Toby, mi perro querido (5)

Como mi perro Toby me inició en las delicias del sexo, que luego compartí con mi amiga Ana.

Esa noche, cuando nos íbamos a acostar, Ana me miro con carita de pena y me dijo:

-Oye... Te parece si probamos de nuevo con Toby? Es que no se me quita de la cabeza, m'hija!

Yo, que follaba con el perro casi todas las noches, sabia muy bien lo que ella sentía, y sonreí con complicidad

-Claro que si. Ven, vamos a mi cuarto. No te importa si miro verdad?

-No! para nada... para nada. Mejor todavía.

Fuimos a mi cuarto, con el perro detrás, y nos desnudamos las dos, mirando como a el se le iba poniendo tiesa. El nos miraba a nosotras alternativamente, sin saber que hacer al vernos a las dos en pelotas. Esta vez, me toco a mi primero, que para algo era la dueña. Le dije a Ana:

-Te voy a enseñar otra postura. Es igual de rico y mas cómodo.

Me tumbe en la cama y me abrí de piernas invitándole a que me gozara. Se me trepo encima enseguida y se me fue pegando poco a poco. Yo le acaricie la cabeza con ternura

-Ven Toby, bonito, dame gustito como tu sabes, si? Dame tu verga rica. Métela en mi cuca.

El empezó a pujar para metérmela, dándome un escalofrío de placer. Mire un momento a Ana que estaba sentada a mi lado y vi como se pasaba la lengua por los labios. Verla allí, sabiendo que se excitaba al mirarnos, le daba mas morbo a la cosa. El miembro de Toby empezaba a introducirse en mi sexo. Se me cerraron los ojos y se me escapo un suspiro de satisfacción. Cuando lo tuvo todo bien dentro, le susurre "Fóllame, Toby" y empezó la gozadera...

Mientras el me hacia llegar al cielo, yo miraba a Ana. El ver como ella me miraba gozar a mi, me excitaba cada vez mas. Ella se estaba tocando entre las piernas y me miraba a los ojos fijamente. De pronto, ella empezó a inclinarse hacia mi. Fue acercando su cara a la mía hasta que la tuvo casi pegada a mi. Yo no sabia que hacer, nunca había tenido la menor atracción por las mujeres, pero su cara deseo me ponía muy excitada, eso unido al masaje que el miembro de Toby me daba en mi sexo, me hizo quedarme quieta mirándola. Ella se acerco aun mas y me beso. Sentí sus suaves labios en los míos y como su lengua entraba en mi boca buscando la mía. Me beso de lo mas rico, a la vez que su mano me cogía una teta y me la sobaba con mucha suavidad. Aquella situación me llevo al orgasmo de inmediato.

Toby, mientras tanto, seguía en lo suyo, dándome verga con entusiasmo. Ana deshizo el beso y nos miramos a los ojos. Parecía un poco indecisa, sin saber si yo me había molestado. Para tranquilizarla, alce la mano, se la puse en la nuca y la atraje hacia mi, besándola de nuevo. Ella correspondió con alegría y me chupo toda la boca con su lengua. Luego note como su mano se deslizaba entre mi vientre y el de Toby y, alcanzando mi sexo, se puso a acariciarme el clítoris. Yo al sentir sus caricias explote en un nuevo orgasmo, que los movimientos de Toby contribuyeron a hacer larguísimo. Seguí gozando con los dos sin parar hasta que Toby finalmente me inundo con sus calientes chorros y se quedo quieto.

Quede muerta, deshecha, destrozada de tanto placer. Cuando Toby me la saco me volví hacia Ana:

-Me gusto lo que me hiciste. Me gusto mucho...

-A mi también me gusto tocarte.

-Toby va a estar un ratito limpiándosela. si quieres...

Me gire hacia ella, a la vez que ponía mi mano en su vientre. Ella se dejo caer de espaldas en la cama, y yo me incline sobre ella. Mi mano acaricio por primera vez el pecho de otra mujer. Se lo sobe y le toque el pezón, mientras la miraba. Ella me miraba también con cara de estar muy excitada. Me incline y la bese de nuevo. Nuestras lenguas se acariciaron mientras yo seguía sobándole la teta. Sin dejar de besarla, baje mi mano hasta su peludo coño y se lo acaricie. Estaba mojadísima. Sin separar su boca de la mía, gimió con fuerza cuando sintió mis dedos acariciando su intimidad, su vagina, su clítoris, toda su raja. Al poco rato me separe de ella y le pregunte:

-Estas empapada, quieres a Toby?

-No, te quiero a ti...

Aquello me derritió por dentro. Me aupé sobre el codo y me tumbe sobre ella,que abrió las piernas para recibirme. Nuestros cuerpos se juntaron en un abrazo apasionado. Nuestros pezones tiesos se clavaban en los pechos de la otra, mientras nuestros sexos se apretaban con fuerza. Ella abrió las piernas lo mas que pudo para facilitar que nuestros coños se unieran completamente. Sin saber muy bien que hacer, empece a mover mis caderas culeándola, restregando mi sexo con el suyo. A cada movimiento nuestros clítoris se rozaban, lo que nos daba un chispazo de gusto. Las dos gemíamos fuerte, sintiendo como el orgasmo se aproximaba incontenible. Nos vinimos juntas apretándonos con todas nuestras fuerzas una contra la otra, gozando intensamente.

Cuando todo paso, me derrumbe sobre ella, sin poder moverme. Luego de un rato nos separamos y quedamos en la cama una junto a otra mirándonos tiernamente.

-Ay, m'hija, estuvo muy rico.

-Estas buenísima, sabes?

-Tu también.

-Espero que Toby no se ofenda...

Ella sonrío, divertida

-Seguro que no. Ademas, tenemos que seguir haciéndolo con el...

-Por supuesto.

Aquella noche dormimos juntas en mi cama, desnudas, con Toby a nuestros pies. Una familia feliz, y sobre todo satisfecha.

A la mañana siguiente nos despertamos abrazadas. Nos estiramos perezosamente y nos miramos sonriendo, dejando que los recuerdos de la tarde anterior nos inundaran. Sin hablar siquiera, empezamos a acariciarnos y a besarnos suavemente. Nos excitamos rápidamente y ella bajo su cabeza para chuparme las tetas. También era la primera vez que una mujer me las chupaba y me encanto. Lo hacia con ternura y a la vez con fuerza, succionándome los pezones haciéndome gemir sin control. Siguió bajando hasta que se coloco entre mis piernas. Yo las abrí, encantada con sus caricias, sintiendo la misma anticipación que la primera vez que Toby me lo hizo. Su boca se apodero totalmente de mi sexo. Me comía toda con mucha habilidad, aunque también era su primera vez. No era como con Toby claro, por que la lengua de Toby era mucho mas potente, pero ella era mas tierna, no tan salvaje. Yo gemía y le decía cosas:

-Uh, que rico Ana... Sigue... Cómeme, si...

-Me gusta tu coño Isa... Estas tan rica... Te voy a comer toda...

Yo estaba ya en el puro cielo con su lengua, pero de pronto se me ocurrió una cosa. Me incorpore y le hice parar..

-Espera! Espera...

-Que pasa?

-Ponte en el suelo, deja que Toby te lo haga a ti mientas me lo comes, si?

La idea le encantó. Se bajó de la cama y se puso de rodillas en el suelo, mientras yo me acercaba al borde y me sentaba delante de ella. Toby, al verla a ella en la postura correcta, se bajó de la cama y se puso detrás de ella a olerle el culo. Yo me apoye en los codos, dispuesta a gozar por partida doble, de la lengua de Ana y del espectáculo de Toby cogiéndosela a ella.

Toby la montó enseguida y ella se inclinó sobre mi sexo a seguir con sus divinos cuidados. Vi como Toby se le pegaba y movía su grupa buscándole el chocho. Ella, sin dejar de lamerme, gimió con fuerza cuando sintió como le entraba su carne caliente. Yo gemía también sin poderme contener, abriendo las piernas a tope para darle mejor acceso.

Cuando el perro empezó sus movimientos, estos se trasmitieron a su lengua, que me acariciaba el clítoris divinamente. Las dos gozábamos a la vez, ella con la polla del perro clavándosele hasta las entrañas, y yo con su boca en mi chochito. Yo gritaba a gusto diciéndole lo bien que me lo hacia. Ella gritaba también, pero sus gemidos quedaban ahogados en mi sexo. Las dos alcanzamos el éxtasis al mismo tiempo, pero no por eso dejo de lamerme. Su boca se pego a mi coño como si fuera parte de mi cuerpo haciendo que el orgasmo siguiera y siguiera. El suyo también, como siempre con Toby que no cejaba de culear hasta que se corría. Después de venirse, ella paro un momento, y luego siguió dándome gusto, todo el tiempo que Toby le dio gusto a ella. Nos vinimos las dos no se cuantas veces, hasta que Toby descargo su leche en su interior. Fue una orgía bestial.

Desde aquel día formamos un trío perfecto. El perro nos folla a las dos sin ningún problema, y de paso nos damos gusto la una a la otra. Es la solución perfecta.

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