Todo esta permitido cap 3

Salimos de la carretera y yo ya estaba excitadísima, tenía una pierna encima de uno y la otra del otro, no llevaba bragas, Gonzalo miraba por el retrovisor y Manuel sin pudor estaba girado mirandome.

Mi vida dio un giro de ciento ochenta grados después de esa comida, ya bien entrada la noche volví a casa con Gonzalo, esta vez me dejo en la esquina para no levantar sospechas. Llegue cansadísima y me arrastre a la cama, dormí a pierna suelta.

A la mañana siguiente, en la cafetería Gonzalo ya esperaba, al verme entrar pidió mi desayuno y me senté a su lado.

-buenos días guapísima, que tal has descansado?

-muy bien

-que tal la comida de ayer, te gusto?

-sí, no creía que tanto, pero al final fue muy divertido.

-me alegro, porque quieren que sigas

-a que te refieres?

-desayuna Victoria, te lo explicare de camino al centro

-tengo que ir a trabajar Gonzalo

-no tienes que hacerlo, tu jefe me ha dado permiso para esto.

-esto empieza a gustarme al rato el termina y sale, yo cojo mi vaso para llevar y salgo a la puerta donde el me espera.

-te lo explicare Victoria y luego tendrás que decidir

Aparca en un sitio tranquilo y empieza a contarme.

-como viste ayer somos un grupo de amigos que les gusta divertirse en todos los aspectos, todos estamos casados y todos tenemos buenas posiciones en la sociedad, nos reunimos a menudo para disfrutar de unas buenas partidas, de buenas comidas, fines de semana de pesca y lo que viviste ayer, sesiones de sexo.

-como un club?

-no, más bien somos un grupo cerrado de cuatro amigos que se conocen desde siempre y lo pasan bien juntos.

-ya me di cuenta, hay más chicas como yo?

-no se nos da bien, es complicado, todos queremos seguridad, exclusividad y disponibilidad. No es fácil de encontrar. Hasta ahora teníamos una mujer, excuñada de uno de ellos que nos entretenía, pero vive demasiado lejos y nos vemos muy de tanto en cuando.

-no sería más fácil pagar por el sexo?

-somos selectivos y desconfiados, queremos seguridad y control sobre la mujer. O sea que se pueda confiar plenamente en ella. Puesto  nos gusta el intercambio de fluidos no puede ser cualquiera, me entiendes?

-sí, entiendo que no os fieis de cualquiera.

-por qué yo?

-me gustaste desde el primer día que te vi entrando tus cosas, luego intente forzar el encuentro y luego nos conocimos y cuando nos acostamos me volviste loco. Pensé que serias una buena candidata. Me gusto tu manera de entregarte.

-gracias, que debería hacer?

-tienes que estar disponible para favorecer nuestros encuentros, si algún día no puedes, se puede hablar y organizar, aunque siempre se hace con tiempo para coincidir, en grupo o en solitario, pero solo podrías tener relaciones con nosotros. A cambio de eso nosotros nos encargaremos de ti.

-me apunto

-aceptas ser nuestra amiga especial?

-acepto.

La situación me parecía tan morbosa que no pude resistirme, me dejo en el centro, ante una tienda y pasándome un sobre me dijo, compra algo de ropa interior y ropa de playa, la semana que viene pasaremos el fin de semana en casa de la playa de Manuel.

Salí del coche y cuando el arranco abrí el sobre y había más dinero del que ganaba en tres meses.

Entre en la tienda y gaste gran parte de ese dinero en todo lo que me dijo. Intente que todo fuera sexi, pero con clase.

Llegue casi al mediodía al trabajo y antes de sentarme en la mesa, la secretaria del gran jefe me dijo que me estaba esperando en su despacho. Me dirigí lentamente al despacho, toque con los nudillos y pase.

-cierra la puerta Victoria. Acércate –me dijo señalándome sus piernas-

Fui hacia allí lentamente y me senté. El empezó a acariciar mis muslos mientras me decía con voz suave:

-espero que te hayas comprado muchas cositas, estuviste genial ayer.

Su mano subía bajo mi falda y yo empezaba a excitarme la situación, me ponía estar en ese gran despacho, sobre las rodillas del gran jefe.

-por cierto, para la gente de aquí, estas en diversas reuniones. Cada vez que no vengas o llegues tarde esa será tu escusa, yo particularmente te mande a esas reuniones con clientes, no des más explicaciones, mándalos a mí fingiendo que no puedes comentar datos.

Me empezaba a gustar esto, pensé mientras sus dedos tocaban ya mis braguitas húmedas, la apartaban y se paseaban por mi rajita.

-estas mojada preciosa, me encanta.

Froto mi clítoris y mi rajita con dos dedos, hasta ponerme al borde, cuando estuve a punto me penetro con tres dedos y me corrí al instante en sus dedos. Los saco y los lamio ávidamente. La secretaria le llamo por el interfono y le dijo que tenía su café.

-me lo traes Victoria?

Abrí la puerta y cogiendo el café, la volví a cerrar y se lo acerque. Me sentía en deuda con ese hombre y tras entregarle el café, me arrodille ante él y bajándole la cremallera, saque su polla que ya estaba dura y la metí entre mis labios, lentamente la fui mamando, metiéndomela completamente en la boca mientras el gemía, yo acariciaba sus testículos, succionaba y golpeaba la punta con mi lengua cada vez que me la metía del todo, lamí hasta que se vacío en mi boca, le limpie bien la polla y unos minutos después, la metí en su sitio, subí la cremallera y le mande una enorme sonrisa antes de salir del despacho.

Al día siguiente, me encontré con Gonzalo en el ascensor y cuando iba a pulsar el botón, el apretó el ultimo, salimos a la escalera y me llevo de la mano a la terraza, abrió la puerta, la cerro y me dio la vuelta, apoyo mis manos a la pared y tirando de mis caderas me inclino, metió las manos bajo mi falda y me bajo las bragas, yo estaba chorreando con su rudeza, no me hablo, aun no me había dicho ni hola y ya oía su cremallera y al momento su polla penetraba de un golpe en mi vagina, me agarro de las caderas y bombeo varias veces, me pellizcaba mientras empujaba más y más fuerte, me mordió el cuello y con un último empujón, empecé a notar su semen caliente y me corrí con él .

-gracias Victoria, tengo muchísima prisa pero necesitaba follarte, no pensaba en otra cosa.

Cuando me coloque la ropa y el también, volvimos al ascensor y cuando llego a su altura, me beso antes de salir.

-hasta mañana preciosa, no te hubiera dejado a medias, si no te hubieras corrido conmigo te habría hecho llegar de otra manera. Nunca te dejaría frustrada aunque tenga prisa

-lo sé –realmente lo sabía-

Cuando llego el fin de semana, el viernes me vestí con esmero, cogí mi maleta de fin de semana y un taxi me llevo al restaurante, una llamada y Damián me esperaba fuera, me llevo a su coche y allí tras dejar la maleta, me abrazo y metió su lengua en mi boca, acaricio mis tetas sobre la blusa y mis pezones se pusieron duros.

-vamos a cenar, luego seguiremos esto.

Cenamos los cinco, hablamos de libros, de películas y de cosas triviales, un par de horas después estaba en el coche, un monovolumen en el que íbamos los cinco. Conducía Gonzalo y Manuel iba de copiloto, detrás a cada lado tenia a Damián y Ernesto.

Ambos empezaron a tocarme, mientras Damián tocaba mis pechos, Ernesto hurgaba dentro de mis bragas ya.

Salimos de la carretera y yo ya estaba excitadísima, tenía una pierna encima de uno y la otra del otro, no llevaba bragas, Gonzalo miraba por el retrovisor y Manuel sin pudor estaba girado mirando.

-ponte de rodillas, quiero notar esa boquita tuya. –Me dijo Damián-

Yo lo hice, poniéndome de rodillas empecé a lamer su polla, mientras acariciaba a Ernesto, alternaba mi boca de uno a otro, mientras Gonzalo conducía.

Note que alguien me tocaba, era Manuel que desde donde estaba metía sus dedos en mi vagina, estaba a cien, no aguantaba más. Me corrí con Damián, que llenaba mi boca de semen, luego Ernesto también lo hizo.

Gonzalo paro y salió del coche, abrió nuestra puerta y girándome me la metió en mi mojada vagina, Manuel también había bajado y entro por la otra puerta, se puso de rodillas y empecé a chuparle.

-si chúpamela Victoria tienes una boca enloquecedora.

Gonzalo me partía con su polla que a empujones me saco del coche y Manuel se sentó en el borde con las piernas fuera, Gonzalo la saco y empezó a masturbarse encima de mi culito y mis riñones, me subí sobre Manuel y me clave su polla, me movía rápido buscando mi orgasmo hasta que lo conseguí y me corrí al notar los chorros calientes del semen de Gonzalo en mi espalda, cayendo hacia mi culito, mientras Manuel jadeando se vaciaba en mi vagina.

Me ayudaron a limpiarme y regresamos al coche, donde me dormí profundamente apoyada en Damián, mientras Ernesto me acariciaba las piernas que había subido sobre él.

Me ayudaron a bajar del coche y entramos en otra preciosa casa, más pequeña que la de Ernesto donde comimos el primer día, pero igual de encantadora y decorada con igual   exquisitez.

Los cuatro desaparecieron dejándome sentada en un enorme sillón. Aparecieron llevando dos grandes colchones de dos en dos, que dispusieron en el suelo aprovechando una esquina, aun trajeron otro más y volvieron los cuatro que se habían cambiado ya y llevaban pantalones largos blancos de una fina tela, como los de Gonzalo en nuestra primera cena, estaban guapos, se dejaron caer por los colchones.

Me dirigí a la otra esquina donde había una barra de bar me puse tras ella y saque unos vasos, y hielo de una pequeña nevera, mire y había todo lo que necesitaba, les pregunte si les gustaban los mojitos y todos asintieron, prepare cinco, se me daba bien. Le entregue un vaso a cada uno y tras probarlos todos alabaron lo buenos que estaba.

-estarás cansada cariño, ven te pondremos tu camisón –me dijo Manuel-

Otro ya había ido a cogerlo y otro me desnudaba, entre todos me pusieron un fino camisón blanco, sin nada más, me acurrucaron entre los cuatro y me dormí entre caricias tiernas de los cuatro, que me mimaban haciéndome sentir, su princesa, su niña mimada, ya nada quedaba ahora de la putita que los hizo correr uno a uno en el coche. Que placer me daban esos cuatro hombres.

Dormí profundamente hasta que oí unos ruidos y el sol entraba por los grandes ventanales. Estaba sola en el centro de los blancos colchones envuelta entre las sabanas, estaba puesto el aire y estaba fresquita, que diferencia de mi casa.

Oigo ruidos en la parte de atrás y me levanto, me asomo a la ventana y les veo en el jardín, están ante una repleta mesa de cosas, desayunando leyendo todos sus periódicos. Voy a su encuentro.

-hola Victoria, sírvete princesa –me dice Manuel-

Veo tanto dulce como salado, dos termos y una cafetera de esas de capsulas. Me haga un café, le añado leche y me siento con un bollo.

-quien os organiza esto?

-una chica de servicio

-y me ha visto?

-claro que no, le dije que era uno de ellos. A las doce vuelve a traer la comida, tendrás que esquivarla

Termine de desayunar y al verlos con sus periódicos me sentí juguetona y quise llamar su atención, detrás de nosotros estaba la piscina, decidí tirarme con el camisón, al oírlo los cuatro miraron y en ese momento decidí salir, sabía que el camisón transparentaría y se pegaría completamente a mi cuerpo, estando mojado, capte completamente la atención de los cuatro, que me miraban embelesados andar hacia ellos.

-preferís la prensa o baño conmigo?

-baño -dijeron todos al unísono-

-pues al agua  -dije yo-

Los cuatro se despojaron del pantalón, dejándolo en su silla se metieron en el agua y yo me sentía una diosa bajo sus miradas de deseo, me subí lentamente el camisón y me lo quite por la cabeza, una vez desnuda me lance de cabeza al agua y nade hacia ellos, hacia la escalera que era uno de los laterales. Allí me agarraron y empecé a sentir ocho manos sobre mi cuerpo, alguien acariciaba mi rajita, otro acariciaba mis tetas, otro besaba mis labios y un cuarto acariciaba mi trasero, no quería saber de quién era cada mano y cerré los ojos, de repente uno de ellos al ver que me daba placer cerrar los ojos salió a por una servilleta y me tapo los ojos, quede ciega ante ellos, que no dejaban de sobar mi cuerpo, dos dedos penetraban ya mi coñito, mientras otro jugaba en la entrada ya no tan prohibida de mi culito, unos labios succionaban un pecho y otros labios el otro, el placer era inconmensurable, me volvía loca  y la voz de Manuel me susurro:

-grita pequeña, córrete para nosotros

No pude más arquee mi cuerpo y deje que un tremendo orgasmo lo recorriera por completo, esos hombres sabían darle placer a una mujer.

Casi sin dejarme bajar de la luna, dos fuertes manos me subieron al borde de la piscina.

-ponte a cuatro patas –esta vez era Damián-

Note como uno se deslizaba debajo de mí y empezaba a lamer mi rajita, al momento unas manos tocaban mis pechos y una lengua lamia mi culito, otras manos me agarraron la cabeza y una polla se apoyaba en mis labios, chupe, deje entrar en mi boca esa polla, succione mientras ellos me chupaban y tocaban, notaba como se cambiaban como hacían una rueda y así hasta que tuve cuatro pollas distintas en la boca, cuatro bocas lamieron mi sexo y mi culo y ocho manos tocaron mis tetas, notaba los cambios excitadísima, ni recuerdo cuantas veces me corrí. La situación era tan morbosa que me perdí en el sexto orgasmo, mi cuerpo estaba débil cuando empezaron a penetrarme, de dos en dos me hundieron sus pollas, una en el culito, otra en coño y luego se intercambiaban antes de pasar al siguiente turno, los dos que quedaban sin follarme se masturbaban esperando su turno en mi boca y yo lamia sin parar, recibiendo por todo y sin saber quién me daba.

De nuevo me corrí un par de veces más y cuando ya no podía más me sentaron en el suelo, me quitaron la servilleta que me cubría y los vi en círculo masturbarse ante mi cara, empezaron a lloverme chorros de semen espeso, caliente y dulce, tenía en mi boca, intentaba cogerlo todo pero me caía en mis tetas, en mi estómago, por todo. Mientras notaba su semen cubrirme por completo me toque hasta correrme de nuevo al momento entre jadeos.

Me deje caer llenita de semen echa un ovillo, dos se metieron en el agua, cogieron una colchoneta y me tumbaron encima, yo no tenía fuerza para hablar, tenía a dos a cada lado de mi colchoneta.

-descansa victoria, eres la mejor cariño cuidaremos de ti. –Dijo Gonzalo-

De nuevo pase de ser la puta más rastrera a la que se follaban sin parar y llenaban de leche a ser su niña mimada a la que limpiaban con mimo, acariciaban tiernamente y besaban en los labios.

Mientras, esa niña mimada ya soñaba con recomponerse para volver a ser la puta de esos cuatro maravillosos hombres a los que adoraba ya, más que a nada.