoy segura que ya has probado el sabor del coñito de alguna de ellas en esos momentos de zorra que tienes”.

Cuando Elena comenzó a obedecer lo que le estaba ordenando, pensé que mi polla explotaría. Primero el besito justo donde el coñito empezaba y luego el bikini siendo arrastrado poco a poco hacia abajo con los labios. Primero un lateral, luego el frente, luego otro para descubrir otro delicioso coñito depilado completamente. Así hasta bajar la parte inferior del bikini a las rodillas de la chica, desde donde suavemente por su propio peso cayó hasta los tobillos.

-

“Estupendo guapa. Ahora el lametón final. Mira que coñito más lindo tienes frente a ti. Tu amiga Silvia está deseando notar tu lengua todo lo dentro que puedas o sea que dale un buen lametón a la rajita y al clítoris”.

-

“Hijo de puta. Cómo te gusta humillarme cabrón”.

-

“Me encanta … vamos mete bien la lengua. Y tú Silvia abre un poquito las piernas para dejarla entrar a tu amiguita Elena”.

Las dos chicas obedecieron a rajatabla y primero Silvia abrió ligeramente las piernas para que Elena pudiese meter la lengua y lamer su sexo desde la entrada de su vagina hasta el comienzo de la rajita en su monte de venus, pasando por su clítoris.

-

“Ya está cabrón”.

-

“Pero qué zorra eres.Ya te la puedes follar amigo”, dije haciendo una señal a mi amigo Pedro, que parecía haber elegido a esa chica como su objetivo. “Toda tuya, fóllatela como te apetezca y por donde te apetezca”.

-

“Qué ganas tengo. No aguanto un minuto más, dijo lanzándose a besar a la chica, ahogando sus gemidos, mientras una mano iba a sus preciosas tetas y otra a su entrepierna”.

-

“Ahora vamos a por la siguiente amiguita. Pero antes quiero que me digas a cual dejamos para la última. Recuerda que uno de mis amigos está vigilando a vuestros chicos o sea que estamos solo cinco y vosotras sois seis. No me gustaría que una de vosotras se quede solita”.

-

“Para por favor. Para esta locura. Esto no puede acabar bien, por favor”.

Mientras charlábamos, los gemidos de Gemma mientras era enculada ya no eran tan dolorosos como al principio y se ocultaban casi bajo los de mi amigo Manu gozando mientras se la follaba por detrás. Por otro lado, el camarero mejicano que estaba con Silvia, seguía pegado a su boca mientras sus manos recorrían bruscamente el cuerpo de la chica por todos los sitios.

-

“Si no eliges tú elegiré yo … o sea como quieras. ¿Quieres elegir la última a la que vas a desnudar o no?”.

-

“Arancha … paraaa, por favoooor, no me sigas tocandooo”, susurró super bajo Elena estremeciendo su cuerpo.

-

“Pero qué zorra eres. Seguro que le has comido ya alguna vez el coñito a esa pedazo de rubia. Venga, levanta y vamos a por la hermanita de esta”, dije dirigiéndome hacia donde estaba Susana, la hermana de Silvia.

Elena volvió a obedecer sumisa y a agacharse frente a su amiga mientras mi mano seguía sobándola. Al ver como volvía a besar el coñito de la otra chica y notando como su coñito se mojaba más y más con mi sobada no aguanté más.

-

“Tú sigue con lo tuyo zorrita … pero necesito ya follarte. No te muevas y sigue bajando la braguita de tu amiga”.

Elena no dijo absolutamente nada mientras dejaba de tocarla. Tampoco al sentir mi polla ya libre del bañador justo entre sus deliciosas nalgas y lanzó un larguísimo pero suave gemido al notar cómo se la metía por el coñito desde atrás. Estaba tan lubricada que entró maravillosamente mientras con los dientes arrastraba el bikini de Susana por medio muslo, dejando ver un monte de venus no completamente depilado pero solo adornado con una pequeña línea de pelo moreno super recortado.

El bikini llegó rápidamente hasta las rodillas de la chica, cayendo libremente hasta los tobillos e inmediatamente después la lengua de Elena recorrió el sexo de su amiga tal y como yo se lo había ordenado.

En esta ocasión no hizo falta ni decir una palabra. Miguel, el camarero mejicano que ideó toda la aventura, se lanzó a por Susana entre sus ruegos de que no le hiciese nada y obligándola a sentarse en el suelo, la empezó a pasar la polla por la cara hasta que Susana aceptó mamársela. Los pollazos de Miguel desde el primer momento fueron tremendos, pero Susana dejaba que su polla entrase completamente hasta el fondo de su garganta sin la mínima arcada.

-

“Veo que tu amiga es una buena mamadora de pollas. Seguro que tú también la mamas muy bien. Pero ya lo comprobaremos más tarde. ¡Cómo te gusta la polla en el coñito, eh, zorra!”.

-

“Eres un cabrooon … jodeeer … sácamela cabrooonazoooo”, gimió la chica entrecortadamente al hablar.

-

“Vamos levántate. Vamos a llegar hasta donde tu amiga Paula sin sacártela del coñito o sea que camina poco a poco”.

Caminamos mientras yo le sujetaba bien fuerte por las caderas para evitar que mi polla se saliese de tan maravilloso, cálido y húmedo coñito, hasta llegar donde Paula. Allí, Elena repitió el proceso de arrodillarse .. besito … braguita abajo y lametón esta vez bien profundo y por dos veces del coñito, también depilado, de su amiga Paula, que miraba incrédula a su amiga comiéndola el coñito mientras yo me la estaba follando a toda velocidad sujetándola por las caderas.

No hizo falta ni un solo gesto a mi amigo Luis para que se lanzase sobre Paula, que aún tenía la braguita del bikini en las rodillas, la obligase a arrodillarse y le plantase la polla en la boca.

-

“A ver como la mamas con esa boquita tan linda zorra”.

No sé si fruto del miedo o de la indefensión u otro motivo, Paula abrió la boca y dejó que mi amigo empezase a follarle hasta la garganta sin rechistar ni un momento. Se escuchaban sus arcadas cuando la polla de Luis llegaba hasta el fondo, pero en ningún momento abrió los labios para quejarse.

-

“Ahora vamos a por tu amiga Arancha, que la hemos dejado solita”. En esta ocasión saqué la polla del coñito de Elena y observé su precioso culo desnudo moverse al caminar delante de mi dirigiéndose a su amiga hasta que se detuvo frente a ella.

-

“Hola Arancha”, dije yo acercándome hasta la rubia y cogiéndola por la cintura suavemente para acariciarla.

-

“Ho … ho … hola”, respondió verdaderamente nerviosa, tratando de retirarse un poco.

-

“¿Sabes una cosa Arancha?. Resulta que tu amiga Elena te ha elegido para el final a ti porque me parece que tiene unas ganas loquitas de comerte suavemente el coñito”.

-

“¡Hijode puta … eso es mentira!”, dijo Elena clavándome la mirada nuevamente.

-

“Eres una zorra Elenita y tienes que aprender a tratarme con más respeto.Me parece que te mereces un buen castigo. Quiero verte ahora mismo arrodillada frente a mi y mamándome la polla antes de que cuente 3 y en lo que hablo con tu amiga Arancha. Como no lo hagas bien puedes preparar ese culo a recibir azotes de verdad”.

Sus ojos cargados de odio volvieron a clavarse en los míos y mantuvo la tensión durante unos breves segundos en los que yo empezaba la cuenta, pero antes de que yo llegase al tres, ya estaba arrodillada frente a mi con mi polla en su boca y moviendo la cabeza para mamármela.

-

“Mmmhhhh … fantástico. ¡Qué boquita tienes Elenita!. Dime una cosa Arancha … tú ya has sentido la lengua de esta zorrita que me la está mamando en el coñito … ¿a que sí?. Dime la verdad … que yo me entero de todo y me puedo enfadar”. Mi mano que acariciaba la cintura de la chica empezó a subir par coger suavemente uno de sus pequeñas pero deliciosas tetas.

-

“Por favor no me hagas nada si quereis más dinero igual podemos sacarlo con una tarjeta, no lo sé, pero por favor no me violes”, rogó la chica con cara verdaderamente asustada a la vez que indefensa con las manos atadas a la columna tratando inútilmente de retirarse para evitar que sobase sus tetas.

-

“Calla rubia y no seas exagerada. Un polvo es un polvo y me parece que las seis de eso sabeis mucho, ¿a que sí?. Te he hecho una pregunta sobre tu amiga la que me está comiendo la polla ahora mismo y no me has respondido”, mi mano siguío acariciando sus tetas, parándose por un momento en uno de los puntiagudos pezones para cogerlo con fuerza. “No me has respondido rubia … y quiero la verdad”.

-

“¡¡Auuuu!! … Eeehhh … eehhhh … estábamos borrachas las dos y acabamos haciendo tonterías, peroooo … estoooo. ¡Para por favor, me haces daño!”.

-

“Venga, no te hagas la estrecha ahora mismo. Estos pezoncitos tuyos seguro que han tenido guerra … y mucha estos días o sea que no me vengas con tonterías por un pellizquito. Si quieres te pego un buen mordisco para ver como duelen de verdad. Tú pórtate bien y mira de vez en cuando a la zorra de tu amiga comiéndome la polla”.

La chica no pudo evitar mirar cómo su amiga Elena de rodillas movía la cabeza clavándose mi polla durísima hasta el fondo de su garganta para luego mirándome a los ojos volver a rogar.

-

“Por favor no me hagas daño por favor. Haré lo que me pidas y responderé a lo que me preguntes”.

-

O sea, que volviendo a nuestra conversación de tu amiga Elenita. Me decías que que ya has notado su lengua de zorra recorriendo tu coñito, ¿a que sí?”.

-

“Buenoo … sí, aquel día. Sí. Por favor no me hagas nada”, dijo al empezar a notar mis dedos nuevamente cogiendo un pezón con cada mano.

-

“Tranquila tonta. Tú relájate y mirala lo bien que me la está mamando. No sé lo que te parecerá a ti, pero yo creo que estaba deseando que la diese polla en la boca, ¿no te parece?. Tienes unos pezones que me ponen muy cachondo, ¿lo sabes?”.

-

“Para por favor, no sigas … por favor te lo pido”.

-

“¿Sabes una cosa rubia?. Estoy deseando meterte la mano debajo de ese bikini para cogerte bien fuerte por el coñito … pero quiero que sea la zorra de tu amiga la que te desnude. Me parece que la muy puta está deseando comerte el coñito y eso hay que verlo. ¿Qué te parece?”, mis dedos seguían sobando y pellizcando sus pezones sin parar en una especie de juego, arrancando deliciosos gestos de dolor de la cara de la chica.

-

“Basta por favor, me estás haciendo mucho daño, por favor”.

-

“Bueno chica … no será para tanto. Por cierto, otra pregunta, ¿conoces a Elenita la chupa pollas desde hace mucho tiempo?. Mira, mira cómo me la come la muy zorra”.

Mientras hablábamos, los gemidos de Gemma aún siendo sodomizada sobre la mesa y Silvia follada en una acrobática postura atada en la columna se mezclaban con las arcadas de Susana y Paula recibiendo polla hasta el fondo de sus gargantas, ambas con la cabeza apoyada contra la columna a la que estaban atadas y los gemidos de Silvia siendo follada contra la columna.

-

“S … sí, nos conocemos desde niñas”, dijo sin poder evitar mirar cómo Elena seguía mamándomela sin levantar la vista un instante a nuestra conversación.

-

“Ya, pues si os conoceis de tanto tiempo voy a ser un poquito cabrón contigo y vas a tener que elegir entre dos opciones … a ver qué te parece”, dije nuevamente dando un tirón simultáneo de sus dos pezones.

-

“¡¡Aauuu!!, por favor no hagas eso me duele, por favor”.

-

“Ahora en unos segundos voy a ordenar a tu amiga que te quite la braguita del bikini y que te de unas chupaditas ahí abajo … ¡como en los buenos tiempos ya sabes!”, dije a la vez que volvia a torturar sus dos pezoncitos. “Tienes que elegir si mientras nos enseñas ese coñito tuyo, quieres que yo siga jugando con tus tetitas aunque te duela un poco o prefieres que de por el culo a tu amiga y verla sufrir a ella”.

-

“No por favor te pido, eso no me hagas que me duele mucho, por favor”, dijo Elena inmediatamente al oir nuestra conversación soltando mi polla de su boca.

-

“Vaya, mira tú, si resulta que Elenita estaba mamando pero atenta a lo que hablábamos. ¡Tú calla y chupa zorra!. Deja que elija tu amiga”, dije a Elena a la vez que soltando uno de los pechos de Arancha, cogí la cabeza de Elena para obligarla a seguir mamando, clavándole mi polla hasta el fondo de la garganta”.

-

“¡¡Mmmhhh … Aggggg … mmhhhh!!, esta vez sí que arranqué una arcada al llegar hasta el fondo con mi polla en la boca de Elena.

-

“Dime rubia. Elige rápidamente, sino haré las dos cosas y perderéis las dos. ¡Ya!, ¿cual es tu opción?, ¿sigo jugando con tus pezones o enculo a tu amiguita de la infancia?”.

-

“No quiero que me sigas pellizcando los pezones por favor, me duelen”.

-

“Eso no es lo que te he pedido. Quiero que digas cual es tu opción elegida, no cual es tu opción no elegida”, vamos me estoy cansando de esperar.

Tardó unos breves segundos la chica en responder, en los que mis dedos siguieron jugando y pellizando los pezones hasta que por fin hizo lo que le había pedido.

-

“Lo siento Elena tía, pero prefiero que le des a ella por detrás”.

-

“¡No, joder Arancha, tía!. Por favor, eso no, joder que me va a doler tío la tienes muy gorda joder. No seas cabrona”, volvió a añadir Elena soltando mi polla nuevamente.

-

“¡La elección está hecha!. Venga vete bajando la braga del bikini a tu amiga. Queremos veros a todas el coñito desnudo”.

Elena se levantó como pudo con las manos atadas y dando unos pasos atrás con carita realmente asustanda empezó a rogarme, sin bajar el bikini de su amiga como le había pedido.

-

“Tío no me lo hagas por detrás, la tienes muy gorda y me va a doler. Vamos, no seas cabrón. He hecho todo lo que me has pedido joder. No me des por detrás por favor. He dejado que me folles y te la he chupado cuando me lo has pedido. No me hagas eso por favor”.

-

“Mira Elenita. Eres una zorra y te encanta que los hombres te miren. Sabes que tienes cuerpazo y nos pones a todos cachondos. Te has mojado mientras te sobaba y mientras desnudabas a tus amigas. Ahora quiero ver esos ojitos rogando un poco mientras te doy por el culito”.

-

“Joder, tío, por favor, no seas cabrón. Házmelo por el coño o te la chupo, pero por el culo no por favor. Sé que me va a doler mucho”.

Ella seguía caminando hacia atrás mientras yo la seguía acercándome poco a poco.

-

“Ya he probado tu boquita y tu coñito. Ahora es el turno de ese culito tan bonito. Quiero notar como te la meto hasta golpear tu culazo con mis caderas y quiero notar como sufres como una zorra desobediente mientras te rompo el culo. Y te lo voy a follar hasta que me muera de ganas de correrme. Entonces te la sacaré y me correré en tu boca de chupapollas. Te lo vas a tragar todo todito … hasta la última gota porque solo con verte la cara sé que te gusta la leche y que estás deseando sentirla en tu boca”.

-

“No tío, ¡joder no!. No pienso dejar que me lo hagas por detrás tío. No me voy a dejar”.

-

“Me da igual que te dejes o no. Tu culo hoy es mio y te lo voy a follar. Mis dos amigos me ayudarán a mantenerte bien abiertita de piernas para que te la meta hasta el fondo por el culo”, le dije teniéndola contra la pared arrinconada a la vez que con mis dos manos cogía su delicioso culo con fuerza. “Este culazo es mio y te lo voy a follar. Además si algún amigo mío quiero hacértelo por detrás serás tú la que se lo ofrezcas zorra. Hoy vamos a enseñarte a obedecer a un hombre como tu amiga Gemma. Mírala la muy puta como lleva media hora recibiendo por el culo y casi no se queja”.

Dije a la vez que hacía un gesto a Miguel y a Luis para que dejasen a Paula y Susana un momento para sujetar a Elena.

En cuanto Elena vio a mis amigos acercarse trató sin éxito de liberarse del rincón donde la tenía y de mis manos sujetando con fuerza su culo contra mi … pero sin éxito.

Se resistió como pudo mientras Miguel la sujetaba fuertemente por la parte superior de un brazo y Luis por el otro hasta llevarla a un gran sofá. Forcejeó tratando de soltar sus muñecas atadas a la espalda y moviendo con fuerza las piernas pero en pocos segundos estaba tumbada en el sofá, con el culo medio fuera de los cojines, la cabeza incómodamente apoyada en el respaldo y las piernas completamente abiertas ya que Miguel sujetaba con fuerza su pierna derecha a la vez que Luis sujetaba la izquierda. Miguel y Luis doblaron las piernas de Elena hacia atrás hasta casi tocar sus pechos con las rodillas, para sujetarla más fácilmente, dejando así su coñito y culito completamente expuestos y a la vista de todos. Sus manos atadas a la espalda habían quedado a la altura de su cintura y no podía sacarlas de ahí.

-

“Soltadme hijos de puta. Cabrones de mierda, ¡soltadme!”, forcejeaba Elena sin éxito al notarse completamente expuesta y abierta de piernas.

-

“Pero qué coñito tienes más bonito cabrona. Te lo has depilado a conciencia de veras … qué maravilla”, dije yo mientras de rodillas entre sus piernas acariciaba su clítoris suavemente.

El coñito de Elena en esa postura se veía absolutamente precioso y semi abierto. Sin un solo pelo en toda la entrepierna, labios vaginales muy pequeños, color ligeramente rosita y brillante por estar húmedo. También su culito quedaba expuesto: rosita ligeramente más oscuro arrugadito y absolutamente cerrado a pesar de estar con las piernas completamente abiertas y flexionadas hacia atrás.

-

“No me toques cabrón”.

-

“Eres una zorra Elenita. Estás completamente mojada y sigues insultándome para que todas tus amigas piensen que no quieres que te toque … pero en el fondo estás deseando sentir mi polla en lo más profundo de tu culito. Estas deseando sentirte aún más zorra de lo que eres y por eso tu amiguita del alma ha preferido ver cómo te enculamos en lugar de aguantar unas caricias en sus pezones. Prepara este culito guapa que te la voy a clavar hasta el fondo”.

-

“Por favor, tío, no me la metas por ahí, que me va a doler mucho, por favor”.

Mientras hablaba con ella, mi mano seguía acariciando su entrepierna, extendiendo los flujos vaginales hasta la entrada de su culito, pero sin meter un solo dedo en su agujerito. Quería notarlo completamente cerrado cuando mi polla empezase a empujar. Deseaba verla sufrir un poquito mientras su culito se iba abriendo para dejarse follar.

-

“Ves, así lubricadito te entrará mejor. Para que veas que soy un tío legal me voy también a lubricar la polla”.

-

“Aaahhhh … cabrón”.

Mi polla se clavó suavemente en su perfectamente lubircado coñito. Hasta el fondo sin la mínima resistencia en esa postura en la que podía metérsela hasta los huevos ante la antenta mirada de mis compañeros.

-

“Buff … vaya coño tiene la zorra esta tío. Si lo tiene totalmente mojado. Menuda putita nos ha salido la morena”.

-

“Está riquísimo tíos. Calentito de verdad. Ahora voy a darle unos buenos pollazos para lubricarme la polla y quiero metérsela por el culito, pero luego si quereis os la follais vosotros”.

-

“Aaahhh … paraaa cabronazoooo …. Jodeeer paraaaaa”.

Le hice unos cuantos mete y saca bien profundos para dejar mi polla bien lubricadita y gozando también del maravilloso coñito de la chica. Mientras tanto Miguel y Luis la sobaban las tetas con una mano mientras con la otra la mantenían sujeta.

-

“Ahora vamos a probar este culito tan estrecho … quiero ver esa zorra que llevas dentro”

-

“No, ¡joder por favor!, sigue y acaba si quieres ahí, pero no me lo hagas por detrás, joder tío”.

Elena intentó retorcerse y soltarse inútilmente cuando notó mi polla, recién salida de su coñito, apoyarse en su ano. Sujetándome la polla con la mano para dirigirla perfectamente a su culo, empecé a presionar a pequeños intervalos su culito. Presionaba y soltaba una y otra vez para notar como cada vez su culito se abría un poquito más. Empujaba justo en su culito y me retiraba, volvía a empujar y a retirarme … así sin descanso, disfrutando de cómo el culito de Elena cada vez que me retiraba se notaba un poquito más abierto.

-

“Para hijo de putaaaa, ¡joodeeeer!”.

-

“Pero qué culito tienes zorrita … mmmhhh … qué apretadito y qué rico está. Vas a ver cómo se dilata para dejarme entrar enseguida”.

Sus caritas a cada empujón mio de excitaban aún más … hasta que en uno de esos empujones, noté como su culito cedía y dejaba paso a la cabeza de mi polla, que desapareció en su interior.

-

“¡¡Aaaaaaauuuu!!, jodeeerrrr sáaaacalaaaa tío”.

Ahí me mantuve unos segundos, disfrutando de ver mi polla justo entrando en su interior.

-

“No te hagas la estrecha que seguro te lo han follado unas cuantas veces. Ahora ya ha pasado lo difícil o sea que solo queda clavártela hasta el fondo y ver como gime esa boquita de zorra”.

-

“No … por favor, eso nooooooo”.

Mirándola a los ojos y sujetándola por las caderas empecé a empujar sin pausa. No muy rápido para gozar más el momento pero sin pausa para que milímetro a milímetro se hundiese en su culo, que cedió como la mantequilla ante un cuchillo caliente.

-

“¿Ves lo bien que te entra zorra?”, dije una vez mis huevos se aplastaban ya contra sus preciosas nalgas con mi polla completamente clavada en su culo.

-

“¡Hijo de putaaaaaa!”.

-

“¿Encima me insultas?. Te recuerdo que ha sido la amiguita tuya la que me ha pedido que te encule. Por chica mala te mereces una buena enculada”.

Sujetándola por las caderas le saqué completamente la polla para volvérsela a meter hasta el fondo … una y otra vez, notando como su estrechísimo culo poco a poco iba quedando más abierto al salir de ella. Siguió gimiendo, pero cada vez menos mientras la iba abriendo el culo para sodomizarla a placer. Incluso me pareció escuchar un gemido de placer cuando mi dedo estirado se clavó en su coñito simultáneamente, notando mi polla en el interior de su cuerpo. El dedito acompañaba a mi polla en el mete y saca, notando como poco a poco la tensión de la chica iba reduciéndose por lo que hice un gesto a mis amigos para que la soltasen.

-

“Mis amigos se van. Más vale que te portes bien, sino volverán y creo que seremos bastante más cabrones contigo que una simple enculadita”.

No dijo nada, simplemente se mantuvo completamente abierta de piernas, una vez mis amigos la soltaron, dejándome follar su culito al menos otros 10 minutos en esa postura. Ver cómo mi polla iba deformando su precioso culo entrando y saliendo me excitaba más y más hasta el punto de llegar al borde de correrme en su interior. Pero era demasiado pronto y quería jugar más con ella.

-

“Pero cómo te está gustando sentirte enculada como una putita, ¿a que sí?”.

-

“Maldito cabrón …”.

No le dejé acabar la frase y mi boca se fundió en la suya sin que hiciese ningún esfuerzo por evitarlo, ni tampoco por cerrar las piernas para evitar que mi polla siguiese violando su culo mientras mi lengua se introducía en su preciosa boca. Así seguimos hasta que un solo movimiento más en su interior hubiese probado que me corriese o sea que pasé a mi siguiente locura.

-

“Ven aquí, levántate que vamos a hablar con tu amiguita”, dije sacándole la polla y ayudándola a incorporarse, llevándola en un momento hasta estar frente a su amiga Arancha. “Aquí tienes a tu amiguita, la que me sugirío que probase tu culito en lugar de dejarse sobar las tetas. Mírala a los ojos, porque mientras tú recibías polla por todos los lados ella ha conseguido mantener incluso su coñito cubierto de nuestras miradas con el bikini”.

Lleve a Elena hasta pegarla a su amiga Arancha haciendo que sus tetas se juntasen con las de su amiga y sus caras quedase pegadas.

-

“Ahora morenita cuéntale a tu amiga lo que te voy a hacer, porque quiero oírte decírselo”.

-

“¿Quéee? … ¿qué quieres queeeeee? … ¡¡auuuuuuuuuu!!”.

Así, de pie, apoyada contra su amiga, viendo su precioso culo tal y como és en realidad, coloqué mi polla entre sus nalgas nuevamente y volví a sodomizarla hasta el fondo.

-

“Vamos … cuéntale a tu amiguita lo que te está pasando. Quiero oírte … sino voy a tener que pellizcar estas tetas tan bonitas o darte unos azotes …. ¡¡¡plaaaaaaas!!!”, sono el primer azote retirándome un poquito y mientras mi polla se hundía en su culo.

-

“¡Joder cabrón! … vale, joder, vale”. Me dijo a la vez que miró fijamente a los ojos de su amiga Arancha.  “Me está dando por el culo tía. Me la está metiendo por detrás y sabías que me dolía un montón y por tu puta culpa me está enculando, ¡joder!”.

-

“Tía, lo siento … lo siento, joder … pero yo … no sé … lo siento mucho tia”, respondió su amiga Arancha.

-

“Eres una cabrona, ¡joder!, me está machacando el culo el muy hijo de puta por tu culpaaaaa”

-

“¡¡¡Plaaaaaaasssss!!!”, otro azote en el precioso culo de Elena. “Así me gusta, zorrita. Ahora bájale esas braguitas y le vemos el coñito a tu amiga que todavía no se lo hemos visto”.

Elena obedeció y agachándose un poco, permitiéndome de paso llegar un poco más profundo con mi polla, tirando con los dientes, le bajó el bikini hasta los tobillos dejando a la vista un precioso coñito con una pequeña línea de pelo en el monte de Venus.

-

“Ahora ha que la zorra de tu amiga se siente en el suelo y se abra de piernas”.

No hizo falta que Elena dijese nada, porque Arancha asustada, se sentó deslizando los brazos debajo de la columna hasta sentarse en el suelo y abrir las piernas mostrando un coño no tan bien depilado como el de su amiga.

-

“Así me gusta. ¡Ves!, tu amiga es obediente o sea que ahora quiero que le comas el coñito bien comido. Ponte a cuatro patas frente a ella y empieza a comérselo … y agáchate con cuidado de que no se te salga mi polla del culo zorra”.

-

“Joder tío, eres un cabrón. ¿Te gusta humillarme, eh cerdo?”.

-

“Me encanta … y a ti te encanta que te follen como te estoy follando aunque no llegues a reconocerlo nunca”.

Elena me miró con unos ojos entre odio y excitación que me pusieron otra vez a tope. Algo me dijo que había salido la zorra que llevaba en el interior y en el fondo estaba deseando sentirse utilizada y correrse de esa manera.

Se agachó a cuatro patas como la dije, dejándome ahora sí que follarme su culito al fondo y sin rechistar lo más mínimo comenzó a comerle el clítoris a su amiga. Eso fue ya demasiado para mí. Miré alrededor y ví como todos mis compañeros habían terminado con sus parejas. Manu se había despegado de Gemma, posiblemente después de correrse en su culo dejándola con la respiración agitada mirando al frente. Silvia seguía en pie y el goteo por la parte interior de los muslos hacía evidente que Pedro se había corrido en su interior. Paula y Susana mostraban evidentes restos de corrida en sus caras y en la comisura de los labios, como si Luis y Miguel se hubiesen corrido en sus bocas … y yo no aguantaba más. El estrecho culo de Elena era una maravilla y necesitaba correrme. Arancha no podía evitar mirarme mientras recibía la lengua de su amiga entre sus piernas o sea que, aunque pensé en hacerlo en el interior de mi chica favorita, se me ocurrió algo más cachondo. En el último momento, cuando ya iba a correrme saqué la polla del culo de Elena y me levanté.

-

“Ven aquí Aranchita. Demuéstrame lo zorra que eres y abre la boquita”.

-

“¡¡Noommmm… ggghhhh!!”.

Sin darle opción dirigí mi polla a su boca y se la clavé hasta el fondo sin que hiciese demasiado por resistirse.

-

“Vamos zorra saborea el culo de tu amiga. Tú has sido la culpable de que la encule o sea que preparate ahora para tragar”.

Lo cierto es que la resistencia de Arancha no fue excesiva y dejó que mi polla entrase hasta el fondo de su boca provocándole una arcada. Casi no tuvo tiempo de pensar cuando empecé a correrme en el interior de su garganta a la vez que sujetaba con fuerza su cabeza manteniendo la polla bien clavada en su interior.

Ni una sola gota se derramó y la chica se vio obligada a tragar toda mi corrida mientras el resto de la sala observaba la escena haciendo que varios de los hombres volviesen a excitarse.

-

“Joder tíos … vaya panda de zorras que nos hemos encontrado. ¡¡Y la noche no ha hecho más que empezar!!”.

Dije sacando la polla de la boca de Arancha dejándola finalmente respirar … vamos por el segundo acto … (continuara)

Comentarios a

carlos_javier_gzlez@yahoo.es