Tita, me duele un huevo

Siendo enfermera cura a su sobrino y de paso a sus hijos.

La historia que os narraré me la contó una de mis hermanas en un momento de debilidad emocional. Intentaré contarlo tal como me lo dijo, pero seguro que algunos detalles se me escaparán. Los nombres los cambiaré para no dar pistas. Pues con esto detalles dicho, comenzaré.

Ella es una mujer de 41 años. No es alta, estará en torno al metro y sesenta centímetros. Pelo rizado y castaño hasta los hombros. Su culo es redondo y hermoso. Tiene unas caderas anchas que remarcan su cintura. Sus tetas son redondas y ya no se le sostienen tanto como cuando era más joven, pero aun levanta pasiones si se lo propone (a mí me levanta otra cosa...). En fin, mi hermana es una mujer apetecible. Tiene dos hijos. El mayor de 15 años Quique y el menor de 13 Chus.

Mar, que es el nombre de ella, es enfermera. Normalmente trabaja de mañana, aunque de vez en cuando hace turnos de tarde y alguna guardia. Su marido tiene un puesto de responsable en una empresa y se pasa bastante tiempo fuera de casa, todos pensamos que seguramente le habrá puesto los cuernos más de una vez.

El día en el que nos centraremos Mar estaba viendo unas cosas en el ordenador de la sala de estudio y los niños jugaban con sus amigos fuera en la calle. Todo estaba tranquilo, su marido como casi siempre de viaje. Al poco entraron los niños, sus dos hijos venían con su primo Edu que tenía 16 años y estaba más desarrollado que los otros. Por lo visto jugando le habían dado un pelotazo en los testículos y le dolían. Mar y los niños lo llevaron al sofá del salón y lo echaron. Edu no se quitaba las manos de los testículos y Mar tuvo que tranquilizarlo y pedirle por favor que le dejara verlo.

Unos instantes después el muchacho estaba más tranquilo y Mar procedió a reconocerlo. Le desabrochó los pantalones y comenzó a bajárselos. La primera reacción de él fue pararla, pero ella le explicó que tenía que ver la zona afectada. Ella había visto muchas pollas a lo largo de su carrera profesional, pero cuando sacó la del chiquillo no pudo controlar una expresión de asombro al ver tal aparato que, aún estando en reposo, aparecía hermosa ante la vista de Mar y sus hijos.

Edu se tapó instintivamente y se sonrojó. Mar lo paró y le comentó que no tuviera vergüenza por aquello y pidió a sus hijos que salieran de la habitación para no violentar al otro. Éste volvió a aflojar sus defensas y se dejó explorar. Le quitó los pantalones y los calzoncillos. Estuvo tocándole los testículos y desplazando la polla a un lado y otro para ver bien si había sufrido algún daño, cuando ante la vista de Mar la polla empezó a crecer poco a poco. Edu se ponía colorado por momentos al sentir la erección y Mar empezó a sentir que aquella gran polla la ponía cachonda, pues ya hacía como dos semanas que no tenía sexo con nadie.

Mar se lo pensó y contuvo las ganas de chupar la hermosa polla.

-No te preocupes Edu, eso le pasa a cualquiera. –le dijo al sobrino para tranquilizarlo.

-Ya tita... pero es que tu... –titubeaba y no acabó ninguna frase.

-Es que yo ¿qué?

-Pues... que me excitas mucho... –dijo el muchacho y ella sintió que se mojaba su coño.

Quedó pensativa durante unos segundos mirando aquella polla que ya tenía su máximo tamaño. De repente sintió una mano que le acariciaba la espalda y bajaba poco a poco, esperando alguna señal de aprobación para seguir tocando su cuerpo. Su única reacción fue tomar la polla con una mano y acariciarla lentamente. Edu siguió acariciando el cuerpo de su tía y tocó la redondez del culo de Mar, ella se movió para acercárselo más para que pudiera hacer lo que quisiera con ella, mientras comenzaba a besar el glande de la polla.

Movía la mano a lo largo de la gran polla y poco a poco comenzó a metérsela en la boca para mamarla. Sintió como su boca se inundaba de carne y su lengua jugaba con la cabeza para darle placer a él y sentirlo ella después de mucho tiempo. Notó las manos de él deslizarse por sus muslo y meterse por debajo de su falda. Ella abrió las piernas para que pudiera tocarle el coño. Él le buscó el bulto de los labios del coño y empezó a frotárselo, sintió como se mojaban la bragas y, apartándolas, le metió los dedos en su vagina.

Gimió de placer al sentirse penetrada por los dedos de su sobrino que gemía con la mamada que ella le daba, se giró, sin dejar de masturbarlo con la mano, para ver su cara y se asustó al ver que era su hijo mayor quien le metía los dedos en el coño. Intentó

zafarse pero entre los dos la contuvieron.

-Tranquila mami, te vamos a dar lo que necesites. –le dijo Quique mientras le levantaba la falda y le acariciaba con deleite el culo.

-Sigue chupándomela. –Edu la cogió por el pelo y la empujó para que le comiera la polla.

Se dejó hacer mientras le entraba hasta la garganta la polla, sentía como le sobaban el culo y como, partiéndoselas, le quitaban las bragas y metían los dedos los dos en el coño. De vez en cuando, totalmente excitada, giraba la cabeza y miraba para los dos que disfrutaban con su culo y coño, mientras un poco más atrás el pequeño se masturbaba viéndolos.

-Ven Chus. –llamó al pequeño sin dejar de manosear la polla de Edu.

Chus se colocó delante de ella y le acercó la polla a la madre para que se la chupara. Ella rápidamente empezó a chuparla y sintió que se le puso más grande dentro de la boca. Chus gemía al sentir la boca de la madre y en pocos minutos descargó su semen que Mar tragó sin pensarlo.

Quique, que estaba detrás de ella tocando su coño y culo, se desnudó y cogió su polla para pasársela a la madre por el coño sin penetrarla. Mar lo miró y veía la cara de excitación del hijo que disfrutaba de su gran culo. Le pasaba la polla por la raja del coño y le rozaba el clítoris con la cabeza de la polla para excitarla más si cabía. Ella gimoteaba agarrada a la polla de Edu y se la metía en la boca para mamarla. Sintió como se abrían los labios de su coño al entrar poco a poco la polla de Quique, que no siendo muy gruesa no le causaba ningún dolor, pero que era bastante larga llegándole a lo más profundo de su coño sin dificultad por lo mojado que estaba.

Quique empezó a follarla, acelerando cada vez más. Ella gemía con la polla del otro en la boca. Su hijo se estaba emocionando y se iba a correr, así que lo paró, le sacó la polla y se subió sobre Edu para montarlo y follárselo. Mar estaba gozando como nunca. Su sobrino Edu estaba debajo de ella con la gran polla apuntando a su coño. Se sentó poco a poco y sintió que la partía en dos cada vez que le entraba un poco de polla. Cuando la tuvo toda dentro, comenzó a cabalgarlo entrándole la polla entera. Edu le tocaba la tetas y se las mamaba mientras ella gemía de placer al follarse al muchacho. Quique se puso detrás de ella y le tocaba el culo, viendo como la polla del primo penetraba a su madre. Mar aceleró el ritmo y se corrió dando gemidos de placer. Se detuvo encima de su sobrino que le mamaba las tetas y sintió un dedo de Quique que empezaba a jugar con su culo.

Quique se chupó el dedo y lo llevó al ano de su madre. Veía como su primo le metía la polla poco a poco para que acabara de correrse. Empujó su dedo y lo metió un poco en el culo, ella se volvió y lo miró.

-Mételo poco a poco, hace ya mucho que no uso el culo para follar. –le pidió la madre.

Le fue metiendo el dedo y después de un rato le empezó a meter dos. Quique estaba excitado al tocar el culo de su madre y ver como se la follaba el primo. Se puso detrás de ella y llevó la polla hasta su culo. Ella lo miró y le pidió que lo hiciera despacio. Mar se detuvo para que Quique le metiera la polla. Entró el glande y le pidió al hijo que parara un poco. Al poco, él siguió empujando y le fue metiendo la polla poco a poco hasta que la tuvo toda dentro.

-Ahhhhhhhhh. Folladme los dos a la vez. –pidió Mar a los muchachos.

Chus en el otro sofá veía como su hermano y primo se follaban a la madre mientras se masturbaba totalmente excitado por la escena. Edu boca arriba en el sofá chupaba las tetas de Mar que tenía la gran polla totalmente metida en su coño, con la vista perdida y gimiendo al sentir a la vez la de su hijo Quique penetrarle el culo. Chus se levantó y le puso en la boca a su madre la polla que comenzó a chupar rápidamente.

Follaban los tres y Quique avisó que se iba a correr, descargando su semen en el culo de ella. Se la sacó y se tiró detrás de ellos. Mar seguía chupando la polla de su hijo Chus y Edu la agarró por la cintura para follarla más rápidamente. Ella dejó la polla de su hijo y se dedicó a sentir la polla de Edu que la follaba haciendo que se mareara de placer. Gemía y gritaba a la vez que su sobrino la follaba.

-Me corro... –dijo Edu y le llenó toda la vagina de semen.

Mar sintió la calidez del semen de su sobrino y se corrió gritando. Él la penetró varias veces más y se rindió al placer. Mar se levantó de su sobrino y se arrodilló a su lado. Le cogió la polla y la empezó a chupar.

-Chus, fóllame. –le pidió a su hijo.

-No puedo, me voy a correr. –dijo el niño mientras se masturbaba.

Ella se arrodilló delante de él y esperó a que se corriera. El primer chorro le llenó el pelo, pero los demás los lanzó dentro de la boca de ella que se los tragó con mucho placer.

Según me dijo, esta fue la primera vez, pero después lo han hecho y hasta ha estado su cuñada en alguna ocasión.