Todo empezó con un masaje

Llegué a casa de Olga y nunca me esperaría lo que allí estaba sucediendo, tantas tardes con ellas, sin saber que cuando yo no iba, aquello era una auténtica bacanal romana.

Después de mucho tiempo sin publicar nada, hoy he decidido narrar una de mis vivencias. Quizás alguien se sienta identificada, ya que lee los relatos de la página, concretamente, los de lesbianas, ya que le atraen.

Por eso esta historia, va dedicada a Olga, española de buen ver y mejor actuar. Mujer de mediana edad, rellenita y con unas buenas razones.

Mi nombre es Carmela, tengo dos hijas ya fuera de casa, casada, rellenita y de buenas curvas.

Este relato nos lleva al año 1991.

Me encontraba en estado de gestación, de unas 30 semanas, con dolores de espalda por el peso del embarazo y del crecimiento de mis senos.

Formo parte de un grupo de amigas, que desde hace muchos años, nos reunimos cada semana para charlar y tomar café. Una tarde, llegué a casa de Olga muy dolorida y cansada, me mataban los pies y la espalda.

Llamé al timbre y me abrió una de mis amigas, vamos a decir que se llama Maria Jesús.

-Pero que te pasa Came?.

-Me duelen los pies y la espalda me mata.

Aunque me llamo Carmela, mis amigas me decían Came.

Pasé a la sala donde estaban todas y me senté en el sofá, trajeron una pequeña banqueta para poner los pies en alto.

-Si quieres te puedo dar un masaje en los pies-dijo Olga, que era masajista.

-Me encantaría, parece que me van a explotar.

Olga se sentó en la banqueta y puso sus pies sobre sus piernas, me quitó mis zapatillas sin tacón y empezó a darme un masaje. Estaba en la gloria..pero Olga interrumpió el masaje diciendo que mejor sería que fuera con ella a su habitación, ya que allí tenía unos aceites para masajes. Nos levantamos y fuimos a su habitación. Me ordenó tumbarme en la cama, ella se dirigió al baño y trajo un maletín donde tenía los aceites. Abrió el maletín y estuvo un rato escogiendo el mejor aceite.

-Este estará bien para reactivar la circulación-dijo Olga.

Vertió un poco del aceite en sus manos y empezó a masajear mis pies, era una sensación agradable, me relajaba...

Sentía un rápido alivio con cada movimiento de sus manos, llegaban desde el tobillo hasta las rodillas, para bajar hasta los dedos de los pies, masajeando uno por uno...

Poco a poco, un escalofrío recorría mi espalda, subía y bajaba, sentía unas punzadas en mi vagina... No podía ser, me estaba excitando con los masajes o casi caricias de Olga en mis pies, tobillos, rodillas...

Cerré los ojos y me dejé llevar, entre el aroma del aceite y los movimientos de esas manos tan expertas, llegué a un estado de excitación que hacía tiempo no me encontraba. Sin darme cuenta, solté un gemido, que hizo que Olga dijera..

-Came, estás bien?

-Ehhh, si si, muy bien.

-Ya que estamos así, por qué no te quitas la ropa y te doy un masaje en la espalda?

-Pues...estaría bien.

-Vas a sentarte en la silla, solo con las bragas, pones las manos en el respaldo y la cabeza apoyada en las manos.

Mientras Olga decía esto, yo estaba despojándome de mi vestido y sujetador. Me senté en la posición indicada. Olga se acercó por detrás y virtió un poco de aceite en mi espalda.

-Ay, está frío, pero al mismo tiempo, me gusta.

-No te preocupes que en breve, la sensación de frío desaparecerá, dejando paso a un calor muy rico.

Que razón tenía, ya que en nada, empecé a sentir un tremeno calor por toda la espalda, sus manos se movían rapidas desde mi cuello hasta mi lumbago. Subían por mi costado, rozando parte de mis pechos.. Al principio pensé que lo hacía sin querer, hasta que en un momento, sus manos apretaron mis pechos por los lados..

Ahí mi boca de nuevo soltó otro gemido de placer, deseaba que Olga me cogiera las tetas y me acariciara los pezones, estaba muy mojada. Para que esto sucediera, me incorporé un poco para que mis pechos estuvieran libres.

Las manos de Olga no tardaron en agarrar mis tetas y jugar con mis pezones.

-Ay Olga, me hs puesto muy caliente.

-Pues lo mismo que tú a mí, desde que toqué tus pies en el salón, mis bragas se humedecieron, por eso hice que subieras.

-Pero están todas abajo, pueden subir.

-No te preocupes, que ninguna lo hará, están muy entretenidas con los chismorreos. Vamos a disfrutar de este momento.

Fuimos para la cama, Olga se desnudó y pude ver su cuerpo desnudo, caderas anchas, coño depilado y unos pechos medianos, pero bien colocados.

Se tumbó a mi lado y me acrició las tetas, tiró de mis pezones, nuestras bocas se juntaron y las lenguas se acariciaban, hacía tiempo que nadie me besaba así. Que morbo estar siendo besada y acariciada por mi amiga, mientras las demás estaban en el salón. Con los besos y las caricias, de mis pezones, empezó a salir leche.

Ya en mis masturbaciones diarias, sentía que mis tetas se ponían duras y salía un poco de esa leche, con el paso de los días salía en mayor cantidad, por supuesto que la probé y me gustó.

-Ya tienes leche?-dijo Olga.

-Ya hace unas semanas.

-Quiero probarla.

Llevó su boca a unos de mis pezones y empezó a succionar como si fuera un bebé. Un placer me embargaba, estaba a punto de correrme, así que se lo hice saber a Olga.

-Si sigues así, me correré enseguida...ahhhh..ohhhh

Ni caso me hizo y siguió chupando de mis tetas.

A mi cabeza vinieron mis primeras experiencias con mi amiga Marta, hace unos años, cuando probé su leche y el sexo entre mujeres.

-Olga, me viene, me viene..no pares, siiiiii, ummmm.

Fue tanto el placer que literalmente, me mee de gusto.

-Came, te has meado de placer, si que son sensibles tus tetas. Pero esto no es más que el comienzo.

Olga se levantó y se dirigió al armario, de donde quitó una gran caja, la depositó en la cama y ahí pude ver que estaba llena de juguetes sexuales..dildos, bolas chinas, huevos vibradores..

Cogió un consolador que tenía dos cabezas y era muy largo, también unas pinzas unidas por una cadena.

-Este es mi amigo, que quiero compartir contigo.

Colocó cada una de las pinzas en mis pezones.

-Uyy, molesta un poco.

-Ya verás que del dolor al placer hay un paso.

Metió el consoldaor en mi coño de un solo golpe y la otra parte se lo introdujo en el suyo, quedando coño contra coño, como en una tijera.

Empezó a moverse, entraba y salía de ambos coños, nunca antes había sentido nada parecido. Un gusto el sentir sus labios contra los míos, se rozaban nuestros clítoris, mientras nos penetrábamos. Al mismo tiempo, que Olga tiraba de la cadena que estaba en mis pezones.

-Agg Olga, me gusta que tires de mis pezones, siii, ohhh.

-Te gusta zorrita?, ya te dije que así sería. Vamos, muevete y frotame todo el coño guarra.

Las palabras que salían de la boca de Olga, me excitaban..zorrita, guarra...

En un momento, mi mirada se dirigió a la puerta y allí se encontraba María Jesús, con el vestido arremangado, las bragas en los tobillos y una de sus manos en el coño.

-María Jesús...está ahí-pude decir en medio de tanto placer.

Olga giró su cabeza y dijo:

-Ven aquí mi cerdita y únete a nosotras.

Ante mi cara de incredulidad, Olga respondió.

-No pongas esa cara, María Jesús y yo, hace mucho que jugamos. Es mi esclava, le gusta ser dominada. Verdad cerdita mía?

-Si Ama-dijo María Jesús.

  • Ven aquí y comete las tetas de Came, seguro que te van a gustar.

María Jesús, quitó las pinzas y empezó a chupar mis pezones.

-Pero ya tiene leche Ama.

-Así es, puedes beber de ella.

No podía más...era demasiado placer, penetrada con un consolador doble, rozando mi clítoris con el de Olga y encima me estaban comiendo las tetas, tuve un orgasmo tras otro.

-Ohh, si, que gustooo, siii.

-María Jesús, ponle tu coño en la boca de Came.

-Si Ama.

Ya no recordaba el sabor de un coño, lamí todo lo que pude, mientras Olga no paraba de moverse.

-Umm, cuanto tiempo hacía que deseaba tenerte así Came, tus tetas las deseaba hace mucho, ummm, ohhh.

-Ama, que bien lo hace, me voy a correr en su boca.

-Hazlo, embadurnala bien.

María Jesús soltó un liquido blanquecino, acompañado de una gran cantidad de orina.

-Me corro Ama, sii, sii, sii.

-Yo también cerdita mía, sii, siii,ohhhh.

Las dos coincidieron en el mismo momento, espectacular, maravilloso.

Después de un rato de descanso, quise saber sobre ellas dos.

-Olga, desde cuando María Jesús y tú...

-Pues desde que su marido la dejó, hace un año. Estaba muy estresada y vino a que le diera un masaje, se calentó al igual que yo y sucedió. Pero no es la única.

-Como?, con quien más?.

-Pues con todas y entre todas, tú has sido la última. Por tu estado, queríamos esperar. Ven y lo verás.

Bajamos por las escaleras y en el salón, todas estaban desnudas, en tríos, parejas, una bacanal.

-Chicas, ya estamos todas-gritó Olga.

Todas aplaudieron.

Lo que me estaba perdiendo cuando no iba por mis vistas ginecológicas.

Formamos un grupo unido, donde hay mujeres desde los 45 hasta los 65, todas casadas, pero sin que nuestros maridos sepan de nuestros juegos.

En próximas entregas, contaré mas experiencias con este grupo de amigas.

Tengo otros relatos, por si quereis saber más de mi vida.

No dudeis en opinar y dejar comentarios.

Besos