Todo comenzó bajo la lluvia...

Iba caminando en la madrugada, cuando vi que ella caminaba del otro lado de la acera...

TODO COMENZÓ BAJO LA LLUVIA

Eran las 4:23 am. La única alma vagando por ahí era la mía, empapada debido a las extremas condiciones climáticas. Venía de regreso del bar. Había quedado horas atrás con unas amigas para distraerme un poco.

Me había metido tanto en los estudios que toda la semana la pasé incomunicada… Malditos exámenes

Estaba a una cuadra de llegar a mi casa cuando a lo lejos del otro lado de la acera apenas pude percibir por la niebla a una persona, que, por el sonido que provocaban los zapatos, supe era una mujer.

Estaba sacando las llaves de mi abrigo cuando escuché un golpe. La pobre había caído. Y no la culpo. El clima haba estado fatal todo el día. Me quedé un instante viendo si se paraba pero no se movió, por lo que atravesé la calle y al acercarme le tendí la mano.

-¿Estás bien?

-Espera, espera. No me puedo parar. Me he torcido el tobillo. Malditos tacones de mieeer

Solté una risilla. Se volteó a verme.

-¿Te resulta gracioso?

-No, no, para nada, es que

-Anda, dime si te resulta gracioso y ahora mismo date la media vuelta

-Que no, que simplemente me da risa que la culpa va a parar a las pobres botas.

-Pues es que no estas viendo como están las calles y luego

Solté otra carcajada. A ella no le quedó más que rieres también.

-Anda, a ver, dame tu brazo y ponlo alrededor de mi cuello. ¿Te llamo a un taxi?

-Que va. Vengo caminando por qué mi amiga ha perdido mi bolso en el antro y ella tampoco tenía dinero para pagarmelo, y al final se fue con un chico que se ha encontrado y me ha dejado así sin más.

-Vaya amiga ¿eh? Pues mira, no se que tan lejos esté tu casa pero ya es muy tarde, y una chica como tu en medio de las calles vacías a esta hora, no señor.

-Y luego?

-Mi cuarto esta aquí enfrente. Te puedes quedar en lo que se pasa el dolor y amanece. Aparte esta lloviznando. ¿te parece?

-Vale. Vamos.

Entramos al cuarto. No era la gran cosa, digo, para una estudiante de universidad de cuarto semestre, no se puede esperar mucho. Pero mis intentos hacía por tenerlo decorado y acogedor.

-Pues aquí estamos. Bienvenida a mi penthouse.

-Jaja, vaya es lindo.

-Te voy a sentar en la cama en lo que prendo la luz y traigo ropa seca para las dos.

-Vale. No te preocupes.

Prendí la luz y pasé de largo a mi maleta por un par de blusas y dos pantalones de dormir.

Cuando di la vuelta me quedé inmóvil. Era hermosa. Tenía unos ojos grandes y expresivos color café casi negro.

Una piel blanca y cabello negro.

Simplemente hermosa.

-¿Pasa algo?- me preguntó con cara de intriga.

-No, nada es que me he acordado de algo. No es nada.

-Ah vale.

-Mira, aquí hay una blusa y un pantalón. Cambiate y yo regreso en un momento.

Iba yo a abrir la puerta cuando sentí su mano en mi brazo. Una ola de chispas recorrieron mi cuerpo.

-Oye.. Gracias por toda la ayuda.

Sus ojos casi negros se quedaron clavados en los míos. Fue una sensación única.

-De nada. -Abrí la puerta, le sonreí y salí camino al baño que estaba en el patio. Es lo malo de algunas pensiones.

Cuando regresé, se había cambiado la blusa pero aun conservaba puesto el pantalón.

-No te ha gustado ese pantalón? Tengo otro

-No, no, es que al parecer también me he lastimado el brazo porque intenté bajarlo y me ha dolido desde el hombro hasta el codo… No te pediría esto pero el pantalón esta muy mojado por la caída, y… bueno.. que si me ayudas

-Ahm.. Si, claro. A ver

Comencé desabrochando el pantalón. Mi corazón traicionero estaba empezando a latir un poco más deprisa.  Le pedí que se acostará bien en la cama para poder quitarselo. Le deslicé el pantalón por la cadera y mi mano rozó su piel. Y entonces fue que mi respiración se entrecortó y desvié la vista a otro lado. Rapido tomé el otro pantalón y se lo puse.

-Listo. Ya está.

-Gracias.

Me miró y sonrió. Y ahora lo traicionero eran mis mejillas ruborizadas. Esta noche mi cuerpo conspiraba contra mi.

-Bueno, y puedo saber tu nombre? -Me preguntó.

-Me llamo Cynara. Y tu?

-Emma. Mucho gusto. Extendió la mano y soltó una risa.

La estreché y nos reímos. Pero mientras nos saludábamos oficialmente, hubo un momento, horas y a la vez dos segundos que duró, que sus ojos se encontraron con los míos y sentí tal conexión que me dio miedo que realmente todo eso que estaba pasando fuera real.

-Wou.

-¿Qué? -le pregunté.

-Tienes unos ojos hermosos.

-Herencia de mi madre.

-Pues entonces tu madre ha de ser igual de guapa que tu.

me ruboricé. Otra vez. Conspiración al cien porciento.

-Gracias.

Me senté a un lado de ella. Comenzamos a platicar y así nos dieron las 6:00 a.m. hasta que nos quedamos dormidas.

Sabía que se llama Emma, tenía 28 años, trabajaba en un despacho de diseño gráfico y coincidíamos en varias cosas aunque en algunos temas en particulares teníamos nuestras diferencias.

También le dije, que tengo 20 años, que perdí un año por una mala decisión de carrera y que estudio arquitectura.

Sonó un celular. Sonó y sono hasta que por fin se calló.

De pronto, sentí que se había movido y cuando me dí cuenta, su brazo estaba alrededor de mi cintura. Intenté alejarme un poco porque mi cuerpo estaba empezando a tener reacciones, pero lo único que conseguí fue empeorar todo: me apretó contra su cuerpo y pude percibir uno de sus pezones duros en mi espalda. En ese instante comencé a mojarme. Como no quería salirme de control, levanté su brazo lentamente, pero creo que no con la delicadeza necesaria pues en ese momento despertó.

-Que… ¿Que? ¿Te estaba abrazando?

-Creo que alguien duerme abrazando la almohada. -Le dije con tono de burla.

-Pues si… jaja. disculpa.

-(Por mi encantada, susurraba mi mente) No te preocupes. Buenos… ¿días? ¿tardes?

Nos volteamos ambas boca arriba contemplando el techo.

-¿Que hora es?

me levante por mi celular

-Las 3 37 pm.

Regrese a meterme a la cama porque el frio estaba en su maximo esplendor.

-Con razón… Muero de hambre.

-Si… yo también. Por cierto. Como va tu pie?

-Al parecer ya mejor. Gracias.

-Ahh me dio frio.. Mi manía de pararme sin nada en los pies.

-Anda ven, metete bajo la colcha.

-Ay! Esta bien caliento aquí.

-Si verdad? Todavia tienes frio?

Como ella se veía muy dispuesta ayudar, yo me dejé llevar.

-Un poco.

puso su brazo alrededor de mi y me abrazó.

-Te incomoda?

-No. Para nada. Gracias.

-Va mejor?

-Mucho mejor. -le respondí.

Volteé a verla. Me estaba mirando fijamente.

De pronto me dice con tono sospechoso..

-Anoche, cuando me ayudabas a quitar el pantalón… por que te pusiste así?

-¿así como?

-Note como se te entrecortó la respiración y desviaste la mirada de forma rara.

-¿yo? que va.

Miré hacia otro lado, pero dejó de abrazarme para sacar su mano de la colcha y voltearme la cara hacia ella.

-¿que pasa?- me pregunto mirando fijamente.

-Na.. nada..

-¿segura? me preguntó acercandose a mi cada vez mas.

-Que si, que estoy segura..

Esta vez estábamos nariz con nariz.. me pregunto una vez mas si estaba segura pero con un tono suave, relajado que me prendió completamente en ese momento.

A partir de ahí no pude pronunciar una sola palabra mas.

La besé.

Primero la besé despacio, para ver si era correspondida, y al ver que ella también me besaba de la misma forma, desaté todos los deseos que mi mente y cuerpo llevaban desde la noche anterior y la besé mas apasionadamente.

Su mano pasó de mi cara a mi cuello y mi mano pasó a su cintura. Su piel era exquisita. suave. delicada. pidiendo que la tocara como si fuera una nube

su mano fue bajando de mi cuello a mi pecho, lo acarició por un rato y después tocó mi pezón. Solté un pequeño gemido.

No pude mas y me puse encima de Emma.

Sus ojos, la intensidad con que expresaba todo en una mirada me volvía loca.

Comencé a besar su cuello mientras mis manos entraban por su camisa y acariciaban sus senos. sus pezones duros de lo que mis besos la hacían sentir.

Nos estuvimos besando un rato, y hubo un momento en que nos quedamos viendo fijamente, después la senté y le quite la camisa, ella me quito la mía, me quite el pantalón y la ayude a quitarselo pues el dolor no se había ido del todo.

quedamos en bóxers. el suyo era pegadito como el mio, a media nalga, ver eso me prendió aun mas.

Me eché encima de ella otra vez y mientras besaba sus pezones fui bajando mi mano por su abdomen hasta llegar al bóxer. metí mi mano mañosamente y sentí su coño húmedo. empece a acariciar su clítoris, y empece asentir como se agitaba cada vez mas y empezaba a gemir. metí un dedo, se sentía tan bien entrar y salir de su cuerpo… era mía en ese momento y de nadie mas

continué acariciando su clítoris hasta que comenzó a gemir mas y mas rápido. Habia tenido su orgasmo.

Mi mano acabó empapada de su corrida. Era delicioso.

Con la respiración aun agitada, me sentó sobre ella y empezó a tocar mis senos mientras yo me movía lento y la montaba.

sus dedos empezaron a acariciar mis pezones y empece a gemir.

se sentó, me quitó el bóxer y me volvió a sentar encima de ella. Metió su mano en mi entrepierna y con la otra me agarraba por la espalda, sentí sus uñas enterrarse en mi piel.

sus dedos comenzaron a jugar con mi clítoris mientras su boca se centraba en mi pezón. Era una mezcla de sensaciones increíbles.

Cuando se cansó de jugar con mi clítoris, metió un dedo, y sentí como todo aumentaba… el calor, el deseo, las ganas de correrme encima de ella

Empezó a lamerme mas rápido y su mano también aceleró el ritmo, hasta que no aguanté más y me corrí.

Nos acostamos.

Nos miramos fijamente y fue en ese momento que supimos que, desde la primera vez que nos vimos, supimos que íbamos a estar juntas… por mucho tiempo...