Todo comenzó con una noche de sexo salvaje 5

Continuación de la serie de relatos de noche de sexo salvaje

Muchas gracias por los comentarios y mails recibidos. Aquí está la quinta parte de esta saga. Espero que os guste

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Continuación del relato noche de sexo salvaje 4

Ya habían pasado dos meses desde que estuve en el hospital. Las clases estaban a punto de empezar y mi relación con Gorka, seguía con sus altibajos. Algunos días estábamos muy bien y en cambio otros estaba más esquivo, y sin ganas de hablar. Yo la verdad es que ya me había auto convencido de que esta relación si cuajaba iba a ser muy problemática. Gorka algunos días solo pensaba en follar y en nada más. Otros estaba más cariñoso, pero para todo el mundo seguíamos siendo  amigos.

Mi relación con Alex... ya estaba casi muerta. Él siguió llamándome alguna que otra noche, pero nunca duraban más de dos minutos. Muchas veces antes de dormirme, me tumbaba en la cama y me quedaba pensando qué hubiera pasado con Alex. Sé que Alex estaba fuera del armario, pero había algo que no me gustaba. Desde que me paso lo del hospital está bastante distante, como si quisiera terminar con nuestra amistad lo antes posible y nunca me lo encuentro por la calle, ni si quiera cuando iba a ver a Gorka a su casa. Preguntaba por él y siempre me decían que estaba muy liado con la matrícula de la universidad o que se había ido una temporada de viaje. La verdad es que me gustaría hablar con él sobre lo sucedido. Sonó el móvil y me devolvió a la realidad.

“Nano, soy Gork. El luns mpiezo curro!!! Ya t cntar. Abrazs”

Cojonudo... el lunes empiezo otra vez la Universidad y Gorka empieza a trabajar. Llevamos más de dos semanas sin vernos, porque estaba ayudando a su primo con el coche y ahora empieza a currar. Empezaba a pensar que ver a Gorka sería tarea imposible. Mañana había quedado con los de clase para salir, así que no iba a cambiar los planes por él.

A la mañana siguiente mi enfado ya estaba extinguido. Era sábado y tenía planes. Siempre llamaba a Gorka por la mañana pero su móvil estaba apagado, como siempre. Desayuné, me vestí y salí a cortar el césped. Después de cortar todo el césped mis padres y mi hermana se iban a comprar. Yo me quedaría en casa. A los pocos minutos mis padres se fueron y yo subí a mi habitación. Me saqué el rabo y me lo manoseé un poco hasta que empezó a ponerse morcillón. Estaba muy cachondo porque llevaba dos semanas sin nada, pero algo me decía que me esperase a esta noche, que a lo mejor Gorka aparecía. Decidí hacer caso a mi conciencia y me guardé el rabo. Me puse a ordenar mi habitación y así que se me pasara el calentón, pero el tiempo pasaba y pasaba y la polla iba cogiendo su tamaño. Llame a Gorka para que viniera rápido y me follara, pero no había nadie en su casa y su móvil seguía apagado. Me saqué el rabo y me quedé mirando mis veintidós centímetros. La pre caía como siempre y yo ponía la palma debajo y cuando ya había bastante me lo llevaba a la boca. Me senté en el escritorio y pensé en ponerme una porno de esas donde al tío le revientan el culo entre dos pollas. Cuando volvió a sonar el móvil.

“Nano, q me acab d dsprtar. Toy kn resak, mi prim, no veas”

Tenía mucho que decirle, así que me puse los gayumbos y  le mande un mail.

“Hola Gorka. Me alegro de que ayer te lo pasaras muy bien con tu primo. Yo hoy he quedado con los de clase para salir, lo sabes. Si quieres venirte a las nueve en mi casa. Besos” Le di a enviar y a los pocos minutos recibo su contestación:

“Nano toy matao, no creo q vaya, paslo bien, ok??? Tas cabreao??? Luego te llamo”

me quedé mirando su mail más de un minuto. La polla ya se me había bajao por completo y empezaba otra vez a cabrearme. Empezaba a ver al Gorka que todas las tías decían que era. Con el cabreo le mandé otro mail.

“Por la tarde voy a estar ocupado, ya si eso hablamos otro día. Y la respuesta es sí, estoy cabreado porque en dos semanas no te he visto y he ido a tu casa varias veces y siempre estabas con tu primo. Tu recupérate de tus fiestas y ya hablamos”

No hubo respuesta de ese mail. Apagué el ordenador y el móvil. Si quería algo que venga a casa y me lo diga. Sabía que había sido un error empezar algo con Gorka, pero algo me decía que eso ya lo sabía, que sabía cómo era y que nunca iba a cambiar por mucho que lo creyera. Mis padres ya habían vuelto de la compra. Comimos y me eché una siesta. Cuando me desperté ya eran las ocho y media, me duché, me vestí, me despedí de mis padres y me fui. Encendí el móvil. Esperaba varias llamadas perdidas y algún mensaje, pero no, ni me había llamado ni me había mandado ningún mensaje. Di la vuelta y fui dirección a su casa. Al llamar al timbre me abrió su madre

-Hola Dani, buenas noches, ¿buscas a Gorka?

-Sí, ¿está en casa?

-No, no está. Se ha ido con unos amigos a tomar algo. – Mi cara tenía que ser un poema porque la madre me miraba como si hubiese metido la pata.

-Llámale al móvil, que lo lleva.

-Sí, le llamaré. Muchas gracias. - Y la madre se metió en casa. Me fui a donde habíamos quedado. Durante el trayecto no le llamé ni nada. Cuando llegué ya estaban casi todos. Todos íbamos muy arreglados, pero Esteban estaba particularmente guapo. El chico era normalito, como yo, no tenía nada que llamara la atención, pero en conjunto era un chico bastante guapo. Pelo castaño oscuro, ojos marrones, facciones fuertes, un cuerpo normal, un chico más. Nos fuimos en metro, hasta llegar al centro. Cenamos en un restaurante y luego nos fuimos a tomar algo por ahí. Cuando llevábamos unas cuatro horas yendo de un lugar a otro,. Decidimos irnos a un garito y quedarnos allí hasta que abriesen el metro. Cuando llegamos a la entrada no me pude creer que en un grupo de enfrente estaba Gorka, descojonándose de risa. Me quedé parado mirándolos.

-Dani, venga vamos – Esteban se había parado a verme. No podía quitar la vista de Gorka, pero mire a Esteban a los ojos.

-Tú entra, que enseguida voy yo. Que conozco al gilipollas que se está riendo.

Empecé a caminar hacia Gorka. No sabía si Esteban había entrado o se había quedado mirándome. Cuando me faltaban pocos metros para llegar, mi mirada y la de Gorka se cruzaron y esté dijo algo y vino en mi dirección

-¡Ey nano! - Abrió los brazos como para darme un abrazo. Yo no abrí los brazos ni sonreía ni nada.

-¿A ti qué coño te pasa? Me mandas un mensaje que estabas matao y ahora te encuentro de fiesta.

-Nano, nano, tranqui, no alces la voz que no es necesario. Estaba en casa y unos amigos vinieron a buscarme para salir, y como tú ya te habías ido con tus colegas pues me dije que porque no. - Se hizo un silencio. Gorka me miraba como si fuese la pura verdad lo que decía.

-Gorka... he ido a tu casa a las nueve o así y ya te habías ido. - Gorka solo abrió los ojos y se quedo mirándome. - Sabes lo que te digo, que te den, que te vayas con quien quieras, pero que conmigo no juegues. Te o dije en mi casa, que no quería empezar algo contigo porque sabía que eras hetero y que solo estabas así con el calentón. Y si eres bisexual, pues de puta madre, pero entonces no empieces algo que no quieras continuar. Me hubieses dicho que solo me quieres por los calentones que te dan para desfogarte y punto.

-Dani, no es eso. Estuve contigo en el hospital y yendo a tu casa todos los días.

-Me la suda Gorka, me la suda. Te dije de quedar como colegas y tú querías algo más. Te cabreaste cuando te conté lo de Alex y me decido por ti y así es como lo pagas, pasando de mí dos semanas. Vete a la mierda Gorka. - Me di la vuelta y me fui hacía el local. Esteban seguía ahí de pie.

-Tío Dani, ¿estás bien?

-Sí, estoy de puta madre, vamos dentro.

-¿Quién era ese? ¿Tu novio? - Al decir eso me quedé quieto. De clase solo lo sabía Lorena, y porque Gorka, Lorena y yo éramos desde pequeños inseparables. Pero sabía que Lorena no diría nada, porque ni si quiera se lo dijo a Gorka cuando eran novios. Así que supuse que Esteban lo había deducido por la conversación.

-¿Novio? Que va, es solo un colega de hace mucho. – Lo dije alto para que Gorka lo escuchase. – Venga, vamos dentro. Me senté en un taburete en la barra y me pedí un cubata. Llevaba una hora bebiendo y Esteban estaba todo el rato a mi lado haciéndome preguntas y más preguntas

-¿Entonces?

-¿Entonces qué?

-¿Eres gay?

  • Sí, soy gay, ¿pasa algo? – Le contesté muy borde. Esteban bajo la mirada y se puso rojo.

-No, nada nada.

-Lo siento, tío. Estoy cabreado por el gilipollas ese de afuera. No tendría que contestarte así Esteban. Lo siento. – Esteban me sonrió.

-Bueno, si ya no estás con ese y te quieres desfogar me lo dices. – Al decir eso me quedé ojiplático y me polla dio un respingo. Esteban quería que le follase. Yo estaba muy cabreado con Gorka, así que quería alargar esta conversación lo máximo posible, por si entraba Gorka y me veía hablando con un tío y este con una erección de caballo.

-Jajajaja, gracias Esteban, pero no te quiero hacer daño.

-¿Daño? – me miró extrañado. Le iba a poner cachondo, muy cachondo.

-Ya sabes… - Y me miré el paquete. Esteban siguió mi mirada y se volvió a poner rojo. Me acerqué a su oído y le susurré – Veintidós centímetros de rabo duro. – Me volví a sentar bien en el taburete. Estaban estaba nervioso. Se acercó a mi oído y me dijo

-¿Eres lechero? – Mi polla ya estaba morcillona y dentro de poco empezaría a expulsar pre como una fuente. Le contesté en su oreja

-Puedes comprobarlo si quieres, además, llevo dos semanas sin correrme. – Esteban asintió. Miré en busca de los baños.

-Espera un momento. – Me levanté y me dirigí hasta Lorena. La dije que si entraba el Gorka y me buscaba que estaba en el baño un momento. Quería que Gorka me pillara, me pillara follándome a otro y se diese cuenta de una vez de lo que sentía. Miré a Esteban y le señalé los baños con la mirada. Entre y estaban vacios. Me puse a lavarme las manos hasta que entró Esteban. Se quedó mirando sin saber qué hacer, así que entre en una cabina y él vino detrás. Cerró el pestillo y se quedó mirándome.

-Estoy muy nervioso Dani, lo siento.

-No pasa nada, ven. – Le agarré la cabeza y empecé a besarlo. Mi mano le sobaba todo el paquete y la suya me estaba bajando la cremallera. Me metió la mano por la bragueta para buscar mi rabo y lo sacó de su prisión. Estaba totalmente duro y ya caía pre.

-Joder, que pollón, y como escupe.

-Pues hoy es todo tuyo, haz lo que quieras con él. – Esteban se agachó y se lo metió en la boca. Menuda escena. Yo de pie con traje y la polla fuera por la cremallera y un tío también en traje comiéndome la polla. Le separé la boca de mi rabo y le hice levantar y le besé. Me encantaba sentir mi lefa y mi pre en la boca de otros. Nos separamos y me empezó a masturbar. Yo le bajé los pantalones y vi que llevaba los calzoncillos esos que dejan al aire el culo. – Joder Esteban, vienes preparado. Él me sonreía y dijo

-Siempre hay que estar preparado.

-Sí, pero tienen un fallo y es que no dejan ver bien la polla. – Esteban se rió y se los bajo. Tenía la polla muy venosa, pero el tamaño era normalito la verdad, pero me daba igual.

-¿Te mola mi rabo? – Vi que se estaba poniendo mucho, y en este polvo iba a mandar yo.

-Anda, come y calla – Le agarré de los hombros y le bajé hasta mi polla. Le restregué la pre por toda la cara, mientras él miraba hacia arriba. No creo que esteban fueran de los guarros en la cama de escupitajos, ostias  y eso. Le restregaba la polla y él me miraba a los ojos, abría la boca  y sacaba la lengua. De vez en cuando le dejaba la polla en la lengua para que se deleitase con la pre. Le miré y se estaba masturbando como un loco, así que decidí parar con mi rabo y subirle arriba. Me baje los pantalones y los dos nos quedamos igual. Con la camisa y la americana puesta pero con los rabos fuera.

-Me encanta como sabe tu rabo.

-¿Sí? – Lo cogí con los dedos por la base y empecé a darme golpes en la tripa y a lanzar la pre a sus piernas.

-Madre mía. – Toda la pre que caía en su cuerpo se la restregaba mientras me miraba.

-¿Lo quieres?

-Sí.

-Pues tendrás que ganártelo. Trae tu ojal que te lo voy a lubricar muy bien. – Esteban se dio la vuelta, yo me senté en la taza y puso su culo hacia mí. Tuve que resbalarme un poco por la taza para que me quedase a la altura de la cara. Al final con un poco de equilibrio empecé a darle lametadas mientras le separaba las nalgas para dejar al aire su agujero. Metía la lengua y daba vueltas. Esteban gemía por lo bajo. Cuando de repente noté que me estaban chupando la polla. Esteban tenía una flexibilidad muy buena. La chupaba muy bien, sabía dónde tenía que pararse más para dar placer y se la metía hasta el fondo, hasta que su nariz chocaba con mis huevos. Yo seguía lamiendo y Esteban comiendo.

-Joder Esteban, pufffffff, como sigas así me voy a correr. – Esteban paró de comerme la polla y se separó de mí un poco. Pensaba que le daría asco la lefa o algo, pero se giró y vi que tenía toda la cara llena de babas y me miré la polla y estaba igual. Se pasó la mano por la cara y se restregó todas sus babas por la polla. Un hilo de babas de su polla empezó a caer y crear un goterón en el suelo. Esa escena me estaba poniendo malo, así que me levanté de la taza y empecé a morrearlo. Nuestras pollas babeadas se chocaban la una con la otra. Me besaba con fuerza mientras que sus manos me apretaba el culo. Yo le metía dos dedos por el culo. Cada vez que se los metía daba un pequeño salto.

-Daniiiii, aaaaaaah, métemela.

-¿Quieres que te lo meta por el culo? – Le susurraba al oído

-Sí, por aaaaaaaaaaah – gimió por el empujón de mis dedos – favor. Tengooo condoooones. – Le saqué los dedos del culo y me separé de él un paso. Se agachó y cogió uno. Se quedó enseñándome el condón para que me lo pusiera, pero le negué con la cabeza.

-Me lo pones tú. – Rompió el envoltorio y me lo puso en el rabo. Se empezó a agachar, pero le cogí y le puse de cara a la pared. Abrió las piernas y le metí la polla lentamente. Esteban no paraba de gemir.

-No chilles tanto, que si entra alguien nos puede oír. – Esteban bajó el tono y yo empecé a follarlo.  El apoyaba las manos en la pared y en las manos la frente. Yo seguía dándole muy lentamente hasta que en un momento se giró y me miró. No era la cara de Esteban, era la cara de Gorka sonriéndome como sólo él sabe. Empecé a follarlo más y más fuerte. Estaba rabioso por todo lo que me había hecho. Empezó a gemir muy alto y le tuve que poner la mano en la boca para que no se oyera. Mis huevos chocaban en su culo sonando como una palmada. Apoyé mi brazo izquierdo en su nuca y le aplastaba la cara contra la pared.

-Ah, ah, ah, Dani… foooooollas mazo de bieeeeen. – Yo no le contesté, solo le follaba más y más fuerte. Tenía la mano derecha llena de babas por taparle la boca.

-¿Te gusta, eh? Te voy a reventar el culo. – Notaba que algunos gemidos no eran de placer, sino de dolor. Yo sonreía, hasta que me di cuenta de que era Esteban y no Gorka el que tenía mi polla en su culo, así que bajé el ritmo de las embestidas hasta que solo noté gemidos de placer. Yo estaba ya a punto de correrme.

-Esteban me voy a correr, aaaaaaaaaaaaaah. – Solté muchos chorros de lefa y se la saqué del culo. Me quité el condón y lo sujete como si fuera un globo. Esteban se giró. Le temblaban las piernas y se estaba masturbando como un loco. Yo abrí el condón y vertí su contenido en mi boca. Estaban me miraba mientras los chorros de semen caían del preservativo. Esteban se corrió en silencio mirando cómo me llevaba todo a la boca. Se había corrido mucho, espeso y blanco como el mío. Pensaba que él haría lo mismo, pero lo tiró por el retrete. Ahí es cuando caí que Esteban era de los de follar y nada más. Con Alex o con Gorka podía hacer lo que quisiera porque eran to cerdos en el sexo como yo. Esteban y yo nos vestimos y salimos de la cabina y nos pusimos a lavarnos las manos. Empezamos a hablar como si nada hubiera pasado.

-Me voy a tomar ahora mismo un cubata, que estoy seco, ¿vienes?

-Voy a pegar un meo, que me han entrado ganas. – Esteban salió por la puerta y yo me fui a mear a los urinarios de pared. Después de vaciar la vejiga me volví a lavar las manos y al abrir la puerta vi que Gorka iba a entrar al baño.

-La Lore me ha dicho que estabas en el baño

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Continuará