¿Todas las Mujeres somos bisexuales?

Lesbianas, bisexuales, heterosexuales… o simplemente Mujeres.

¿TODAS LAS MUJERES SOMOS BISEXUALES?

Antes de comenzar, quiero aclarar que esto no es un relato, sino más bien una reflexión que forma parte de un libro que placenteramente y con mucho esfuerzo me dedico a escribir, cuyo tema central es la sexualidad femenina y en esta oportunidad deseo ofrecerla a mis lectoras (es).

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Desde que entendí que me gustaban las mujeres, he invertido en ellas bastante tiempo, no solo en disfrutar de su grata compañía (…), sino en observarlas (más que para saciar mi vista), y en estudiarlas (no como experimentos de laboratorio). Me he dedicado a tratar de conocer lo que esconde la mente, el cuerpo y el alma, en sus cavidades más profundas, de este ser, que sin duda es el más interesante y hermoso que haya conocido.

Gracias al conocimiento, la experiencia, la curiosidad y la investigación, he manejado algunas "teorías" que en parte trataré de compartir todos con ustedes. Algunos comentarán que este no es un relato lésbico, que debería estar ubicado en "otros textos", etc., respeto sus opiniones, pero es en esta categoría que está el target (público) al que me dirijo. Mis textos son de esencia "lésbica", que a mi parecer se resume en el contacto visual, carnal, sentimental y/o sexual entre dos o más mujeres.

El término lesbianismo es solo eso, una etiqueta, un nombre que nace de la admirada y conocida Safo, poetiza griega de la isla de Lesbos, cuyos poemas trascendieron a través de los siglos, hasta lograr que este vocablo fuera aceptado internacionalmente para definir la homosexualidad femenina. Con todo respeto, no soy mujer de etiquetas, para mí la sexualidad de las mujeres es un terreno demasiado amplio y diverso, y la simple atracción entre ellas, es la verdadera esencia de la cual me alimento.

Wikipedia, enciclopedia que on line, aunque contiene información no comprobada, representa una opinión más o menos generalizada del común de la gente, expresa textualmente:

"La mayoría de las culturas antiguas ha considerado a las lesbianas como inexistentes, a diferencia de la homosexualidad masculina, considerada hasta hace pocas décadas como enfermedad, además de ser perseguidos y castigados duramente por ello. Las mujeres se han perseguido por ser adúlteras y prostitutas, pero no por su orientación sexual. En este aspecto se podría considerar que las lesbianas han sido marginadas por omisión y de no reconocer su propia existencia. El auge de las últimas décadas de los sectores denominados representantes del feminismo han luchado durante mucho tiempo por el reconocimiento del lesbianismo".

Nuevamente resaltando mi mayor respeto por la diversidad de opinión y haciendo uso de mi libertad de pensamiento, difiero de esta visión. Al contrario de creer que el lesbianismo es marginado por omisión, considero que es tan normal y común lo que pasa entre las mujeres, que no puede ser categorizado, ni mucho menos marginado por ninguna razón. Tenemos un don natural al que llamamos sexualidad y como lo decía al principio, es demasiado amplia como para limitarla con clasificaciones.

Desde los ojos más tímidos, hasta los más provocadores, se convierten en la punta de lanza de cualquier hembra, cuando ve a otra que capta su atención. Las miradas son indiscutiblemente, en muchas ocasiones, el comienzo de una conexión entre mujeres, que a través de la distancia que separa ese cruce de señales visuales y discretas, sienten la tensión de aquel encuentro, que muchas veces ellas mismas no entienden.

Es tan divino mirar a una mujer directamente a los ojos, sin importar su forma, su tamaño o su color, sino lo que transmiten esas dos perlas llenas de inquietud, curiosidad, sensibilidad y pasión, que cada vez que puedo trato de provocarlo. Cuando eso pasa, percibo una calidez en el contacto inmediato de la otra chica y mi piel sufre los consecuentes escalofríos con aquella respuesta. Al instante su rostro se sonroja cuando profundizo mi mirada, mientras doy un suave repaso por toda su anatomía y nuestras pupilas se comunican en un lenguaje que solo ellas conocen y que en ocasionas nosotras mismas ignoramos.

De esta manera, ella, independientemente de sus experiencias sexuales o de que algún día haya o no fantaseado con la idea de estar con otra mujer, manifiesta en este encuentro un sentimiento compartido, desconocido tal vez, pero demasiado sutil e intenso como para no repetirlo.

Lo que suelo llamar mi teoría y hago hincapié, que no soy la primera ni seré la última en pensar y publicar esta hipótesis: TODAS LAS MUJERES SOMOS BISEXUALES… (digo bisexuales por mantener la línea de definiciones, entendiendo por este término la atracción de una persona hacia ambos sexos), es la conclusión a la que me ha llevado mi experiencia y la acuciosidad que me caracteriza, a lo que llama mi novio: "Curiosidad perseverante".

Sigmund Freud, hace alrededor de 150 años, afirmó que existía una incertidumbre sexual generalizada: la bisexualidad, y que ésta era natural tanto en hombres como en mujeres. Eso significa que la identidad de cada sexo está a merced de las identificaciones, que cada uno es otro para sí. Desde ese momento hasta la actualidad, las controversias al respecto han paseado de un lado para otro, sin alcanzar verdaderas evoluciones.

No obstante, no pretendo profundizar en las conclusiones del creador del psicoanálisis ni mucho menos, e inclusive, mi punto de vista se centra únicamente en el sexo femenino, aunque es imposible no mencionar las interesantísimas visiones de este científico, que replanteó para aquel entonces la naturaleza humana y sembró las bases para derribar tabúes que aun hoy permanecen vigentes.

Las féminas, independientemente de nuestras capacidades, cultura, raza, religión, condición económica o entorno social, estamos estructuralmente creadas como un ser único, capaz de sentir más allá de nuestras propias perspectivas, solo que, en términos generales, no nacemos con esta conciencia y generalmente no somos dotadas con este material informativo en ninguna etapa de nuestras vidas. Sin embargo existe, está en nuestra piel, en nuestra sangre, pero especialmente en nuestra mente, en el subconsciente, que solo despierta por instinto o por alguna circunstancia.

Por tal razón, las lesbianas no pueden estar omitidas, porque hoy en día la mujer representa los primeros puestos en muchos sectores a nivel mundial y sin importar las directrices que le hayamos dado a nuestra vida sexual, somos "Mujeres" y compartimos una sola tendencia.

Para tratar de fundamentar al menos un poco esta teoría (que no es nada fácil hacerlo en solo un par de páginas), voy a colocar un ejemplo:

Cuando vemos algún canal porno, nos damos cuenta que no hay horarios especiales ni limitación de cantidad para las películas con "escenas lésbicas", como sí los hay para las películas de la homosexualidad masculina (aclaro que solo trato de llegar a un punto, no tengo nada en contra de ésta, ni de ninguna otra tendencia sexual), esto sucede porque no solo las mujeres que experimentan relaciones sexuales con su mismo sexo o los hombres que fantasean con éstas imágenes, son los únicos dispuestos a recibir estos mensajes sexuales, sino que es admitido, aunque sea a escondidas y en silencio, por la mayor parte del sexo femenino en general, por la carga de pasión y erotismo que contienen.

Lo que quiero expresar es que, el contacto entre mujeres es algo tan mágico, tan natural, tan normal dentro de nuestra estructura física-mental, que no hay barreras, ni límites, ni etiquetas, que puedan encasillarlo.

Por otro lado, además de las mujeres que se sienten heterosexuales porque nunca han experimentado pensamientos ni experiencias lésbicas y aún así pueden reaccionar positivamente ante una escena de este tipo; también están las mujeres que se consideran lesbianas porque nunca han sentido atracción por los hombres o porque guardan malas e insatisfactorias experiencias en sus relaciones heterosexuales y otro número de casos más, por los que ellas hayan decidido elegir como destino una tendencia (lesbianismo) y en función de eso en lo que finalmente encontraron placer, encaminan sus vidas y difícilmente podrían despertar sensaciones con ese otro "bando" (hombres), que en ocasiones, hasta se convierte en el enemigo.

A pesar de esto, se conocen casos de mujeres que se consideraban 100% homosexuales y por alguna circunstancia experimentaron relaciones sexuales e incluso sentimentales con hombres, las cuales les resultaron satisfactorias, lo que defiende una vez más la exposición de Freud, que nuestra identidad sexual depende definitivamente de nuestras decisiones, emociones y experiencias.

A todas las mujeres que leen este mensaje, analicen sin tapujos que tan identificadas se sienten con estas palabras que, solo tratan de orientar y responder algunas de las tantísimas preguntas que muchas de nosotras nos hemos realizado a lo largo de nuestras vidas, independientemente de la postura sexual que hoy asumimos.

Por ejemplo tú, que siempre te has etiquetado como una mujer de gustos y complacencias heterosexuales y que te encuentras hoy absorta en estos relatos de categoría "Lésbicos", trata de pensar... ¿Te has sentido alguna vez atraída por alguna mujer? ¿Has experimentado sensaciones inusuales cuando te encuentras con la mirada de otra chica? ¿Has deseado, soñado y/o fantaseado sexualmente con alguna amiga, desconocida o incluso una mujer famosa del cine, la música o la televisión? ¿Has sentido erizar tu piel con el roce de una mujer que hayas "admirado" o que tiene alguna cercanía o afinidad contigo? ¿Te has quedado paralizada y hasta excitada mirando un hermoso y atractivo cuerpo femenino? ¿Te has preguntado alguna vez, como sería estar con otra hembra, besarla, tocarla, sentirla…?

Ahora me dirijo a ti, que eres bisexual asumida, quizás a veces piensas ¿Cuándo comenzó todo esto en tu vida? ¿Desde cuándo sientes atracción por las mujeres? ¿Es esta una tendencia temporal o eso cambia con el tiempo? ¿La bisexualidad se convierte algún día en lesbianismo o me dejarán de gustar las mujeres?

Y aquellas que se han decido por estar solamente con personas de su mismo sexo y que quizás no concuerden con muchas de mis reflexiones, les pregunto también ¿Cuándo supiste que te gustaban las mujeres? ¿Te interesaste alguna vez por una persona del sexo opuesto? ¿Crees que ser lesbiana fue una decisión tuya o es una tendencia natural dentro de la cual fuiste incluida? ¿Cuáles son las principales diferencias que encuentras entre las relaciones sexuales con mujeres y con hombres? ¿Has tenido experiencias sexuales y/o sentimentales con chicas, que hasta entonces se manifestaban heterosexuales? ¿Has pasado por la sensación de buscar la mirada de alguna mujer que creíste de preferencias sexuales distintas a las tuyas y fuiste sorprendentemente respondida?

Quizás a muchas de estas preguntas ya les han dado respuesta o tal vez aun no las encuentran, pero en mi opinión, la más clara y completa es que, no somos lesbianas, ni heterosexuales… somos simplemente Mujeres de naturaleza bisexual, que durante toda nuestra vida experimentamos una cercanía especial con otras chicas… desde aquella fiel amiga de la infancia; nuestras inseparables compañeras del colegio y la universidad; nuestro grupo de primas y otras familiares y hasta la más desconocida con la que coincidimos en algún lugar público y con la cual nos sentimos extrañamente identificadas y atraídas. Son respuestas naturales de nuestro yo femenino. Por eso es tan normal el contacto, los besos, los piropos entre nosotras, acariciarnos, peinarnos, dormir y hasta bañarnos juntas por simple amistad, es algo que esta instintivamente presente y se desarrolla o no, según el grado de conciencia y valor de cada una.

Finalmente solo me queda expresarles, que poseemos más de un 70% de potencial inexplorado que sería interesante tomar en cuenta, ya que tenemos la capacidad de hacer con nuestra sexualidad lo que deseemos, podemos hacer lo que nos plazca y quedarnos donde la necesidad quede satisfecha. Pero aunque sigamos catalogándonos con símbolos o nombres, debemos tener presente que somos tan poderosas, que podemos controlar y decidir sobre nuestra propia sexualidad, que es infinita, sin perder nuestro hermosísimo título de Mujeres.

A todos esos seres de mi adorado sexo femenino, les escribo estas líneas como una pequeñísima partícula de aporte hacia nuestro propio y verdadero reconocimiento… a ustedes les digo, pónganle el nombre que quieran a su decisión sexual, pero si se apodan "heterosexuales", tengan en cuenta sus extensas posibilidades y no pierdan la oportunidad de probar el sabor de otra mujer, porque no existe un mejor modo que ese de conocernos a nosotras mismas… disfrutar de nuestro mismo perfume en diferentes fragancias y a la vez gozar de la más hermosa y placentera combinación sexual "M-M".

PD: Sus opiniones y visiones sobre esta llamada "Reflexión" y de este tema en general, son muy valiosos para mi y me serían de gran ayuda para continuar ampliando mis horizontes y seguir fundamentando tan interesante investigación. Gracias por su tiempo y dedicación.