Toda madre desea ser forzada por su hijo.

Roberto descubre en las mujeres maduras nuevos placeres, hasta que se da cuenta que la mejor mujer que se puede follar es la autora de sus días, su propia madre.

Tanto mi madre como mi prima han disfrutado mucho de la lectura de este relato, lo consideran muy morboso, a raíz de este relato las dos me han confesado, que más de una vez la vida casi toda mujer fantasea con ser forzada.

A lo que les conteste que seguro que todas las mujeres verían con agrado que el forzador fuese Brad Pitt.

Espero que os guste, a la persona y a su madre que me lo envio le ha encantado mi revisión.


Estoy seguro de que no hay ninguna persona que no haya deseado lo prohibido alguna vez en su vida.

En mi caso, lo prohibido fue mi madre.

No os voy a mentir, no es una mujer especialmente bella, ni tiene grandes tetas, ni un culito respingon.

Es una mujer normal y corriente de 56 años, felizmente divorciada desde hace 5 años.

Mi madre se llama Claudia y yo soy Roberto actualmente tengo 36 años.

Me independice al poco de cumplir la mayoría de edad, y visitaba a mis padres una vez al mes a pesar de vivir en la misma ciudad.

He tenido muchas aventuras y las mujeres me valoran como un hombre muy atractivo, pero nunca hasta ahora me había obsesionado con una mujer tal y como lo he hecho con la hembra que me llevó en su vientre.

Hasta hace unos meses no me habia sentido  atraido por mi madre, por lo que he leído en

www.todorelatos.com

en la mayoria de los casos había una atraccion previa entre alguno de los incestuosos.

Lo de felizmente divorciada, lo he dicho porque la separación entre mis padres fue sorprendentemente amistosa, los dos se acabaron dando cuenta de que no eran felices juntos y acordaron que era mejor vivir sus vidas por separado.

Mi madre está prejubilada  desde hace un año gracias a una reconversión en su empresa, para no estar demasiado ociosa, se apuntó a un gimnasio y se empezó a tomar muy en serio su estado físico.

Yo seguía visitando a mi madre una vez al mes y comíamos juntos en su casa, ella siempre acababa diciéndome que sentase la cabeza que no le gustaría que me quedase solo, además de que le gustaría ser abuela.

Una vez terminaba mi visita me olvidaba de que existía mi madre, hasta que llegaba el dia que tenia marcado en el calendario para visitarla de nuevo, desde que mis padres se divorciaron mi relación con ellos se torno algo impersonal, con ello no voy a decir que no los quisiese si no simplemente que las visitas eran casi un trámite mensual.

Creo que el detonante de todo lo que sucedió fue el cierre del gimnasio al que acudía prácticamente desde que tenía 16 años.

Como las rutinas de ejercicio me las sabía de memoria, opte por un Gimnasio Low Cost, que tenian muchisimas maquinas, aunque no tenían entrenadores, por lo que era mucho más barato.

Fue un cambio radical en varios aspectos, uno de los más significativos, era que acostumbrado a no ver a casi ninguna mujer en mi antiguo gimnasio, salvo a alguna lesbiana tipo camionero, a ver mujeres de todas las edades y fisonomías.

Todo sea dicho fue una cambio muy de agradecer.

Una de las máquinas a las que me aficione fue la elíptica, en la que corría hacia atrás para reforzar mis gluteos.

Siempre había follado con mujeres de mi edad o algo menores, y normalmente las conocía en Pubs y en centros comerciales, muy pocas veces en discotecas, a las cuales no soy muy aficionado a ir.

Fue en el gimnasio donde empecé a  sentirme atraído por las maduritas, había dos en especial, que para más morbo siempre iban juntas, las que me habían obligado a utilizar las elípticas de la parte de atrás del gimnasio para admirar sus perfectos,bien moldeados y maduros culos.

Aproveche para abordar a una de ellas, que se llamaba Felisa delante de la máquina expendedora de bebidas y complementos, Felisa estaba comprando dos botellas de agua con L-Carnitina.

Le pregunté sobre la eficacia de ese complemento, a lo que me contestó:

  • A mi no me va mal, pero si no haces ejercicio no sirve para nada.

Y así empezamos una entretenida conversación, hasta que llegó Ariadna.

Dos días después estaba cenando con Ariadna en un restaurante de nuestra ciudad, casualmente (Je.je,je), el restaurante pertenece a un hotel, con lo cual si la ocasión era propicia sólo tenía que solicitar una habitación ( en el hotel soy un viejo conocido).

Ariadna de 57 años aunque aparentaba no tener muchos más de 45, estaba separada y no tenía hijos, así que a las 23:30, estábamos en el ascensor comiendonos los morros y metiéndonos manos por todos sitios.

En cuanto se cerró la puerta de nuestra habitación, me desnudo delante de la puerta y sin quitarse ella ni una sola prenda, me regaló una de las mejores mamadas que me han hecho en mi vida, aparte de que cuando terminó mi polla estaba tan limpia o mas que cuando empezo a chuparmela, ya que se había tragado toda mi leche.

Me cogió de la mano  y me llevó frente a la cama, seguía con toda la ropa puesta, los dos de pie, ella se puso detrás de mí, y empezó a acariciarme el pecho, las piernas, la cintura, la nuca, me besaba las orejas.

Mi polla estaba ya dispuesta para otro asalto, así que intente darme la vuelta para follármela, ella me dijo al oído que no, le hice caso.

Desde atras empezo a tocarme la polla, la acariciaba con mucha suavidad, el calor de sus manos en mi polla y la tersura de estas me estaba haciendo sentir que estaba en el séptimo cielo.

Si seguía tocándome la polla de esa manera iba a conseguir que me corriese, como si leyese mi pensamiento, paro unos segundos y se apartó un poco de mí, intenté darme la vuelta para tocarla, y me volvio a decir que no.

Dejó de estar en contacto conmigo alrededor de un minuto, y sus manos me cogieron de nuevo la polla, pero esta vez noté sus pechos en mi espalda y su cuerpo pegado a mi.

Mi polla estaba a reventar de lo dura que la tenia, sentía la tentación de darme la vuelta y follarmela de pie o simplemente hacer que se agachase y metersela por detrás.

Se adelantó a mis intenciones, me dio la vuelta y me tiro en la cama, antes de que me diese cuenta se había sentado encima de mi polla que no es precisamente pequeña.

Si no me hubiese comido la polla previamente me hubiese corrido a las dos galopadas, porque el movimiento de su pelvis era espectacular, no tenía nada que envidiar a mujeres mucho más jóvenes que ella, no sabía si mirar sus caderas que por los movimientos parecía que iban a dislocarse por lo violento del movimiento o mirar su cara que era pura mezcla de deseo y éxtasis.

Me fije en lo bien depilado que tenía el pubis y la suavidad de su vello, acostumbrado a acariciar ese pelo casi áspero que tienen algunas mujeres en el coño.

Mientras me acariciaba como para aplacarme, la cogí del culo, prieto por las sesiones de Gimnasio, ella me sujetó las muñecas y se las llevó a los pechos sin parar de cabalgar, me las solto y empezó a acariciarse la nuca y las orejas, sin dejar de mover sus caderas.

Empezó a mover su culo cada vez aumentando la velocidad hasta que la escuche jadear muy profundamente, finalizando con un gritito.

Supe que se acababa de correr, el ver su cara de satisfacción y sobre todo de vicio después del orgasmo hizo que mi polla empezara a soltar lefa como nunca antes, le agarre el culo para dar una última acometida y ella se dejó hacer.

Aquella noche lo hicimos en dos ocasiones y antes de desayunar me la folle por detrás en la ducha.

Esa misma tarde nos vimos en el gimnasio, me saludo como si no hubiese pasado nada.

La verdad es que no quedamos en nada al salir del hotel, aunque a mi me agradaba pensar que repetiriamos la experiencia.

No hizo falta que me preocupara por ese tema, cuando empecé con las máquinas de cardio, Felisa, la amiga de Ariadna, siempre se ponía en la máquina de al lado, mientras estábamos en la máquina de remo, me dijo:

  • Pensaba que habiendome conocido a mi primero, me habías invitado a cenar a mi primera.

Le conteste:

  • Vamos a tener que solucionar ese agravio comparativo ¿no crees?.

Me contestó con una encantadora sonrisa, al salir quedamos en el restaurante para el viernes de esa misma semana..

Felisa era viuda desde hacía 5 años y tenía 54 años, con una hija que vivía con su marido en Noruega, a la cual iba a visitar una vez al año.

En su amistad con Ariadna le había aprendido que una mujer a partir de los 50, era más mujer y que debía disfrutar totalmente de ello, y Felisa era una muy buena “

alumna

” .

Si yo tenía alguna duda de cómo iba a acabar la noche, Felisa y su travieso pie se encargaron de dejarme claro, que después de la cena tendría el ansiado  “

postre

”.

No nos besamos hasta llegar a la habitación, no por falta de ganas por parte de los dos, si no por una extraña  timidez por parte de Felisa.

Al llegar a la habitación se desnudó sin ningún tipo de preámbulo y me dijo que no me quitase la ropa.

Felisa tenía el coño totalmente depilado, y sus tetas eran tan perfectas que parecian operadas, cuando pude a tocarlas descubrí para mi sorpresa que eran obra de la polla de su padre y del coño de su madre, naturales 100%.

Desnuda como estaba se acercó a su bolso y cogió algo de él, al agacharse me fije en que su culo era tan sugerente o más que sus tetas.

Se tiró encima de la cama boca arriba, y se abrió totalmente de piernas y yo quise empezar a quitarme la ropa, y ella moviendo el dedo me indico que no.

El mismo dedo con el que  se negó a que me desvistiera  fue el que se unto de lubricante con sabor fresa, que era lo que se había sacado del bolso.

Comenzó a pasarse el gel lubricante por los labios de su vagina y a acariciarse el clítoris, cuando lo hacía me miraba a los ojos y se mordía el labio inferior.

Se abría los labios del coño y con el dedo se introducía gel dentro de la vagina.

Con el dedo brillante por el gel, me hizo la señal que me acercara y sin quitarme la ropa eso hice.

Cuando estuve lo suficientemente cerca, me señaló su pubis con el dedo y pasó la lengua por sus labios.

A mi me apetecia comerle el coño desde que lo vi totalmente depilado, pero debo reconocer que era la primera vez que probaba el gel.

El sabor me recordaba al de la gelatina de fresa, metí la lengua de lleno en la rajita del pubis y fui bajando, cuando llegue al clítoris, comencé a darle besitos y a chuparlo.

Tenía la polla a reventar y muchas ganas de quitarme la ropa, así que sin deshacerme de ninguna prenda aproveche y me saque la polla, estaba vestido pero al menos mi polla estaba fuera, eso me alivio un poco.

Note que le gustaba mi trabajito

”linguistico”

cuando me cogió por el pelo y me apretó más hacia ella.

Disfrutando del sabor de sus fluidos y del gel estuve unos minutos más, si a uno le gusta comer coños, el comerlos sin ningún vello es toda una experiencia que aconsejo.

No tardó mucho en tener un orgasmo, cuando lo tuvo  cerró las piernas en torno a mi cabeza, fueron pocos segundos aunque fue una sensación eróticamente claustrofóbica.

Cuando las abrió me indico que me desnudara, cuando vio mi polla note alegría en sus ojos, se sentó al borde de la cama y acerque mi polla a su cara pensando que me iba a hacer una mamada.

Lejos de chuparmela, cogio el gel lubricante y me lleno la polla de el.

Se la acerque a la cara, a la espera de una buena lamida, pero se alejo de mi y se puso a cuatro patas encima de la cama.

Al ver su culo, me entraron ganas de reventarlo, pero ella casi como si tuviese telepatía, acercó una de sus manos para tapar su esfínter y con la otra se abría los labios del coño para preparar mi penetración.

Felisa con la cabeza apoyada en la almohada , con sus manos cubriendo unas zonas y abriendo otras era una experiencia visual que mi polla no podría resistir durante mucho más tiempo.

Se la meti con mucha lentitud y suavidad, casi como si fuese virgen, cuando mis huevos hicieron tope contra los labios de su coño, utilizó de nuevo los brazos para ponerse a cuatro patas.

La cogí de las caderas y empecé a moverme lentamente, pero a Felisa no parecía gustarle el ritmo y culeaba con cierta violencia, como si desease que me la follase con más fuerza.

Si queria mas potencia, esta no era precisamente la posición en la que podía meter embestidas mas fuertes, asi que tomando yo el control, le saque la polla del coño y la tumbe en la cama de costado.

Felisa se quedó muy sorprendida ante el cambio de rol, me puse encima de su pierna izquierda y me abrace a su pierna derecha, besándole la planta del pie mientras la penetraba sin miramientos.

Y empecé a meter con tanta fuerza que pensaba que la iba a partir en dos, al ver su cara de satisfacción por no decir de éxtasis por el cambio de tornas, me di cuenta de que cuanta más fuerza utilizase tanto más gozariamos los dos.

Cada embestida hacia que se moviese mucho la cama, empecé a besar su tobillo, Felisa gemía con la boca cerrada, cada vez que mi cuerpo chocaba con el suyo.

Acerque mi mano a su pubis y me unte la mano de lubricante, con una de mis dedos penetre su esfínter, a lo cual ella dio un respingo.

Enardecido por haberle metido el dedo en culo, comencé a golpearla más fuerte contra la cama.

El resultado fue un orgasmo casi simultáneo por parte de los dos, ella primero y yo tres segundos después.

La cara de Felisa estaba ruborizada por el placer, me tumbe a su lado agotado por el esfuerzo físico.

Cuando Felisa se repuso, se levantó de la cama y se fue a la ducha, cerró la puerta del cuarto de baño, por lo que di por sentado de que no quería que nos bañasemos juntos.

Cuando salió del baño, se vistio y se despidió con un escueto:

  • Ha sido un verdadero placer, Gracias.

Ya no la volví a ver hasta un año después en el festival de Sitges y estaba recién casada con un productor ejecutivo algo mayor que ella.

Ariadna y yo nos seguimos citando una vez al mes y era genial porque lo hacíamos con muchas ganas, podíamos habernos visto más a menudo, pero los dos sabíamos que esta era la mejor manera de que nuestra aventura durase más tiempo y pudiésemos disfrutar de ella, el buen placer es mejor tomarlo en pequeños sorbos.

Cuando le comente que vi a Felisa, se vio liberada de mantener el secreto de su amiga y me explicó que estaba empezando a retomar una antigua relación y quería darse una alegría al cuerpo antes de que esta fuese a más y no quería serle infiel a su futura pareja.

Hacia un mes que no veía a Ariadna por las tardes en el gimnasio y era porque se había hecho una amiga de su edad, la cual solo podía ir por las mañanas.

Como Felisa había dejado de entrenar en el gimnasio y a Ariadna le gustaba entrenar acompañada decidió que lo mejor era ir por las mañanas.

En una de nuestras sesiones de sexo, le comente que me presentara a su nueva amiga,  pensando para mis adentros qué sería genial follarse a otra madurita. a lo que me contestó cogiendome de la polla y apretandola con suavidad:

  • Si, pero debes prometerme que no te la follaras,Je,je,je.
  • Ariadna, sabes que tu eres mi preferida, pero me puedes compartir con tus amigas.

Se rió y me dio un besito en  el glande y me dijo:

  • Roberto, depende de ella, si tu estás dispuesto puedo tantear el terreno, pero quiero que sea una cita a ciegas y quiero verlo desde lejos en el restaurante, ¿De acuerdo?.
  • Ariadna, en vez de darnos la mano sellaremos este pacto con un 69.

Fue nuestro primer 69, nos lo pasamos muy bien,pero acabamos follando en la posición de la

unión del loto

por petición de Ariadna que la recordaba de la película

Oficial y caballero

.

Dos semanas después Ariadna me mandó un Whatsapp, informandome que el viernes había reservado dos mesas en el restaurante, una para ella alejada para que no nos molestase y otra para mi cita y para mi.

El que fuese Ariadna al restaurante fue un requisito que le hizo su amiga, ya que nunca había tenido una cita a ciegas y tenía un poquito de miedo.

Estuve pensando toda la semana en cómo sería el encuentro, la realidad es que no estaba para nada preparado para lo que sucedió la noche del viernes.

Llegue tarde al restaurante debido a unas obras que había en la ciudad, pero avise a Ariadna para que no se preocupara.

Cuando entre en restaurante, mi cita estaba de espaldas a la puerta, de momento lo que veía me estaba gustando, cabello castaño oscuro, media melena, conjunto falda y chaqueta, parecía algo más corpulenta que Ariadna.

El restaurante estaba lleno, me costó ver a Ariadna aunque al final la distingui cerca de los ventanales en la parte, ella me hizo una señal de adelante con las manos.

Cuando me puse delante de mi cita me quedé totalmente estupefacto y a ella aun le sorprendió más que a mi.

Mi madre era mi cita a ciegas, en una de esas casualidades que se dan en la vida, había quedado citado con mi propia madre.

Se levantó y me dio dos besos en las mejillas, en el momento de darme el segundo beso me susurro al oído:

  • ¿Qué hacemos?, Hijo.

Pocas veces había visto a mi Madre tan nerviosa, incluso se estaba ruborizando, asi que decidí asumir el control de la situación:

  • Lo primero que debes hacer es tranquilizarte, a partir de este momento me llamas por mi nombre y yo por el tuyo, y sobre todo no nos conocemos de nada, ¿estás de acuerdo,Claudia?.
  • En segundo lugar, Ariadna no sabe que somos somos familia, asi que mejor que siga así, ¿te parece bien, Claudia?.
  • En tercer lugar, con el estado de nervios en el que te encuentras ahora, lo pasarías mal si cenasemos, así que vamos a pedir unas copas y nos vamos a ir a la habitación.

Mi madre se alteró aún más y preguntó sorprendida:

  • ¿habitacion?.

Le conteste para apaciguar sus nervios, siendo lo más claro posible.

  • Claudia, ahora nos pediremos unas copas de vino y nos lo beberemos con un poco de parsimonia, cuando nuestras copas están vacías, te acariciare el brazo y después te cogeré la mano, y esa será la señal

para levantarnos e ir hacia el ascensor y en la habitación esperaremos un tiempo prudencial para asegurarnos que se ha ido, digamos dos horas por poner un ejemplo.

Al darse cuenta de la seguridad con la que hablaba y de mi capacidad resolutiva, mi madre se comenzó a relajarse.

  • Roberto, creo que lo mejor es que lo hagamos todo lo que has dicho y hacernos a la idea de que en vez de vernos en casa, hemos quedado para vernos en un restaurante.

Al notarla más sosegada y al tener la situación bajo control, empecé a calmarme yo también, y al mirarla a la cara ahora más calmado, me fije en ella como mujer, y por primera vez en mi vida  pense en que seria toda una experiencia follarmela.

Lejos de autocensurarme por tener esos pensamientos hacia mi madre, mi cuerpo decidió que no era mala idea y me lo demostró proporcionandome una  erección de campeonato.

  • Roberto, ¿te ha dicho tu padre que se va a casar de nuevo?.

Mi polla estaba tan dura que me dolía, y mi madre hablando de los amoríos de mi padre, decidí seguirle la corriente, para ver si aquello se bajaba.

Nos terminamos la primera copa y mi madre decidió que para no quedar como una guarrilla muy  salida( esas no fueron sus palabras pero lo dio a entender) delante de Ariadna sería mejor que al menos nos tomaramos 2 copas de vino.

Estuve de acuerdo, porque seguía con mi polla más dura que una piedra, empezamos a hablar de Ariadna, aunque mi madre intentaba eludir el tema del sexo y la razón de esta cita, los dos sabíamos a qué habíamos venido, lo malo es que no sabíamos con quién.

Mi madre decidió ir al lavabo, Ariadna en cuanto se dio cuenta fue también hacia alli.

Tardaron unos 15 minutos que me permitieron que mi pene se relajase y volviese a su tamaño original.

Cuando mi madre se sentó el la mesa, lo hizo con mucha alegría, creo que desde que estuvo en París no la había visto tan contenta.

Llamó al camarero y le pidio un Bloody Mary, yo preferi seguir con el vino.

  • Roberto,cuando termine este cóctel, nos vamos al ascensor.
  • Claudia, se puede saber de qué habéis hablado.
  • Roberto, pues de lo que hablamos las mujeres en los lavabos, Ja,ja,ja.-

contestó mi madre risueña y divertida.

Mi madre se puso a hablar de lo bien que se lo pasaba en el gimnasio con su nueva amiga hasta que acabó su cóctel.

Acaricie su brazo de mi madre con detenimiento, intentando disimular mi incestuoso deseo y despues la cogi de la mano, no pude evitar darme cuenta que se le había erizado el vello del brazo y que a mi se me estaba

“erizando”

la polla.

Puse mi chaqueta delante de mi paquete para disimular mi erección.

Nos levantamos los dos a la vez, mi madre iba delante mio, echo una última mirada a la mesa de Ariadna, yo tambien aproveche para hacerlo y ella nos sonrió.

Mire el cuerpo de mi madre, en especial su culo, y hubiera jurado que nunca había vista a mi madre mover las caderas de forma tan voluptuosa.

Lo negativo era que no sabía si el bamboleo de caderas me lo estaba dedicando a mi o estaba actuando para su amiga, mi madre pulso el botón del ascensor y se introdujo dentro mirando hacia fuera, yo hice tres cuartos de lo mismo y la cogí de la cintura cuando me preguntó el piso y toco el botón.

Noté que tembló al cogerla de la cintura, justo en ese momento se cerró la puerta del ascensor.

Le solté la cintura en cuanto se cerró la puerta, y los dos prácticamente al unísono soltamos un bufido de alivio.

No dijimos nada hasta llegar a la habitación, cuando entró mi madre primero me fije en su culo, ahora ya no lo movía de forma tan exagerada, aunque el morbo de la situación me tenía empalmado, muy empalmado.

Me senté en el pequeño sofá que había en la habitación y mi madre cogió una silla del escritorio, aunque estoy seguro hubiese estado mucho más cómoda sentada en la cama, disimuladamente tenía la chaqueta encima de mi paquete para que mi madre no viera mi erección .

Otra vez el silencio, que rompí yo.

  • Mama, debemos estar dos horas aquí, Ariadna seguramente nos preguntara sobre lo de esta noche, así que considero que lo ideal es que los dos tengamos la misma versión del encuentro.
  • Roberto, quiero que sepas que esta es la primera vez que quedo con alguien desde que tu padre y yo nos divorciamos.
  • Mamá, a estas alturas ya debes saber que me acuesto con Ariadna.
  • Roberto, Si lo se y que estuviste con Felisa.
  • ¿Y qué piensas al respecto?.-

le pregunté. * Hijo, creía que te gustaban las mujeres más jóvenes. * Mama, yo tambien lo pensaba hasta hace un tiempo, pero Ariadna y yo nos lo pasamos muy bien.-

Mi madre se ruborizó un poco al referirme a su amiga de forma tan explícita. * Bueno, Mamá, ¿empezamos a preparar una versión de nuestra cita o no?. * Roberto, creo que es lo mejor que podemos hacer, empieza tu hijo.

Me quede pensando unos segundos y cogí mi Smartphone, le dije a mi madre que cogiese un papel y un lápiz del escritorio, y empecé por ser lo más directo posible para que no hubiese ningún equívoco.

  • ¿Cuantos orgasmos has tenido esta noche?. -

le pregunté a mi madre.

Me encanto que se pusiera colorada al contestarme, a mi polla todavía le gusto mas, de hecho estaba tan duro que me dolía.

  • ¿Te parecen bien tres?, Hijo.
  • Me lo apunto, Mama.
  • ¿Hemos tenido sexo anal?.-

le dije a mi madre. * No, nunca-

mi madre contestó algo apurada ante esa idea. * Apúntate, Mama que yo te lo he propuesto, es más te he introducido un dedo en tu ano mientras lo hacíamos en la bañera.

Mi madre se quedó pensativa un momento y ella planteó más preguntas.

  • Roberto, me quede toda la noche o me fui cuando acabamos.
  • Mama, te quedaste toda la noche y cuando nos despertamos después de bañarnos juntos y echar un último polvo, desayunamos en la cafetería del hotel.
  • Roberto,¿vamos a quedar más veces?.
  • Mama, creo que esa respuesta la podemos dejar en el aire los dos, o contestarle a ella lo que nos parezca.

Encendimos la televisión y de vez en cuando se nos ocurrian algunas preguntas y sus contestaciones.

La tensión sexual entre mi madre y yo era tan evidente que se hacía muy incómoda, yo estaba atento a cualquier movimiento que hiciese ella y creo que ella hacía lo mismo conmigo, en varias ocasiones se cruzaron nuestras miradas.

Si esa mujer no hubiese sido mi madre, hubiese destrozado toda su ropa y me la hubiera follado de la forma más salvaje y agresiva posible, eso era lo que me pedía el cuerpo, sin embargo el sentido común me decía todo lo contrario.

Pasaron las dos horas y mi madre se despidio de mi, la acompañe hasta la puerta de la habitación, aprovechando para mirar su culo.

Reconozco que durante unos segundos pensé en meter mi mano por debajo de la falda de mi madre y  acariciar su coño, pero me retuve.

Nos despedimos con un casto beso en la mejilla, aunque nuestras miradas no tenían nada que ver con las que hay entre una madre y su hijo.

Observe por la mirilla de la puerta de la habitación como se iba, cuando desapareció me desnude y me fui hasta la silla en la que estaba sentada.

Acerque mi cara a la silla, intentando oler la esencia de mi madre, al oler su perfume y calor residual que quedaba en la silla me puse tan cachondo que me hice una paja pensando en ella.

En mi imaginación, mi madre venía del gimnasio toda sudada y me decía que le faltaban por hacer unos ejercicios de Yoga, en uno de ellos se pone en posicion de perrito y yo sin ningún miramiento le rompo los pantalones de licra y sus braguitas y la penetro sin ningún miramiento.

Creo que ninguna paja hasta ese momento me había dejado tan satisfecho como esa, tuve que limpiar con varios pañuelos de papel el suelo de la habitación debido a la gran cantidad de leche que solte.

Me duche para relajarme y conseguí dormir esa noche, no sin dejar de pensar en mi madre.

Me estaba obsesionando con ella y estaba haciendo cosas que hasta ese momento nunca había hecho, como oler una silla de hotel.

Cuando desperté me vestí y me fui para mi casa, a las 15:00 me llego un mensaje de Ariadna por Whatsapp.

Ariadna: Cómo ha ido la noche?????.

Roberto: Muy intensa.

Ariadna: Te has quedado con ganas de repetir????.

Roberto: Depende de ella.

Ariadna: Cuidamela, es muy buena amiga y recuerda que dentro de una semana tenemos cita.

Roberto: La espero con impaciencia y tu lo sabes.

Una hora después, mi madre me envió un mensaje:

Claudia: Ariadna me ha preguntado por la cita.

Roberto: a mi tambien.

Claudia: A mi me ha hecho un interrogatorio con todas las de la ley, hemos estado hablando por teléfono casi tres cuartos de hora.

Roberto: a mi solo me ha preguntado por la cita, a lo que le he contestado que la he considerado intensa y me ha preguntado si voy a volver a quedar contigo.

Claudia: Y que le has dicho?.

Roberto: Que eso dependia de las ganas que tuvieses tú de repetirlo.

Claudia: Le he dicho que sí que volveré a tener una cita contigo.

Claudia: Sabes que de lo único que no hablamos nosotros fue del tamaño de tu pene y Ariadna estuvo a punto de pillarme en una mentira.

Roberto: Por que ????.

Claudia: Pensé que era más pequeña en tamaño y grosor.

Claudia: Por favor, hijo, borra estos mensajes cuando termines de escribir, me da verguenza que alguien coja nuestros teléfonos y los lea.

Roberto: No te preocupes, lo haré, Mamá, hasta luego.

Otra vez estaba muy caliente, asi que deje el teléfono y me puse a buscar en algun albun de fotos en el que recordaba que estaba mi madre en bikini en una playa de Ibiza con unas amigas.

Me masturbe mirando la imagen de  mi madre, pensé que últimamente me parecía un mono dándole todo el dia a la zambomba, me hice un poco de daño debido a la intensidad que le di al movimiento, llene la pared del lavabo de leche.

Después del pajote, se me ocurrieron dos ideas que en ese momento me parecieron geniales;

  1. Escanear todas las fotos de mi madre para poder verlas en grande en el monitor del Ordenador y poderme masturbar mejor.
  2. Ir a casa de mi madre una mañana mientras ella está en el gimnasio y coger alguna de sus bragas usadas.

Encontre 15 fotos con poses que considere sugerentes o en las que estaba en la playa y las escanee, cuando termine estaba haciéndome una paja otra vez.

El lunes por la mañana aparecí en casa de mi madre ( mientras ella estaba en el gimnasio) y al lado de la lavadora encontré unos leggings de deporte y varias braguitas usadas.

Cogí unas de color negro y me las llevé al lavabo, para no hacerme más daño en el pene, cogí la crema hidratante de mi madre y me la eche en la polla y mientras olía el aroma de mujer que desprendían las braguitas me masturbe.

Cuando termine con las braguitas las deje donde estaban,me lleve unas de color blanco y salí de casa de mi madre.

Esa misma noche llegue a la conclusión de que debía tranquilizarme, me estaba obsesionando mucho con mi madre, asi que decidi que no haría nada relacionado con el sexo hasta la cita con Ariadna.

Me costó Dios y ayuda soportar la abstinencia de todo tipo de actividad sexual, pero una vez me pongo soy muy disciplinado.

Aunque eso no impidió que siguiese pensando en mi madre, incluso tener sueños eróticos muy vividos con ella.

Y llego la noche con Ariadna.

Ariadna considero esa noche como epica, aunque yo acabé agotado, en sus propias palabras, así definió la cita:

  • Toda mujer debería tener una noche como esta al menos una vez en la vida, estoy temblando, tengo el ano y la vagina en carne viva, esto es follar y los demas son tonterias.

A decir verdad, esa noche no folle con ella sino con mi madre, cada pollazo que le pegaba, cada embestida estaba dedicada a mi madre, menos mal que no me gusta hablar mientras follo, porque de lo contrario hubiera dicho muchas veces su nombre y a buen seguro Ariadna se habría enfadado.

El corrida más intensa la tuve cuando hice sexo anal con Ariadna, el hecho de que mi madre no fuese partidaria de ser enculada me hacía desear aun mas follarmela por el culo.

Ese mismo  fin de semana, sali de marcha y estuve follando con una chica de 23 años, tenía un cuerpazo impresionante y se dejaba penetrar por todos los orificios del cuerpo.

Pero follase con quien follase, siempre acababa pensando en mi madre, por mucho que intentase quitarmela de la cabeza con mujeres más jóvenes, ella seguía apareciendo.

Faltaban dos días para que como siempre una vez al mes, fuese a visitarla.

Me aterrorizaba pensar que no podría controlarme y que acabaría violando a mi propia madre de puro y salvaje deseo.

Y llegó la tan temida fecha, ni por asomo me podría haber imaginado lo que paso ese dia, es de esas veces en la vida que te das cuenta de que la realidad en ocasiones supera a la ficción.

Ese dia me levante muy temprano para ir al gimnasio, fui corriendo para gastar más energías, verdaderamente esa era mi intención estar agotado cuando visitase a mi madre, me pase dos horas ejercitando a tope, después me fui al despacho hasta las 8 horas de la tarde.

Eran las 8:45 cuando llegue a casa de mi madre, me extraño verla con un vestido de pieza única ceñido, me quedé mirándola un momento con una cara de evidente sorpresa.

  • Hijo, estoy muy contenta, hacía al menos 15 años que no me ponía este vestido, ¿Crees que me queda bien?.

Dicho esto, dio una vuelta sobre sí misma, se la notaba muy alegre.

  • Mama, te queda perfecto, es verdad que hacía años que no te veía con el.
  • Roberto, tenemos que hablar seriamente sobre lo que está pasando, lo del hotel no se puede volver a repetir.
  • Mama, ¿como  crees que deberíamos solucionarlo?.

Se levantó del sillón que estaba delante del sofá en en el que yo estaba sentado y se dirigió a  la cocina.

  • Roberto,si te parece lo hablamos mientras cenamos, ¿que quieres de beber?.
  • Mama, si tienes Aquarius perfecto, si no agua, he sudado mucho en el gimnasio y tengo que recuperar líquido, ¿quieres que te ayude?.
  • No te preocupes hijo, descansa.

Al momento apareció mi madre con dos latas de Aquarius y un vaso lleno, me bebí el vaso de golpe, abrí otra lata y vertí el contenido en el vaso.

Mire el culo de mi madre mientras se alejaba, estaba casi seguro de que no llevaba braguitas o como mucho llevaba tanga de hilo.

Yo me había puesto pantalones vaqueros para evitar en lo posible que se notara demasiado en el caso de que tuviese erecciones.

Cuando se me empezo a poner dura pensando en el trasero de mi madre muy mejorado por el ejercicio, me di cuenta que los vaqueros iban a ser una muy dolorosa prisión para mi pene.

Alucine cuando mi madre apareció con dos pastelitos de tamaño medio que parecían de chocolate

  • Mama, ¿eso vamos a cenar?.-

Le pregunté no sin cierta curiosidad. * Roberto, hace poco que he leido que si para cenar te apetece dulce, la mejor opción es optar por comer un solo plato

,

es un postre Pseudo-vegano con menos calorías de las que puedas pensar. * Mama, me parece perfecto, hace como  tres semanas que me prohibido la bollería y el azúcar, ya sabes “para conseguir una tableta de chocolate perfecta, primero debes dejar el chocolate”.-

y dicho esto me comi una cucharada que me supo a gloria, aunque el pastel tenía sabor a chocolate había un sabor oculto que me parecía extrañamente conocido pero que no era capaz de identificar. * Mamá, está exquisito, ¿Que lleva?. * Roberto, la receta es secreta,Jajjajaja.

Los dos comíamos uno frente al otro en la mesa del comedor, mi madre comenzó a hablar:

  • Roberto, Me gustaría que los dos fuésemos totalmente sinceros y luego por nuestro bien nos olvidasemos de estos temas.
  • Roberto, sobre todo te ruego que no te enfades conmigo.

La mire a los ojos y conteste que si, ella se levantó para traer más agua, aproveche de nuevo para mirar sus caderas y sobre todo su culo.

Cuando se sentó a la mesa de nuevo, soltó la bomba.

  • Roberto,durante todo este tiempo he estado meditando sobre lo que pasó en el hotel y creo que la mejor solución es que alguno de nosotros dos deje de relacionarse con Ariadna,¿Que te parece?.
  • Mama, creo que podemos compartimentar nuestra relación con ella, no veo necesario que ninguno de nosotros deba renunciar a ella.
  • Roberto, desde que tengo amistad con Ariadna me vuelvo a sentir viva, me gusta mucho estar con ella.
  • ¿Pero?.-

interrumpí a mi madre. * Pero, Roberto, cuando me explica lo bien que lo pasa contigo con todo lujo de detalles me perturba mucho más de lo deseable, la gota que colmó el vaso, fue cuando me preguntó sobre lo que habíamos hecho esa noche, ya que te notaba mucho más enérgico y ansioso al hacer el amor desde nuestra supuesta cita. * Mama, y tu ¿que contestaste?. * Roberto, simplemente me ceñí a lo que acordamos en el hotel.

Aunque simplemente estábamos conversando, mi pene se estaba poniendo a 100, parecia que mi polla estaba muy contenta por el simple hecho de hablar con mi madre.

Estaba tan dura que me dolía mucho más de lo soportable, así que se me ocurrió una idea.

  • Mamá, me puedes hacer el favor de traerme otro Aquarius bien frío, creo que el agua no es suficiente para hidratarme, he perdido demasiadas sales al sudar.
  • Roberto, debes tener más cuidado con el ejercicio, relájate.

Asentí y le dije que no se preocupara, ella se levantó, esta vez no le mire el culo a mi madre, estaba muy ocupado liberando mi polla de los pantalones, note un poco de frío en la punta cuando está toco la madera de debajo de la mesa, estaba en un posición un poco forzada, sin embargo estaba mucho mejor que dentro de mis pantalones.

Mi madre llegó con dos latas más de Aquarius sin sospechar nada, me quedaba un cuarto de pastelito, ralentizaria un poco más el comermelo para ver si bajaba un poco mi polla.

  • Mama, creo que he encontrado una solución que será satisfactoria para nosotros dos.
  • Roberto, por favor, dimela.

Mi pene no bajaba ni a la de tres, parecía que cada minuto que pasaba se estaba poniendo más y más dura.

Notaba como si mi cara se estuviese poniendo roja y tenía cierta sequedad en la boca, por lo demás me encontraba perfectamente.

En resumidas cuentas me sentía extraño y sobre todo empalmado, muy empalmado.

  • Mama, mi idea es que le digas a Ariadna, que en la última cita no hemos acabado precisamente bien y que no volveremos a quedar, y que le agradecerias por vuestra amistad que no volviese a hablar contigo sobre mi.
  • Roberto, me preguntara por qué razón, hemos dejado de citarnos, ¿que le digo?.
  • Mama,Dile que  intente penetrarte por detrás y tú te negaste, que estuve a punto de forzarte, pero que al final fui considerado contigo y no lo hice.-

me quedé de piedra cuando vi que mi madre inconscientemente se mordía el labio inferior y se movía en la silla.

Ese hecho hizo que me pusiese muy cachondo y cada vez estaba más incómodo con mi pene tocando la mesa.

  • Roberto,Tu idea me parece perfecta, eso haremos.
  • Roberto, ¿no te lo terminas?.
  • Mama, si que lo hare pero tengo más sed que hambre.
  • Hijo, me voy al sofá.

Recogió su plato y se fue a la cocina, luego se sentó en el sofá y puso en marcha la televisión.

Estaba yo terminando el pastelito, cuando mi madre soltó un grito, mientras me miraba.

  • Roberto, que haces con “eso” fuera de los pantalones.

Voy a ser sincero, me ruborice como una adolescente, cuando me vi pillado.

  • Mama, no se que me ha pasado pero he tenido una erección y no baja, me daba vergüenza que lo supieses.
  • Roberto, ¿acaso soy yo la causante?.
  • Mama, no, no es eso, no se lo que me pasa hoy.
  • Roberto, eres un depravado, te excita pensar tu madre, me faltan unas bragas blancas  y se que el otro dia estuviste en casa, mi vecina te vio entrando en el ascensor, además vi la gotita de semen que dejaste en mi lavabo, limpiaste pero, no lo hiciste muy bien.

Pensé que la bronca iba a hacer que mi polla menguase, pero seguía igual o incluso mucho más erecta.

  • Roberto, quiero que te vayas, ya hablaremos cuando estemos más tranquilos.
  • Mamá, por favor.-

rogué a mi madre * Roberto, guárdate “eso” y vete, Por favor.

Por más que lo intentaba mi pene no perdía ni un ápice de su erección, con lo cual me resultaba imposible guardarlo en los pantalones.

Me puse de pie y le dije a mi madre:

  • Mama,no me puedo ir hasta que pueda ponerme los pantalones.-

yo estaba tan nervioso que ya no daba pie con bola * Hijo, seguro que cuando te follabas a Ariadna pensabas en mí, nunca pensé que fueses tan degenerado, ¿que haces con mis bragas?.

Ya no la escuchaba, solo veía a una persona cada vez más enfadada, y cada vez me importaba menos lo que pensara, me sentía cada vez más extraño, casi como si no controlara mi cuerpo, eufórico y relajado, aparte de que tenía mucha hambre, pero mi prioridad era bajar la erección a cualquier precio, de pronto no me importo lo que pasase.

Me quite toda la ropa y empecé a encontrarme mejor, tenía la sensación de ser invencible.

  • Hijo, eres un cerdo, date un ducha fría, no te quiero ver nunca más.

Pense que era una buena idea, y con esa sensación de no ser yo mismo, cogí a mi madre del brazo tan fuerte que le deje marcas.

  • Roberto, no por favor.

Mi madre pensaba que la llevaba a su cuarto a violarla, pero esa no era mi idea.

Cuando llegamos al lavabo que tenía el plato de ducha con mampara, meti a mi madre dentro y yo me metí con ella.

Con una mano abri el grifo y cuando note que estaba templada active la ducha y puse a mi madre debajo.

Efectivamente no llevaba bragas, ni sujetador, el vestido se le transparentaba bajo el agua.

  • Mama, ¿te has tranquilizazado ya?-

le dije con una voz tan mecanica que hasta a mi me sorprendio. * Hijo, que es lo próximo que vas a hacer ¿Violarme?.-

dijo con más miedo que tristeza.

Pensé en calmar mi polla, follandome a mi madre allí mismo, pero me apetecía hacer otra cosa, mi mente divagaba y cambiaba cada instante cualquier plan establecido segundos antes.

Le quite el vestido, a pesar de lo mucho que se resistió, la realidad es que cuando más se revelaba contra mí mas me excitaba yo.

Corte el agua y cogí una toalla, se la pase a mi madre.

  • Mama, sécate no te vayas a resfriar.

Sabiendo que no tenía escapatoria se secó, pues le bloqueaba la salida de la ducha, se secó y después me seque yo, no pude evitar mirar su cuerpo desnudo y para ser sincero reconozco que ahora era una mujer muy atractiva.

La volví a coger del brazo y la lleve prácticamente a rastras a la cocina, fui al frigorífico y cogi un tarro de margarina.

Aunque tenía mucha hambre, lo más importante era calmar mi polla.

  • Roberto, que vas hacer con la margarina.-

Espetó muy enfadada. * Mamá, me puedes dar el beneficio de la duda, por favor.

En el pasillo se iba agarrando a las puertas, hasta que llegamos a la habitación de matrimonio, cerré la puerta y moví el mueble de la cómoda, obstaculizando la salida.

La habitacion tenia lavabo propio, así que no precisariamos salir en caso de tener alguna necesidad fisiológica.

Con el pelo mojado, desnuda y con una lágrima cayendo por su mejilla izquierda estaba arrebatadoramente atractiva.

Estaba totalmente depilada, y eso pedía a gritos algo que que deseaba hacía tiempo, chuparle el coño.

La empuje con suavidad hacia la cama y la tumbe con las piernas abiertas.

  • Roberto, esto todavía puede solucionarse, recuerda que eres mi hijo.

Fue al decirme la palabra hijo cuando me puse frenético, acerque a mi cara a su coño y me di cuenta de que estaba muy mojada, su vagina despedía un atrayente aroma que me atraía, cuando metí mi lengua en su vagina tuve la sensación de que era el mejor coño con mucha diferencia que había lamido.

Mi madre empujaba mi cabeza para alejarme de su entrepierna y yo la cogía de las manos para favorecer mi agradable trabajo, me dolía mucho la polla.

Recorrí toda su vagina, todo su monte de venus incluso su bonito ombligo y aguante unos minutos en su clítoris, hubo un segundos mientras hacía círculos con mi lengua en el, que dejó de resistirse. pero fueron muy pocos segundos.

Mi polla estaba tan dolorida por llevar tanto tiempo erecta que considere que era el momento de meterla en el coño de mi madre.

Me levanté y miré a la cara a mi madre por última vez antes de convertirme en un hombre que follaba con una mujer madura, ella lloraba porque ya sabía que lo que yo iba a hacer era inevitable.

  • Hijo, no lo hagas, recuerda que soy tu madre.

Como en cámara lenta, mi madre miro mi polla y se dio cuenta del tamaño y el grosor, posiblemente era lo más grande que habia entrado por su coño en toda su vida, note como cogia aire cuando puse mi polla en la entrada de su coño y como dejaba de empujarme, como se agarraba a las sabana preparándose para la embestida.

Y la metí de un solo golpe.

Tonto de mi, pensé que la entrada de mi polla en el coño de mi madre ofrecería mucha más resistencia, y el interior de su vagina estaba tan mojado que entre con mucha fuerza.

Mi madre ya no se resistía, solo lloraba, pero lejos de hacerme sentir mal, me ponía mucho más cachondo, ella bajó las piernas y dejo su cuerpo laxo, como si se hubiese rendido, eso no me gusto.

Cogi a mi madre de los tobillos y me los puse en los hombros, iba embistiendo cada vez con más fuerza.

Mi madre me miro a los ojos y me dijo:

  • Para ya, por favor, me duele.

Me dio igual, que le doliese, yo ya no podía parar, entonces hizo una cosa muy rara.

Se tapó los pechos con un brazo y  con la otra mano hizo lo mismo con su monte de venus, era como si de pronto le hubiese dado un ataque de vergüenza, de timidez y no quería que la mirase, en vez de mirarme a la cara, ahora miraba hacia otro lado.

Quite sus manos para contemplarla mejor, ella se resistió, pero yo soy mucho más fuerte, la cogí de la quijada y la obligue a mirarme.

  • Ahora no eres tan dura, Mama, te voy a confesar una cosa, hoy ha sido la primera vez que realmente deseaba venir a verte desde que te divorciaste de Papa.

Le bese los tobillos, el olor de su piel me incitaba a darle mas duro, ese olor a mujer prohibida me enervaba.

  • Mama, como ya no tenemos nada que perder te diré, que no solo me he masturbado con tu ropa interior, tambien tengo una coleccion de fotos tuyas para satisfacerme.
  • Mama, todas la veces que me he pajeado lo hice pensando en ti.
  • Mama, estoy obsesionado contigo.

Me miraba con tristeza y su cara estaba llena de lágrimas, note que ella respiraba muy fuerte, justo en ese momento noté cierta presión alrededor de mi pene, era como si su coño estuviera más prieto en torno a mi polla, unos segundos más tarde su coño dejo de apretar a mi polla, lo cual hizo que no tardará más de cinco empellones en correrme, la vagina de mi madre estaba tan lubricada que aunque mi polla estuviera hecha de lija no le haría daño.

Cuando termine  saque mi polla del afeitado y jugoso coño de mi madre, me tumbe a su lado, y empecé a preocuparme y mucho.

Mi pene seguía totalmente empalmado, estaba tan duro como antes de follarme a mi madre.

Asi que cogi a mi madre me senté delante de ella y cruce mis piernas,conseguí que se sentase encima de mi y la penetre, la obligaba a mover sus caderas, ella seguía llorando pero se movía, quizá por miedo a que le hiciera daño.

La flor de loto con mi madre, esto era una maravilla, no pude reprimirme y la bese en la boca, le metí la lengua, tambien le bese los pechos, con mis manos acariciaba sus caderas y tocaba su culo, incluso la ayudaba a moverse.

Estuve mucho tiempo gozando de mi madre en esa posición, hasta que volvió a pasar los mismo, el coño de mi madre apretó mi polla y después se lubrico mucho, sin embargo esta vez, seguramente por efectos de la gravedad gran parte de los fluido de mi madre humedecieron la base de mi polla y mis testículos.

La bese de nuevo en la boca y en los pechos, me aparte de ella y me tumbé a su lado, estaba tranquila, como si ya no le importara nada, con esa apatía o mejor dicho esa paz que tienen las personas que han perdido toda esperanza.

Me miré la polla, y una cosa que a la mayoría de los hombres de este mundo les encantaría, a mi me estaba dando miedo, mucho miedo.

Mi polla que estaba toda llena de los fluidos combinados de mi madre y mios, seguía tan tiesa y tan dura como antes de empezar a follar,

Esto era de todo menos normal.

-Hijo, te ruego que te vayas a tu casa y dejes de hacer esto, me olvidaré de lo que ha pasado por el bien de los dos.

Y volvió a taparse los pechos y el pubis.

Cada vez que hacía ese gesto, hacia que mi libido creciera exponencialmente, ya que mi polla mas no podía crecer.

Sabia que tenia muchas posibilidades de no repetir nunca esta experiencia con mi madre y que posiblemente diera con mis huesos en la cárcel por lo que estaba haciendo, aunque eso no me había parado hasta ahora, por ello creo que debía terminar todo lo que había empezado, y me gustan los finales espectaculares.

-Mama, deja de llorar esto va acabar pronto.

Me lleve a  mi madre al lavabo de la habitación, nos introdujimos en la ducha, me dedique a limpiar todo su cuerpo en profundidad con una esponja y el teléfono de la ducha, no hubo ninguna resistencia cosa que agradecí, luego me duche yo.

Y mi polla seguía tiesa.

Ya en la cama, la hice tumbarse boca arriba, y la estuve acariciando durante un buen rato, cada vez que acercaba mis manos a su vientre y a su monte de venus, se le erizaba la piel.

La hice abrirse de piernas y acaricia la parte interna de sus muslos, masajee con mucho detenimiento su clítoris y su vagina, y le introduje dos dedos en el coño.

Estaba quieta como esperando el final que le había prometido, pero para nada sabía por dónde iba a ir la situación y cómo terminaria.

La hice que se diese la vuelta, ahora veía su espalda y su culo, la estuve acariciando durante unos cuantos minutos, le abrí las piernas y me dedique magrear muy suavemente su vagina y su culo.

Note que se le erizaba la piel cada vez que pasaba la mano por su esfínter y su vagina.

Le dije que se pusiese a cuatro patas, me levanté de la cama y agarre una silla de la cómoda y descolgué el espejo, lo puse encima de la silla a pocos centímetros de la cama de tal manera que mi madre pudiese ver su cara reflejada en el espejo y yo también pudiese verla mientras me la follaba.

La margarina que hacía ya dos horas que estaba en la mesita, no estaría más blanda y no tan fria.

Estaba fría, pero eso a mi polla no le importo, la calente un poco antes con mis manos antes de ponersela a mi madre en sus partes, cuando se la puse dio un respingo, pero no dijo nada.

Le introduje dos dedos en el coño, ella bajó la cabeza para que no viese su cara.

  • Mama, quiero ver tu bonita cara mientras te follo.

Subí mi mano a su ano y le metí un dedo, mi madre no dijo nada, y dijo algo en voz muy baja, me pareció entender “eso no”.

Dos dedos, unos minutos, tres dedos, y al fin cuatro.

Considere que estaba preparada para mi polla, que seguía igual.

Acerque mi polla a su esfínter, después de meter y sacar varias veces dos dedos, con todo y con eso me costó mucho entrar.

Sin chillar dijo no, busco mis ojos en el espejo y de nuevo una lagrima cayo por su mejilla izquierda como tantas veces esa noche.

Una vez entro, se la meti muy lentamente, normalmente a las mujeres virgenes del culo, les salía un poco de sangre, me pareció extraño que mi madre no sangrara.

Cuando estuvo toda dentro del trasero de mi madre, supe que me gustaría repetir con mi madre lo que me restaba de vida.

Comencé a culear con una intensidad moderada, por el espejo veía a mi madre, con la cara sonrojada y soplando, posiblemente por el dolor.

Cada vez embestía con más fuerza, eche un poquito mas de margarina en su culo y en mi polla, para facilitar la penetración.

Cuando entraba en mi madre, ella levantaba la cabeza y cuando salía de ella la bajaba.

Acabé cogiéndola de las cachas del culo, después de acariciarle las tetas y acelere mi ritmo.

El ritmo era muy fuerte y los golpes en su culo con mi pubis muy potentes, mi madre ya no bajaba la cabeza, simplemente me miraba a los ojos y se miraba a sí misma en el espejo.

Eso hizo que me pusiese muy cachondo y me corrí a los pocos segundos.

Cuando la saque mi madre dio un suspiro de alivio.

Se tumbó en la cama y me miro el pene, yo hice lo mismo y con gran satisfacción me di cuenta de que este había empezado a hacerse más pequeño.

No se como en esa situación fui capaz de dormirme, pero eso es lo que hice y lo que paso.

Cuando me desperté la mañana siguiente, las sábanas estaban limpias y todo estaba en su sitio, la puerta estaba abierta y yo tenía un gran dolor de cabeza.

Lo que más me sorprendió es ver entrar a mi madre con una sonrisa de oreja a oreja,

  • Hijo, pegate una ducha y luego desayunamos.
  • Mama, Pero…………..-

dije yo muy extrañado. * Hijo, me has hecho la mujer mas feliz del mundo, tranquilo, mientras desayunamos te explicare.

Me duche, no obstante estaba muy sorprendido por el comportamiento de mi madre, a lo mejor había enloquecido a verse violada por su propio hijo.

En la cocina, mi madre estaba con una bata haciendo unas tostadas.

Nos sentamos a la mesa y empezó hablar y me pidió que no la interrumpiera hasta que finalizara.

  • Ante todo, Hijo mio, disculpame por echar Viagra en tu Aquarius y darte de comer un pastelito de marihuana.
  • Hijo, cuando eras jovencito te dio por la Marihuana, pero la dejaste porque te hacia ser más violento.
  • Roberto,como Ariadna es mi mejor amiga, no pude evitar confesarle que eras mi hijo, y me propuso que me acostara contigo.
  • Me explico que había utilizado el Viagra con un sobrino suyo, que se le resistía y le salió muy bien la jugada, ya que durante años fue su amante, hasta que se casó.
  • Mi fantasía desde que nos vimos en el hotel, era ser violada por mi hijo, y sobre todo ser sodomizada por ti.
  • Hijo, para que no me hicieses daño al penetrame el culo, me lo estuve preparando con un consolador.
  • Querido hijo, mis lágrimas eran de alegría y de satisfacción, pero para que todo fuese lo más real posible tenía que actuar, deseaba ser violada por ti y mi fantasía ha sido cumplida y creo que las tuyas también.

Me quede callado y la miré, sonreí, al momento ella se levantó me dio un beso en la boca, se juntaron nuestras lenguas y me la folle encima de la mesa de la cocina con la bata puesta.

Esa misma semana, nos decidimos a comprar un chalet en las afueras de la ciudad y vivir juntos.

Ahora una vez cada tres meses, hacemos un trio con Ariadna, se queda con nosotros un fin de semana y nos dedicamos a lo que más nos gusta hacer, follar como descosidos.

Pero los tríos forman parte de otra historia, quizá alguna vez os la cuente.