Todo el mundo tiene un precio (4)
Continuación de los relatos anteriores "Todo el mundo tiene un precio (1,2,3)" Enculada y fin... de la primera noche
Mientras esperaba tumbado en la vieja cama pensaba estaba cumpliendo fantasías que jamas creí cumplir con la anciana amiga de mi familia. Sobre la mesilla aun estaban dos cosas que me hicieron dejar mi sentido del bien y el mal a un lado: el dinero, que había pagado a la viejecita por 4 noches de desenfreno, y la leche corporal.
Maria entró completamente en cueros, con la piel húmeda de la reciente ducha. Tenia algo magnético. Sus ojos plagados de “patas de gallo” brillaban con un fulgor especial. Sus pechos parecían menos caídos, más turgentes. Sus pezones no estaban erectos, pero parecían más duros que al principio de la noche. Los labios mayores lucían más abultados. Pero su expresión era de cansancio. La verdad es que mi excitación sexual estaba, al igual que mi rabo, al máximo.
-No puedo más – dijo con un tono de voz que expresaba más cansancio del que parecía tener
-Tranquila, solo un poco más
-No me trajines demasiado por favor.
-Solo te haré “cositas” durante el tiempo que requiera vaciar mis pelotas.
Retiré la sabana que me tapaba enseñándole mi estado. Mi rabo apuntaba alto, con las venas marcadas y el bálano lucia más grande y ancho de lo que recordaba haber tenido nunca.
Maria abrió la boca para decir algo, pero miró el dinero en la mesilla y no dijo nada.
-Primero dejame verte los agujeros, a ver si todavía tienen uso, jejejeje
La puse en la cama a cuatro patas mirando hacia el espejo del armario ropero, mientras yo me ponía en pie, detrás de ella. Separe sus nalgas y sus hoyitos de placer aparecieron ante mi. El coñito de un rosa pálido, limpio a más no poder. El ojo del culo se veía de un rosado un poco más oscuro, parecía algo irritado y estaba igual de limpio.
-Por el culo no por favor. Con el cipoton que te gastas seguro que me lo rompes – dijo con voz de pena
-¿No quieres que te de por el culo? - y di una lamida larga a su ojete.
-Iiiiiiiiiifffffff... no hagas... eso que escuece
-¿Te escuece cuando hago esto? - otra lamida, pero esta vez haciendo presión con la punta de la lengua.
-Aaaaaaaaaaaag... que escuece – y esta vez sacudió sus nalgotas para zafarse de mi.
Apreté con fuerza los cachetes del culo y lo abrí casi con saña, metiendo la lengua tan adentro como pude.
-Mmmmm... el culo te sabe a jabón.... ¡¡que rico!!, ¡¡que rico!! - comenté en un respiro
-Iiiiiiig... me metémela... metémela en el chi.... aaaaaaaaagg... chirri y... t-termina... ooooog.... aaaaaaahhh... ¡¡¡Como escuece!!! - dijo sin parar de sacudirse.
-¡¡Tu lo has querido!!
Me aparte, me enderecé y flexionando las piernas apunte el cárdeno capullo a su chocho y empece a frotarlo enérgicamente por toda la raja. A los pocos segundos intente meter la punta, pero no conseguí que entrara, la cantidad de corridas previas y el cansancio la habían dejado seca.
-¡¡¡Mierda puta!!! ¡¡¡No te entra!!!
-Aaaaaaaaaiiiiiii.... es que..... ssshsssstoy seca..... aaaaag.... para... para....parattteeeeeee...
Me levante y me acerqué a la mesilla de noche, cogí con furia la leche corporal, me aproximé de nuevo y vacié el resto de la botella en la abierta raja de su culo y en mi badajo. La crema fue bajando hasta su coño pasando por su ano.
-¡¡¡Ahora va a entrar!!!¡¡¡Te voy a reventar a pollazos!!!
-¡¡¡Por favor... noooooooooooooooooo... aaaaaaaaaaaaaaiiiiii!!!
La polla al fin entró en el coño, las primeras embotadas fueron incluso algo dolorosas para mi, a partir de ahí, con ayuda de la crema, entro con más suavidad.
Veía en el espejo como sus tetas se movían al son de mis embotadas
-Aaaaaaiiiiiiiiiiiiiii.... ¡¡¡Me rompes!!!.... grrrrrrrrmmm... ¡¡Joder!!
-Aaaaaaaahh... mmmmm... que caliente estás por dentro.... aaaaaaaa.... mmmmm....
-Que po... pollon t-te cargas... cab..... cabronnnnnn.... aaaaaaag ¡¡duele!!
Le sujetaba la cintura con fuerza mientras pistoneaba como un salvaje. Pero algo en mi evitaba que me corriera, dentro de mi quería más: quería reventar ese culo.
-Maria.... mmmmm.... no puedo correrme...
-Puesssssssss... aaaaaaaaaa... me tienes el cho... chocho mmmm... molido
Quería correrme en su culo. Perdí la calma y le ordené:
-¡¡¡Tumbate boca abajo!!! - así lo hizo - ¡¡¡Separate las nalgas con las manos!!!
Al separar las nalgas pude ver con total claridad su ano, lamido y lleno de crema corporal. Apunté certeramente e hice presión con la punta. El glande entro casi como en mantequilla. Las uñas de Maria se clavaron en sus propias nalgas.
-¡¡¡Mar...maricón!!!... grrrrrrrrrrrrrr... sabía..... grrrrrrrrrr... aaaaaaaah... que me encul.... larias..... aaaag
Notaba la presión contundente de su esfinter alrededor de la base de mi glande. La sensación era indescriptible. Jamas en mi vida conseguí follar por el culo a nadie, en aquel momento supe que no podría pasar sin volverlo a hacer.
-Aaaaaah Maria... lo tienessssssssss... tan ap-pretado ooooooooooj...
Arqueo su espalda levantando la cabeza, y pude ver en su cara, reflejada en el espejo del ropero, la expresión de dolor se mezclaba con la de la lujuria que había vuelto a ella.
Me dejé caer y hundí en su culo todo mi ser. Fue en ese momento cuando soltó sus nalgas.
-Gggueeeeeee..... mmmmmm.... mi cccc...culoooooooj grrrrrrrrrrrr
Ya no me contuve más bombeé como nunca lo había hecho. El ruido de mi pelvis golpeando sus nalgas me ponía al borde de la eyaculación y si alguien lo hubiera escuchado habría pensado que la estaba azotando. Tenia mis manos sobre sus omóplatos y me dejaba caer con todo mi peso.
-Mmmme ahogoooogg... mmmmm... me grrrrrrrrrr rrrrompessssssssh.... arrrrg....
Rodeé como pude su barriga con mi antebrazo derecho y la levante volviéndola a poner a cuatro patas. Ahora notaba los cuatro pelos de su chumino cosquilleando mis huevos. Puse mi mano derecha cubriendo todo su chirri, haciendo que mi dedo corazon rozara mi propia polla.
-¡¡¡Ahora!!! ¡¡Ya!! ¡¡¡Me voy...!!! Me co.... mmmmmmmme corro.... aprieta lassssss... putas nalgasssssss...
-Grrrrrrrr... aaaaahhh.... corrrrrrrrrrete caaaaaaaaahhh grrrrrrrrrr ¡¡Cabron!! - dijo apretando con todas sus fuerzas las nalgas.
-¡¡¡Tttt... toma enemaaaaaaaaaaajjj!!!
Descargue mis huevos de leche de una forma desconocida para mi. La presión de sus nalgas hizo que la experiencia se volviera bastante dolorosa, pero increíblemente placentera.
-Mmmmeeee.... hasssssss aaaaah... grrreeeeeventado el cu... lo aaaah – dijo cuando terminé de correrme.
Noté mi mano derecha empapada de orina. Se había corrido mientras la porculizaba, a pesar del dolor y del cansancio.
Dejé mi polla en su interior durante unos segundos después se la saqué y pude ver el irritado ano abierto como tres de mis dedos y palpitando al ritmo de la sangre en sus venas. Podía ver los goterones blanquecinos al fondo, donde mi carajo los había depositado. No vi sangre de ningún tipo , supongo que estaba más preparada de lo que yo creía. Percibí como el culo se fue cerrando poco a poco. Durante todo el rato que duró mi observación estuvimos en silencio. Hasta que el ano se cerró por completo casi al mismo tiempo que mi polla recuperaba su tamaño de reposo. Entonces le besé el ano y dio un respingo.
Noté que no se movía, solo el leve movimiento de su respiración.
-¿Maria? - no hubo respuesta.
O estaba dormida o desmayada. Fuera como fuera la moví tan delicadamente como pude hasta apoyar su cabeza en la almohada, me tumbé a su lado, apagué la luz y me dormí, pensando en que no sería la ultima vez que la sodomizara.
Me desperté al día siguiente con ella apoyada en mi brazo izquierdo. Tenia la polla dura, como todas las mañanas después de un buen polvo. Estábamos a Domingo solo tenia que hacer una visita rápida a unos cliente antes de la comida después estaría libre. Pensé en volvérsela a meter sin despertarla pero, “un trato es un trato”, así que desistí. Ya llegaría la noche... ¡¡¡Y quedaban 3!!!
CONTINUARÁ