Tirarse a un gordo tiene su aquel...
Mi primer relato habla de cómo el tío menos pensado puede hacerte disfrutar como un cerdo
Hola a todos. Después de varios años después de leer relatos en la web, he decidido publicar algunos de mis encuentros.
Pasaré a describirme, soy un tío de 37 tacos, alto (1,85), ni gordo ni flaco, normal, y una cara agradable, es decir, no soy el típico cachas guaperas pero tampoco un callo. Lo más interesante de mi cuerpo es mi rabo. Sin exagerar, 20 cm de barra con un gran capullo al final, que da y ofrece mucho placer.
Un día estaba aburrido y cachondo en casa (suele pasar), cuando me llegó un mensaje a una página de contactos. Lo abrí y era de un tío que decía que le molaba, así que entré a su perfil para ver sus fotos. En cuanto lo vi, estuve a punto de desecharlo, pero decidí contestar. A ver, el tío era guapo de cara, pero medía 1,75 y pesaba 130kg, era pelirrojo con barba de 4 días y tenía 32 años. Sin embargo, ya he dicho que estaba aburrido y lo mínimo que podía hacer era agradecer su mensaje.
El caso es que estuvimos enviándonos mensajes alrededor de 2 horas, hablando de cosas vanales hasta que me dijo que estaba caliente y que le apetecía comerse mi rabo. Yo no estaba por la labor de quedar y se lo hice saber, pero Enzo (de Lorenzo), que es como se llamaba, me tentó y me dijo… "la experiencia de follarte a un gordo es única e indescriptible". Y en eso tenía razón, nunca me había follado a un tío tan gordo. He de reconocer que me va el rollo musclebear (en el que entra desde los tíos cachas con vello hasta los gordos con brazos fuertes y velludos), pero Enzo era un chubby de libro: mucha carne y poco pelo.
La curiosidad me picó, y me dije: "bueno, es un polvo más, y te has tirado a muchos tíos que no te molaban", así que me dio la dirección de su casa y en menos de media hora estaba llamando a la puerta.
Enzo era más guapo de cara en persona que en las fotos… y también más gordo. Cuando lo tuve delante estuve a punto de echarme atrás, pero enseguida me tiró mano al paquete y me dijo… vas a ver qué es una cubana hecha por un gordo. Se quitó su camiseta XXXL y me enseñó un par de tetazas que más querría una de las tías de mi curro. Abrió un bote de poppers, inhaló y me lo pasó, y mientras yo aspiraba, se puso mi polla en la boca. ¡Joder como la comía el gordo! Mi rabo no es fácil de tragar, pero el tío abría la boca y se la metía hasta que mis huevos chocaban contra su mentón. Entre el subidón del poppers y la follada de garganta que le estaba pegando, me puse muy cerdo y estuve a punto de correrme. ¿Quién iba a decirme a mi que este chaval me daría una sesión de sexo tremenda cuando tan solo habían pasado 5 minutos?
Le saqué el rabo de la boca y le puse de pie. Empecé a comerle las tetazas y a magrearle el cuerpo. Uff, la sensación era increíble. Una masa mórbida, unas carnes caídas pero que a la vez tenía mucho morbo y erotismo. Su polla no era gran cosa y apenas se veía puesto que la barriga le tapaba los genitales. Y de su barriga pasé las manos a sus nalgas, que eran enormes, mientras nos comíamos la boca… y besaba muy bien el cabrón.
intenté buscar su ojete con mi mano, pero resultó imposible: no llegaba ni de coña. Tuve que darle la vuelta y apartar con las manos el culo para verle el agujero. MI rabo estaba completamente empalmado y me dolía de la excitación. Aquel tío me estaba poniendo muy muy cerdo. Enzo me dijo:
¿A qué esperas? Metemela y verás como es follarte a un puto gordo.
Calla cabrón - me iba a correr solo de pensarlo -. Pásame un condón.
¿Condón? ¿Tú no has traído?
No tío, ¿que no tienes?
No… pero siempre puedes saber como es follarte este culo grande que te espera a pelo.
A mi no me lo digas dos veces que te la meto…
Pues venga machote, hazme tuyo. Clavamela ya - dijo mientras aspiraba más poppers.
Y le metí la polla. De una estocada. Hasta los sebos. El tío chilló como una cerda, pero enseguida se puso a gemir. Me pasó el poppers y se cogió de las dos nalgas para que pudiera meterle más dentro la polla. Notaba como se abrían los anillos del culo. Uno, dos y tres. Aspiré poppers y dejé que me hiciera efecto. Pensé que estaba follando mantequilla, y empecé a magrearle las tetas y la barriga mientras entraba dentro de aquel tío.
Él seguía diciendo, joder que placer, me encanta tu rabo tío… hazme tuyo y hazme lo que quieras, y mientras yo estaba extasiado penetrando aquella masa ingente de carne y apretando sus tetas. Y es cuando ya no pude más y le dije, tío, me voy a correr…
Enzo se echo hacia atrás más todavía y me dijo: "Entierra tu lefa en mi culo cabrón". Y me corrí. Como hacía años que no me había corrido. Él también se corrió, sin tocarse, con lo que apretaba más su esfínter y me daba más placer. Cuando le saqué la polla del culo, dejé un rastro de lefa que apenas estuvo visible puesto que sus nalgas volvieron a su sitio como el mar Rojo después de que pasara Moisés. Mi polla seguía enhiesta, y Enzo aprovechó para limpiarmela con su boca y probar los restos de mi leche mezclados con el sabor de su culo.
Tras la corrida y la limpieza, me invitó a una cerveza y nos fumamos un cigarro. Dejó además que me acostara encima de él, y la sensación fue como la de estar en una cama de agua, solo que más caliente. Y cuando ya me iba a volver a mi casa, me dijo: "Tengo sed, tienes algo para mi?" Y acto seguido se metió mi rabo en la boca. Me la estuvo chupando 10 minutos, en los que yo seguía bebiendo cerveza y echando alguna esnifada al poppers, hasta que me corrí. Vi en sus ojos azul verdosos una mirada de agradecimiento mientras tragaba mi corrida, y también vi un atisbo de "necesito algo más", así que después de correrme, empecé a mear. Enzo tenía todavía mi polla dentro de su boca. No sé si le vino de sorpresa o realmente lo esperaba, pero la alegría le volvió a los ojos y empezó a beberse toda mi meada, hasta la última gota.
Ahora si ya podía irme. Se puso su camiseta XXXL, unos pantalones cortos enormes y me preguntó: "¿Te ha molado la experiencia de follarte a un gordo?"
Le contesté con un enorme morreo y le dije… Me verás más veces por aquí.
Enzo es uno de mis mejores amigos ahora, y con él he tenido más experiencias, incluso le he llevado a otros amigos míos que están encantados con él. Y es que tirarse a un gordo, tiene su aquel...