T&J - preludio y final

Pesadilla Final

Thiago estaba a cuatro patas, en medio de la jaima, con ambas manos esposadas a una arandela en el suelo y los pies atados entre sí por los tobillos y sujetos al suelo. A su alrededor había un numeroso grupo de hombres marroquis, desnudos. Estos eran de gran variedad de edades y fisonomías, entre los veinte y los sesenta años. Los había más altos y más bajos. Gordos, delgados y algunos muy musculosos. Casi todos desnudos.

Reían, bebían té, comían dulces, hablaban entre ellos y, ocasionalmente, violaban culo y boca del brasileiro. Sentado en unos cojines en el centro de la jaima estaba un hombre vestido con una suriyah blanca, descalzo y fumando de una pipa de agua mientras charlaba animadamente con un joven español de treinta y ocho años. Solo había dos no marroquíes en la escena, una estaba siendo violado de forma salvaje para divertimento general, y por las marcas de lágrimas en sus ojos y las manos rojas que se le habían marcado en las nalgas, así como la abundante cantidad de semen que le chorreaba desde el ano por las piernas, y desde la barbilla al cuello, debía llevar muchas horas siendo denigrado

El otro charlaba tranquilamente, en francés, con el que debía ser el patriarca

-Te dije iba a conseguirte una buena puta, ¿no?

-No esperaba fuera a ser un hombre, eso vale la mitad de lo que habíamos acordado. Y cuando lo usé noté no es virgen. Que hace valga aún menos

-Nunca te dije fuera virgen, y que sea hombre solo evita se quede embarazado…

-¡Para eso mejor haberme traído una mujer estéril!

-Era más complicado encontrar una mujer que se prestara a viajar sin saber dónde íbamos, además…

El español señaló cómo en ese momento dos jóvenes se habían puesto tras Thiago y habían conseguido meterle las dos vergas a la vez, tan gruesas y largas que le causaron abriera los ojos y quisiera gritar. Uno de los musculosos aprovechó que abría la boca para gritar para metérsela hasta la garganta de una sola estacada.

-Tus hombres disfrutan de esta puta

-Bueno… ¿aceptas un descuento? Te pago un veinte por ciento menos

-Lo veo aceptable, Señor El Alami

-Muy bien, un segundo… - Tomó un teléfono inteligente que tenía a su lado, marcó y habló con un asesor. - Ochocientos mil euros para Josue Hueso García. ¿Concepto? - Se giró y le preguntó. - ¿Qué te parece si te lo pagamos como “adopción de mascota exótica”?

-Adelante, a mi esta basura no me importa para nada…

-Perfecto, todo resuelto, ¿no deseas darle alguna despedida?

-Desearía ver a esta perra siendo usado por una criatura de su altura, pero no creo sea posible.

Sentenció, elevando los hombros y poniendo cara de circunstancia. Pero el líder marroquí chasqueó los dedos, y al rato, sin saberse bien de donde, sus hombres trajeron un caballo y un gran danés.

-¿Cual prefieres destruya al brasileiro?

-¿Vas a romper tan pronto tu carísima "mascota exótica"?

Joshue sonrió con gran malicia, disfrutando ante la perspectiva mientras se ponía en pie y cruzaba sus brazos sobre su pecho. Thiago, viendo como le acercaban los dos animales, puso gesto de terror absoluto, sabiendo que las cosas solo irían a peor, y en ese momento el como había sucedido todo le fue llegando a la mente, como una serie de flashbacks dispersos. Joshue le pareció demasiado encantador el día que se conocieron. Quizás demasiado. Todo fue una treta, y ahora no quedaba espacio para arrepentirse, solo sufrimiento que para otros era placer y diversión.