Todavía no
Una de las cosas que me gusta hacer mucho, y lo hago siempre que puedo, es sacar la lengua enfrente de una buena polla bien dura y cachonda, tocarla con la punta de mi lengua y llevarme a los labios una buena porción de líquido preseminal. ¡Que rico sabor! Y me encanta la cara del dueño de la polla
Antes de nada, comentaros que lo que voy a contar en este relato es absolutamente verídico. Yo entiendo el sexo como una extensión más de las personas, igual que lo es el trabajo, practicar ejercicio o cualquier otra actividad del día a día de cualquiera de nosotros. Por eso no entiendo a aquellas personas que juzgan y se escandalizan por la vida sexual de otros individuos.
Todo lo que explico es como yo vivo y siento el sexo. No hay otra.
Esta historia ocurrió a principios de septiembre de este año 2019.
Vivo en la provincia de Barcelona. Tengo alrededor de 40 años, más o menos 170 cm y unos 60 Kg, moreno, pelo corto guapete, morboso y sobre todo muy vicioso. Y debo confesaros que me encantan las pollas… jejeje, sí, me encanta tener a mi disposición una buena polla bien dura, me encantan esas pollas venosas que se hinchan tanto y se ponen tan duras que parece que en cualquier momento van a explotar. Bueno, a parte de duras también me gustan gordas, largas, jugosas, viciosas y cachondas. No hay nada como tener en la boca una buena polla estilizada y bien proporcionada soltando jugo preseminal. ¡Mmh, me encanta el sabor!
Una de las cosas que me gusta hacer mucho, y lo hago siempre que puedo, es sacar la lengua enfrente de una buena polla bien dura y cachonda, tocarla con la punta de mi lengua y llevarme a los labios una buena porción de líquido preseminal. ¡Que rico sabor! Y me encanta la cara del dueño de la polla…
Vivo, como decía, en la provincia de Barcelona y cerca de casa hay una zona de cruising a la que suelo acudir de vez en cuando.
Pocas veces suelo encontrar lo que busco. No soy de esos tíos que no dan ninguna importancia al físico y sólo se fijan en la polla y poco más. Para mí el conjunto del tío en sí tiene la misma importancia. He dejado de irme con alguno porque la boca tenía algo que no acababa de gustarme, por ejemplo… y me he perdido oportunidades por las que la mayoría venderían hasta a su madre… Jajaja, y sí en este mundillo hay muuuchas maricas que serían capaces de eso y más… Jajaja.
En fin, que soy un tío selectivo, pero más que selectivo es que solicito lo que ofrezco y yo ofrezco mucha calidad, por lo que me gusta un tío que este a la altura. Luego, una vez pasada esa primera fase de selección, le doy lo mejor de mí… Jajaja y me encanta cuando ellos también me dan lo mejor de sí mismos…, ¡como su semen!
Esa tarde acudí a la zona de cruising esperando encontrar un tío que me diese un buen batido de proteínas y lo encontré.
Nos habíamos visto un par de veces con anterioridad y se notaba cierta tensión sexual entre ambos, pero ninguno de los dos había propiciado nada, de modo que nos teníamos ganas y ese día ocurrió.
Lleguo y paro el coche cerca de una de las zonas de folleteo que está algo más apartada de la zona principal. Dejo el coche con la radio encendida y echo un vistazo al móvil. A los pocos segundos aparece otro coche por detrás y lo aparca justo detrás del mío, tan cerca que prácticamente se estaban tocando morro con culo. Era él, obviamente. Colombiano, moreno, muy moreno, altito y fortote, se baja y se dirige a la zona escondida sin dejar de mirarme. Yo entonces me hago el durillo y continúo en el coche sentado a lo mío. Veo que se empieza a frotar la entrepierna descaradamente mientras me va mirando con esa mirada que sólo un tío cachondo puede poner. Pero sigo sin entrar al trapo. De modo que su siguiente movimiento es sacarse la polla de los pantalones. Cuando vi ese pedazo de rabo, duro, gordo, largo, venoso frotándolo con una flexibilidad en la piel que no había visto antes, mis ojos se abrieron como platos. Me pase la lengua por los labios y en un plis plas estaba delante de él sobándole el pollón.
Era una polla morena, sueva, dura y firme, de esas pollas que te llenan la mano con su dureza. Entonces le desabrocho el botón del pantalón y se los bajo dejando sus huevos gordos, negros (el tío es muy moreno) afeitados y bien cargados al aire, libres de toda opresión.
Tiene vello púbico como a mi me gusta y los huevos como he comentao afeitados, yo veo aquellas joyas y lo flipo, pienso: “Joder, ¡¿y he estado todo este tiempo sin disfrutar de este pollón y estos pedazos de huevos?! ¡¿Cómo he sobrevivido?! ¡¡Madre mía!!
Me quedo mirándolo mientras me desabrocha el pantalón y saca mis propias joyas que la verdad, no están nada mal. Gasto un rabo de 18-19 cm, algunas veces que he estado muy cachondo me ha llegado hasta los 20, y un par de huevecillos que, ¡aunque no son muy grandes me encantan mis dos muchachos!
El cabrón se empieza a menear la polla de una forma super morbosa, para adelante y para atrás, un par de veces intercaladas con sacudidas y de nuevo esos meneos cubriéndose el glande con la piel. El chaval tiene la polla circuncida y ver que se la cubre con la piel de la polla me pone aún más cachondo.
Aquello cada vez se pone más grande y va creciendo más y más. Entonces le pido que me grabe en video. Saco el móvil y se lo paso y me pregunta:
¿Está grabando? - Sí le contesto. – Pues ponte a mamar zorra. - Me dice mientras se coge la polla por la base y empieza a sacudirla en el aire. Me arrodillo frente a él, su polla queda justo enfrente de mi boca, la miro con cara de puta hambrienta, le miro a él, me sonríe con una mirada de chulo cabrón perdona vidas.
Demuéstrame lo que te gusta la polla. - Me dice mientras se la agarra por la base y empieza a sacudirla en el aire hasta que por fin empieza a darme golpes en la boca con ese pedazo pollón que empieza a dejarme un rastro de precum sobre mis labios. Me quiero morir de gusto, y eso que aún no he saboreado ese cacho de carne moreno y jugoso que se blande antes mis ojos y tengo la certeza de que será todo para mi…
Me apoyo con una mano sobre su muslo derecho mientras saco la lengua enterita en dirección a su polla a la vez que le miro a los ojos. Veo esa mirada de hijo de puta que está cachondísimo diciendo: “por fin zorra, por fin me vas a chupar la polla y me vas a dar placer so perra.”
Entonces me meto el capullo gordo, duro, suave y jugoso en la boca mientras suelta un gemido sordo y seco que denota muuucho placer, a mi me encanta cuando empiezan a gemir, es una señal inequívoca de que lo están disfrutando bien disfrutao… Quito la mano de su muslo y le agarro bien los huevos, esos huevos que están afeitados y que sé que están cargados de semen… me llenan toda la mano y noto su textura, su calor y sus bolas.
Me meto todo el capullo en la boca y lo saco, vuelvo a meterme el capullo en la boca mientras le doy lamidas con la lengua, agarro sus huevos, me la voy meneando con la otra mano, mientras suelto gemidos de placer en plan puta disfrutona, porque realmente estoy disfrutando de saborear el capullo de este tío, y de tener sus dos pelotas en mi mano, notando su peso y su calor.
Poco a poco me voy metiendo la polla hasta el fondo, primero dos tercios, me la saco, vuelvo a meter un poquito más, de nuevo la saco, voy gimiendo suavemente, sensualmente, entrecortadamente mientras masajeo sus huevos, y ahora sí, me la clavo entera, hasta la base, mientras me adueño por completo de sus pelotas. Mi lengua no pare de lamer su glande y su tronco, no sé cómo lo hago, pero hay mucha actividad en el interior de mi boca. No paro de gemir, me saco un poco el tronco de la polla sin soltar los huevos, me la vuelvo a meter hasta la base. Noto el roce de su vello púbico. Madre mía, pienso; “como estoy disfrutando. Gracias dioses, gracias por proporcionarme este pedazo pollón. Todo el placer que me dé chupar esta polla os lo ofrezco a vosotros dioses. Gracias, gracias, Mmmh, ¡gracias!”
Me la saco hasta el capullo sin permitir que salga de mi boca, se produce un sonido super excitante y cachondo de mi boca empapando su rabo, cuando esta a punto de salir, vuelvo a tragar y su piel se desliza por sobre el tronco de su polla cubriendo todo el capullo, llenándome la boca de más polla. El gime con un “Ohhh” que me pone aún mas cachondo y hace que me la meta hasta el fondo de golpe, bien adentro, toda hasta el fondo. Ahora si que tengo toooda la longitud de su pollón gordo y largo, dentro de mi boca. Me provoca un sonido sordo como si me estuviese ahogando, y realmente así es, pero nos encanta a los dos, tanto a él como a mí. A él le encanta notar toda su polla dentro de mi garganta, en la cavidad estrecha, caliente, húmeda y mojada y apretada de mi garganta y a mi me encanta estar completamente lleno de ese cacho carne moreno, jugoso, duro, suave, palpitante, vicioso, cachondo. Me encanta notar como me penetra hasta la garganta con total tranquilidad, me encanta notar la polla bien a dentro, me encanta tenerla literalmente entera dentro y que el cabrón empuje más la cadera para que me entre más aún, pero más aún es imposible porque la tengo literalmente toda dentro de mí, pero me encanta que lo haga. Tengo todo su rabo, hasta el último milímetro, hasta sus huevos en el interior de mi boca y mi garganta. Y me encanta.
Es aquí cuando empiezo un metesaca repetidamente sin soltar sus huevos ni un instante. Me la saco hasta el capullo y me la vuelvo a meter hasta que noto su vello en mi nariz, me la saco hasta el capullo y me la vuelvo a meter hasta sentir de nuevo su vello. Casi toda fuera, toda dentro, casi toda fuera, toda dentro de nuevo. Así mientras ladeo ligeramente la cabeza para que su polla rote suavemente dentro de mi garganta a medida que sale y entra para darle más placer.
De nuevo vuelvo a oír sus gemidos más alto cada vez. Es tanto el placer que está sintiendo que me aparta con la mano. Cuando sale el capullo de su polla de mi boca hace el sonido de descorche de una botella, yo suelto un gemido de puro placer. Su capullo sigue apoyado en mi labio inferior, se ha formado una cama de saliva en la que descansa el capullo de su polla, continúo acariciando sus huevos. Estamos los dos mega cachondos. Me agarra por la barbilla, me sube un poco la cabeza y me dice mirándome directamente a los ojos:
Me corro. – Beso la punta de su capullo y le contesto – Todavía no. - muevo el labio inferior de derecha a izquierda sobre su capullo y me contesta: - Sí. - Le miro teniendo el capullo de su polla gordo y duro, muy gordo y muy duro y le digo – Todavía no. – Entonces con su capullo entre mis labios saco la punta de la lengua y la empiezo a pasar de un lado a otro por su glande, de lado a lado sin dejar de mirarle y sin soltar sus huevos. Continúo sintiendo el calor de sus pelotas.
Entonces empiezo a mamar ese glande que tanto placer nos esta dando a los dos, lo mamo como si fuese un chupete, me lo meto y lo saco, lo meto y lo saco. Mis labios no paran. Menudo festival se están dando. Qué sabor más rico. Pero que bien sabe esta polla. ¡Oh Dioses!
En un momento dado dejo todo el capullo dentro de mi boca, le suelto los huevos y mientras continúo chupando y gimiendo le agarro el tronco del pollón con la mano en la que tenía sus huevos, mientras que con la otra sigo pajeándome como un loco. Es super excitante porque solo se escuchan nuestros gemidos de puro placer y el sonido de la comida de polla que le estoy dando.
Teniendo su rabo agarrado con la mano aprovecho para jugar con su capullo pasándole la lengua frenéticamente sin parar sobra la punta del glande. Me encanta y se lo hago saber. Le agarro bien la polla y mi lengua disfruta de su capullo mientras miro como juego. Es entonces cuando empiezo a meter la punta de la lengua en el agujerito de su glande. ¡Mmmh, por los dioses cómo me gusta hacerlo!
Gime, gime y gime yo le miro, pone los ojos en blanco y teniendo en cuenta que hace nada me ha dicho que se va a correr decido bajar la intensidad y entonces, todavía agarrándole el rabo, me vuelvo a meter el capullo en la boca mientras gimo como una puta. Aquí el muy cabrón vicioso da un gemido de puro placer y tan alto que me llama la atención y miro preocupado por que nos puedan oír. Sigue gimiendo, relamo el capullo y me lo saco de la boca produciendo un sonido de beso sonoro. Miro el glande con admiración, ¿cómo es posible que algo tan pequeñito me guste tanto y aún más, ¿cómo puede darnos tanto placer a los dos? Me encanta, estaría comiendo y chupando rabote horas y horas.
Entonces vuelvo a chuparla con verdaderas ansias, con gula, con avaricia, eso es lo único que necesitamos los dos, tener su pollón en mi boca. Estoy chupando y admirándola un ratito. Vuelvo a acariciarlos los huevos de nuevo. Están acogidos en mi mano otra vez. Los había echado en falta. No puedo dejar de meterme su rabo en la boca. Ya no sé que hago, me la meto, me la saco, le doy besos, besitos, lametones. Sólo quiero tener ese rabo en la boca, dentro de mí, en mi interior, que forme parte de mi cuerpo. Gimo, el gime más alto, más rápido. No pierde detalle de lo bien que trato su rabo. Le encanta mirarme. Esta en la gloria. Lo miro mientras le aprieto los huevos y saboreo su rabo, estira la cabeza hacia atrás mientras me acaricia el pelo y suelta un pequeño rugido de macho caliente, de macho cachondo, de macho vicioso disfrutando.
Ahora sí, me la saco entera, la miro, no sé qué mierda me pasa, pero dejo de ser yo y lo único que me importa, lo único importante en esta vida ahora mismo es esta mamada de la que estamos disfrutando los dos. Está fuera, completamente, no paro de pajearme cada vez mas rápido, la miro, miro su polla toda dura, jugosa, empapada en mi saliva toda tiesa y me la clavo de golpe hasta los mismísimos huevos. No se lo espera. Mi garganta hace un sonido de ahogo que nos encanta a los dos. Empieza a gemir de un modo casi grotesco, sigue gimiendo, ahora más alto, yo continúo tragando rabo. Lo tengo todo, todo, absoluta y completamente todo dentro de mi garganta, su abdomen aplasta mi nariz. De mi garganta continúa saliendo sonidos placenteros, viciosos y casi burdos por igual. Me la saco hasta la punta, me paro a saborear el glande con deleite. No para de gemir, prácticamente grita. Llegados a este punto nos da igual. Estamos tan cachondos que nos dejamos ir completamente por la mamada. Ninguno de los dos esperábamos que ocurriera algo así, pero está pasando y lo estamos disfrutando. Me agarra la cabeza con la mano que le queda libre. Cada vez grita más alto y yo cada vez estoy más cachondo de oír sus gemidos y saborear su rabote. ¡Joder! Me la saco y la dejo apoyada en mis labios, la punta de su polla esta en mi nariz, en mis fosas nasales y huelo su capullo. Huelo su rabo y me encanta el olor que desprende su polla dura y cachonda. Le miro, me mira, no sé que hacer con tanto placer, él tampoco. Juego con sus huevos, mis dedos no paran de acariciarlos. Le miro, abro la boca, la vuelvo a cerrar sin meterme la polla dentro. Sus gemidos nos pone cada vez más y más cachondo. Lo miro. Me mira. Gime y gimo. Me mira y le miro. Sus gemidos me dicen que ya está aquí, su orgasmo es eminente y empezará a soltar lefa de un momento a otro. Saco la punta de mi lengua, la muevo por su frenillo. Todo sigue igual: Su placer queda claro por sus gemidos in crescendo, mi mano izquierda acaricia sus huevos mientras que con la derecha me pajeo de aúpa, me tiene agarrado con la mano que tiene libre y su polla esta entre mis labios con mi lengua haciendo círculos sobre su glande y su frenillo. Miro la punta de su polla, su agujerito, mientras mi lengua la saborea. Veo como sale el primer lefote, ahora sí que grita sin importarle una mierda nada. Mi lengua continua en su glande dándole placer, quiero que se corra bien a gusto. Al primer chorro de semen sobre mi lengua le sigue otro que me llena el labio y el surco naso labial. Le miro a los ojos con cara de puta satisfecha, de zorra que ha hecho bien su trabajo y lo está haciendo. Con cara de perra cuya única importancia es el placer de su macho. Suelta un par de borbotones más de semen que van directos a mi boca mientras sigo apretándole los huevos, su mano continúa acariciándome y su boca soltando gemidos de placer que poco a poco disminuyen de intensidad. Miro la corrida, me encanta. Le vuelvo a mirar a los ojos y cuando su polla ya no suelta más leche me la mete en la boca. La recibo encantado. Me encanta chupar una buena polla recién corrida en mi boca. Me encanta saborear una buena corrida, una buena lefada recién ordeñada y calentita… Me encanta y siempre me encantará.
Empiezo a chupar toda la polla en su extensión haciendo especial hincapié al capullo cuando sale de mi boca, que no llega a salir por completo, mis labios se juntan sobre la punta de su polla toda llena de semen recién soltado mientras aún tengo sus huevos en mi mano y él continúa gimiendo, ahora ya menos que durante la corrida. Le vuelvo a mirar y está completamente fuera de sí. Veo como a cada chupada la polla se llena de restos de semen y se limpia y eso me encanta porque se que el semen está en mi boca. Le agarro la polla y se la meneo mientras le miro y me acabo de ocupar del resto del semen que queda en su polla mientras continúa acariciándome y gimiendo, entonces me la saco y saco la lengua y está toda llena de su semen y queda hilos de semen entre su polla y mi boca, cosa que nos encanta a los dos. Seguimos gimiendo cada vez con gemidos más ahogados y no paro de chupársela hasta que le dejo el rabo completamente limpio y brillante.
Me levanto y me besa compartiendo su semen.
Este relato es la transcripción del vídeo que grabamos de la mamada.
Gracias por escoger y leer mi relato.
Si te ha gustado puedes escribirme y compartir tus impresiones. Y si quieres quedar conmigo y que relate nuestro encuentro con total y absoluta discreción envíame un mail al: julitomamon@gmx.es