Toda la vida 5

Continúa la historia entre Flavia y Sofía. ¿Hasta dónde llegará su amor?

Toda la vida

Capítulo 5

(Bien Flavia. Si tu quieres volver a probar los labios de Sofía, más te vale que termines con Renata. Punto 1) ¿cómo lo hago? punto 2) ¿cuándo lo hago? punto 3) ¿cómo lo hago? Aaay Flavia, no seas primitiva. Dile la verdad. Siempre fuiste honesta con "tus chicas". Pero Renata te quiere de verdad. La vas a lastimar. Pero si no la termina, lastimará a Sofía. La puta madre... Pónganse de acuerdo razón y corazón. Tienes que hacerlo hoy mismo. Ya perdiste demasiado tiempo. Sí, sí. Eso es. Hoy mismo haré que Sofía sea mi novia. Sólo espero no meter la pata).

Flavia se dirige a la supuesta práctica de fútbol donde su novia se debería encontrar. A todas éstas se imaginan a una morocha de 1,70, ojos claros, sonrisa risueña, buenos pechos, buena cola, tremendo cuerpo en general, correr de un lado al otro pateando una pelota. Y si en dado caso lograra patear la pelota, ya que según el conocimiento de Flavia, Renata no saltaba ni la cuerda. Era malísima en los deportes. ¿Qué se traía entre manos?

Llega a las canchas y sí. Ahí se encontraba "calentando" con sus compañeras de equipo. Se sienta en la banca a esperar que termine la práctica. Renata no se daba cuenta que su novia la observaba atenta.

(Caramba Renata sí que está buena y menos mal porque jugando apesta. Debería estar pintándose las uñas en casita tranquila. No sé que necesidad tiene de hacer el ridículo. Bueno bueno, quizás quiere intentar algo nuevo, está aprendiendo. De todos los deportes no entiendo porque eligió el fut, claramente le vendría mejor el voley, con lo que salta en la cama.. Digo... en la cancha. Basta basta Flavia, sé valiente y habla claro)

Al terminar la práctica

-Mira, la de allá no es tu novia Rena-

Renata voltea y observa como Flavia se va acercando a ella. Ambas sonríen.

(Sé dulce Flavia, debes tener tacto)

-Sí, es ella.

(Que linda es mi novia, vino a verme. Las ganas que tengo de que me haga el amor, como la quiero).

-Caramba señoritas, buena práctica-Flavia sonríe divertida. Las chicas agradecen el comentario y se retiran, quedando sólo un par de amigas de Renata.

Se acerca a Renata y deposita un suave beso en su mejilla.

-Estoy sudada amor.

-No importa.

-Bueno, te extrañe-dice esto y se lanza a comerle la boca a Flavia. Ésta que no supo que otra cosa hacer, le siguió el juego por algunos segundos. Las amigas de Renata silbaban y hacían bromas. Reían. Después de todo, ya estaban acostumbradas a tales muestras de afecto por parte de su amiga.

-Eeeh para Renata. No es buen lugar.

-Uhmm quiero irme de acá. ¿Vamos a mi casa? Mis padres se fueron de viaje, se está quedando la ama de llaves pero dudo que le interese vigilar a una lesbiana.- Renata ríe.

-Sí, bueno. Tenemos que hablar.

Renata la mira preocupada.

-¿Hablar de?

-Ya te diré. ¿Nos vamos?

Hace el amague de irse. Pero se detiene esperando a Renata.

-Chicas nos vemos en la fiesta de Tefy.

-Dale, pásenla bien- sonríen pícaras.

Se dirigen al auto de Flavia y camino a casa de su novia todo era silencio. Renata sospechaba algo. Ese "tenemos que hablar" nunca trae nada bueno. Todo el mundo lo sabe. Por otro lado, Flavia no sabía con que romper el hielo.

Llegan a la casa de Renata, revisan que efectivamente no haya "nadie" más que la ama de llaves que se encontraba perdida en el culebrón (novela) de la una. Suben a la habitación de la morocha.

  • Te importa si me ducho primero-suelta juguetona. No espero respuesta y comenzó a quitarse la ropa. Flavia volteó la miraba y se acercó lentamente a la ventana.

-Eehh sii. No hay problema-dice nerviosa.

-¿Qué tal si me acompañas?- la mira de arriba a abajo.

-No, no. Ve tu, tranqui.

Renata arruga la cara.

-Bueno, no me tardo.

Entra a la ducha.

(Mantente firme Flavia, te está provocando y tu obligación es no caer en tentaciones, viniste a terminar, no a comer. Inhala, exhala. Respira profundo Flavia. No seas tonta mija, aprovecha. Un polvo de despedida no caería nada mal. Aaahhh. Diablito, angelito váyanse. Necesito pensar).

Al cabo de unos minutos sale Renata envuelta en una toalla diminuta que casi le cubre sus partes privadas. Encuentra a Flavia sentada tímidamente en su cama.

-Hola preciosa- se acerca y le da un besito que Flavia no correspondió- ¿pasa algo?

-Bueno sí y no. Vístete por fa. (Antes de que pierda toda cordura en mi ser y te parta en dos. Shh shhh diablito que te dije, vete).

-Sabes, no quiero vestirme aún. De hecho tengo ganas de jugar contigo- deja caer su toalla y Flavia no puedo evitar contemplar ese cuerpo que repasó con sus labios reiteradamente. Se acerca más a Flavia que aún no caía en cuenta de que su novia quería realmente "jugar" con ella.

-Eehh no, no.

Renata la mira entre molesta y preocupada, pues si algo a lo que Flavia nunca dice que no es al sexo.

-A ver, me vas a decir que está pasando. Hace días estás extraña conmigo, me andas evitando, que esto, que aquello. Y sé con certeza que no estás en tus días. Así que habla ya.

-Aishhh.

Flavia suspira, apreta la mandíbula, vuelve a suspirar.

-Estoy esperando.

-Vístete.- fue lo único que se le ocurre decir.

-Aaff.

Renata se cambia rápidamente y al cabo de unos minutos continúa el interrogatorio.

-¿Entonces?

-Aay Renata mira. No sé como decirte esto. Estos meses contigo han sido fabulosos, eres una chica hermosa, creo que me has dado todo en tan poco tiempo. ¿Cómo cambiar eso? No puedo. Eres maravillosa.. Pero..

Renata escuchaba atenta cruzada de brazos y con los ojos vidriosos ya. Sabía lo que se venía.

-¿Pero?

-Pero... no podemos seguir juntas, lo siento. Yo.. yo no quiero lastimarte..- Renata interrumpe.

-¿Hay otra?

-¿Tiene que haber otra?

-Te hice una pregunta.

-Sí y no.

-¿Me engañaste?

-No, no te he engañado... En cuerpo. Pero en alma sí supongo. Estoy... bueno yo.. Yo me enamoré hace mucho tiempo de una chica que creía que nunca sería para mí. Y ahora las cosas han cambiado. Yo.. no puedo luchar contra lo que siento. Perdóname. Eres una chica increíble pero...

-No soy ella- responde asomando algunas lágrimas en sus ojos.

-No es eso. Sólo que tú te mereces a alguien mejor que yo, que corresponda a lo que sientes y que te trate como toda una princesa, que es lo que eres.

-Ese es el problema. Que me enamoré de ti. No quiero a nadie más.

Renata se sienta de golpe en la cama y tapa su cara con sus manos. Flavia se acerca y la abraza. Renata se aferra al cuerpo de su ahora "ex-novia". Por unos minutos ninguna de las dos habla, hasta que Flavia decide romper el hielo.

-Perdóname bonita, esto es precisamente lo que no quería. Nunca quise lastimarte- dice secando sus lágrimas.

-Tus sentimientos nunca fueron sinceros Flavia.

-No, no dudes de mí. Mira siempre fui directa contigo. ¿Te quise? Sí. ¿Te quiero? También. Sólo que no como pareja. Ya no. Te respeté en todo Renata, siempre fui una dama contigo y lo sabes. No pienses que tenía malas intenciones contigo porque no es así. Me gustaste desde el primer momento en que te ví. Pero "gustar"- hace un gesto de comillas con las manos- no es lo mismo que "enamorarse"-repite la acción anterior- Eres.. bueno, fuiste mi primera novia ¿sabes? Precisamente porque sentí que había llegado la chica que me haría sentar cabeza. Porque eres diferente a las demás. Te esperé, sabía que no habías estado con nadie. Tuve paciencia, esperé tanto para hacerte mía y cuando llegó el momento en que te decidiste, prometí hacerte feliz, ir despacio. De verdad quería e iba en serio contigo. Fuí fiel. Pero hace unos días todo cambió. Esta chica me confesó su amor y yo no pude negarme, le dije que sentía lo mismo y nos besamos. Fue todo lo que pasó, te lo juro. Te quiero Renata pero.. No es el mismo querer.

Renata finalmente se levanta, le da la espalda a Flavia y habla

-Entiendo- se limpia las lágrimas, suspira- bien, espero que seas feliz. Ahora vete por favor.

-Renata yo-

-¡VETE!

Flavia asiente a pesar de que Renata no la puede ver ya que está de espaldas viendo por la ventana. Finalmente se va.

Renata puede observar claramente como Flavia sube a su auto y arranca. Se acuesta en su cama y vuelve a llorar desconsoladamente. No sabía cómo le iba a hacer pero tenía que sacarse a Flavia de su corazón. Fue bueno mientras duró se dijo para sí misma, hasta que de tanto llorar, cayó dormida profundamente.

(Bien Flavia la jodiste y no en el buen sentido. Igual te quitaste un peso de encima. Ojalá se le pase pronto. Ahora tengo que buscar a Sofía)

Toma su telefóno y marca el número de Sofía, como está manejando se coloca el manos libres. Después del tercer tono, ella atiende.

-Hola-casi en un susurro.

-Hola hermosa. ¿Dónde andas?

-Ehh bueno.. Estaba terminando de estudiar con Tavo.

-¡¿Quién?!

-Gustavo, el chico nuevo de la clase. ¿Recuerdas?

-Aahh el nerd.

-No te burles que tu eres más nerd que él. Créeme.

-No lo creo. Los nerds no tienen vida social y yo tengo mucha créeme.

-No tengo que creerte algo que ya sé. ¿Para qué llamabas?- suelta en tono molesto.

-Necesito hablar contigo. ¿Será que nos vemos en la cafetería cerca de mi casa en 20 minutos. ¿Puede ser?

-¿De qué?

-Es algo importante.

-Adelántame algo.

-Bueno sólo te diré que te quiero y que me muero por estar contigo.

Sofía inconscientemente se muerde el labio inferior, cosa que ama Flavia aunque no la pueda ver y de estar viendo se lo mordería ella misma. Suspira.

-Bueno, estoy cerca. Puedo llegar en 10 minutos.

-Perfecto, nos vemos al ratito- cuelga.

Al cabo de apróximadamente 15 minutos las dos se encuentran en dicha cafetería.

-Hola hermosa- dice Flavia al llegar a la mesa donde se Fofía se encontraba. Le da un beso en la comisura de sus labios. Ambas sonríen nerviosas.

-Hola linda.

-Hola hola- ambas ríen- ¿Ya pediste?

-No, no. Te estaba esperando.

-Ah perfecto- hace un gesto al mesero que corriendo llega al lugar.

-Buenas tardes señoritas. Dígame en que les puedo servir.

-Buenas tardes. Me trae por favor un latte de vainilla y un capuccino-mira a Sofía que asiente- y dos croissants de chispas de chocolate por favor- Sofía aplaude emocionada, le encanta que Flavia sepa sus gustos. Y es lógico después de tantos años de conocerse.

-Enseguida señorita.- el mesero se aleja.

-¿Y qué tal explica ese nerd?- suelta celosa.

-Muy bien. La física es complicada, entendí bien por suerte. Aunque por otro lado, él necesita salir. Conocer nuevas personas, mucho estudio le hace daño.

-Y.. lo defiendes.

Sofía miraba divertida a Flavia que obviamente moría de los celos y no entendía porque si claramente Sofía sólo tenía ojos para ella. Así que decide contarle de una vez.

  • Fla mírame-

Flavia a regañadientes la mira.

-¡Es gay!

Flavia abre los ojos como platos para posteriormente sonreír y suspirar.

-Así que todo bien. Es un gran sujeto, es bien gay créeme. Estuvimos hablando largo rato. Me dijo que había terminado con el novio porque se había mudado y eso. Triste historia, al parecer se amaban.

-Cosas que pasan.

Llega el mesero con la orden y se retira después de escuchar un "gracias" por parte de las chicas. Las mismas comienzan a degustar lo que ordenaron.

-Me tenías que decir algo ¿no?

-Sí- Flavia tragó saliva.

-¿Y.. qué es?

-Terminé con Renata.

Sofía no puede evitar sonreír de oreja a oreja.

-¿En serio?

-Sí, en serio.

-¿Cómo fue?

-Complicado, la lastimé Sofía. Me lloró. Fue feo. Y me siento un poco mal por eso.

-Entiendo, es normal. Se ve que era una buena chica.

-Que si ni la pasabas. Te caía mal.

-Pues claro que me caía mal. Era tu novia nena.

-Ahh. Era por eso.

-Obvio.

-Bueno el punto es que tu y yo podemos volver a tocar el tema nuestro.

-Sí- Sofía sonríe.

-Te quiero Sofía en serio. Quiero estar contigo.

-Yo también mi amor.

Ambas sonríen. Terminan de comer mientras hablaban de triviales. Flavia paga la cuenta y ambas salen del lugar. Se suben al auto y se dirigen a un parque.

-¡Wow! Tenía tiempo sin venir acá.

-Yo igual. Por suerte está casi intacto.

Se sientan en una banca. Rara vez que el parque estaba solo pero curiosamente esa vez lo estaba.

-Aquí empezó todo- dice Flavia mirando a su alrededor.

-Sí- dice Sofía mirando a Flavia, se acerca a ella. Flavia voltea y quedan a escasos centímetros de sus bocas. Sofía toma la iniciativa y le da un pico a Flavia. Sonríen. Flavia la toma del mentón y vuelve a besarla. Un beso tierno, dulce, que dura apenas unos segundos.

-Qué mejor manera de empezar de nuevo aquí.

-Mmmju- suspira.

-No sé si sea el momento adecuado, no se si sea rápido pero..

-¿Qué?

-Sofía.. ¿Quieres ser mi novia? Sé que no es el momento más romántico, ni el lugar más lindo pero pensé que era lindo porque aquí justo nos conocimos y..

Sofía le da un beso rápido interrumpiéndola.

-¡Siiiiiiiii! Quiero, quiero mi amor.

Sonríen y vuelven a besarse. Se quedan abrazadas hasta que empieza a oscurecer. Vuelven al auto y Flavia deja a Sofía en su casa, se despiden con un pico y con un "hasta mañana mi amor".

Los días transcurrieron normales, ellas más cariñosas que antes pero para nadie era sorpresa que eran buenas amigas y que siempre actuaban así. Ambas decidieron no sacar su romance a la luz. Sofía quería contarle a sus padres primero que adoraban a Flavia pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. No sabían como les caería la noticia de que su hija al parecer era lesbiana y que estaba con su mejor amiga. No se daban besos en la boca en la calle ni en el colegio. Todo parecía normal. Aunque esas miraditas de perritos consentidos y además enamorados, las delataron más de una vez. Cabe destacar que cuando se encontraban solitas hacían de las suyas, se comían a besos y poco a poco esos besos fueron subiendo de tono, casi llegado el mes de ser novias.

En la casa de Flavia (mejor dicho en su habitación)

-Mm..mm.-beso-amor-beso-para amor-pico.

-¿Por..-beso--qué-beso-tengo-beso-que-beso-parar?

-Porque la última vez que estuvimos así en tu cama casi nos descubren.

-Bueno esta vez no corremos el riesgo porque tus queridos suegros se fueron de parranda.

-¿En serio?

-Sí. Recién me dijeron que ya se iban. Cuando estabas en el baño, justo se estaban yendo.

-Caramba que noticia.

-Sí. Así que tranqui, déjate llevar mi amor.

Flavia se acerca nuevamente a Sofía y comienzan a besarse. Flavia tenía su mano puesta en el cuello de Sofía y ésta apoyaba su mano en el abdomen de la otra.

Después de unos cuantos besitos inofensivos, la cosa se puso interesante. Comenzaron a jugar con sus lenguas y los besos cada vez eran más apasionados y déjenme decirles que subiditos de tono. Al cabo de unos minutos más así, se empiezan a excitar cuestión lógica.

-Amor.. Tengo tantas ganas de estar contigo- suelta Flavia al ras de los labios de Sofía casi rozándolos. Vuelve a besarla.

-Mm.mm. amor.-cae en cuenta lo que está por suceder y se levanta rápido de la cama, dejando a una Flavia totalmente descolocada- ya va. Paremos acá.

-¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Hice algo mal. Algo que no te gustara?

-No, no es eso. Amor todo lo haces perfecto ¡por dios! Eres perfecta.

Flavia sonríe. Se acerca a ella.

-¿Qué pasa entonces?

(Aay dios. Le digo. No le digo. Le digo. Mejor no. Baah le tengo que decir).

Sofía suspira, mientras Flavia la mira esperando respuesta.

-Fla hay algo que debo decirte.

-Dime-

-Pasa que.. Yo. y..yo. Nunc..a. He.. bueno. Verás, yo nunca he estado con nadie sabes, soy vir..gen- dice esto último mientras ve como Flavia abre la boca de una manera tan graciosa. No creía en lo que estaba escuchando.

-Pero Rodrigo. ¿Ustedes nunca..?

-No, ni soñar.

Flavia suspira y abraza a Sofía.

-Me encanta. No sabes lo que sufrí pensando que ese estúpido te puso la mano encima

-No, nunca. Y por suerte me respeto dentro de lo que cabe.

.Que bueno. No voy a decir que me sorprende, porque es más que obvio que estoy sorprendida. Digo, eres hermosa Sofí. Pero por otro lado, tenía la esperanza de que tu aún no te hubieras entregado a nadie. Y como el sobrado de Rodrigo siempre alardeaba de estar contigo. Pues..

-No, hermosa. Ni ahí se me ocurrió estar con él. Sólo pasó sabes, ni siquiera me gusta. Creo que fue pura apariencia, después de todo y créeme que después de un tiempo. Bueno toda la vida realmente, a quien quiero es a ti. Supuse que me estaba reservando para ti, aunque no sabía si lo nuestro- hace ademán señalándose a ambas- ya sabes. Iba a pasar...

-¡Oh po dios! Sofí. Me haces feliz. Tranquila, yo te voy a esperar. Sólo ten presente que cuando tu quieras, yo quiero. Lo demás no importa. Cuando estés lista, yo también lo estaré.

-Te quiero amor-

-Yo más.

Sonríen. Se abrazan. Se vuelven a acostar y miran una película juntas. Le bajaron la intensidad a los besos por obvias razones pero siguieron demostrándose todo el afecto que se tenían con uno que otro besito espóradico. Así terminaron de pasar la tarde hasta entrada la noche que decidieron dormir abrazadas como acostumbraban desde niñas.