Toda la vida 7 y 8

Flavia y Sofía ponen a prueba su amor. ¿Creen en el destino?

Capítulo 7

Al día siguiente Sofía se despertó primero y lo que vió le hizo sonreír ampliamente. Su novia y ahora su mujer se encontraba dormida profundamente. Si hay algo que tanto le gusta a Sofía sin duda es ver dormir a Flavia. ¿Por qué? Pues porque parecía un angelito caído del cielo, porque su hermoso y bien dotado cuerpo se relajaba y por último, porque la sentía suya. Sí, la sentía tan suya porque Flavia solía abrazarla fuerte, la besaba tiernamente (incluso mucho antes de ser novias pero obviamente no en la boca) y le dedicaba sus mejores sonrisas. ¡Como te amo Flavia! pensó para sí misma.

Se inclinó lentamente y besó los labios de su novia, se abrazó a ella y se durmió nuevamente. Al cabo de dos horas, tocan la puerta lo que hace que las chicas se sobresalten y se levantan rápidamente de la cama.

-Flavia ábreme la puerta. No es posible que sigas durmiendo a estas horas. Son las 2 de la tarde.

-¡Mierda.. mi madre!

Sofía se metió rápidamente al baño y entonces, sólo entonces... Flavia abrió la puerta.

-¡La puta madre! ¿Qué pasa, por qué los gritos?

-A mi no me hables en ese tono jovencita. Estoy harta de tu falta de modales-decía todo ésto medio gritando.

-Mamá no grites, me duele horrible la cabeza así que... ¡Por favor!- decía haciendo un gesto de súplica con sus manos.

Su madre no le respondió. Observaba la habitación con asombro. Como era posible que si hija fuese tan desordenada, ropa por todos lados, la cama destendida. Entonces la idea de repente le vino a la cabeza. La bombillita se prendió ¡Chan!

-¿Estabas con alguien verdad?

Flavia no respondió.

-Mira muchachita si tu trajiste a una de tus mujercitas a la casa aprovechando que no estuvimos, la vas a ver negra.

-No traje a nadie mamá.

-No te creo. Viendo bien, esa ropa en el suelo no es tuya.

-Mamá es de Sofía ¿si? Cálmate que no traje a nadie. Sofía se quedó a dormir anoche, es todo.

La madre la miraba dudosa y con recelo. Cuando se aproximaba a decir lo que estaba pensando, Sofía salió envuelta en una toalla.

-¡Sofía!

-¿Cómo estás Ale?

-Bi...bien. Muy bien de hecho. Flavia no se como puedes tener este desastre si viene a dormir Sofía. Discúlpala Sofía, mi hija es una chica desordenada- sale de la habitación.

-¡Aaarrrgh!-exclama y se tira en la cama tapando su cara con sus manos.

Sofía ríe.

-¡Madres eeehhh!

-No te burles.- Sofía ríe más fuerte- ¡Aiishh! No puedo creer que hayamos dormido tanto.

-Pues yo sí. Después de todo lo que hicimos anoche, sino nos interrumpen yo seguía de corrido amor- se sienta a su lado.

Flavia la mira fijamente.

-Doy gracias a Dios de que no se me olvidó cerrar la puerta con seguro. No me imagino a mi madre gritando por toda la casa al vernos desnudas.

-Uff. Yo tampoco. Pero debemos decirle-sonríe.

-¿Decirle qué?-se incorpora quedando frente a Sofía, la mira fijamente.

-Lo nuestro.

-¿Estás segura?

Sofía asiente ansiosa y sonriendo.

-Bien, se lo diremos al bajar. Lo tomará bien. Te adora. Me ha dicho infinidades de veces que quiere alguien como tu para mi. Y yo también te adoro, va a salir todo bien...-cuando estaba nerviosa Flavia hablaba por los codos. Sofía lo sabía, puso dos de sus dedos en sus labios haciéndola callar. Acto seguido, le comió la boca como sólo ella lo sabe hacer. No duró mucho, no podían darse el lujo de ser descubiertas antes de confesar su amor. Y porque si seguían así, una de las dos iba a perder la paciencia e iban a intentar hacer cositas ricas y no daba tiempo.

-Bueeenoooo. Será mejor que me vaya a duchar.

-Si anda.

Flavia se metió en la ducha y en media hora ya estaba vestida. Sofía esperaba impaciente sentada en el borde de la cama.

-¿Lista?

-Si tú lo estás sí.

Sofía sonreía tontamente quizás más de los nervios que cualquier otra cosa. Pero de algo estaba segura. Iba con todo, si tenía a Flavia... Para ella todo era color de rosa.

Después de almorzar, sentadas en el living ambas se morían de los nervios. La madre de Flavia tomaba café y las miraba fijamente.

-¿Y bien? ¿De qué querían hablar conmigo?

-De algo muy importante...-Flavia sudaba y Sofía casi temblaba.

-Escucho-tomó otro sorbo de café.

-Mamá te acuerdas esa charla que tuvimos hace mucho mucho mucho mucho tiempo en donde me dijiste que aceptabas mi sexualidad pero que no tolerabas que saliera con "amiguitas"-señala entre comillas.

-Flavia siempre te he dejado claro eso, no entiendo para qué le sigues dando vueltas al asunto.

-Bueno, lo pensé mejor y tienes razón. Esta belleza-señalándose a ella misma-necesita ser de una sola persona.

-Pensé que ya tenías a una sola persona. ¿Y Renata?

Sofía la pulverizó con la mirada.

-¿No le dijiste?

Flavia frunció el ceño.

-¿Decirme qué?

-Mamá terminé con Renata.

-¿Qué? ¿Por qué? Esa muchacha si me agradaba-la madre se cruzó de brazos y piernas y miraba atónita a su hija.

-Bueno no eramos la una para la otra.

-Dime que no la lastimaste. Se veía tierna.

-Pues..-apretó la mandíbula-de eso no quiero hablar.

-¡Aiishhh! Debí enviarte a Narnia cuando pude.

-Me hubiese cogido aunque sea a la bruja blanca.

¡Flavia! exclamó Sofía sorprendida.

La madre puso sus manos en su frente como diciendo "Paciencia, paciencia".

-Mamá lo que quiero decir, es que no importa donde me mandes, no me puedes cambiar.

Tanto Sofía como Alejandra la miraban con sorpresa. Más de Sofía que de su madre.

Flavia suspiró. Apretó la mandíbula y continuó hablando.

-Confieso, lastimé a Renata pero no quería te lo juro. De verdad la quería, pero no se merecía alguien como yo. No le pude corresponder como ella necesitaba, como se debía. Sin embargo, el tiempo que estuvimos juntas... La respeté y la traté como lo que es... una princesa.- las dos escuchaban atentas- Madre, el punto al que quiero llegar es que..-volvió a suspirar- Yo he vivido enamorada de una persona desde que tenía 5 años supongo. Antes de saber que era como soy. Estuve haciendo de las mías durante mucho tiempo, pero siempre esa chica estuvo presente. La amo madre. Siempre la amé, sólo que no sabía que ella me correspondía... hasta ahora. Quiero decirte que estoy con ella, somos pareja hace dos meses. Y antes de que vayas a hacer preguntas como loca, quiero decirte que es definitivo. No es juego para mi, no es un "sólo por decir"-vuelve a hacer el gesto de comillas- yo sólo espero que me apoyes y que comprendas que por fín.. tengo lo que querías... Una pareja estable.

La madre estaba boquiabierta, trataba de procesar rápidamente lo que su hija acababa de decir. Sofía ni se inmutaba. Apenas y podía respirar.

-Bueno dos meses es algo-suelta la madre. Suspira, se rasca la cabeza- Flavia mira, yo siempre te apoyo en todo. Eres una hija excepcional, brillante. Lo único, es el problemita de las chicas. No tengo problema con que salgas con una, eso lo sabes. Yo te acepto, pero me molesta el hecho de que..bueno tu sabes, hayas estado con tantas-termina diciendo.- Lo que me planteas pues, aunque difícil de creer, me alegra escucharlo. Sólo me queda conocer a la chica. Y a todas éstas... -mira a Sofía- ¿Qué hace Sofía aquí?

-Bueno te dije que se quedó a dormir.

-No, me refiero "aquí, aquí". Debería ser una conversación madre e hija. Con todo respeto Sofía, no me malinterpretes.

-No, está bien. Yo entiendo... pero es que yo también hago parte de la conversación Ale.

-¿Cómo?

-Sí, verás. Madre..-suspira, observa a Sofía que la miraba y sonríen- madre, Sofía es la mujer que amo-suelta tranquilamente.

La madre que justamente bebía un sorbo de su café, casi se ahoga.

-¿Qué?

-Así es Ale. Tu hija y yo somos pareja-Flavia agarra la mano de Sofía y la entrelaza con la suya, nota que su novia está sudando de los nervios.

-Esto tiene que ser una broma.

-No, madre es en serio. Sofía es el amor de mi vida.

-Y Flavia es el mío.

Alejandra la mira a ambas una y otra vez. Observa que no hay ni una pizca de vacilación ni en sus voces, ni en sus gestos. No le queda más nada que creerles, de igual manera su hija no le mentiría.

-Bueno suponiendo que lo que dicen es cierto. No me queda nada por decir. Sofía sabes que eres bienvenida, eres de la familia. Y siempre he querido una muchacha como tu para mi hija. Eres de buena familia, estudiosa, inteligente y bueno aunque el físico no lo es todo, eres divina. Muy linda chica. Tienes una conexión con mi hija tremenda. Apoyo su relación, sólo espero que sepan que los riesgos están escritos. Son amigas de toda la vida, sepan valorar y cuidar su amistad.

-Gracias mamá.

-Gracias Ale por el apoyo.

Estuvieron hablando un rato más de como iba la relación y de cosas triviales también. Al cabo de una hora, Sofía debía volver a su casa. Flavia amablemente la llevó, se despidieron con un beso y luego regresó a su casa. Siguieron hablando por whatsapp, se vez en cuando se mandaban audios y después de un rato decidieron realizar una videollamada.

Como no habían tenido tiempo de asimilar lo que había pasado la noche anterior, se dedicaron a eso.

  • Amor en serio. Fue lo máximo. Nunca pensé que hacer el amor fuese tan pero tan divino-hace un gesto de placer extremo, Flavia solo puede reír.

-Me alegra que te haya gustado-sonríen.

-¿Sabes que fue lo que más me gustó de esta experiencia?

-¿Qué?

-Verte dormir a mi lado. O sea, despertar y que tu seas lo primero que mis ojos ven por la mañana... Eso sí que es lo máximo-ambas sonríen a la cámara- aunque claro, esos orgarmos estuvieron.. ¡Mmm!-vuelve a hacer ese gesto de placer extremo.

Flavia suelta una carcajada.

-Jajaja no te rías amor. Hablo en serio- hace puchero.

-Es que me encanta lo que me dices. No sabes lo que yo sentí al verte a mi lado, al sentirte entre mis brazos por primera vez. Sofía no se si te haces una idea de lo mucho que te amo, desde siempre mi amor y espero que para siempre-sonríe tan dulce.

-Aaaw amor. Hiciste que mi corazón se derritiera.

-Tú me derrites mi amor.

Sonríen. Estuvieron hablando un rato más hasta que ambas decidieron que ya era hora de dormir.

Así pasaron los meses, se graduaron y estaban en proceso de solicitud a la universidad. Flavia por complacer a su padre decidió estudiar Administración de Empresas en la mejor universidad del país y Sofía eligió medicina. Sus padres querían que estudiara en Londres, Inglaterra porque decían que era la mejor propuesta que tenían. Además que su padre recibió una buena propuesta de trabajo allá. Sofía no aceptó pero no había caso, ellos ya habían decidido por ella y al terminar el verano se irían. Sofía no le contó nada a Flavia, después de todo el verano recién comenzaba y no sabía como decirle a su novia que pronto se separarían.

Todo marchaba bien, disfrutaban el verano. Pasaban casi todos los días juntas, salían a menudo y Sofía acompañaba a Flavia al ensayo de su banda. Pasaban casi todas las noches juntas y por ende disfrutaban de sus cuerpos entre sábanas. En una de esas ocasiones después de hacer el amor apasionadamente:

-Amor.

-Mmm-besaba el cuello de Flavia.

-Jaja amor para.

-¿Qué pasa?- se reía.

-No hemos hablado de donde pensarás estudiar, no me has dicho nada de eso.

Sofía arrugó la cara.

-Uuuy eso-frunció el ceño.

-Sí. ¿Pasa algo? Noto que no tienes ganas de hablar de eso, siempre te pregunto y nada.

-No-asentía con la cabeza y negaba con la boca-para nada.

-Estás rara estos días Sofía. ¿Hay algo que deba saber?

Repitió lo anterior.

-No amor, en serio. Todo en orden.

-Bueno si tú dices.

-Sí, mejor bésame.

Flavia sonríe.

Se besan apasionadamente, sus lenguas juegan entre sí. Flavia le comía la boca y Sofía gustosa se dejaba llevar. Rápidamente se sube a su cintura, agarra las manos de Sofía para que ella no pueda tocarla, las pone encima de su cabeza. Se mueve lentamente encima de su novia de modo que sus sexos logran rozarse.

-¡Oh sí!-gime.

-¿Te gusta asi?.

-¡Aaahhh! Si, me encanta. ¿Suéltame sí?.

Flavia se ríe y niega con su cabeza.

-No seas mala, quiero tocar tu cola-decía esto y gemía.

Los movimientos de Flavia aceleraban su ritmo, notaba que su novia estaba próxima a su orgasmo. De repente paró en seco. La suelta y se acuesta a un lado.

-¿Qué? ¿Por qué paraste? Casi llegaba.

-Lo sé-se reía- aún no quiero que acabes.

-¿Por qué?-preguntaba agitada.

-Bueno realmente no quiero que acabes así.

-¿Cómo quieres que acabe?-decía juguetona mientras agarraba la cola de Flavia.

-Quiero... Mmm- se mordía los labios.

-¿Qué amor?- sonreía con lascivia. Llevó sus dedos al sexo de Flavia y empezó a acariciar lentamente toda su zona.

-¡Aaahh!- gemía.

-Mmm me encanta cuando gimes así-le pasó la lengua por sus labios.

-Haz lo mismo abajo. ¿Sí?- suspira.

-¿Qué hago y dónde mi amor?-sonreía pícaramente.

-¡Tú sabes!.

-No sé. Díme lo que quieres.

Obviamente Sofía sabía lo que quería su novia pero prefería que ésta le dijera.

-¡Aaay Sofía!- Sofía reía- ¡Cómeme! Con tu lengua-mientras soltaba gemidos ahogados.

-¡Así me gusta!-sonríe.

Sofía ni corta ni perezosa bajó al sexo de su novia y se lo empezó a comer justo como quería.

-¡Oh!

-Mmm.

-No pares porque te mato Sofía.

-Jajaja mátame-Sofía deja lo que está haciendo y se sube a la cintura de Flavia.

-¿Quieres jugar con fuego eh?-pregunta desafiante.

-Algo así. Pasa que quiero correrme contigo-se miran con lascivia.

-Entonces muévete dale.

-Mmmju.

Sofía empezó a moverse como loca en el sexo de su novia. Flavia no podía creer podía aprender tan rápido tantas cosas. Rápidamente se incorporó quedando frente a Sofía que seguía moviéndose desenfrenadamente.

-Me encanta como te mueves mi amor-se mordía su labio inferior.

-¡Aaahh!- Sofía no podía responder sólo gemir porque el tratamiento que le estaba dando a su novia le hacía más efecto a ella. Cada palabra que decía Flavia excitaba más y más a Sofía por lo que después de un par de minutos más se corrió abundantemente en el sexo de su novia.

-¡Oh por dios! ¡Ooohh!- tenía los ojos cerrados, disfrutaba aún los restos de su potente orgasmo. Ya había dejado de moverse pero su novia la movía por ella.

-¿Estás bien?-preguntó dándole un beso en su frente.

-Más que bien. Que rico estuvo.

-Sí, me imagino. Me dejaste bien húmeda-decía viendo ambas entrepiernas- bueno, me dejaste echa un mar.

Sofía ríe.

-Sí pero aún no acabas. ¿Cómo te gustaría hacerlo amor?-preguntó mirándola fijamente a los ojos mientras se mordía su labio inferior.

-Mmm no sé. ¿Qué ofreces?- se reían.

-Mmm-besa en los labios a su novia mientras se mueve lentamente en su sexo-quiero-beso-que-beso-te-beso-corras-pasa la lengua por sus labios-en mi boca.

-Entonces...¿Qué esperas para comerme?-sonríe con lascivia.

-Voy.

Sofía baja a su sexo nuevamente y se lo come hasta recibir en su boca los jugos de Flavia. Al terminar el acto sexual, se acuestan y se quedan dormidas.

Pasaron unas semanas más y el verano casi llegaba a su fin. Estando en la casa de Sofía, ésta se besaba con su novia con pasión aprovechando que los padres de la primera llegaban tarde por motivos de trabajo. Estaban en el sofá de la sala de estar y la cosa se estaba poniendo caliente.

-Vamos a la cama-decía Flavia entre beso y beso.

-No, no. Quiero hacerlo aquí.

-¿Estás loca? Tus padres pueden venir.

-No, llegan en la noche.

-Sí pero...-beso-

-Cállate y quítame la ropa-su mirada estaba llena de deseos.

-Está bien princesa, como ordene.

Lentamente Flavia le quita la camisa a Sofía y continúa besándola con lengua, explora toda su boca mientras Sofía siente su entrepierna húmeda y caliente. Inesperadamente abren la puerta y Camila se encuentra con lo que jamás pensó ver.

-¿Pero qué mierda está pasando aquí?- la cara era de asombro total.

Las chicas rápidamente se incorporan y Sofía se pone rápidamente su camisa. Por suerte de ambas no habían llegado más lejos.

-Mamá puedo explicarte.

Flavia no decía nada, se encontraba muy nerviosa.

-Más te vale que comiences ya- su cara había pasado de asombro a enojo.

-Bueno no sé como decirte esto. Debí habértelo dicho hace mucho tiempo pero no sabía cómo y tenía mucho miedo.

-¿Decirme qué?

-Pasa que Flavia y yo estamos juntas.

-¿Juntas cómo?- su madre apretaba los puños.

-Somos...Pareja- baja su cabeza apenada. Por su parte Flavia miraba a Sofía, entendía lo complicado de la situación, ella misma lo había vivido y por tal razón nunca presionó a Sofía. Decidió abrir su boca.

-Camila yo entiendo que es una situación difícil pero...-se ve interrumpida.

-¿Difícil? Es una situación jodida Flavia. Imagínate llegar a tu casa muerta de cansacio y llena de trabajo y cuando esperas relajarte, entras en cuenta que te tensas al encontrar a tu hija besándose con otra chica y que no conforme a eso, es su mejor amiga de toda la vida. A la mierda. Es una confusión a la máxima potencia- ninguna decía nada, sólo escuchaban atentamente- ¿Desde cuándo son pa..re.. Bueno desde cuando están, ya saben.

-Hace 6 meses casi 7-contestó Flavia.

  • Wow Sofía, que confianza me tienes. ¿Cómo pasó?

-No lo sé, pasó de repente. Mamá no lo planeamos, de verdad éramos sólo amigas pero nos dimos cuenta que nos queríamos de otra manera y pasó. Amo a Flavia, creo que siempre la he amado y sé que soy correspondida- se sonroja.

-¿Es por eso que no quieres irte verdad? Por Flavia- su cara cambió drásticamente, pasó del enojo y la confusión a la claridad de las cosas, entendía el porqué de la actitud de su hija.

-Sí-contestó finalmente bajando su cabeza.

-¿Irte?-preguntó confundida.

-¿Acaso no lo sabes?

-¿Saber qué Camila?

-Nos mudamos la próxima semana Flavia-miraba confundida a su hija.

-¿Qué?-Flavia abre los ojos como platos.

-No puedo creer que no le contaras Sofía.

-Lo siento-fue lo único que se le ocurrió decir. Ahora debía enfrentarse de una vez por todas a la situación que tenía que encarar.

-¿Eso es lo único que dirás?-pregunta furiosa- Sofía-suspira-¡Háblame!

Sofía sin más sale corriendo y se encierra en su habitación, dejando tanto a su madre como a su novia totalmente descolocadas.

-Todo esto es tan incómodo. Flavia quiero que sepas que te apreciamos, no somos partidiarios de las relaciones homosexuales ni mi esposo ni yo pero respetamos. Sólo que nunca pensé que mi hija fuese bueno... Homosexual. Estaba saliendo con Rodrigo, todo iba bien, termiraron. Pensé que estaba saliendo con otro chico porque la veía contenta pero cada vez que preguntaba, me decía que saldría contigo, no ví nada de malo en eso y mucho menos sospeché que tuvieran algo. Pero repito, aunque no soy partidiaria sé respetar las opiniones de cada quien y obviamente la manera en que vive y ama cada quien. No me explico como mi hija no te dijo que nos vamos de la ciudad.

Flavia que hasta ese momento se encontraba sumergida en sus pensamientos deseando que todo eso fuese una broma o mejor aún, no fuese real, no tuvo más remedio que hablar.

-Camila yo...uhmm-apreta la mandíbula-debo pedirte una disculpa, entiendo que es difícil para ti entender todo esto, además que me conoces desde que era una niña y quiero que sepas que nunca le falté el respeto a tu hija y jamás la obligué a nada. No la forcé a que sintiera esto, simplemente se dió.-tomó una breve pausa- quiero a tu hija, la respeto y la cuido con mi vida. Soy su amiga ante todo y estoy para ella para lo que sea. Yo tampoco me explico porqué no me dijo nada- otra pausa- así que tendré que preguntarte a ti... ¿Cuándo decidieron marcharse?

-Bueno lo decidimos hace dos meses más o menos. A la llegada del verano, creo que un poco antes. Mi esposo fue recomendado para una importante firma y cuando lo llamaron para confirmar, él dijo que sí. Ambos comenzamos la próxima semana nuestras actividades laborales y tenemos casi todo listo. Además Sofía empieza clases en un par de semanas. Estará estudiando en una de las mejores universidades de Londres.

-¿Qué? ¿Londres?-cara de asombro.

-Sí Flavia, Londres.

-Wow tan lejos.

-Sí. Es lo mejor, además ya está decidido. De verdad lo siento mucho pero lo de ustedes no puede ser. Será mejor que subas y te despidas. Haré lo posible por irnos antes.

Flavia no pudo decir nada, tenía un nudo en la garganta pero sin más optó por subir a "despedirse".

Toca la puerta de la habitación de Sofía pero no recibe respuesta. Gira la manilla de la puerta y por suerte no está cerrada con seguro. Entra.

-Sofía.

-Vete por favor-

-¿Vete? ¿Vete? A la mierda. Tú me tienes que explicar varias cositas- su cara cambió, estaba enojada.

-Sí, a la mierda todo.

-Sí y a la mierda tú Sofía. ¿Cómo no me dijiste que te vas? ¿Qué clase de relación teníamos?

-Wow... ¿Teníamos? ¿Ya no tenemos?

-Pues al parecer, una persona que dice amar a otra no le miente como lo hiciste tú.

-Sí porqué tu eres una santa.

-Sofía-suspiró- si me estás reclamando el hecho de que yo haya estado con no se cuantas mujeres ¡ANTES DE TI! no tiene lógica porque yo jamás te engañé ni te mentí. Fuí fiel y leal. Y ahora míranos, quien menos pensé que me iba a destruir así, lo hizo a puertas abiertas.

-Lo siento de acuerdo. Sé que fuiste fiel, me respetaste, me cuidaste- pausa- Yo te amo Flavia, yo deseo estar contigo. Sólo que me bloqueé, me encerré en mis cosas y no pude decirte la verdad porque tenía tanto miedo de perderte. Yo luché contra esto, le pedí a mis padres que no nos fuésemos pero no hubo caso. No hay caso, nos vamos. Y por eso no quería decírtelo. Sabía que si te lo decía antes, no hubiésemos podido disfrutar como lo hicimos y yo quería aprovechar todo el tiempo que me quedara contigo. ¿Entiendes?

Flavia asomaba unas cuantas lágrimas y a Sofía le partía verla así. Nunca la había visto llorar, hasta ese momento.

-No entiendo una mierda- breve pausa- No entiendo como de tocar el cielo pasé a tocar el infierno con mis propios dedos. No entiendo cómo de sentirme bien pasé a enfermarme en un segundo. Sólo no entiendo porqué no fuiste sincera, hubiésemos encontrado una solución entre las dos. No me tuviste confianza, no.-respira- te pregunté tantas veces y tantas veces me cambiaste el tema. La universidad, que esto, que lo otro. No puedo creer que tonta fuí.

Se seca sus lágrimas.

-Perdóname por favor, yo te amo-Sofía hizo ademán de acercarse pero Flavia la detuvo.

-No tengo nada que perdonarte. Jugaste tus cartas y aunque jugaste mal, la que perdí fuí yo.

-Flavia no te quiero perder, hablemos sí. Ven, sentémonos- la miraba triste.

-Es que no entiendes un carajo Sofía. Esto no va a ningún lado así, tú te vas y yo me quedo.

-Podemos intentarlo, vendré en las fiestas, pasaremos navidad juntas, año nuevo. Y mis veranos serán tuyos. Amor podemos-le toma la mano a Flavia y la entrelaza con la suya.

-No, no resultará.

-Sí, resultará amor.

-Sé como son estas cosas Sofía. Yo te amo pero esto no va a ningún lado así.

-Por favor amor-era Sofía ahora la que empezaba a llorar.

-No llores-suspira, se le partía el corazón en dos al verla llorar- esto se pudo haber evitado en primer lugar si me hubieses dicho la verdad.

-Lo siento, no supe. Yo simplemente no- Flavia se acercó a ella, secó con sus dedos sus lágrimas y le dió un suave beso en sus labios con sabor a despedida.

-Ya está Sofí. Seré tu amiga por siempre, no lo dudes. Yo...uhmm-carraspea pensando que así se le quitará el nudo en su garganta pero fue en vano- quería ser tu amor por siempre pero simplemente no se va a poder. No por ahora. Tú tienes que ser la mejor médico y sé que lo serás. Eres dedicada, delicada y una excelente estudiante, muy inteligente. Y yo tengo que hacer lo propio con la carrera que escogí. Estando lejos no podremos llevar una relación, lo sé. Van a estar las ganas, las dudas, será negativo todo. Vamos a discutir por X o por Y. Es algo que veo venir-cierra los ojos por unos segundos- es mejor terminar bien, seguir con nuestras vidas. Ser lo que fuimos, amigas.

-¿Me estás hablando en serio?

-Sí Sofí.

-¿Es eso lo que quieres?

Flavia suspira. Con el dolor de su alma le miente por primera vez a Sofía porque sabía que era lo mejor.

-Sí, es lo que quiero. Es lo mejor para ambas.

Sofía asiente.

-Muy bien. Bueno amiga te pido que por favor me dejes sola, tengo que arreglar mis cosas cuanto antes.

-Sí, será mejor que me vaya.

-Adiós.

Sin más Flavia sale de su habitación como alma que lleva el diablo, se va llorando y Sofía se queda en su cama llorando también.

Capítulo 8

Pasaron un par de días más y se acercaba el viaje de Sofía, como había dicho Camila hizo todo lo posible por adelantarlo. Ninguna de las dos se escribían ni se llamaban, estaban ausentes. Sofía deseaba que en cualquier momento llegara Flavia para que la tranquilizara con sus besos y le dijera que todo iba a estar bien pero no, Flavia nunca llegó. Por su parte Flavia se encerraba en su habitación con sus audífonos escuchando música a todo volumen y cantando a todo pulmón. Sus padres intentaron hablar varias veces con ella pero la repsuesta siempre era la misma "Déjenme sola" decidieron que era mejor darle tiempo y después hablar.

Un par de días después.

-¿A dónde vas jovencita? No puedes salir a esta hora.

-A la mierda papá. Si me tengo que ir, no crees que sea justo que me despida como se debe de mi novia.

-¿Tú qué jovencita? ¡Camila! ¡Camila ven aquí!

-¿Qué pasa, por qué tantos gritos?

-¿Sabías que Sofía tiene novia?

-¡Aiishh! Te lo iba a contar, sólo que no sabía cómo.

-Nadie me dice nada en esta casa.

-Mamá por favor, nos vamos mañana. Necesito verla.

-Sofía no, no creo que sea prudente.

-Por favor sólo es una despedida, no me tardaré.

-He dicho que no vas.

-Muy bien, ya escuchaste a tu madre. ¡Vete a tu habitación!

-¡Noooo! Más bien, estaba pensando en dar una vuelta hija. ¿Vienes?- le hace una seña para que diga que sí.

-¿Tengo elección?

-Jaja que graciosa hija. ¡Vámonos ya!

Ya estando en marcha, Camila rompe el silencio.

-Para tu padre va a ser muy difícil asimilarlo.

-Para ti también.

-No te creas, ya lo acepté. Eres lesbiana, no puedo hacer nada más.

-¿No? Te parece poco separarme de la mujer que amo.

-Sofía yo no sabía nada al respecto. Pero ya no me puedo echar atrás, el cambio ya está decidido.

-Seguro-cruzó sus brazos.

-Como sea. Yo, no quiero ser dura. Flavia me agrada, siempre fue buena contigo, bueno de lo que sé.

-Sí, no sabes lo buena que es- Sofía cierra los ojos y se imagina en la cama con Flavia.

-Espero que te refieras a su persona y no a otra cosa.

-Madre he de confesar que Flavia es buena en todo. ¡Todo!

Su madre arruga la cara.

-Lo que quiero decir es que... Lo mejor es que te despidas de ella. No se verán en un largo tiempo.

-¿Lo dices en serio?

-Sí.

Sofía sin darse cuenta, ya habían llegado a la casa de Flavia.

-Ahora bájate y dí adiós.

-Gracias.

Sale corriendo y toca el timbre.

Los Ferrari se encontraban cenando.

-¿Hija podrías ir a abrir?

-Ni modo.

Flavia se dirige a la puerta y abre. Su cara de asombro era un poema.

-¿Qu..qu... qué haces aquí?

-Cierra la boca y bésame.

Sofía agarró por las mejillas a Flavia y le comió literalmente la boca. Flavia al principio no correspondió por la sorpresa, por los nervios pero después de caer en cuenta de lo que estaba pasando, respondió.

Camilia que se encontraba en el vehículo esperando a su hija, no pudo evitar observar con la boca abierta como ésta se besaba con Flavia.

Los padres de Flavia después de un par de minutos de notar que su hija no volvía, se levantaron y al llegar a la puerta observaron lo mismo que Camila.

-¡Mierda!- exclama la madre de Flavia. Mientras que el padre carraspea.

Las chicas se separan rápidamente.

-¡Mierda!- Flavia se esconde en el cuello de Sofía, mientras ésta se ruboriza completamente.

-Siento mucho que vieran eso. Ale discúlpame. Señor le pido disculpas.

-Por mí todo bien Sofía-dice el padre alegre, pues nunca se cortó por la situación.

-Sofía si tu eres la razón por la que mi hija...-se ve interrumpida.

-Lo soy.

-Mamá te explico luego. Papá atrás de ti están las llaves de mi auto- el padre entiende la indirecta y le pasa las llaves- Gracias. Ahora me tengo que ir. Vuelvo más tarde.

Agarra la mano de Sofía y se van.

-¡Eres un alcahueta!-exclama la madre de Flavia mientras que el padre se ríe.

-Mamá te explico luego, me tengo que ir. Flavia me espera.

-¿Pero qué...

-Mamá no enloquezcas, todo irá bien. Volveré en un par de horas lo prometo.

La madre finalmente asiente.

Ya en el auto y en marcha. Las dos se encontraban en pleno silencio que opta por romper Sofía.

-¿A dónde vamos?

-Tú confía.

-Confío pero quiero saber.

-Bueno lo digo porque la última vez que tuvimos una conversación supe que no confiaste en mi.

-No quiero discutir Ferrari.

-Yo tampoco Bustamante.

-Bien, en serio quiero saber a dónde me llevas.

-Al bosque.

-¿Qué?

-¡Relájate!- la mira entre sonriendo.

Sofía cruza sus brazos.

Pronto llegan a un conjunto de residencias y apartamentos. Flavia se dirige al estacionamiento de uno. Los de vigilancia verifican el auto y a Flavia y le dan acceso.

-Buenas noches señorita Ferrari.

-Buenas noches Mario.

Entran finalmente, estacionan y se bajan del auto. Se dirigen al ascensor. Al llegar al piso, Flavia saca la llave y ambas entran al apartamento.

-¿Y un carajo?

-Bien te diré antes de que estalles. Es un apartamento que mi papá compró hace un año, no está ocupado, él me dio las llaves para que viniera cuando quisiera. Prácticamente lo usaba yo. Y hace poquito decidió regalármelo. Lo uso para componer, escribir. Aquí tengo varios de mis instrumentos. Mi madre enloquece cuando estoy con música alta, imagínate que toque un instrumento.

Sofía ríe por lo bajo.

-El punto es que hace mucho no venía, no me hacía falta despejarme porque te tenía a ti. Tu eras mi desahogo por así decirlo.

-Y tú el mío.

-Te traje porque aquí podemos hablar tranquilamente- Flavia se sienta en el cómodo sofá negro en la sala de estar. El apartamento no era grande, pero sí que era espacioso para Flavia. Dos habitaciones, una de ellas donde tenía sus instrumentos y todo lo relacionado a su música. Sala, comedor, dos baños y un pequeño cuarto que podría funcionar como una oficina.

-Realmente te busqué porque no quiero hablar Flavia. Quiero estar contigo. Sabes, te deseo-decía mientras se mordía su labio inferior.

-Sofía no sé si sea lo mejor tener sexo ahora.

-¿Ahora lo llamas sexo? Yo pensé que tú y yo hacíamos el amor-cruza sus brazos- ¿Tan rápido se te acabó el amor?

-Por dios sabes que no. Te sigo amando igual hermosa pero entiéndeme te vas y...-Sofía se acerca y con dos de sus dedos le tapa la boca a Flavia.

-Porque me voy quiero despedirme como se debe. No es fácil Flavia para mi tampoco y por eso quiero proponerte algo.

Flavia la mira raro, pensativa.

-¿Qué cosa?

-Lo estuve pensando y es verdad una relación a distancia no es relación. Vendrían las dudas, la conexión fallaría y aceptémoslo intimidad cero por obvias razones. No funcionaría.

Flavia asiente.

-¿Pero?

-Pero por otro lado podremos concentrarnos en nuestras carreras, no tendremos distracciones y eso en parte es bueno. Sólo espero que estos 4 años se pasen rápido porque estoy segura que yo quiero estar contigo por siempre y quiero ser tu amor por siempre.

-¿Qué intentas decirme?

-Que al terminar mi carrera volveré por ti. O irás por mi, no importa realmente. Sólo sé que quiero estar junto a ti.

-Y yo junto a ti.

-¿Entonces es un sí?

-Es un veremos qué pasa, no controlo el destino. Sólo espero que el destino no nos joda.

-Bien.¿Prometes que nos escribiremos seguido?

-Lo prometo.

-Promete que no volverás a tu antigua vida llena de "mujeres".

-Sofía.

-Promételo.

-Lo prometo. ¿Contenta?

-¡Siiiiiiiii!

-¿Ahora qué?-se cruza de brazos.

-Ahora quiero que me hagas el amor "Mi amor".-sonríe.

Flavia siente como todo su cuerpo tiembla ante esas palabras pero ella también lo deseaba, deseaba a morir estar nuevamente en sus brazos. La amaba de eso no había duda y haría lo posible por cumplir lo prometido.

Sin más dilaciones ambas se dirigen a la habitación y así como la primera vez, decidieron entregarse en cuerpo y alma. Estuvieron amándose por un par de horas para luego tener la terrible sensación a despedida pero jurándose amor eterno y que volverían a encontrarse, a tener cita con su " destino ".


Gracias a todos por sus comentarios tanto en la página como en el correo. Los leo siempre con una sonrisa en mi rostro.